La crisis interna del PSOE acerca a España a nuevos comicios

El líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, desafió hoy a sus críticos con el anuncio de primarias en su partido para octubre y un Congreso Federal en diciembre, en una decisión que lo sumerge en una batalla interna en la que busca el apoyo de la militancia y que acerca a España a nuevos comicios, los terceros en un año.

26 SEP 2016 - 19:56 | Actualizado

Tras el hundimiento de los socialistas en las elecciones regionales de Galicia y el País Vasco y el incremento de las voces en el propio PSOE que piden abiertamente a Sánchez asumir "responsabilidades políticas", el secretario general intentará blindarse y reforzar su liderazgo.

Su plan es dirimir mediante el voto de los militantes la crisis interna del PSOE, dividido entre los que defienden "de forma cada vez más clara que para evitar nuevas elecciones el PSOE debe facilitar la investidura" del conservador Mariano Rajoy mediante la abstención, y los que, como él, rechazan esta posición "subalterna".

"Es un debate de fondo, que no es menor, porque es la posición que debe mantener el Partido Socialista en los próximos años", argumentó Sánchez en conferencia de prensa en Madrid tras una tensa reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, que aprobó su iniciativa de celebrar primarias el 23 de octubre y un Congreso Federal entre el 1 y el 3 de diciembre.

El Comité Federal del partido, que se reunirá el próximo sábado, es el que tiene la última palabra. No obstante, Sánchez aseguró que su propuesta cuenta con los apoyos suficientes como para salir adelante.

Sánchez confirmó lo que era evidente, que se presentará para revalidar su cargo de Secretario General, y desafió a sus compañeros que crean que tienen un proyecto mejor, a "que de un paso al frente".

"Yo me voy a presentar para defender un PSOE de izquierda, unido, dialogante, claramente diferenciado del PP. Un PSOE que aspira a ser la alternativa y el proyecto mayoritario entre el electorado de izquierda", remarcó el máximo dirigente de los socialistas españoles.

"Lo que estoy haciendo es asumir mi responsabilidad. Planteo este Congreso porque reconozco que existe un debate, por las declaraciones de significativos dirigentes que defienden que el PSOE debería abstenerse", explicó.

"Necesitamos debatir y votar, y luego lo importante es que el PSOE tenga una única voz", subrayó.

A pesar de que tras el fracaso de su investidura luego de las elecciones del 20 de diciembre, el propio Sánchez había pedido a su partido respaldo para que el Congreso Federal se celebrase recién después de que España forme gobierno, la presión de sus adversarios se intensificó luego de que Rajoy salió reforzado en los comicios generales del 26 de junio, y se hizo insostenible con la derrotas del domingo.

La revalidación de la mayoría absoluta de su Partido Popular (PP) en Galicia dio aire a Rajoy, mientras Sánchez quedó debilitado por el "sorpasso" (adelantamiento) de Podemos y sus aliados a los socialistas en ambas regiones.

Dirigentes próximos al líder socialista responsabilizan de los malos resultados a los barones regionales que hicieron estallar una guerra interna en plena campaña electoral.

"Es un debate que no está haciendo daño. Es una división que nos perjudica electoralmente", destacó hoy Sánchez.

En Galicia los socialistas cayeron de 18 a 14 escaños y en el País Vasco de 16 a 9. Sánchez acumula otras dos derrotas consecutivas -el 20 de diciembre pasado y el 26 de junio- con los peores resultados históricos para los socialistas.

Pero los que quieren su cabeza abogan por permitir que España tenga un gobierno y después convocar un Congreso Federal para elegir a un nuevo líder.

Después de los comicios de Galicia y el País Vasco, las posiciones de las distintas fuerzas políticas no han cambiado respecto al bloqueo que impide la formación de gobierno en España desde hace nueve meses.

Y con unas nuevas elecciones en el horizonte, Sánchez cree que las únicas chances que tiene el PSOE para no quedar completamente desdibujado es mantenerse lejos de los conservadores.

