Editorial / Un “todos contra todos” que no aporta soluciones y los aleja más de la gente

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El acuerdo con los magistrados no pasó el filtro de legislatura y desató una lucha sin cuartel.
18 FEB 2017 - 21:15 | Actualizado

Los duros cruces que esta semana que pasó se volvieron a dispensar los integrantes de los tres poderes del Estado puso otra vez en el barro a los que deberían estar pensando más en solucionarles los problemas a la gente que a pelearse casi sin reglas de juego por cuestiones que a la mayoría de la sociedad no le importan mucho.

El proyecto que envió el gobernador Mario Das Neves a la Legislatura para tratar de ponerle un freno definitivo al acuerdo que los magistrados firmaron en 2012 con el entonces gobierno provincial encabezado por Martín Buzzi, disparó por otro lado la furia del resto de los trabajadores judiciales, que desde hace años vienen poniendo el acento contra ese convenio que sólo beneficia –aseguran- a jueces, fiscales, defensores y profesionales del Poder Judicial, en desmedro de los empleados rasos.

Por si algún distraído aún no lo entiende, no se trata de una discusión para ver cómo se mejora el empobrecido servicio de justicia en la provincia, sino de dinero. Se están peleando para ver cómo se reparten la torta de billetes, qué le toca a cada uno y quién se queda afuera.

Das Neves le quiso poner punto final a un tema tan álgido para evitar que se sigan filtrando millones de pesos del erario público a través de amparos judiciales presentados por la corporación judicial, que sin paritaria alguna –como lo debe hacer cualquier hijo de vecino- se aumentaron los sueldos y decidieron cobrarlos de prepo a través de fallos judiciales aprobados en cuestión de horas.

En este sentido, no fueron pocos los que recordaron ahora que el tema volvió  a la palestra, que la mayor amparista del largo listado de magistrados chubutenses que le embargaron más de 70 millones de pesos al Estado provincial, no es otra que Mercedes García Blanco, la camarista de Comodoro Rivadavia –suegra del exintendente y actual director de YPF, Néstor Di Pierro- que fue propuesta por el Gobierno provincial para integrar el Superior Tribunal de Justicia.

Según un informe publicado por Jornada en noviembre de 2015 –el año del festival de amparos y embargos de los magistrados de Chubut-, García Blanco encabezaba el ranking con embargos al Estado provincial por un total de 1.858.623,03 pesos.
Nadie resiste un archivo.

Diputados vs. Gobierno

A la luz de los hechos, parece un pecado imperdonable para un político tan avezado como Das Neves haber creído que su tropa de la Legislatura estaba preparada para ayudar a dar una batalla clave para el Gobierno. Haber convocado a Extraordinarias para aprobar el proyecto de acuerdo con los magistrados sin tener los votos para hacerlo es, por lo menos, un resbalón innecesario que le hicieron dar al gobernador.

Es cierto que el bloque que todavía preside Jerónimo García es minoría en la Legislatura, pero el fracaso del acuerdo con los magistrados no es el primer dolor de cabeza que le causa al Ejecutivo el fragmentado bloque del Frente para la Victoria, que sigue perdiendo bancas pero siempre se las termina ingeniando para reagruparse con la colaboración de Cambiemos y enfrentar en yunta a su enemigo público preferido: el gobernador.

La relación entre Das Neves y los diputados del FpV y Cambiemos está pulverizada hace rato y nada indica que vaya a cambiar hasta el fin de su mandato.

Podría ser una disputa política de consecuencias menores para el resto de la sociedad. Pero no. Si el Ejecutivo y la mayoría del Legislativo se siguen tirando a matar, los efectos sobre la institucionalidad y la economía de la Provincia se seguirán sucediendo.

No parece ser lo más importante ahora poner las culpas de uno u otro lado porque, a decir verdad, ambos sectores se dispensan un destrato público que no se condice con la altura política que deberían tener, sobre todo en una etapa de crisis económica en la que la Provincia necesita de más hombros y menos zancadillas.

