Derechos selectivos

Reflexiones de derecho informático.

19 FEB 2017 - 20:20 | Actualizado

Por  Guillermo Zamora (*)  /  twitter: @gmzamora

El ser humano, podría decirse, es selectivo. Elige, para bien y para mal. Nuestra vida es un constante decidir, ¿nos levantamos o no? ¿Que comemos? ¿Casarse/divorciarse/amar/odiar/acercarse/alejarse?  No es muy complicado darnos cuenta que vivimos de elegir un rumbo y otro, de ser uno u otro, a veces con cierto libre albedrío, otros ni cerca de ello. Algunas veces impulsado por el raciocinio, otras por la pasión. Sea cual fuere la razón, estamos aquí para ser un ser que debe seleccionar como encarar su vida, como vivirla, como transcurrir en ella.
La pregunta sería si esto es malo, o bueno, o simplemente es. Mayormente creo que la potestad de decidir siempre es positiva, nos deja un enorme peso sobre los hombros pero, siempre, ese peso será por nuestra propia elección y eso no puede ser malo; ser dueños de nuestro destino indudablemente debe hacernos sentir orgullosos, aunque a veces nos agobie serlo.
No soy psicólogo, creo que no solo se nota, sino que es de público conocimiento a estas alturas. Lo aclaro por si alguien se le ocurre plantear de donde saco mis conclusiones. Lo interpreto como simple lógica, acaso no es cierto que hasta cuando elegimos no elegir estamos eligiendo... Hasta cuando le decimos al otro “decidí vos”, estamos tomando una opción. Alguna vez pregunto “¿Qué querés hacer? Y la respuesta es “no sé, lo que quieras”, y yo decirle “nono, lo que vos quieras” y así por los siglos de los siglos. Esas son elecciones, no se hagan los que “yo nunca”.
Optar o no optar

El punto central es cuando nos fuerzan a no tener opciones, cuando al elección no es tal, cuando aun teniendo la posibilidad de hacerlo, vemos que nuestro deseo no tiene medias tintas y nos lleva a un lugar donde no queremos estar o a circunstancias que no nos dejan libertad de estar satisfecho con lo elegido.
Refiero a Internet, las nuevas tecnologías, “pertenecer”, las redes sociales. Qué sucede si, en teoría, la sociedad no está dando la opción de no estar, cuando el modelo no es otro que el tomar lo que nos dan o quedarnos afuera. La ONU ha declaro que Internet es un derecho humano.  ¿Acaso nos hemos puesto a pensar lo que implica que tengamos un derecho humano tan parcial y casi contraproducente en las condiciones que tenemos?
Si Internet nos permitiera ser libres sería fantástico, si nos permitiera sentirnos anónimos creo que más. Pero no es así, no solo no tenemos derecho a ser libres allí, tampoco anónimos; y yendo un poco más allá cabe señalar que no tenemos derecho a no participar del mismo, nunca va a faltar alguien más que subirá información sobre lo que hacemos o no hacemos, y allí es que tendremos que meternos y pedir que se nos olvide “eso” que no nos guste o. En este exacto punto, entiendo que la pregunta casi del millón sería, ¿Tenemos la facultad de decidir si queremos estar en ese lugar donde no queremos estar? Para ser muy simple y directo, si llegamos a tener ese derecho, no solo desconozco la forma de ejercerlo, sino que –creo- es de imposible cumplimiento.
El derecho

De pronto nos encontramos que tenemos maravilloso derecho de poder estar en algo que, a su vez, nos impide un derecho maravilloso que es el de no estar, el de no participar de la fiesta, el de ser anónimos. Nos obliga y constriñe a pedir derechos a ser olvidados. O, mejor dicho, a no ser recordados. No me cabe duda que nos convertimos en sujetos obligados a estar pendientes de lo que sucede con lo que hacemos. ¿Cuántas veces han leído: “sino querés que se publique la foto, no te la saques”? como si cuando uno se toma una foto cediera el derecho de hacerla pública. ¿Cuántas veces les ha sucedido que quieren saber algo de información y sino dejan sus datos no pueden saberlo? Eso es forzar una decisión, dar por tierra el derecho a elegir, el derecho a eso que les comentaba al principio.
El derecho al olvido es tener la posibilidad de pedir la remoción de determinada información que existe en internet y que por el paso del tiempo la consideramos desactualizada. Pero si la empresa no lo considera así, olvídense que puedan pedirlo por una vía ordinaria, deberán gastar plata en un abogado (no me quejo) para pedirle a un Juez que, si él considera, ordene a un gigante de estos a que de la baja de esa información o simplemente la bloquee. ¿No es ridículo? ¿No es absurdo tener que pedir que se elimine algo que no pedimos que se sepa de nosotros? Podrán plantear con toda la razón del mundo que esa información muchas veces es acerca de delitos o acciones que ayudan a saber al resto del mundo las bochornosas acciones que cometemos, a lo que debo señalarles, ¿acaso no hay también de las otras?
Es el precio que debemos pagar por pertenecer, por estar, por usar, no solo entregamos nuestra privacidad a las corporaciones, sino que entregamos nuestra facultad de elegir, nuestro derecho a decidir dónde, cuándo, cómo y por qué estar.
Concluyendo

