Rusia acusa a la ONU de sabotear negociaciones en Siria

Rusia acusó hoy abiertamente al enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, de sabotear las negociaciones entre Damasco y la oposición, y argumentó ante el Consejo de Seguridad que las posiciones "terroristas" en su territorio provocan la crisis humanitaria, no sus bombardeos.

23 NOV 2016 - 10:52 | Actualizado

Horas después, el Pentágono anunció que mató a un jefe de Al Qaeda en Siria durante un ataque aéreo lanzado el 18 de noviembre pasado cerca de Sarmada, un pueblo situado en el noreste de Siria, según la agencia de noticias EFE.

El portavoz del Pentágono, Peter Cook, explicó que se trata del egipcio Abu Faraj al Masri, uno de los hombres más cercanos al líder de la organización, Ayman al Zawahiri.

"La eliminación de Al Masri del campo de batalla representa otro golpe a Al Qaeda en Siria y demuestra la continua determinación de Estados Unidos por buscar a los líderes de Al Qaeda en Siria, dondequiera que estén, por representar una amenaza para Estados Unidos, nuestros aliados e intereses", valoró Cook.

El anuncio de Estados Unidos se dio en medio de una creciente tensión diplomática internacional, que hoy se centró en las denuncias de Moscú a Naciones Unidas.

"La ONU, en la persona de su enviado especial, Staffan de Mistura, sabotea desde hace más de un año la resolución 2254 que estipula la celebración de negociaciones sirias sin condiciones previas", dijo el canciller ruso, Serguei Lavrov, a la prensa en Minsk.

Tanto Rusia como Irán instaron en varias ocasiones al enviado especial De Mistura a que reactive los esfuerzos diplomáticos para el reinicio en Ginebra de las negociaciones de paz "sin condiciones previas", informó EFE.

Pero Lavrov aseguró que "probablemente, al gobierno no lo quede otra opción que aceptar la iniciativa de la oposición patriótica (opositores internos en Siria que no apoyan a los rebeldes armados) y organizar el diálogo sirio".

A finales de abril la Comisión Suprema para las Negociaciones, principal representante de la oposición siria en Ginebra, abandonó las tratativas con la exigencia de que Rusia y Damasco cesaran toda acción militar en Alepo.

La aviación rusa había suspendido hace más de un mes los bombardeos contra Alepo, pero la semana pasada lanzó un nuevo ataque masivo contra las posiciones yihadistas en el país árabe.

Al respecto, Lavrov subrayó que Moscú apoya "la celebración de esa reunión en Damasco" y opinó que el gobierno sirio aceptará la propuesta opositora.

Pero mientras se busca una salida política a la insostenible situación, la discusión en la ONU sobre la guerra en Siria fue atravesada por el costado humanitario. De hecho, casi un millón de personas en el país árabe viven actualmente en áreas bajo sitio, el doble que hace seis meses, alertó ayer el jefe humanitario de Naciones Unidas, Stephen O'Brien.

Tras deplorar "el sufrimiento de los civiles en Alepo y en toda Siria", donde "el horror es algo usual", O'Brien agregó que la muerte de más de 750 hombres y mujeres de personal médico mostraba "un desprecio repugnante y descarado por el derecho internacional humanitario".

El embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari lo cruzó, al acusarlo de omitir en su ponencia toda mención "a los grupos terroristas" -como Damasco llama a todos los rebeldes armados- y aseguró que su gobierno "abrió seis corredores humanitarios para los civiles y dos rutas para los hombres armados que quieren salir de Alepo oriental".

"Sin embargo, los terroristas no salen y no dejaron que los civiles se fueran porque los tomaron como rehenes y escudos humanos", concluyó.

Todos los bandos en Siria dicen querer la paz, pero los combates siguen profundizándose.

Este fin de semana, por ejemplo, más de 40 civiles perdieron la vida en distintas partes del este de Alepo, controlado por la oposición, entre ellos numerosos niños.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG opositora con sede en Londres, los combates continuaron hoy en tres barrios con un saldo de al menos ocho rebeldes muertos, entre ellos un "emir" militar del Movimiento Islámico de los Libres de Sham, un grupo yihadista radical.

