“Beto” Bubas: “El gran desafío hoy no es conservar prohibiendo sino permitiendo”

Roberto “Beto” Bubas monitorea orcas desde 1992. Trataba de reconocer a las orcas que el guardafauna Juan Carlos López había identificado en la década del 70 y comenzó a meterse al agua para verlas desde más cerca y dibujar las aletas dorsales.

Roberto Bubas presentará un evento en el Vaticano
24 SEP 2016 - 19:45 | Actualizado

“Es que los prismáticos y las cámaras fotográficas eran un lujo inexistente en aquellos tiempos para mí”, aclara Bubas.
Desde entonces, este guardafauna que ha trascendido las fronteras de Chubut, e inclusive de la Argentina, que escribió un libro y una película lo tiene como protagonista central, y que acaba de ganar otra beca que lo depositará en Japón en los próximos días, siempre ha luchado contra el cautiverio de estos animales.
“Durante quince años pasé miles de horas con ellas, monitoreándolas para saber su estado de conservación y jugando cuando era su iniciativa hacerlo. Además de mi caballo Rigel, probablemente pasé durante esos años más tiempo con las orcas que con cualquier ser humano”, recuerda “Beto”. 
“Se convirtieron en mi familia. Saber de orcas cautivas, fue como saber de un miembro de mi familia preso e incomunicado injustamente”, sentencia.
Bubas luchó contra los molinos de viento para salvar a Kshamenk, una orca cautiva en un parque acuático de la costa bonaerense, y conserva aún la esperanza de poder rehabilitarla y liberarla para que se reencuentre con su familia, que todavía reside en Mar del Tuyú, donde fue capturada en 1992. “Técnica y legalmente, su liberación depende más que nada de una decisión política del gobernador de la provincia de Buenos Aires”, dice Bubas. 
Al guardafauna más famoso no le preocupan sólo las orcas sino el cautiverio en general: “No sólo por el sufrimiento injustificado de un ser vivo, sino por el mensaje que se transmite a la sociedad. Por más que intenten disfrazarlo, el mensaje de un zoológico o un acuario es opuesto a los valores que queremos enseñarles a nuestros hijos.” 
Su posición a favor de la liberación también generó muchas críticas en contra: “Se subestima la capacidad de los animales salvajes para recuperarse por sí mismos sin tanta intervención humana. Los protocolos de reintroducción de especies de la fauna silvestre parecen estar escritos por los empresarios del cautiverio con el propósito de desalentar cualquier intento de que se les acabe el negocio.” 
El Doradillo

“El Doradillo es el mejor lugar en el mundo para hacer avistamiento de ballenas desde costa, por lo tanto una obligación indelegable del Estado provincial velar por su conservación. Sin intención de culpar, sino de ayudar a establecer responsabilidades, debo decir que la gestión anterior en vez de apoyar, fortalecer y proveer de medios de trabajo al agente provincial allí asignado, dejó el área huérfana, delegando su custodia y manejo en el municipio de Madryn, que con recursos escasos hizo lo que pudo y bien, pero que no fue suficiente. Confío en que la actual gestión remediará esas faltas”, se esperanza Bubas.
“También pienso que debemos trabajar en la educación, en ayudar a entender que la responsabilidad de la conservación de estas áreas lindantes con las urbes no es solamente del Gobierno, sino de todos los vecinos que disfrutamos de la cercanía de la naturaleza y la usamos para nuestra recreación.”  
“Debemos actuar localmente, pero sin dejar de pensar globalmente. Creo que a veces exageramos en las medidas de protección haciendo de nuestras áreas protegidas, zonas de veda. Pienso que no va a funcionar un planeta con extensas áreas prohibidas para los 7.000 millones de habitantes que poblamos el planeta. El gran desafío hoy no es conservar prohibiendo, sino permitiendo.”  
Bubas destaca el compromiso del gobernador Mario Das Neves de haber derogado la ley que permitía amplia libertad de acción a la megaminería: “Fue una decisión valiente y necesaria. Me hace confiar en que, en cuestiones de medioambiente, se animará todavía a más. En ese marco y dada la abundancia y diversidad de nuestros recursos naturales, podríamos como provincia captar el interés de organizaciones del mundo para lograr transferencia de tecnología, asistencia técnica y apoyo financiero para la creación de reservas de la biósfera en el Chubut, con un concepto más revolucionario y provechoso. Cuando a la gente no se le permite disfrutar o beneficiarse de la naturaleza, se vuelve indiferente a lo que a la naturaleza le ocurre”.#