Es cierto que el núcleo duro del bloque del FpV, que integran los diputados Javier Touriñán, Gabriela Dufour, Blas Meza Evans, Viviana Navarro, Cecilia Torres Otárola y David González, entre otros, hacen mérito para protagonizar al malo de la película y siguen tocando la peor música en la cubierta del Titanic (después del iceberg).

Pero tampoco es menos cierto que desde el Gobierno responden las agresiones de los diputados con la misma moneda. Las frases rebalsadas de descalificaciones como “impresentables”, “ladrones” y “payasos” no dan ni medio centímetro de posibilidad a que se puedan acordar consensos básicos, discutir ideas, proyectos y posibles soluciones, o de una vez por todas se piense más en la gente que en ver quién tiene más larga la lengua.

Velocidad o vértigo

En esta pelea sin sentido que lleva adelante la clase política, hay aspirantes a la corona que van demasiado rápido y alimentan las grietas en vez de juntar arena para taparlas, apisonarlas y crear caminos que comuniquen.

Nadie le niega al intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, el derecho a tener apetencias electorales. Lo que no se puede evitar decir es que, como en el fútbol, no es lo mismo velocidad que vértigo.

En el caso del comodorense, el vértigo con el que lo hacen ir hacia adelante algunos de sus colaboradores más cercanos lo va a terminar haciendo estrellar contra la realidad.

Linares es un referente del PJ, de eso no hay duda. Pero tiene mucho por resolver en su ciudad y mucho territorio por caminar antes de intentar ser gobernador o pisar la Legislatura con aires de mandamás.

Las carreras no se ganan en la primera curva y no puede haber 2019 –para nadie- si antes no hay 2017 y 2018. Si Linares empieza a dinamitar puentes con el Gobierno provincial a 32 meses de las próximas elecciones a gobernador, lo que estará detonando serán sus chances de construir una opción válida de cara al futuro.

Y si el Gobierno piensa seguir respondiendo golpe por golpe, pues habrá que prepararse para pasar una larga temporada en el infierno político.#

 

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El acuerdo con los magistrados no pasó el filtro de legislatura y desató una lucha sin cuartel.
18 FEB 2017 - 21:15

Los duros cruces que esta semana que pasó se volvieron a dispensar los integrantes de los tres poderes del Estado puso otra vez en el barro a los que deberían estar pensando más en solucionarles los problemas a la gente que a pelearse casi sin reglas de juego por cuestiones que a la mayoría de la sociedad no le importan mucho.

El proyecto que envió el gobernador Mario Das Neves a la Legislatura para tratar de ponerle un freno definitivo al acuerdo que los magistrados firmaron en 2012 con el entonces gobierno provincial encabezado por Martín Buzzi, disparó por otro lado la furia del resto de los trabajadores judiciales, que desde hace años vienen poniendo el acento contra ese convenio que sólo beneficia –aseguran- a jueces, fiscales, defensores y profesionales del Poder Judicial, en desmedro de los empleados rasos.

Por si algún distraído aún no lo entiende, no se trata de una discusión para ver cómo se mejora el empobrecido servicio de justicia en la provincia, sino de dinero. Se están peleando para ver cómo se reparten la torta de billetes, qué le toca a cada uno y quién se queda afuera.

Das Neves le quiso poner punto final a un tema tan álgido para evitar que se sigan filtrando millones de pesos del erario público a través de amparos judiciales presentados por la corporación judicial, que sin paritaria alguna –como lo debe hacer cualquier hijo de vecino- se aumentaron los sueldos y decidieron cobrarlos de prepo a través de fallos judiciales aprobados en cuestión de horas.

En este sentido, no fueron pocos los que recordaron ahora que el tema volvió  a la palestra, que la mayor amparista del largo listado de magistrados chubutenses que le embargaron más de 70 millones de pesos al Estado provincial, no es otra que Mercedes García Blanco, la camarista de Comodoro Rivadavia –suegra del exintendente y actual director de YPF, Néstor Di Pierro- que fue propuesta por el Gobierno provincial para integrar el Superior Tribunal de Justicia.

