Ahora Putin mete una baza en las elecciones de Francia

El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó hoy al ex primer ministro de Francia, Francois Fillon, aspirante a candidato a la presidencia de la centroderecha francesa, como a un político "profesional" y "honrado" y recalentó la interna conservadora, que mañana tendrá su gran debate antes de la definición del próximo domingo.

El ex colaborador de Yeltsin y ex agente de la KGB quiere seguir haciendo historia
23 NOV 2016 - 14:04 | Actualizado

"Trabajamos juntos cuando él encabezaba el gobierno de Francia y yo era primer ministro. Tuvimos una relación personal muy buena", dijo Putin a medios locales, según replicó la agencia de noticias EFE.

Para el mandatario ruso, Fillon se diferencia del resto de los políticos por su personalidad, "a primera visita, cerrada", pero que defiende sus puntos de vista "de manera muy dura".

"En ese sentido, es un duro negociador. Pero, sin lugar a dudas, es una persona honrada y profesional del más alto nivel", destacó.

Por su parte, Fillon recordó hoy que Putin es "un interlocutor difícil. No un amigo, sino un interlocutor que respeta a aquel que es capaz de cumplir con sus compromisos".

Y se mostró en contra de "aislar" al "país más grande del mundo" y alejarlo de Europa en favor de Asia.

En tanto, Alain Juppé criticó hoy a su adversario por mantener posturas similares a las del jefe del Kremlin, al que recriminó la anexión de la península ucraniana de Crimea y su apoyo al líder sirio, Bashar al Assad, aunque abogó por el diálogo con el presidente ruso.

Tras dejar afuera de la carrera al ex presidente Nicolas Sarkozy, Fillon ganaría en la segunda vuelta de las primarias del próximo domingo con un 65% de los votos, frente al 35% de Juppé, según los sondeos, pero la campaña aumenta su temperatura a pocas horas del gran debate.

La cita de mañana, un cara a cara y con más tiempo de palabra, servirá para confrontar un programa que, según sus respectivos detractores, es demasiado moderado en el caso de Juppé, y excesivamente liberal y conservador del lado de Fillon, quien ya recibió el apoyo de Sarkozy.

El debate girará en torno a tres grandes temas: sus métodos de gobierno, sus concepciones de la sociedad francesa y el futuro del país, lo que les dará la oportunidad igualmente de pronunciarse sobre política extranjera.

Los dos candidatos llegan a este cara a cara con dos polémicas recientes a sus espaldas: las acusaciones mutuas de juego sucio después de que Juppé pidiera ayer a Fillon aclarar su postura sobre el aborto y las nuevas críticas contra el primero por su supuesta cercanía con las franjas más retrógradas del islam.

"¿Quién quiere la piel de 'Ali Juppé'?", publicó hoy el diario Libération, haciéndose eco de los ataques contra el actual alcalde de Burdeos, lanzados principalmente en las redes sociales y por parte de la extrema derecha.

"Se me acusó primero de construir una gran mezquita en Burdeos que no existe. Luego se me ha rebautizado como 'Ali Juppé', el gran muftí (jurisconsulto musulmán) de Burdeos. Y últimamente he sido 'cómplice' de salafistas y antisemitas", se lamentó hoy en la emisora RTL, donde sostuvo que su contrincante está siendo apoyado por miembros de la ultraderecha.

La primera ronda de las primarias congregó el pasado domingo a 4,27 millones de personas, según el recuento final publicado hoy por la organización independiente encargada del escrutinio, y la segunda espera movilizar a un número igualmente elevado de electores.

La reciente victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos expuso un enojo popular contra las élites políticas en los países occidentales, que la ultraderechista francesa Marine Le Pen, del partido Frente Nacional (FN), supo aprovechar acaparando horas en los medios locales.

El balotaje de la interna entre Fillon-Juppé es clave de cara a las presidenciales del 23 de abril y el 7 de mayo del año próximo porque el ganador podría salir victorioso frente a un socialismo diezmado y desprestigiado por el incumplimiento de las promesas del actual presidente Francois Hollande y una extrema derecha, comandada por Marine Le Pen, que va en ascenso, pero que mantiene un elevado piso de rechazo por su nacionalismo.

En un duelo final, la izquierda y el progresismo se inclinarían a favor del conservador que gane el domingo para evitar un triunfo de la extrema derecha, tal como pasó en 2002 con el entonces inédito balotaje entre el conservador Jacques Chirac (82,2%) y el entonces líder del FN, Jean-Marie Le Pen (18,8%), padre de Marine.

