Soriano se reconvierte: de única empresa en el país a importadora

De dominar el 100% del mercado de agar-agar (insumo en la industria alimenticia), debió cerrar la principal planta y comenzó a importar el producto terminado. Gonzalo Soriano, titular de la fábrica, dijo que pese a la crisis, “nos vamos a quedar, apostamos a Patagonia”. Apuntan a diversificarse.

11 MAR 2017 - 22:17 | Actualizado

Por Federico Sánchez / Twitter: @federicosn

Soriano cerró su planta de agar-agar y debió despedir a 36 empleados. Fue la consecuencia de la apertura de importaciones a lo largo de los últimos 5 años, sobre todo las que provenían desde China a precios imposibles para la competencia. La histórica empresa de Gaiman, que era única productora de agar-agar en el país, pasó a ser ahora importadora de ese mismo producto terminado.

A lo largo de 60 años la compañía industrializadora de algas marinas para la producción vinculada con el rubro alimenticio fue adaptándose a los cambios, aunque en esta ocasión la pérdida de rentabilidad y mercado a manos de otras empresas importadoras obligaron a parar definitivamente la planta con el producto estrella.

El Económico visitó la fábrica. Hoy se atraviesa un proceso de reconversión. El agar-agar ahora se importa desde China y Chile, pero se continúa realizando el proceso de mezclado para más de 18 variedades. Además, desde el área de ventas se busca diversificar los productos para ampliar la cartera de clientes.

Cinco años atrás comenzó el proceso de apertura de importaciones de agar-agar. En aquel momento Soriano era única productora en el país. Sin embargo se fueron instalando empresas chicas que importaban el producto terminado desde China a un precio final mucho menor y fueron “comiendo” clientes.

Así, de dominar el 100% del mercado, hoy posee el 70%. Participación que aún mantiene gracias al reconocimiento que tiene la firma dentro de la industria. El agar-agar es una sustancia que sirve como gelificante para dulce de batata, dulce de leche, cremas y otro tipo de alimentos. Se elabora a partir de algas marinas.

Para el titular de la empresa familiar, Gonzalo Soriano, hoy es un “empezar de nuevo” y dijo que pese a las vicisitudes, seguirán apostando a la Patagonia y buscarán nuevas formas para adaptarse al contexto.

“Cerró la planta de agar-agar definitivamente. Implicaba el 65% de la producción que se hacía acá en Gaiman. Se tomó la decisión a fines del año pasado viendo que no teníamos ningún tipo de apoyo del Gobierno Nacional. No conseguimos protección, no conseguimos herramientas como los Repro, no tuvimos suerte con ninguna de las gestiones, lo que nos llevó a la determinación de hasta acá llegamos. Estábamos hace tres años gestionando la protección del agar-agar, es muy difícil competir con China a unos valores muy bajos, que es obvio que le está pasando a muchas empresas”, explicó Soriano.

El empresario relató que “hoy estamos empezando a importar el agar-agar desde China y Chile. Lo importamos como materia prima porque cada agar-agar o cada carragenina que se importa no solo vendés. Cada cliente tiene una agar–agar hecho a medida. Para que se mueva más o menos, que se corte mejor el dulce de batata, etc. Fabricamos 18 variedades a través del proceso de mezcla que hacemos acá”.

“Hoy con el cierre de la planta tuvimos que sacar 36 personas. Gaiman quedó con 23 personas trabajando y después Bahía Bustamante funciona en la época de cosecha de algas con entre 10 y 40 personas. Allí se recolectan las algas para la exportación, que eso no ha cambiado”.

Gonzalo Soriano, nieto del fundador, hace 27 años que está en la fábrica. “Para nosotros en parte es un dolor porque mi abuelo hizo esta fábrica hace 60 años. Entonces con los cambios de gobierno o desmanejos, pensás que son 60 años tirados a la basura. Lo mismo podríamos hacerlo con 2 personas en Buenos Aires y dejar olvidado todo esto. Pero nosotros nos sentimos patagónicos, apostamos a la Patagonia y vamos a seguir trabajando acá. Mis hijos se crian en la Patagonia”.

Precisó que “ahora hemos reestructurado la empresa para distribuir el personal que tenemos en las distintas tareas. Estamos empezando a caminar de nuevo”. Y sobre los despidos manifestó que “se hizo un arreglo de pago del total de indemnización. No queríamos tener líos con la gente porque nos conocíamos todos mucho. Nos hicimos cargo de lo que teníamos que hacernos cargo”.

Nuevos productos

Hoy existen 5 nuevas empresas que se dedican a la importación de agar-agar para procesarlo y abastecer a la industria alimenticia. Frente a ello, la estrategia de la compañía valletana hoy pasa por importar nuevos productos con los que trabajan los competidores para buscar llegar a nuevas industrias de la alimentación.

“Nos vamos a quedar acá porque tenemos a gente de Gaiman que es buena gente y la idea es nosotros como ejecutivos empezar a traer otros productos para la industria de la alimentación. Importar y producir otros productos”.

Al respecto anticipó que “estaremos haciendo un recorrido la semana que viene (por esta que comienza) con las empresas más grandes. Y ver así qué productos podemos incorporar que venda nuestra competencia. Importarlo y competir con ellos”.

