Siria: más de 65 mil civiles abandonan sus hogares por la guerra

Los recientes combates y bombardeos en el norte de Siria, donde pelean fuerzas militares y milicias nacionales e internacionales pese a una frágil tregua acordada a fin de año, forzaron a cerca de 66.000 civiles a abandonar sus hogares y buscar refugio en otras ciudades, pueblos y abarrotados campos de refugiados, alertó hoy la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (ONU).

05 MAR 2017 - 14:13 | Actualizado

Mientras la ONU advertía sobre esta escalada de la crisis humanitaria, al menos seis civiles, entre ellos cinco miembros de una misma familia, murieron y 21 personas resultaron heridas por ataques aéreos contra el pueblo de Kafr Nabl y sus alrededores, una zona de la provincia norteña de Idleb controlada por milicias opositoras, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres y una red de contactos en el terreno.

La ONG no identificó a qué fuerza pertenecían los aviones de combates -tanto las Fuerzas Armadas sirias, como Rusia, Turquía y la coalición internacional liderada por Estados Unidos bombardean desde el aire el norte de Siria-, pero los Cascos Blancos, una agrupación civil de rescatistas denunciada como rebelde por el gobierno, acusó directamente a la Fuerza Aérea.

Mientras tanto, más hacia el noreste, un atentado con coche bomba mató al menos a ocho soldados y milicianos aliados del gobierno de Bashar al Assad cerca del pueblo de Al Samiya, en la provincia vecina de Alepo. El Observatorio acusó al grupo extremista Estado Islámico (EI) del ataque, según la agencia de noticias Efe.

Desde el 30 de diciembre pasado, el Gobierno de Siria, las principales potencias extranjeras involucradas en la guerra -Estados Unidos y Rusia, principalmente- y algunas milicias opositoras acordaron un alto el fuego en todo el territorio. Sin embargo, los grupos armados considerados radicales por Damasco, el EI y la antigua filial de Al Qaeda, el ex Frente al Nusra, quedaron excluidos de la tregua.

Además, el alto el fuego ha sido violado sistemáticamente por ambos bandos, según denunciaron tanto el gobierno sirio como las milicias rebeldes.

La ONU advirtió hoy que casi 66.000 civiles ya se convirtieron en desplazados en el norte de país. Alrededor de 40.000 en las ciudades de Tadef y Al Bab, en la provincia norteña de Alepo, uno bastión del EI hasta el 23 de febrero pasado, cuando el Ejército turco -que invadió el país hace meses- y grupos opositores sirios aliados tomaron las dos localidades.

Los restantes 26.000 civiles desplazados se escaparon de la mitad oriental de la ciudad de Alepo, la que estuvo en manos de un frente de milicias opositoras -muchas de ellas aliadas de Estados Unidos y Turquía- hasta fin de año, cuando el gobierno logró retomar el control de la zona tras acordar una salida negociada de civiles y combatientes.

En su comunicado, la ONU destacó que, pese a que la tregua sigue formalmente vigente y que una nueva ronda de diálogo de paz comenzó hace unos días en Ginebra, Suiza, la situación sobre el terreno sigue siendo "inestable".

Ayer por ejemplo la tensión escaló dramáticamente cuando un avión militar sirio se estrelló en la frontera con Turquía en un episodio poco claro que hizo revivir el enfrentamiento político entre los dos gobiernos vecinos.

Pese a que aún no se sabe por qué se estrelló el avión, el piloto fue encontrado con vida, exhausto, nueve horas después de incidente en territorio turco, informó la agencia de noticias local Anatolia.

El piloto, que logró saltar en paracaídas unos 35 kilómetros adentro de territorio turco, fue trasladado inicialmente a una comisaría de policía y luego a un hospital de la provincia de Hatay, en el sur de ese país.