Por eso, si obtiene el apoyo de la militancia intentará forjar un gobierno alternativo a Rajoy, "transversal", negociando con "las fuerzas de cambio", es decir, los izquierdistas de Podemos y los liberales de Ciudadanos.

"Jamás un 'no' como el del PSOE estuvo tan justificado", dijo, reiterando entre otros motivos, el silencio del PP ante la corrupción.

Según Sánchez, los plazos marcados -los partidos tienen tiempo para formar gobierno hasta el 31 de octubre- permitirán al PSOE tanto negociar una alternativa como votar a favor de la abstención.

Sin embargo, la convocatoria de las primarias de forma inmediato podría dificultar las aspiraciones de su principal rival interna, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, de ahí que los dirigentes que la respaldan quieran impedirlo.

"Hacer el congreso el mismo mes de unas posibles elecciones (generales) nos parece de una torpeza increíble. Daríamos el mensaje de que hemos tirado la toalla", aseguró hoy el "número dos" del PSOE andaluz, Juan Cornejo, quien proponer un Congreso "de refundación" una vez que haya gobierno en España.

El diputado Eduardo Madina, que perdió con Sánchez en la últimas primarias, se mostró muy crítico en un mensaje de Twitter: "Hundimiento electoral inmenso. Deben asumir sus responsabilidades y el PSOE cambiar el rumbo. Un Congreso ahora nos lleva a otras elecciones".

"Las fechas que llegan de Ferraz (sede del PSOE) no nos sitúan cerca del desbloqueo sino más bien lo contrario", afirmó por su parte el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Del lado de Podemos, el mensaje llegó de forma inesperada con el anuncio de la ruptura del acuerdo de investidura que mantenían con el presidente regional castellano-manchego, el socialista Emiliano García Page, a quien acusaron de no cumplir con sus compromisos y estar "más pendiente de decapitar a Sanchez que en dar vida a Castilla La Mancha".

"Espero que desde el Partido Socialista haya voces de sentido común que frenen a Sánchez, quien decidió morir matando", apuntó desde el PP la presidenta regional de Madrid, Cristina Cifuentes.

26 SEP 2016 - 19:56

Tras el hundimiento de los socialistas en las elecciones regionales de Galicia y el País Vasco y el incremento de las voces en el propio PSOE que piden abiertamente a Sánchez asumir "responsabilidades políticas", el secretario general intentará blindarse y reforzar su liderazgo.

Su plan es dirimir mediante el voto de los militantes la crisis interna del PSOE, dividido entre los que defienden "de forma cada vez más clara que para evitar nuevas elecciones el PSOE debe facilitar la investidura" del conservador Mariano Rajoy mediante la abstención, y los que, como él, rechazan esta posición "subalterna".

"Es un debate de fondo, que no es menor, porque es la posición que debe mantener el Partido Socialista en los próximos años", argumentó Sánchez en conferencia de prensa en Madrid tras una tensa reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, que aprobó su iniciativa de celebrar primarias el 23 de octubre y un Congreso Federal entre el 1 y el 3 de diciembre.

El Comité Federal del partido, que se reunirá el próximo sábado, es el que tiene la última palabra. No obstante, Sánchez aseguró que su propuesta cuenta con los apoyos suficientes como para salir adelante.

Sánchez confirmó lo que era evidente, que se presentará para revalidar su cargo de Secretario General, y desafió a sus compañeros que crean que tienen un proyecto mejor, a "que de un paso al frente".

"Yo me voy a presentar para defender un PSOE de izquierda, unido, dialogante, claramente diferenciado del PP. Un PSOE que aspira a ser la alternativa y el proyecto mayoritario entre el electorado de izquierda", remarcó el máximo dirigente de los socialistas españoles.

"Lo que estoy haciendo es asumir mi responsabilidad. Planteo este Congreso porque reconozco que existe un debate, por las declaraciones de significativos dirigentes que defienden que el PSOE debería abstenerse", explicó.

