Cumbre ruso-japonesa con la economía como eje

Los líderes de Japón, Shinzo Abe, y Rusia, Vladimir Putin, compartieron hoy una segunda jornada de reuniones en Tokio, en las que decidieron apostar por la vía económica para mejorar las relaciones entre sus países y postergar su estancada disputa territorial por las islas Kuriles.

16 DIC 2016 - 12:30 | Actualizado

En un comunicado conjunto, Abe y Putin señalaron que su "entendimiento mutuo" supone "un paso importante" para dejar atrás el asunto de las cuatro islas meridionales, ocupadas por Rusia al término de la Segunda Guerra Mundial y reclamadas por Tokio desde entonces.

Esta disputa impidió que ambos países firmen un acuerdo de paz tras la guerra mundial.

Los dos líderes sellaron hoy la participación de empresas niponas en explotaciones energéticas rusas y la creación de una zona económica conjunta en las Kuriles, según informó la agencia de noticias EFE.

Además, coincidieron en calificar al litigio territorial como "anacrónico" y "negativo para sus intereses", aunque ambos líderes dejaron claro que no piensan ceder ni un ápice en sus respectivos reclamos de soberanía sobre las islas.

Durante la conferencia de prensa que compartieron, Putin señaló que la disputa territorial "no podrá resolverse pronto" y que, por lo tanto, las dos partes deben buscar "un arreglo".

Por su parte, Abe subrayó que "la postura de Japón sobre los Territorios del Norte no ha cambiado".

La tercera cumbre celebrada este año entre ambos mandatarios deparó así más resultados en clave simbólica que en términos concretos, y volvió a poner de relieve el enfoque pragmático que estos líderes conservadores aplican a sus relaciones exteriores, que centraron la agenda en la economía.

En primer lugar, Tokio y Moscú acordaron el desarrollo de actividades económicas conjuntas en las cuatro Kuriles del Sur en las áreas de pesca, turismo, salud y medio ambiente, así como flexibilizar los visados para que los varios millares de ex residentes nipones de estas islas puedan visitarlas.

Además, pactaron la participación de empresas japonesas en las explotaciones de gas natural en la península de Guida, en el océano Ártico, un movimiento de especial valor para el país asiático, que mantiene una alta dependencia económica del exterior y que ya importa de Rusia una parte importante de su crudo y su gas.

El paquete de cooperación sellado entre Tokio y Moscú supone que Japón aportará inversiones por valor de unos 300.000 millones de yenes (2.538 millones de dólares), según informó un vocero del gobierno nipón.

Abe optó por estas medidas a pesar de las sanciones que impuso sobre Moscú junto a otras potencias occidentales y aliadas por la anexión que aprobó Rusia de la península ucraniana de Crimea en 2014 y por apoyar a los separatistas pro rusos sublevados en el este ucraniano.

La reunión hoy tuvo lugar en la residencia del primer ministro nipón, después del encuentro de carácter más íntimo que mantuvieron en la víspera en un balneario de Nagato, feudo natal del clan Abe, en el suroeste de Japón.

Pese a que ambos se han reunido en dieciséis ocasiones durante los dos mandatos de Abe, la visita de Putin es la primera oficial de un presidente ruso al país asiático en once años, y la primera reunión entre éste y un mandatario del G7 desde el conflicto de Crimea.

Tras sus reuniones con el primer ministro y empresarios nipones, Putin visitó el Instituto Kodokan de judo, un arte marcial en el que el dirigente oriundo de San Petersburgo es cinturón negro.

16 DIC 2016 - 12:30

En un comunicado conjunto, Abe y Putin señalaron que su "entendimiento mutuo" supone "un paso importante" para dejar atrás el asunto de las cuatro islas meridionales, ocupadas por Rusia al término de la Segunda Guerra Mundial y reclamadas por Tokio desde entonces.

Esta disputa impidió que ambos países firmen un acuerdo de paz tras la guerra mundial.

Los dos líderes sellaron hoy la participación de empresas niponas en explotaciones energéticas rusas y la creación de una zona económica conjunta en las Kuriles, según informó la agencia de noticias EFE.

Además, coincidieron en calificar al litigio territorial como "anacrónico" y "negativo para sus intereses", aunque ambos líderes dejaron claro que no piensan ceder ni un ápice en sus respectivos reclamos de soberanía sobre las islas.

Durante la conferencia de prensa que compartieron, Putin señaló que la disputa territorial "no podrá resolverse pronto" y que, por lo tanto, las dos partes deben buscar "un arreglo".

Por su parte, Abe subrayó que "la postura de Japón sobre los Territorios del Norte no ha cambiado".

La tercera cumbre celebrada este año entre ambos mandatarios deparó así más resultados en clave simbólica que en términos concretos, y volvió a poner de relieve el enfoque pragmático que estos líderes conservadores aplican a sus relaciones exteriores, que centraron la agenda en la economía.

En primer lugar, Tokio y Moscú acordaron el desarrollo de actividades económicas conjuntas en las cuatro Kuriles del Sur en las áreas de pesca, turismo, salud y medio ambiente, así como flexibilizar los visados para que los varios millares de ex residentes nipones de estas islas puedan visitarlas.

Además, pactaron la participación de empresas japonesas en las explotaciones de gas natural en la península de Guida, en el océano Ártico, un movimiento de especial valor para el país asiático, que mantiene una alta dependencia económica del exterior y que ya importa de Rusia una parte importante de su crudo y su gas.

El paquete de cooperación sellado entre Tokio y Moscú supone que Japón aportará inversiones por valor de unos 300.000 millones de yenes (2.538 millones de dólares), según informó un vocero del gobierno nipón.

Abe optó por estas medidas a pesar de las sanciones que impuso sobre Moscú junto a otras potencias occidentales y aliadas por la anexión que aprobó Rusia de la península ucraniana de Crimea en 2014 y por apoyar a los separatistas pro rusos sublevados en el este ucraniano.

La reunión hoy tuvo lugar en la residencia del primer ministro nipón, después del encuentro de carácter más íntimo que mantuvieron en la víspera en un balneario de Nagato, feudo natal del clan Abe, en el suroeste de Japón.

Pese a que ambos se han reunido en dieciséis ocasiones durante los dos mandatos de Abe, la visita de Putin es la primera oficial de un presidente ruso al país asiático en once años, y la primera reunión entre éste y un mandatario del G7 desde el conflicto de Crimea.

Tras sus reuniones con el primer ministro y empresarios nipones, Putin visitó el Instituto Kodokan de judo, un arte marcial en el que el dirigente oriundo de San Petersburgo es cinturón negro.


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