Los tiempos en la alta competencia no saben de fiestas, ni cumpleaños, ni aniversarios familiares. Durante casi toda su vida, Lucas Martín Matthysse estuvo encerrado en esa rutina: entrenar para estar siempre listo. Y en el gran boxeo, esa dependencia a veces no se termina por compensar con grandes bolsas o el lujo de las megaveladas en Estados Unidos. Todo es, en este caso, una parte más del trabajo.
Lucas llegó a lo más alto. Debutó en el 2004 y desde su debut en La Meca en 2007 no paró. Hizo 13 peleas, 3 en Las Vegas e inclusive acumuló 3 en el 2013. Se le suma una en México además de su largo recorrido por los rings del país. Toda una vida a las piñas.
Es lógico y normal que el cansancio aflore y que cualquier cambio personal, signifique “renovarse” en todos los aspectos. Por eso dejó Junín para radicarse en “su” Trelew; construyó una casa a su gusto y desde la cercanía y el afecto que representa la familia, decidió parar para ver.
“Por ahí la gente no sabe lo que es dedicarse de lleno a esto. Llevaba mucho tiempo sin parar, dedicado a entrenarme y pelear. Entendí que era el momento de hacer un click. Por eso volví a Trelew, con mi gente y con la idea de hacer lo que hace cualquier persona común: hacer las compras, pagar las cuentas y llevar a mi hija a la escuela”.
Igual el boxeo sigue presente. Sigue de cerca la campaña de su sobrino Ezequiel y consume abundante información, sobre todo las que plantean su vuelta a la actividad. “Voy a regresar en el 2017. Ya empecé de a poco a entrenarme y a moverme en el gimnasio. No me apuro, quiero ponerme bien para poder pelear de nuevo el año que viene”.
“¿Ser campeón mundial? Seguro, ese es el objetivo. Ya lo fui y espero recuperar un cinturón ahora en categoría welter donde seguramente me voy a sentir más cómodo. La motivación pasa por ir a buscar el título, eso es lo que quiero”, reconoce Matthysse quien continuará enrolado en las filas del team Arano aunque con algunos cambios en cuanto a su equipo.
Primer trimestre de 2017
Tiene pendiente un viaje a los Estados Unidos para después confirmar a los nuevos integrantes de su escudería. Por lo pronto, el entrenamiento ya arrancó y el físico, reseteado, no pierde la memoria. La fecha posible sería primer trimestre del 2017 y siempre con el respaldo organizativo de Oscar De la Hoya. “Estaba cansado de entrenar nada más. Necesitaba que descansen el cuerpo y la cabeza. Siempre tengo ganas de pelear pero también sé lo que eso implica en cuanto a preparación. Tengo previsto cerrar alguna pelea entre marzo y abril y a fin de año estaré viajando a EEUU. Me hizo bien el descanso porque en vida todo había empezado a girar en el boxeo”.
“Pensaba –destacó Lucas- que le dí tantas alegrías a Junín, donde me recibieron siempre con mucha alegría y no a mi ciudad. Si bien la gente me quiere y me trató con cariño cuando fui campeón del mundo, me gustaría darle a Trelew algo más. Sigue firme en mí, la ilusión de volver a ganar una corona”, dijo resumiendo la expectativa de su vuelta al ring. En cuanto a la versión boxística que podría mostrar en su reaparición, Matthysse reconoció sentirse más cómodo subiendo una categoría. “Mi idea es subir y hacer un buen trabajo. Si las cosas salen y yo me pongo bien, volveré seguramente al primer nivel. No sé si seré mejor o peor pero tengan por seguro que la seguiré peleando como siempre”.
Los tiempos en la alta competencia no saben de fiestas, ni cumpleaños, ni aniversarios familiares. Durante casi toda su vida, Lucas Martín Matthysse estuvo encerrado en esa rutina: entrenar para estar siempre listo. Y en el gran boxeo, esa dependencia a veces no se termina por compensar con grandes bolsas o el lujo de las megaveladas en Estados Unidos. Todo es, en este caso, una parte más del trabajo.
Lucas llegó a lo más alto. Debutó en el 2004 y desde su debut en La Meca en 2007 no paró. Hizo 13 peleas, 3 en Las Vegas e inclusive acumuló 3 en el 2013. Se le suma una en México además de su largo recorrido por los rings del país. Toda una vida a las piñas.
Es lógico y normal que el cansancio aflore y que cualquier cambio personal, signifique “renovarse” en todos los aspectos. Por eso dejó Junín para radicarse en “su” Trelew; construyó una casa a su gusto y desde la cercanía y el afecto que representa la familia, decidió parar para ver.
“Por ahí la gente no sabe lo que es dedicarse de lleno a esto. Llevaba mucho tiempo sin parar, dedicado a entrenarme y pelear. Entendí que era el momento de hacer un click. Por eso volví a Trelew, con mi gente y con la idea de hacer lo que hace cualquier persona común: hacer las compras, pagar las cuentas y llevar a mi hija a la escuela”.
Igual el boxeo sigue presente. Sigue de cerca la campaña de su sobrino Ezequiel y consume abundante información, sobre todo las que plantean su vuelta a la actividad. “Voy a regresar en el 2017. Ya empecé de a poco a entrenarme y a moverme en el gimnasio. No me apuro, quiero ponerme bien para poder pelear de nuevo el año que viene”.
“¿Ser campeón mundial? Seguro, ese es el objetivo. Ya lo fui y espero recuperar un cinturón ahora en categoría welter donde seguramente me voy a sentir más cómodo. La motivación pasa por ir a buscar el título, eso es lo que quiero”, reconoce Matthysse quien continuará enrolado en las filas del team Arano aunque con algunos cambios en cuanto a su equipo.
Primer trimestre de 2017
Tiene pendiente un viaje a los Estados Unidos para después confirmar a los nuevos integrantes de su escudería. Por lo pronto, el entrenamiento ya arrancó y el físico, reseteado, no pierde la memoria. La fecha posible sería primer trimestre del 2017 y siempre con el respaldo organizativo de Oscar De la Hoya. “Estaba cansado de entrenar nada más. Necesitaba que descansen el cuerpo y la cabeza. Siempre tengo ganas de pelear pero también sé lo que eso implica en cuanto a preparación. Tengo previsto cerrar alguna pelea entre marzo y abril y a fin de año estaré viajando a EEUU. Me hizo bien el descanso porque en vida todo había empezado a girar en el boxeo”.
“Pensaba –destacó Lucas- que le dí tantas alegrías a Junín, donde me recibieron siempre con mucha alegría y no a mi ciudad. Si bien la gente me quiere y me trató con cariño cuando fui campeón del mundo, me gustaría darle a Trelew algo más. Sigue firme en mí, la ilusión de volver a ganar una corona”, dijo resumiendo la expectativa de su vuelta al ring. En cuanto a la versión boxística que podría mostrar en su reaparición, Matthysse reconoció sentirse más cómodo subiendo una categoría. “Mi idea es subir y hacer un buen trabajo. Si las cosas salen y yo me pongo bien, volveré seguramente al primer nivel. No sé si seré mejor o peor pero tengan por seguro que la seguiré peleando como siempre”.