"Necesitamos debatir y votar, y luego lo importante es que el PSOE tenga una única voz", subrayó.

A pesar de que tras el fracaso de su investidura luego de las elecciones del 20 de diciembre, el propio Sánchez había pedido a su partido respaldo para que el Congreso Federal se celebrase recién después de que España forme gobierno, la presión de sus adversarios se intensificó luego de que Rajoy salió reforzado en los comicios generales del 26 de junio, y se hizo insostenible con la derrotas del domingo.

La revalidación de la mayoría absoluta de su Partido Popular (PP) en Galicia dio aire a Rajoy, mientras Sánchez quedó debilitado por el "sorpasso" (adelantamiento) de Podemos y sus aliados a los socialistas en ambas regiones.

Dirigentes próximos al líder socialista responsabilizan de los malos resultados a los barones regionales que hicieron estallar una guerra interna en plena campaña electoral.

"Es un debate que no está haciendo daño. Es una división que nos perjudica electoralmente", destacó hoy Sánchez.

En Galicia los socialistas cayeron de 18 a 14 escaños y en el País Vasco de 16 a 9. Sánchez acumula otras dos derrotas consecutivas -el 20 de diciembre pasado y el 26 de junio- con los peores resultados históricos para los socialistas.

Pero los que quieren su cabeza abogan por permitir que España tenga un gobierno y después convocar un Congreso Federal para elegir a un nuevo líder.

Después de los comicios de Galicia y el País Vasco, las posiciones de las distintas fuerzas políticas no han cambiado respecto al bloqueo que impide la formación de gobierno en España desde hace nueve meses.

Y con unas nuevas elecciones en el horizonte, Sánchez cree que las únicas chances que tiene el PSOE para no quedar completamente desdibujado es mantenerse lejos de los conservadores.

Por eso, si obtiene el apoyo de la militancia intentará forjar un gobierno alternativo a Rajoy, "transversal", negociando con "las fuerzas de cambio", es decir, los izquierdistas de Podemos y los liberales de Ciudadanos.

"Jamás un 'no' como el del PSOE estuvo tan justificado", dijo, reiterando entre otros motivos, el silencio del PP ante la corrupción.

Según Sánchez, los plazos marcados -los partidos tienen tiempo para formar gobierno hasta el 31 de octubre- permitirán al PSOE tanto negociar una alternativa como votar a favor de la abstención.

Sin embargo, la convocatoria de las primarias de forma inmediato podría dificultar las aspiraciones de su principal rival interna, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, de ahí que los dirigentes que la respaldan quieran impedirlo.

"Hacer el congreso el mismo mes de unas posibles elecciones (generales) nos parece de una torpeza increíble. Daríamos el mensaje de que hemos tirado la toalla", aseguró hoy el "número dos" del PSOE andaluz, Juan Cornejo, quien proponer un Congreso "de refundación" una vez que haya gobierno en España.

El diputado Eduardo Madina, que perdió con Sánchez en la últimas primarias, se mostró muy crítico en un mensaje de Twitter: "Hundimiento electoral inmenso. Deben asumir sus responsabilidades y el PSOE cambiar el rumbo. Un Congreso ahora nos lleva a otras elecciones".

"Las fechas que llegan de Ferraz (sede del PSOE) no nos sitúan cerca del desbloqueo sino más bien lo contrario", afirmó por su parte el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Del lado de Podemos, el mensaje llegó de forma inesperada con el anuncio de la ruptura del acuerdo de investidura que mantenían con el presidente regional castellano-manchego, el socialista Emiliano García Page, a quien acusaron de no cumplir con sus compromisos y estar "más pendiente de decapitar a Sanchez que en dar vida a Castilla La Mancha".

"Espero que desde el Partido Socialista haya voces de sentido común que frenen a Sánchez, quien decidió morir matando", apuntó desde el PP la presidenta regional de Madrid, Cristina Cifuentes.


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