La pérdida de equilibrio y la jaqueca, claves para detectar un ACV

Especialistas en neurocirugía recomiendan conocer los síntomas de un posible ataque cerebral, entre ellos pérdida de equilibrio y dolor de cabeza intenso, ya que los minutos que se ganan pueden de salvar vidas o de reducir los daños que provoca, en el Día Mundial del ACV (ataque cerebro vascular), que se celebra mañana.

28 OCT 2016 - 11:43 | Actualizado

Las enfermedades cerebro vasculares representan una emergencia médica que diariamente afecta a miles de personas de todas las edades y constituyen un desafío para las organizaciones sanitarias por el incremento de la demanda de atención y por la complejidad requerida para su adecuado tratamiento.

En Argentina, cada cuatro minutos una persona sufre un accidente cerebro vascular (ACV), por lo que los médicos destacan la importancia de detectar a tiempo la debilidad imprevista en la cara, brazo o pierna, quedarse sin visión de un ojo o ver doble, confusión repentina, alteración del habla o problemas para entender, dificultad para caminar, mareo, pérdida del equilibrio o de la coordinación, dolor de cabeza muy intenso y brusco sin causa conocida.

El neurocirujano Eduardo Tejado, director de la Unidad de Neurocirugía Endovascular y Stroke (UNES) del Hospital Italiano de La Plata, explicó a Télam que "es importante conocer las señales de ataque cerebral porque actuar rápido y pedir ayuda al hospital puede reducir los efectos y salvar vidas".

"Los síntomas debilidad repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente si ocurre en un lado del cuerpo, confusión repentina, dificultad para hablar, entender o caminar, mareo, pérdida del equilibrio o de la coordinación, dolor de cabeza muy intenso y brusco", planteó.

"Uno solo de estos síntomas ya debe alarmarnos de la posibilidad de sufrir un ACV, por lo que la persona necesita una ayuda inmediata de un equipo de profesionales para salvar su vida", remarcó Tejado, quien junto a un grupo de profesionales tratan desde la prevención hasta operaciones con cirugías mínimamente invasivas y la rehabilitación de los pacientes.

Sostuvo que "los accidentes cerebro vasculares representan la tercer causa de muerte y primera en secuelas de nuestro país, con una tendencia a incrementarse en las próximas décadas".

Subrayó que "el tiempo es cerebro, por lo que si se tarda en realizar la consulta, se sigue infartando el cerebro", detalló que "una neurona vive 5 minutos, cuando se rompe empieza a morirse e, instantáneamente, se empiezan a morir todas las de al lado" y añadió que "luego, eso es más grande y la persona puede terminar en coma".

Recordó que "un caso paradigmático fue el de Gustavo Cerati, quien empezó con un infartito chiquito, cuando se le dormían la cara y la mano, pero pasaron las horas y luego cayó en coma" y analizó que "el tema es agarrarlo a tiempo para poder pasar la droga que diluye el coágulo".

"Está probado que hasta las 3 horas de producido el ACV se puede restablecer la circulación. Ahí, uno puede aplicar trombolíticos endovenosos, que diluyen el coágulo. Pasadas esas horas, ya es peligroso sacar el trombo. Ahora ese tiempo se extendió a 8 horas a través del tratamiento endovascular. Entonces tratamos de entrarle a la arteria y extraer el trombo", dijo.

El ACV puede ser isquémico 80% (cuando una arteria se obstruye) o hemorrágico 20% (cuando una arteria se rompe).

Los factores de riesgo más habituales que se pueden modificar con conductas más sanas son hipertensión, sedentarismo, dislipemias (colesterol alto), obesidad, tabaquismo, alcoholismo, mala alimentación, diabetes, cardiopatías.

En Argentina, el 32% de la población tiene hipertensión arterial (el 60% no lo sabe), entre 8,5% y 12% es diabética, el 27% fuma, el 40% está expuesta al humo de otros (fumadores pasivos), el 35,4% tiene sobrepeso (18% obesidad), el 54,9% no realiza actividad física útil para su salud y el porcentaje de población que tiene una alimentación con alto contenido de frutas y verduras -en niveles que previenen las enfermedades vasculares- no llega al 5%.

Además, la Organización Mundial de la Salud prevé un incremento del 27% en la incidencia de ACV entre los años 2000 y 2025, en relación con el envejecimiento de la población.

Tejado afirmó que "el manejo integral del ACV comienza con la promoción de la salud a partir de hábitos sanos, mejora de la calidad de vida, educación y concientización de la comunidad; prevención de factores de riesgo que potencialmente generan la enfermedad vascular".

