Michel Temer, de vice decorativo a presidente

Michel Temer, un habilidoso político que conoce los pasillos del poder como pocos, es el séptimo presidente de Brasil desde el fin de la dictadura militar, en 1985, aunque llegó al cargo en forma indirecta y bajo el signo de la "traición" a su ex jefa política, Dilma Rousseff, contra quien trabajó arduamente para destituirla.

31 AGO 2016 - 14:44 | Actualizado

Nacido en Tieté, interior de San Pablo, Temer es un abogado constitucionalista especialista en 'impeachment' y es presidente licenciado del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña, el PMDB, la fuerza más grande de Brasil que siempre ha participado del oficialismo.

El destino reservó al PMDB, otra vez, ser protagonista en una elección indirecta. En 1985, la dictadura terminó con una votación indirecta en el Congreso, de la que surgió José Sarney, tras la muerte del electo Tancredo Neves.

Luego, el electo Fernando Collor de Mello, quien cayó con un juicio político fue sucedido por su vice, Itamar Franco, del PMDB. Y ahora se repite el rol del partido que tuvo su inicio en la confrontación, dentro del sistema, a la dictadura. Rousseff habló en su alegato final que existen el "PMDB bueno" y el "PMDB malo". Como el colesterol.

Temer escribe poemas, los publica y tiene una vida que ya llamó la atención de los programas de chimentos: está casado con Marcela Tedeschi Araújo, ex estudiante de derecho 43 años menor que él, con quien tuvo a Michelzinho. El nuevo presidente tiene otros seis hijos de otras parejas.

Acusado de ser el "jefe de la conspiración" contra Rousseff, Temer tiene lo que no tenía Rousseff: tránsito en el Congreso Nacional y en todos los partidos para negociar. El año pasado, cuando el propio brazo derecho de Temer, Eduardo Cunha, bloqueaba al gobierno en la Cámara de Diputados, reveló una carta que le mandó a Rousseff, quejándose de ser un "vice decorativo".

Desde que el 12 de mayo asumió como interino luego de que el PMDB se aliara a la oposición, Temer implementó una agenda de centroderecha, básicamente el programa del candidato derrotado en 2014, Aecio Neves: el primer objetivo será la reforma jubilatoria e intentar hacer la laboral, resistida por los sindicatos.

Este cambio de rumbo -incluso en política externa- le valió a este abogado constitucionalista hijo de libaneses ser el blanco de protestas callejeras en las grandes ciudades y hasta en los estadios de los Juegos Olímpicos de Río, con carteles "Fuera Temer".

"Siempre tuve conciencia absoluta de la desconfianza de la señora en relación a mí y al PMDB", sostuvo, abriendo grifo para que su partido, el segundo más involucrado en el escándalo de Petrobras, detrás del Partido Progresista y el Partido de los Trabajadores (PT), abandonara la coalición.

La ambición de Temer se hizo evidente cuando el trámite de juicio político estaba en marcha y, por un supuesto error, se difundió un audio en el que se escucha al vicepresidente dando por terminado al gobierno de Rousseff y explicando tópicos del plan que se propone poner en marcha una vez asumida la Presidencia.

El magistrado Marco Aurelio Mello, del Supremo Tribunal Federal (corte suprema), ordenó recientemente que la Cámara de Diputados abra el trámite para un juicio político a Temer, a quien pueden caberle cargos similares a los que enfrentó Rousseff.

Sin embargo, el apoyo empresarial, financiero y de los partidos tradicionales apuntan a que Temer deberá comandar el país hasta el fin del mandato de Rousseff, el 31 de diciembre de 2018. Como una sombra estará una acusación en su contra en el caso Petrobras, pero como un supuesto delito de pedido de dinero a empresas para las campañas del PMDB ocurrieron antes de su mandato presidencial, por un tiempo evitará la investigación.

La nueva base política deberá, ahora, cobrarle el favor de haber expulsado a Rousseff. Así comenzará su gobierno.

31 AGO 2016 - 14:44

Nacido en Tieté, interior de San Pablo, Temer es un abogado constitucionalista especialista en 'impeachment' y es presidente licenciado del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña, el PMDB, la fuerza más grande de Brasil que siempre ha participado del oficialismo.

El destino reservó al PMDB, otra vez, ser protagonista en una elección indirecta. En 1985, la dictadura terminó con una votación indirecta en el Congreso, de la que surgió José Sarney, tras la muerte del electo Tancredo Neves.

Luego, el electo Fernando Collor de Mello, quien cayó con un juicio político fue sucedido por su vice, Itamar Franco, del PMDB. Y ahora se repite el rol del partido que tuvo su inicio en la confrontación, dentro del sistema, a la dictadura. Rousseff habló en su alegato final que existen el "PMDB bueno" y el "PMDB malo". Como el colesterol.

Temer escribe poemas, los publica y tiene una vida que ya llamó la atención de los programas de chimentos: está casado con Marcela Tedeschi Araújo, ex estudiante de derecho 43 años menor que él, con quien tuvo a Michelzinho. El nuevo presidente tiene otros seis hijos de otras parejas.

Acusado de ser el "jefe de la conspiración" contra Rousseff, Temer tiene lo que no tenía Rousseff: tránsito en el Congreso Nacional y en todos los partidos para negociar. El año pasado, cuando el propio brazo derecho de Temer, Eduardo Cunha, bloqueaba al gobierno en la Cámara de Diputados, reveló una carta que le mandó a Rousseff, quejándose de ser un "vice decorativo".

Desde que el 12 de mayo asumió como interino luego de que el PMDB se aliara a la oposición, Temer implementó una agenda de centroderecha, básicamente el programa del candidato derrotado en 2014, Aecio Neves: el primer objetivo será la reforma jubilatoria e intentar hacer la laboral, resistida por los sindicatos.

Este cambio de rumbo -incluso en política externa- le valió a este abogado constitucionalista hijo de libaneses ser el blanco de protestas callejeras en las grandes ciudades y hasta en los estadios de los Juegos Olímpicos de Río, con carteles "Fuera Temer".

"Siempre tuve conciencia absoluta de la desconfianza de la señora en relación a mí y al PMDB", sostuvo, abriendo grifo para que su partido, el segundo más involucrado en el escándalo de Petrobras, detrás del Partido Progresista y el Partido de los Trabajadores (PT), abandonara la coalición.

La ambición de Temer se hizo evidente cuando el trámite de juicio político estaba en marcha y, por un supuesto error, se difundió un audio en el que se escucha al vicepresidente dando por terminado al gobierno de Rousseff y explicando tópicos del plan que se propone poner en marcha una vez asumida la Presidencia.

El magistrado Marco Aurelio Mello, del Supremo Tribunal Federal (corte suprema), ordenó recientemente que la Cámara de Diputados abra el trámite para un juicio político a Temer, a quien pueden caberle cargos similares a los que enfrentó Rousseff.

Sin embargo, el apoyo empresarial, financiero y de los partidos tradicionales apuntan a que Temer deberá comandar el país hasta el fin del mandato de Rousseff, el 31 de diciembre de 2018. Como una sombra estará una acusación en su contra en el caso Petrobras, pero como un supuesto delito de pedido de dinero a empresas para las campañas del PMDB ocurrieron antes de su mandato presidencial, por un tiempo evitará la investigación.

La nueva base política deberá, ahora, cobrarle el favor de haber expulsado a Rousseff. Así comenzará su gobierno.


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