Relaciones: conociendo el maltrato de cerca

Autoconocimiento y superación.

10 FEB 2017 - 20:34 | Actualizado

Por Bernardo Stamateas / bernardoresponde@gmail.com

Hoy en día el maltrato, en especial de un hombre hacia su pareja, parece haberse convertido en una epidemia. Este es un tema complejo, que de ninguna manera debería ser abordado a la ligera. Aquí solo acercamos algunas ideas que ayuden al lector a verlo desde otra perspectiva.

El maltrato, por lo general, sigue un ciclo o circuito. Te invito a analizarlo:

Lo primero

En primer lugar, aparece la seducción. El maltratador colma a su víctima de muchísima atención en poco tiempo: flores, regalos, besos, caricias, mensajes y toda clase de cosas buenas. Como resultado, ella llega a esta conclusión: “Él me ama; de verdad le intereso”.

Pero, junto con la seducción, también surge el control de modo sutil. Entonces él comienza a expresar lo que quiere: “No deberías vestirte así”; “te convendría llegar temprano, es peligroso”; “no es necesario que salgas a trabajar”; “esa amistad no te conviene, te lo digo por tu bien”; etc. Por supuesto, todo eso es interpretado por ella como cuidado y amor, una actitud perfectamente razonable. Eso suele ocurrir cuando se mezcla seducción con control.

Lo segundo

En segundo lugar, cuando el control se hace un hábito, se instala el miedo. ¿Cómo? Casi siempre a través de actos verbales y gestuales. Estas son algunas de las frases de descalificación más comunes que salen de boca del maltratador: “Lo hiciste mal”; “no sos capaz; “no sabés nada”; “sos una tonta”.

Él se encargará de dejarle en claro que, mientras “ella no puede”, “él sí puede”. El mensaje aquí es que él es mejor que ella y quien debe guiarla, corregirla y dominarla por completo.

¿Qué ocurre con la autoestima de la persona que sufre maltrato? Es completamente anulada, a la vez que la del maltratador se agiganta (aunque en el fondo también sea una persona insegura).

Y lo tercero

En tercer lugar, tiene lugar la agresión. En esta etapa, el maltratador es abiertamente agresivo, ya no existen las sutilezas: “Me parece que a vos no te da la cabecita… no sé qué harías sin mí”. Además de la violencia verbal, también hay celos, aislamiento y, en algunos casos, incluso infidelidad. La humillación es total, pero aún así la víctima continúa pensando que lo hace por su bien.

La última fase del maltrato es aquella donde aparece el golpe físico. Ella siente tanto temor y desconcierto, que no es capaz de huir de la relación. Muchas veces hay vergüenza social y el hecho de no tener a quién recurrir. Las emociones dominantes del maltratado son ira, miedo y culpa. Y así como a menudo él se “arrepentirá” de su accionar, créase o no, a menudo ella lo “justificará”.

Círculo tóxico

Se trata de un círculo tóxico del que a veces es muy difícil salir. Lo cierto es que toda vez que un miembro de la pareja controla al otro, en realidad no hay pareja. Esta consiste en un “nosotros” que se basa fundamentalmente en el amor, el respeto y el compañerismo.

Si te sentiste identificado/a al leer este artículo, tal vez debas buscar ayuda profesional (a pesar del miedo). Varones y mujeres nacimos para disfrutar de libertad, solos o en pareja, y plenitud en todas las áreas de nuestra vida.

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10 FEB 2017 - 20:34

Por Bernardo Stamateas / bernardoresponde@gmail.com

Hoy en día el maltrato, en especial de un hombre hacia su pareja, parece haberse convertido en una epidemia. Este es un tema complejo, que de ninguna manera debería ser abordado a la ligera. Aquí solo acercamos algunas ideas que ayuden al lector a verlo desde otra perspectiva.

El maltrato, por lo general, sigue un ciclo o circuito. Te invito a analizarlo:

Lo primero

En primer lugar, aparece la seducción. El maltratador colma a su víctima de muchísima atención en poco tiempo: flores, regalos, besos, caricias, mensajes y toda clase de cosas buenas. Como resultado, ella llega a esta conclusión: “Él me ama; de verdad le intereso”.

Pero, junto con la seducción, también surge el control de modo sutil. Entonces él comienza a expresar lo que quiere: “No deberías vestirte así”; “te convendría llegar temprano, es peligroso”; “no es necesario que salgas a trabajar”; “esa amistad no te conviene, te lo digo por tu bien”; etc. Por supuesto, todo eso es interpretado por ella como cuidado y amor, una actitud perfectamente razonable. Eso suele ocurrir cuando se mezcla seducción con control.

Lo segundo

En segundo lugar, cuando el control se hace un hábito, se instala el miedo. ¿Cómo? Casi siempre a través de actos verbales y gestuales. Estas son algunas de las frases de descalificación más comunes que salen de boca del maltratador: “Lo hiciste mal”; “no sos capaz; “no sabés nada”; “sos una tonta”.

Él se encargará de dejarle en claro que, mientras “ella no puede”, “él sí puede”. El mensaje aquí es que él es mejor que ella y quien debe guiarla, corregirla y dominarla por completo.

¿Qué ocurre con la autoestima de la persona que sufre maltrato? Es completamente anulada, a la vez que la del maltratador se agiganta (aunque en el fondo también sea una persona insegura).

Y lo tercero

En tercer lugar, tiene lugar la agresión. En esta etapa, el maltratador es abiertamente agresivo, ya no existen las sutilezas: “Me parece que a vos no te da la cabecita… no sé qué harías sin mí”. Además de la violencia verbal, también hay celos, aislamiento y, en algunos casos, incluso infidelidad. La humillación es total, pero aún así la víctima continúa pensando que lo hace por su bien.

La última fase del maltrato es aquella donde aparece el golpe físico. Ella siente tanto temor y desconcierto, que no es capaz de huir de la relación. Muchas veces hay vergüenza social y el hecho de no tener a quién recurrir. Las emociones dominantes del maltratado son ira, miedo y culpa. Y así como a menudo él se “arrepentirá” de su accionar, créase o no, a menudo ella lo “justificará”.

Círculo tóxico

Se trata de un círculo tóxico del que a veces es muy difícil salir. Lo cierto es que toda vez que un miembro de la pareja controla al otro, en realidad no hay pareja. Esta consiste en un “nosotros” que se basa fundamentalmente en el amor, el respeto y el compañerismo.

Si te sentiste identificado/a al leer este artículo, tal vez debas buscar ayuda profesional (a pesar del miedo). Varones y mujeres nacimos para disfrutar de libertad, solos o en pareja, y plenitud en todas las áreas de nuestra vida.


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