Contó además que la unidad UNES que encabeza en el Hospital Italiano incorporó una estructura especializada en el manejo agudo del accidente cerebro vascular, "permitiendo un diagnóstico y tratamiento precoz considerando que el tiempo transcurrido entre el comienzo de los síntomas neurológicos y su atención que es fundamental para minimizar el impacto sobre el tejido cerebral".

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28 OCT 2016 - 11:43

Las enfermedades cerebro vasculares representan una emergencia médica que diariamente afecta a miles de personas de todas las edades y constituyen un desafío para las organizaciones sanitarias por el incremento de la demanda de atención y por la complejidad requerida para su adecuado tratamiento.

En Argentina, cada cuatro minutos una persona sufre un accidente cerebro vascular (ACV), por lo que los médicos destacan la importancia de detectar a tiempo la debilidad imprevista en la cara, brazo o pierna, quedarse sin visión de un ojo o ver doble, confusión repentina, alteración del habla o problemas para entender, dificultad para caminar, mareo, pérdida del equilibrio o de la coordinación, dolor de cabeza muy intenso y brusco sin causa conocida.

El neurocirujano Eduardo Tejado, director de la Unidad de Neurocirugía Endovascular y Stroke (UNES) del Hospital Italiano de La Plata, explicó a Télam que "es importante conocer las señales de ataque cerebral porque actuar rápido y pedir ayuda al hospital puede reducir los efectos y salvar vidas".

"Los síntomas debilidad repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente si ocurre en un lado del cuerpo, confusión repentina, dificultad para hablar, entender o caminar, mareo, pérdida del equilibrio o de la coordinación, dolor de cabeza muy intenso y brusco", planteó.

"Uno solo de estos síntomas ya debe alarmarnos de la posibilidad de sufrir un ACV, por lo que la persona necesita una ayuda inmediata de un equipo de profesionales para salvar su vida", remarcó Tejado, quien junto a un grupo de profesionales tratan desde la prevención hasta operaciones con cirugías mínimamente invasivas y la rehabilitación de los pacientes.

Sostuvo que "los accidentes cerebro vasculares representan la tercer causa de muerte y primera en secuelas de nuestro país, con una tendencia a incrementarse en las próximas décadas".

Subrayó que "el tiempo es cerebro, por lo que si se tarda en realizar la consulta, se sigue infartando el cerebro", detalló que "una neurona vive 5 minutos, cuando se rompe empieza a morirse e, instantáneamente, se empiezan a morir todas las de al lado" y añadió que "luego, eso es más grande y la persona puede terminar en coma".

Recordó que "un caso paradigmático fue el de Gustavo Cerati, quien empezó con un infartito chiquito, cuando se le dormían la cara y la mano, pero pasaron las horas y luego cayó en coma" y analizó que "el tema es agarrarlo a tiempo para poder pasar la droga que diluye el coágulo".

"Está probado que hasta las 3 horas de producido el ACV se puede restablecer la circulación. Ahí, uno puede aplicar trombolíticos endovenosos, que diluyen el coágulo. Pasadas esas horas, ya es peligroso sacar el trombo. Ahora ese tiempo se extendió a 8 horas a través del tratamiento endovascular. Entonces tratamos de entrarle a la arteria y extraer el trombo", dijo.

El ACV puede ser isquémico 80% (cuando una arteria se obstruye) o hemorrágico 20% (cuando una arteria se rompe).

Los factores de riesgo más habituales que se pueden modificar con conductas más sanas son hipertensión, sedentarismo, dislipemias (colesterol alto), obesidad, tabaquismo, alcoholismo, mala alimentación, diabetes, cardiopatías.

En Argentina, el 32% de la población tiene hipertensión arterial (el 60% no lo sabe), entre 8,5% y 12% es diabética, el 27% fuma, el 40% está expuesta al humo de otros (fumadores pasivos), el 35,4% tiene sobrepeso (18% obesidad), el 54,9% no realiza actividad física útil para su salud y el porcentaje de población que tiene una alimentación con alto contenido de frutas y verduras -en niveles que previenen las enfermedades vasculares- no llega al 5%.

Además, la Organización Mundial de la Salud prevé un incremento del 27% en la incidencia de ACV entre los años 2000 y 2025, en relación con el envejecimiento de la población.

Tejado afirmó que "el manejo integral del ACV comienza con la promoción de la salud a partir de hábitos sanos, mejora de la calidad de vida, educación y concientización de la comunidad; prevención de factores de riesgo que potencialmente generan la enfermedad vascular".

Contó además que la unidad UNES que encabeza en el Hospital Italiano incorporó una estructura especializada en el manejo agudo del accidente cerebro vascular, "permitiendo un diagnóstico y tratamiento precoz considerando que el tiempo transcurrido entre el comienzo de los síntomas neurológicos y su atención que es fundamental para minimizar el impacto sobre el tejido cerebral".


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