Una reciente encuesta de BVA mostró que Fillon derrotaría a Le Pen en una segunda vuelta en 2017 por un 61% frente a un 39%, lo que refleja el ascenso del FN con respecto al primer balotaje que accedió en su historia la formación ultraderechista.

El ex colaborador de Yeltsin y ex agente de la KGB quiere seguir haciendo historia
23 NOV 2016 - 14:04

"Trabajamos juntos cuando él encabezaba el gobierno de Francia y yo era primer ministro. Tuvimos una relación personal muy buena", dijo Putin a medios locales, según replicó la agencia de noticias EFE.

Para el mandatario ruso, Fillon se diferencia del resto de los políticos por su personalidad, "a primera visita, cerrada", pero que defiende sus puntos de vista "de manera muy dura".

"En ese sentido, es un duro negociador. Pero, sin lugar a dudas, es una persona honrada y profesional del más alto nivel", destacó.

Por su parte, Fillon recordó hoy que Putin es "un interlocutor difícil. No un amigo, sino un interlocutor que respeta a aquel que es capaz de cumplir con sus compromisos".

Y se mostró en contra de "aislar" al "país más grande del mundo" y alejarlo de Europa en favor de Asia.

En tanto, Alain Juppé criticó hoy a su adversario por mantener posturas similares a las del jefe del Kremlin, al que recriminó la anexión de la península ucraniana de Crimea y su apoyo al líder sirio, Bashar al Assad, aunque abogó por el diálogo con el presidente ruso.

Tras dejar afuera de la carrera al ex presidente Nicolas Sarkozy, Fillon ganaría en la segunda vuelta de las primarias del próximo domingo con un 65% de los votos, frente al 35% de Juppé, según los sondeos, pero la campaña aumenta su temperatura a pocas horas del gran debate.

La cita de mañana, un cara a cara y con más tiempo de palabra, servirá para confrontar un programa que, según sus respectivos detractores, es demasiado moderado en el caso de Juppé, y excesivamente liberal y conservador del lado de Fillon, quien ya recibió el apoyo de Sarkozy.

El debate girará en torno a tres grandes temas: sus métodos de gobierno, sus concepciones de la sociedad francesa y el futuro del país, lo que les dará la oportunidad igualmente de pronunciarse sobre política extranjera.

Los dos candidatos llegan a este cara a cara con dos polémicas recientes a sus espaldas: las acusaciones mutuas de juego sucio después de que Juppé pidiera ayer a Fillon aclarar su postura sobre el aborto y las nuevas críticas contra el primero por su supuesta cercanía con las franjas más retrógradas del islam.

"¿Quién quiere la piel de 'Ali Juppé'?", publicó hoy el diario Libération, haciéndose eco de los ataques contra el actual alcalde de Burdeos, lanzados principalmente en las redes sociales y por parte de la extrema derecha.

"Se me acusó primero de construir una gran mezquita en Burdeos que no existe. Luego se me ha rebautizado como 'Ali Juppé', el gran muftí (jurisconsulto musulmán) de Burdeos. Y últimamente he sido 'cómplice' de salafistas y antisemitas", se lamentó hoy en la emisora RTL, donde sostuvo que su contrincante está siendo apoyado por miembros de la ultraderecha.

La primera ronda de las primarias congregó el pasado domingo a 4,27 millones de personas, según el recuento final publicado hoy por la organización independiente encargada del escrutinio, y la segunda espera movilizar a un número igualmente elevado de electores.

La reciente victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos expuso un enojo popular contra las élites políticas en los países occidentales, que la ultraderechista francesa Marine Le Pen, del partido Frente Nacional (FN), supo aprovechar acaparando horas en los medios locales.

El balotaje de la interna entre Fillon-Juppé es clave de cara a las presidenciales del 23 de abril y el 7 de mayo del año próximo porque el ganador podría salir victorioso frente a un socialismo diezmado y desprestigiado por el incumplimiento de las promesas del actual presidente Francois Hollande y una extrema derecha, comandada por Marine Le Pen, que va en ascenso, pero que mantiene un elevado piso de rechazo por su nacionalismo.

En un duelo final, la izquierda y el progresismo se inclinarían a favor del conservador que gane el domingo para evitar un triunfo de la extrema derecha, tal como pasó en 2002 con el entonces inédito balotaje entre el conservador Jacques Chirac (82,2%) y el entonces líder del FN, Jean-Marie Le Pen (18,8%), padre de Marine.

Una reciente encuesta de BVA mostró que Fillon derrotaría a Le Pen en una segunda vuelta en 2017 por un 61% frente a un 39%, lo que refleja el ascenso del FN con respecto al primer balotaje que accedió en su historia la formación ultraderechista.


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