Pasó Año Nuevo en las bardas para proteger a su hijo de la pirotecnia

Ocurrió en Allen, Río Negro. El pequeño padece Trastorno generalizado del desarrollo (TGD) con espectro autista y no tolera los ruidos. Por eso se refugiaron lejos de la ciudad.

03 ENE 2017 - 11:46 | Actualizado

Mientras en Allen, Río Negro, todos celebraban la llegada del nuevo año y las copas se alzaban para brindar, Maximiliano Galante y su hijo Franco, de 11 años, no tuvieron otra alternativa que buscar refugio en la zona de bardas, una parte alta de la ciudad.

Franco padece Trastorno generalizado del desarrollo (TGD) con espectro autista, y no tolera los ruidos fuertes. Ese lugar alejado fue la mejor manera de escapar de los estruendos que se oían en la ciudad.

Lejos de sus afectos y en medio de la oscuridad de la meseta, los dos grabaron un video en el que el papá explicó el tormento que sufren en cada fiesta, cuando las explosiones alteran a su hijo y reclamó por la prohibición de la pirotecnia.

“Nos vinimos acá para que Franquito se calme y esté tranquilo. Intentamos quedarnos en casa pero lamentablemente no toleró los ruidos. Este video pretende no dar lastima sino que tomen conciencia de que hay muchas personas con discapacidad, como Franco, que la padecen”, señaló Galante en la transmisión en directo que hizo desde su cuenta personal, en la red social Facebook.

El video que mostró a padre e hijo en la más absoluta soledad dentro de un automóvil, tenía ayer más de dos mil visualizaciones y decenas de comentarios en los que los usuarios se solidarizaban con la situación.

Cuando el nene escucha los estruendos de la pirotecnia se pone muy nervioso y comienza a llorar. “Entra en un estado de crisis e incluso puede llegar a convulsionar, que es lo más complicado”, relató el padre.

“Un Año Nuevo lloró tanto que el desgaste que le provocó el ruido de la pirotecnia hizo que prácticamente se desmayara y se durmió. Desde entonces tratamos de evitar que llegue a esa situación”, agregó.

Galante fue uno de los padres de niños con discapacidad que en Allen encabezó el debate para que se prohíba la venta de la pirotecnia. Argumentó ante el Concejo Deliberante su pedido, que también fue respaldado por la Asociación Protectora de Animales.

El año pasado y con los votos de los concejales del oficialismo se aprobó una ordenanza que vedó la venta de la pirotecnia de alto poder explosivo, pero la norma, que debutó en estas fiestas, fue un fracaso y Maximiliano no escondió su malestar por la falta de los controles municipales.
 
(Fuente: Diario Río Negro)
 

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03 ENE 2017 - 11:46

Mientras en Allen, Río Negro, todos celebraban la llegada del nuevo año y las copas se alzaban para brindar, Maximiliano Galante y su hijo Franco, de 11 años, no tuvieron otra alternativa que buscar refugio en la zona de bardas, una parte alta de la ciudad.

Franco padece Trastorno generalizado del desarrollo (TGD) con espectro autista, y no tolera los ruidos fuertes. Ese lugar alejado fue la mejor manera de escapar de los estruendos que se oían en la ciudad.

Lejos de sus afectos y en medio de la oscuridad de la meseta, los dos grabaron un video en el que el papá explicó el tormento que sufren en cada fiesta, cuando las explosiones alteran a su hijo y reclamó por la prohibición de la pirotecnia.

“Nos vinimos acá para que Franquito se calme y esté tranquilo. Intentamos quedarnos en casa pero lamentablemente no toleró los ruidos. Este video pretende no dar lastima sino que tomen conciencia de que hay muchas personas con discapacidad, como Franco, que la padecen”, señaló Galante en la transmisión en directo que hizo desde su cuenta personal, en la red social Facebook.

El video que mostró a padre e hijo en la más absoluta soledad dentro de un automóvil, tenía ayer más de dos mil visualizaciones y decenas de comentarios en los que los usuarios se solidarizaban con la situación.

Cuando el nene escucha los estruendos de la pirotecnia se pone muy nervioso y comienza a llorar. “Entra en un estado de crisis e incluso puede llegar a convulsionar, que es lo más complicado”, relató el padre.

“Un Año Nuevo lloró tanto que el desgaste que le provocó el ruido de la pirotecnia hizo que prácticamente se desmayara y se durmió. Desde entonces tratamos de evitar que llegue a esa situación”, agregó.

Galante fue uno de los padres de niños con discapacidad que en Allen encabezó el debate para que se prohíba la venta de la pirotecnia. Argumentó ante el Concejo Deliberante su pedido, que también fue respaldado por la Asociación Protectora de Animales.

El año pasado y con los votos de los concejales del oficialismo se aprobó una ordenanza que vedó la venta de la pirotecnia de alto poder explosivo, pero la norma, que debutó en estas fiestas, fue un fracaso y Maximiliano no escondió su malestar por la falta de los controles municipales.
 
(Fuente: Diario Río Negro)
 


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