La inseguridad, los jueces “cagones” y las tareas pendientes de los 3 poderes

Al gobernador Mario Das Neves no le cuesta nada arrancar la moto, subirse y acelerar a fondo cada vez que cree que alguno de los poderes del Estado no está a la altura de las circunstancias. Inclusive, cuando el déficit proviene del propio Poder Ejecutivo que él comanda, como sucedió esta semana cuando descabezó a la Policía del Chubut, o antes cuando se sacó de encima a varios ministros que no daban la talla.

Pero la decisión de la jueza de Comodoro Rivadavia, Raquel Tassello, de liberar a dos involucrados en el brutal asesinato del remisero de Comodoro Rivadavia, fue la gota que colmó el vaso.

El propio Das Neves levantó el teléfono el lunes por la noche para hablar con un periodista de Jornada al filo del cierre de la edición del martes. Furioso, dijo sobre la Justicia una de las frases más fuertes que se le hayan escuchado en sus tres gestiones al frente de Chubut: “Quiero que quede bien claro, tenemos una Justicia indigna y jueces sinvergüenzas y cagones”, le dijo el mandatario a este diario.

Das Neves estaba caliente pero sus palabras fueron elegidas, una por una, para que provoquen el efecto que esperaba. Quería ser duro y no ahorrar calificativos porque no podía creer que apenas 24 horas después del velatorio de Fernando Schmidt (el remisero de Comodoro Rivadavia asesinado de veinte puñaladas), una jueza haya dejado libres a dos personas involucradas en un crimen violento.

En offside

La polémica decisión de la jueza Tassello no es muy distinta a la que toman diariamente muchos otros jueces de Chubut. Nadie pide que los magistrados incumplan la ley ni que, al contrario, fallen para la tribuna. Pero lo que no pueden hacer es impartir justicia con miedo. Los jueces que sientan temor antes de fallar –que sean “cagones”, según las palabras del propio Das Neves- tienen que dar un paso al costado y dedicarse a la Abogacía.

La endeblez jurídica de la decisión de Tassello, que ahora podría enfrentar un jury si es que prospera la denuncia que la Fiscalía de Estado presentará esta semana ante el Consejo de la Magistratura, se comprobó apenas dos días después, cuando otros dos jueces que revisaron su fallo –los sarmientinos Roberto Casal y Alejandro Rosales-, revocaron parte de la medida y encarcelaron a uno de los liberados.

¿Es posible que tres jueces que trabajan en la misma Circunscripción Judicial tengan visiones tan distintas sobre un mismo caso? Evidentemente, alguno quedó en posición adelantada.

La situación no sólo se da en la zona sur de Chubut. En el Valle, la Cámara Penal de Trelew ha venido fallando completamente opuesto a la decisión de los tribunales originales. El último caso en este sentido fue el de la exministro y actual diputada provincial, que de ser condenada en primera instancia, fue beneficiada con la absolución por los camaristas trelewenses.

En el Poder Judicial de Chubut no son pocos los que admiten –por lo bajo- que la Justicia está llena de magistrados con pocas agallas, acomodaticios y que piensan más en sus vacaciones fuera del país que en impartir justicia.

O que le han dedicado más tiempo a los amparos judiciales personales para cobrarle de prepo al Estado provincial los reclamos salariales, que a escuchar un poco más lo que pasa en el llano.

Pero también, hay que destacarlo, el Poder Judicial de Chubut está lleno de jueces que son probos y que, así como admiten las fallas propias, señalan la constante impericia de muchos fiscales que “duermen” a la hora de acusar o pedir preventivas, y que no quedan tan expuestos ante la prensa o ante la furia política que suele recaer sobre el lomo de los jueces.

Comunicado inoportuno

Tras varios días de polémica, con los más altos funcionarios del Gobierno provincial castigando duro a los jueces, el gobernador Das Neves aprovechó la jura de Luis Avilés como nuevo jefe de la Policía del Chubut para bajar un poco el tono, pero no las críticas.

Acompañado en el estrado por el presidente del Superior Tribunal de Justicia, Jorge Pfleger, y por el titular de la Procuración General, Jorge Miquelarena, el gobernador elogió al ministro del STJ, que el día anterior había confirmado su renuncia al cargo para acogerse a la jubilación.

“Pido disculpas si a veces digo las cosas de una manera fuerte, pero yo soy absolutamente respetuoso de los tres poderes del Estado. A veces digo las cosas que veo que están mal, pero tenemos que unirnos”, señaló el gobernador.

El gesto más conciliador de Das Neves tras las gruesas críticas tornó más inoportuno un comunicado emitido la misma mañana del viernes por la Asociación de Magistrados y Funcionarios Judiciales de Chubut, una especie de “sindicato de jueces, fiscales y defensores”.

No sólo se tardaron varios días en salir a contestarle al gobernador, sino que lo hicieron en un tono de retruque que echaba más leña al fuego, en vez de agua.

La corporación judicial se mostró preocupada por “la escalada de violencia verbal irrespetuosa del Poder Ejecutivo provincial para con los magistrados, y la consiguiente degradación institucional, en clara violación de la independencia del Poder Judicial”, rezaba el comunicado firmado por Juan Gerber, Laura Servent y Omar López, en representación de la Asociación.

La salida extemporánea pareció inoportuna pero se hizo más grave cuando los magistrados agregaron en el comunicado que, además, se solidarizaban con la jueza de Comodoro Rivadavia, Raquel Tassello, que liberó a dos involucrados en el salvaje asesinato de un remisero y que fue lo que desató esta nueva crisis entre la Justicia y el Gobierno.

“Instamos a que se recompongan los canales institucionales, se mitiguen los niveles de violencia institucional a los que son expuestos los magistrados, en el marco del estado de derecho, y de respeto que la investidura judicial merece”, concluía el comunicado de la corporación de magistrados.

De las víctimas de los fallos incomprensibles, de las familias de esas mismas víctimas, de los jueces de Sarmiento que voltearon el vergonzoso fallo de Tassello, ni una palabra.

Si ninguno de los tres poderes del Estado se empieza a hacer un poco cargo de lo que le corresponde, va a ser muy difícil que la gente vuelva a creer en ellos.