Desde el comienzo de la guerra siria, hace más de cinco años y medio, más de 300.000 personas murieron y más de la mitad de la población tuvieron que abandonar sus hogares y buscar refugio dentro o fuera del país.

23 NOV 2016 - 10:52

Horas después, el Pentágono anunció que mató a un jefe de Al Qaeda en Siria durante un ataque aéreo lanzado el 18 de noviembre pasado cerca de Sarmada, un pueblo situado en el noreste de Siria, según la agencia de noticias EFE.

El portavoz del Pentágono, Peter Cook, explicó que se trata del egipcio Abu Faraj al Masri, uno de los hombres más cercanos al líder de la organización, Ayman al Zawahiri.

"La eliminación de Al Masri del campo de batalla representa otro golpe a Al Qaeda en Siria y demuestra la continua determinación de Estados Unidos por buscar a los líderes de Al Qaeda en Siria, dondequiera que estén, por representar una amenaza para Estados Unidos, nuestros aliados e intereses", valoró Cook.

El anuncio de Estados Unidos se dio en medio de una creciente tensión diplomática internacional, que hoy se centró en las denuncias de Moscú a Naciones Unidas.

"La ONU, en la persona de su enviado especial, Staffan de Mistura, sabotea desde hace más de un año la resolución 2254 que estipula la celebración de negociaciones sirias sin condiciones previas", dijo el canciller ruso, Serguei Lavrov, a la prensa en Minsk.

Tanto Rusia como Irán instaron en varias ocasiones al enviado especial De Mistura a que reactive los esfuerzos diplomáticos para el reinicio en Ginebra de las negociaciones de paz "sin condiciones previas", informó EFE.

Pero Lavrov aseguró que "probablemente, al gobierno no lo quede otra opción que aceptar la iniciativa de la oposición patriótica (opositores internos en Siria que no apoyan a los rebeldes armados) y organizar el diálogo sirio".

A finales de abril la Comisión Suprema para las Negociaciones, principal representante de la oposición siria en Ginebra, abandonó las tratativas con la exigencia de que Rusia y Damasco cesaran toda acción militar en Alepo.

La aviación rusa había suspendido hace más de un mes los bombardeos contra Alepo, pero la semana pasada lanzó un nuevo ataque masivo contra las posiciones yihadistas en el país árabe.

Al respecto, Lavrov subrayó que Moscú apoya "la celebración de esa reunión en Damasco" y opinó que el gobierno sirio aceptará la propuesta opositora.

Pero mientras se busca una salida política a la insostenible situación, la discusión en la ONU sobre la guerra en Siria fue atravesada por el costado humanitario. De hecho, casi un millón de personas en el país árabe viven actualmente en áreas bajo sitio, el doble que hace seis meses, alertó ayer el jefe humanitario de Naciones Unidas, Stephen O'Brien.

Tras deplorar "el sufrimiento de los civiles en Alepo y en toda Siria", donde "el horror es algo usual", O'Brien agregó que la muerte de más de 750 hombres y mujeres de personal médico mostraba "un desprecio repugnante y descarado por el derecho internacional humanitario".

El embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari lo cruzó, al acusarlo de omitir en su ponencia toda mención "a los grupos terroristas" -como Damasco llama a todos los rebeldes armados- y aseguró que su gobierno "abrió seis corredores humanitarios para los civiles y dos rutas para los hombres armados que quieren salir de Alepo oriental".

"Sin embargo, los terroristas no salen y no dejaron que los civiles se fueran porque los tomaron como rehenes y escudos humanos", concluyó.

Todos los bandos en Siria dicen querer la paz, pero los combates siguen profundizándose.

Este fin de semana, por ejemplo, más de 40 civiles perdieron la vida en distintas partes del este de Alepo, controlado por la oposición, entre ellos numerosos niños.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG opositora con sede en Londres, los combates continuaron hoy en tres barrios con un saldo de al menos ocho rebeldes muertos, entre ellos un "emir" militar del Movimiento Islámico de los Libres de Sham, un grupo yihadista radical.

Desde el comienzo de la guerra siria, hace más de cinco años y medio, más de 300.000 personas murieron y más de la mitad de la población tuvieron que abandonar sus hogares y buscar refugio dentro o fuera del país.


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