La milicia Movimiento Islámico de los Libres de Sham, uno de los grupos que pelean en Siria contra el gobierno de Al Assad, se atribuyó ayer el derribo del avión de combate y afirmó que lo había alcanzado cuando volaba a baja altura sobre la ciudad siria de Idleb, a unos 50 kilómetros de la frontera con Turquía.

05 MAR 2017 - 14:13

Mientras la ONU advertía sobre esta escalada de la crisis humanitaria, al menos seis civiles, entre ellos cinco miembros de una misma familia, murieron y 21 personas resultaron heridas por ataques aéreos contra el pueblo de Kafr Nabl y sus alrededores, una zona de la provincia norteña de Idleb controlada por milicias opositoras, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres y una red de contactos en el terreno.

La ONG no identificó a qué fuerza pertenecían los aviones de combates -tanto las Fuerzas Armadas sirias, como Rusia, Turquía y la coalición internacional liderada por Estados Unidos bombardean desde el aire el norte de Siria-, pero los Cascos Blancos, una agrupación civil de rescatistas denunciada como rebelde por el gobierno, acusó directamente a la Fuerza Aérea.

Mientras tanto, más hacia el noreste, un atentado con coche bomba mató al menos a ocho soldados y milicianos aliados del gobierno de Bashar al Assad cerca del pueblo de Al Samiya, en la provincia vecina de Alepo. El Observatorio acusó al grupo extremista Estado Islámico (EI) del ataque, según la agencia de noticias Efe.

Desde el 30 de diciembre pasado, el Gobierno de Siria, las principales potencias extranjeras involucradas en la guerra -Estados Unidos y Rusia, principalmente- y algunas milicias opositoras acordaron un alto el fuego en todo el territorio. Sin embargo, los grupos armados considerados radicales por Damasco, el EI y la antigua filial de Al Qaeda, el ex Frente al Nusra, quedaron excluidos de la tregua.

Además, el alto el fuego ha sido violado sistemáticamente por ambos bandos, según denunciaron tanto el gobierno sirio como las milicias rebeldes.

La ONU advirtió hoy que casi 66.000 civiles ya se convirtieron en desplazados en el norte de país. Alrededor de 40.000 en las ciudades de Tadef y Al Bab, en la provincia norteña de Alepo, uno bastión del EI hasta el 23 de febrero pasado, cuando el Ejército turco -que invadió el país hace meses- y grupos opositores sirios aliados tomaron las dos localidades.

Los restantes 26.000 civiles desplazados se escaparon de la mitad oriental de la ciudad de Alepo, la que estuvo en manos de un frente de milicias opositoras -muchas de ellas aliadas de Estados Unidos y Turquía- hasta fin de año, cuando el gobierno logró retomar el control de la zona tras acordar una salida negociada de civiles y combatientes.

En su comunicado, la ONU destacó que, pese a que la tregua sigue formalmente vigente y que una nueva ronda de diálogo de paz comenzó hace unos días en Ginebra, Suiza, la situación sobre el terreno sigue siendo "inestable".

Ayer por ejemplo la tensión escaló dramáticamente cuando un avión militar sirio se estrelló en la frontera con Turquía en un episodio poco claro que hizo revivir el enfrentamiento político entre los dos gobiernos vecinos.

Pese a que aún no se sabe por qué se estrelló el avión, el piloto fue encontrado con vida, exhausto, nueve horas después de incidente en territorio turco, informó la agencia de noticias local Anatolia.

El piloto, que logró saltar en paracaídas unos 35 kilómetros adentro de territorio turco, fue trasladado inicialmente a una comisaría de policía y luego a un hospital de la provincia de Hatay, en el sur de ese país.

La milicia Movimiento Islámico de los Libres de Sham, uno de los grupos que pelean en Siria contra el gobierno de Al Assad, se atribuyó ayer el derribo del avión de combate y afirmó que lo había alcanzado cuando volaba a baja altura sobre la ciudad siria de Idleb, a unos 50 kilómetros de la frontera con Turquía.


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