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24 SEP 2016 - 19:45

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Desde entonces, este guardafauna que ha trascendido las fronteras de Chubut, e inclusive de la Argentina, que escribió un libro y una película lo tiene como protagonista central, y que acaba de ganar otra beca que lo depositará en Japón en los próximos días, siempre ha luchado contra el cautiverio de estos animales.
“Durante quince años pasé miles de horas con ellas, monitoreándolas para saber su estado de conservación y jugando cuando era su iniciativa hacerlo. Además de mi caballo Rigel, probablemente pasé durante esos años más tiempo con las orcas que con cualquier ser humano”, recuerda “Beto”. 
“Se convirtieron en mi familia. Saber de orcas cautivas, fue como saber de un miembro de mi familia preso e incomunicado injustamente”, sentencia.
Bubas luchó contra los molinos de viento para salvar a Kshamenk, una orca cautiva en un parque acuático de la costa bonaerense, y conserva aún la esperanza de poder rehabilitarla y liberarla para que se reencuentre con su familia, que todavía reside en Mar del Tuyú, donde fue capturada en 1992. “Técnica y legalmente, su liberación depende más que nada de una decisión política del gobernador de la provincia de Buenos Aires”, dice Bubas. 
Al guardafauna más famoso no le preocupan sólo las orcas sino el cautiverio en general: “No sólo por el sufrimiento injustificado de un ser vivo, sino por el mensaje que se transmite a la sociedad. Por más que intenten disfrazarlo, el mensaje de un zoológico o un acuario es opuesto a los valores que queremos enseñarles a nuestros hijos.” 
Su posición a favor de la liberación también generó muchas críticas en contra: “Se subestima la capacidad de los animales salvajes para recuperarse por sí mismos sin tanta intervención humana. Los protocolos de reintroducción de especies de la fauna silvestre parecen estar escritos por los empresarios del cautiverio con el propósito de desalentar cualquier intento de que se les acabe el negocio.” 
El Doradillo

“El Doradillo es el mejor lugar en el mundo para hacer avistamiento de ballenas desde costa, por lo tanto una obligación indelegable del Estado provincial velar por su conservación. Sin intención de culpar, sino de ayudar a establecer responsabilidades, debo decir que la gestión anterior en vez de apoyar, fortalecer y proveer de medios de trabajo al agente provincial allí asignado, dejó el área huérfana, delegando su custodia y manejo en el municipio de Madryn, que con recursos escasos hizo lo que pudo y bien, pero que no fue suficiente. Confío en que la actual gestión remediará esas faltas”, se esperanza Bubas.
“También pienso que debemos trabajar en la educación, en ayudar a entender que la responsabilidad de la conservación de estas áreas lindantes con las urbes no es solamente del Gobierno, sino de todos los vecinos que disfrutamos de la cercanía de la naturaleza y la usamos para nuestra recreación.”  
“Debemos actuar localmente, pero sin dejar de pensar globalmente. Creo que a veces exageramos en las medidas de protección haciendo de nuestras áreas protegidas, zonas de veda. Pienso que no va a funcionar un planeta con extensas áreas prohibidas para los 7.000 millones de habitantes que poblamos el planeta. El gran desafío hoy no es conservar prohibiendo, sino permitiendo.”  
Bubas destaca el compromiso del gobernador Mario Das Neves de haber derogado la ley que permitía amplia libertad de acción a la megaminería: “Fue una decisión valiente y necesaria. Me hace confiar en que, en cuestiones de medioambiente, se animará todavía a más. En ese marco y dada la abundancia y diversidad de nuestros recursos naturales, podríamos como provincia captar el interés de organizaciones del mundo para lograr transferencia de tecnología, asistencia técnica y apoyo financiero para la creación de reservas de la biósfera en el Chubut, con un concepto más revolucionario y provechoso. Cuando a la gente no se le permite disfrutar o beneficiarse de la naturaleza, se vuelve indiferente a lo que a la naturaleza le ocurre”.#


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