Soy de los que están en redes sociales, posteo en todos lados, tengo Twitter ( @gmzamora ) uso Facebook, tengo un blog, un sitio web, de vez en cuando posteo fotos en Instagram. Como verán, esto no es para gente como yo que me gusta estar, pero pienso en aquellos que no opinan como yo y tienen el derecho de hacerlo. Internet me parece algo maravilloso, puede ser la salvación a un problema o el ancla en el cuello para otros.
Estoy convencido que partimos de falsas premisas donde la libertad es el norte a seguir, y la libertad no existe, ser libres no existe en un “mundo informático”. O nos dejamos llevar por ese mundo o simplemente somos parias. Algunos podrán disfrutar de ello, pero no todos lo hacen, no existen grises, o estas o no estas, o perteneces o no perteneces, o elegís o no elegís; podemos creer que ejercemos nuestros derechos, pero no lo hacemos, no se mientan, o si lo hacen sean conscientes que lo están haciendo, comprendan que no hay derechos selectivos, no hay una memoria selectiva ni un olvido selectivo, hay voluntades que nos marcan el rumbo, seamos buenas mascotitas, no cuestionemos, no elijamos, no optemos... O si, Uds son los que eligen que hacer.

* Director Red Iberoamericana ElderechoInformatico.com y presidente Asociación de derecho informático de Argentina

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19 FEB 2017 - 20:20

Por  Guillermo Zamora (*)  /  twitter: @gmzamora

El ser humano, podría decirse, es selectivo. Elige, para bien y para mal. Nuestra vida es un constante decidir, ¿nos levantamos o no? ¿Que comemos? ¿Casarse/divorciarse/amar/odiar/acercarse/alejarse?  No es muy complicado darnos cuenta que vivimos de elegir un rumbo y otro, de ser uno u otro, a veces con cierto libre albedrío, otros ni cerca de ello. Algunas veces impulsado por el raciocinio, otras por la pasión. Sea cual fuere la razón, estamos aquí para ser un ser que debe seleccionar como encarar su vida, como vivirla, como transcurrir en ella.
La pregunta sería si esto es malo, o bueno, o simplemente es. Mayormente creo que la potestad de decidir siempre es positiva, nos deja un enorme peso sobre los hombros pero, siempre, ese peso será por nuestra propia elección y eso no puede ser malo; ser dueños de nuestro destino indudablemente debe hacernos sentir orgullosos, aunque a veces nos agobie serlo.
No soy psicólogo, creo que no solo se nota, sino que es de público conocimiento a estas alturas. Lo aclaro por si alguien se le ocurre plantear de donde saco mis conclusiones. Lo interpreto como simple lógica, acaso no es cierto que hasta cuando elegimos no elegir estamos eligiendo... Hasta cuando le decimos al otro “decidí vos”, estamos tomando una opción. Alguna vez pregunto “¿Qué querés hacer? Y la respuesta es “no sé, lo que quieras”, y yo decirle “nono, lo que vos quieras” y así por los siglos de los siglos. Esas son elecciones, no se hagan los que “yo nunca”.
Optar o no optar