Según un informe publicado por Jornada en noviembre de 2015 –el año del festival de amparos y embargos de los magistrados de Chubut-, García Blanco encabezaba el ranking con embargos al Estado provincial por un total de 1.858.623,03 pesos.
Nadie resiste un archivo.

Diputados vs. Gobierno

A la luz de los hechos, parece un pecado imperdonable para un político tan avezado como Das Neves haber creído que su tropa de la Legislatura estaba preparada para ayudar a dar una batalla clave para el Gobierno. Haber convocado a Extraordinarias para aprobar el proyecto de acuerdo con los magistrados sin tener los votos para hacerlo es, por lo menos, un resbalón innecesario que le hicieron dar al gobernador.

Es cierto que el bloque que todavía preside Jerónimo García es minoría en la Legislatura, pero el fracaso del acuerdo con los magistrados no es el primer dolor de cabeza que le causa al Ejecutivo el fragmentado bloque del Frente para la Victoria, que sigue perdiendo bancas pero siempre se las termina ingeniando para reagruparse con la colaboración de Cambiemos y enfrentar en yunta a su enemigo público preferido: el gobernador.

La relación entre Das Neves y los diputados del FpV y Cambiemos está pulverizada hace rato y nada indica que vaya a cambiar hasta el fin de su mandato.

Podría ser una disputa política de consecuencias menores para el resto de la sociedad. Pero no. Si el Ejecutivo y la mayoría del Legislativo se siguen tirando a matar, los efectos sobre la institucionalidad y la economía de la Provincia se seguirán sucediendo.

No parece ser lo más importante ahora poner las culpas de uno u otro lado porque, a decir verdad, ambos sectores se dispensan un destrato público que no se condice con la altura política que deberían tener, sobre todo en una etapa de crisis económica en la que la Provincia necesita de más hombros y menos zancadillas.

Es cierto que el núcleo duro del bloque del FpV, que integran los diputados Javier Touriñán, Gabriela Dufour, Blas Meza Evans, Viviana Navarro, Cecilia Torres Otárola y David González, entre otros, hacen mérito para protagonizar al malo de la película y siguen tocando la peor música en la cubierta del Titanic (después del iceberg).

Pero tampoco es menos cierto que desde el Gobierno responden las agresiones de los diputados con la misma moneda. Las frases rebalsadas de descalificaciones como “impresentables”, “ladrones” y “payasos” no dan ni medio centímetro de posibilidad a que se puedan acordar consensos básicos, discutir ideas, proyectos y posibles soluciones, o de una vez por todas se piense más en la gente que en ver quién tiene más larga la lengua.

Velocidad o vértigo

En esta pelea sin sentido que lleva adelante la clase política, hay aspirantes a la corona que van demasiado rápido y alimentan las grietas en vez de juntar arena para taparlas, apisonarlas y crear caminos que comuniquen.

Nadie le niega al intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, el derecho a tener apetencias electorales. Lo que no se puede evitar decir es que, como en el fútbol, no es lo mismo velocidad que vértigo.

En el caso del comodorense, el vértigo con el que lo hacen ir hacia adelante algunos de sus colaboradores más cercanos lo va a terminar haciendo estrellar contra la realidad.

Linares es un referente del PJ, de eso no hay duda. Pero tiene mucho por resolver en su ciudad y mucho territorio por caminar antes de intentar ser gobernador o pisar la Legislatura con aires de mandamás.

Las carreras no se ganan en la primera curva y no puede haber 2019 –para nadie- si antes no hay 2017 y 2018. Si Linares empieza a dinamitar puentes con el Gobierno provincial a 32 meses de las próximas elecciones a gobernador, lo que estará detonando serán sus chances de construir una opción válida de cara al futuro.

Y si el Gobierno piensa seguir respondiendo golpe por golpe, pues habrá que prepararse para pasar una larga temporada en el infierno político.#

 


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