El punto central es cuando nos fuerzan a no tener opciones, cuando al elección no es tal, cuando aun teniendo la posibilidad de hacerlo, vemos que nuestro deseo no tiene medias tintas y nos lleva a un lugar donde no queremos estar o a circunstancias que no nos dejan libertad de estar satisfecho con lo elegido.
Refiero a Internet, las nuevas tecnologías, “pertenecer”, las redes sociales. Qué sucede si, en teoría, la sociedad no está dando la opción de no estar, cuando el modelo no es otro que el tomar lo que nos dan o quedarnos afuera. La ONU ha declaro que Internet es un derecho humano.  ¿Acaso nos hemos puesto a pensar lo que implica que tengamos un derecho humano tan parcial y casi contraproducente en las condiciones que tenemos?
Si Internet nos permitiera ser libres sería fantástico, si nos permitiera sentirnos anónimos creo que más. Pero no es así, no solo no tenemos derecho a ser libres allí, tampoco anónimos; y yendo un poco más allá cabe señalar que no tenemos derecho a no participar del mismo, nunca va a faltar alguien más que subirá información sobre lo que hacemos o no hacemos, y allí es que tendremos que meternos y pedir que se nos olvide “eso” que no nos guste o. En este exacto punto, entiendo que la pregunta casi del millón sería, ¿Tenemos la facultad de decidir si queremos estar en ese lugar donde no queremos estar? Para ser muy simple y directo, si llegamos a tener ese derecho, no solo desconozco la forma de ejercerlo, sino que –creo- es de imposible cumplimiento.
El derecho

De pronto nos encontramos que tenemos maravilloso derecho de poder estar en algo que, a su vez, nos impide un derecho maravilloso que es el de no estar, el de no participar de la fiesta, el de ser anónimos. Nos obliga y constriñe a pedir derechos a ser olvidados. O, mejor dicho, a no ser recordados. No me cabe duda que nos convertimos en sujetos obligados a estar pendientes de lo que sucede con lo que hacemos. ¿Cuántas veces han leído: “sino querés que se publique la foto, no te la saques”? como si cuando uno se toma una foto cediera el derecho de hacerla pública. ¿Cuántas veces les ha sucedido que quieren saber algo de información y sino dejan sus datos no pueden saberlo? Eso es forzar una decisión, dar por tierra el derecho a elegir, el derecho a eso que les comentaba al principio.
El derecho al olvido es tener la posibilidad de pedir la remoción de determinada información que existe en internet y que por el paso del tiempo la consideramos desactualizada. Pero si la empresa no lo considera así, olvídense que puedan pedirlo por una vía ordinaria, deberán gastar plata en un abogado (no me quejo) para pedirle a un Juez que, si él considera, ordene a un gigante de estos a que de la baja de esa información o simplemente la bloquee. ¿No es ridículo? ¿No es absurdo tener que pedir que se elimine algo que no pedimos que se sepa de nosotros? Podrán plantear con toda la razón del mundo que esa información muchas veces es acerca de delitos o acciones que ayudan a saber al resto del mundo las bochornosas acciones que cometemos, a lo que debo señalarles, ¿acaso no hay también de las otras?
Es el precio que debemos pagar por pertenecer, por estar, por usar, no solo entregamos nuestra privacidad a las corporaciones, sino que entregamos nuestra facultad de elegir, nuestro derecho a decidir dónde, cuándo, cómo y por qué estar.
Concluyendo

Soy de los que están en redes sociales, posteo en todos lados, tengo Twitter ( @gmzamora ) uso Facebook, tengo un blog, un sitio web, de vez en cuando posteo fotos en Instagram. Como verán, esto no es para gente como yo que me gusta estar, pero pienso en aquellos que no opinan como yo y tienen el derecho de hacerlo. Internet me parece algo maravilloso, puede ser la salvación a un problema o el ancla en el cuello para otros.
Estoy convencido que partimos de falsas premisas donde la libertad es el norte a seguir, y la libertad no existe, ser libres no existe en un “mundo informático”. O nos dejamos llevar por ese mundo o simplemente somos parias. Algunos podrán disfrutar de ello, pero no todos lo hacen, no existen grises, o estas o no estas, o perteneces o no perteneces, o elegís o no elegís; podemos creer que ejercemos nuestros derechos, pero no lo hacemos, no se mientan, o si lo hacen sean conscientes que lo están haciendo, comprendan que no hay derechos selectivos, no hay una memoria selectiva ni un olvido selectivo, hay voluntades que nos marcan el rumbo, seamos buenas mascotitas, no cuestionemos, no elijamos, no optemos... O si, Uds son los que eligen que hacer.

* Director Red Iberoamericana ElderechoInformatico.com y presidente Asociación de derecho informático de Argentina


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