Soriano admitió que el 2017 será “duro” y será una transición. Esperan que hacia fines de año las cuentas comiencen a equilbrarse.

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11 MAR 2017 - 22:17

Por Federico Sánchez / Twitter: @federicosn

Soriano cerró su planta de agar-agar y debió despedir a 36 empleados. Fue la consecuencia de la apertura de importaciones a lo largo de los últimos 5 años, sobre todo las que provenían desde China a precios imposibles para la competencia. La histórica empresa de Gaiman, que era única productora de agar-agar en el país, pasó a ser ahora importadora de ese mismo producto terminado.

A lo largo de 60 años la compañía industrializadora de algas marinas para la producción vinculada con el rubro alimenticio fue adaptándose a los cambios, aunque en esta ocasión la pérdida de rentabilidad y mercado a manos de otras empresas importadoras obligaron a parar definitivamente la planta con el producto estrella.

El Económico visitó la fábrica. Hoy se atraviesa un proceso de reconversión. El agar-agar ahora se importa desde China y Chile, pero se continúa realizando el proceso de mezclado para más de 18 variedades. Además, desde el área de ventas se busca diversificar los productos para ampliar la cartera de clientes.

Cinco años atrás comenzó el proceso de apertura de importaciones de agar-agar. En aquel momento Soriano era única productora en el país. Sin embargo se fueron instalando empresas chicas que importaban el producto terminado desde China a un precio final mucho menor y fueron “comiendo” clientes.

Así, de dominar el 100% del mercado, hoy posee el 70%. Participación que aún mantiene gracias al reconocimiento que tiene la firma dentro de la industria. El agar-agar es una sustancia que sirve como gelificante para dulce de batata, dulce de leche, cremas y otro tipo de alimentos. Se elabora a partir de algas marinas.

Para el titular de la empresa familiar, Gonzalo Soriano, hoy es un “empezar de nuevo” y dijo que pese a las vicisitudes, seguirán apostando a la Patagonia y buscarán nuevas formas para adaptarse al contexto.

“Cerró la planta de agar-agar definitivamente. Implicaba el 65% de la producción que se hacía acá en Gaiman. Se tomó la decisión a fines del año pasado viendo que no teníamos ningún tipo de apoyo del Gobierno Nacional. No conseguimos protección, no conseguimos herramientas como los Repro, no tuvimos suerte con ninguna de las gestiones, lo que nos llevó a la determinación de hasta acá llegamos. Estábamos hace tres años gestionando la protección del agar-agar, es muy difícil competir con China a unos valores muy bajos, que es obvio que le está pasando a muchas empresas”, explicó Soriano.

El empresario relató que “hoy estamos empezando a importar el agar-agar desde China y Chile. Lo importamos como materia prima porque cada agar-agar o cada carragenina que se importa no solo vendés. Cada cliente tiene una agar–agar hecho a medida. Para que se mueva más o menos, que se corte mejor el dulce de batata, etc. Fabricamos 18 variedades a través del proceso de mezcla que hacemos acá”.

“Hoy con el cierre de la planta tuvimos que sacar 36 personas. Gaiman quedó con 23 personas trabajando y después Bahía Bustamante funciona en la época de cosecha de algas con entre 10 y 40 personas. Allí se recolectan las algas para la exportación, que eso no ha cambiado”.

Gonzalo Soriano, nieto del fundador, hace 27 años que está en la fábrica. “Para nosotros en parte es un dolor porque mi abuelo hizo esta fábrica hace 60 años. Entonces con los cambios de gobierno o desmanejos, pensás que son 60 años tirados a la basura. Lo mismo podríamos hacerlo con 2 personas en Buenos Aires y dejar olvidado todo esto. Pero nosotros nos sentimos patagónicos, apostamos a la Patagonia y vamos a seguir trabajando acá. Mis hijos se crian en la Patagonia”.

Precisó que “ahora hemos reestructurado la empresa para distribuir el personal que tenemos en las distintas tareas. Estamos empezando a caminar de nuevo”. Y sobre los despidos manifestó que “se hizo un arreglo de pago del total de indemnización. No queríamos tener líos con la gente porque nos conocíamos todos mucho. Nos hicimos cargo de lo que teníamos que hacernos cargo”.

Nuevos productos

Hoy existen 5 nuevas empresas que se dedican a la importación de agar-agar para procesarlo y abastecer a la industria alimenticia. Frente a ello, la estrategia de la compañía valletana hoy pasa por importar nuevos productos con los que trabajan los competidores para buscar llegar a nuevas industrias de la alimentación.

“Nos vamos a quedar acá porque tenemos a gente de Gaiman que es buena gente y la idea es nosotros como ejecutivos empezar a traer otros productos para la industria de la alimentación. Importar y producir otros productos”.

Al respecto anticipó que “estaremos haciendo un recorrido la semana que viene (por esta que comienza) con las empresas más grandes. Y ver así qué productos podemos incorporar que venda nuestra competencia. Importarlo y competir con ellos”.

Soriano admitió que el 2017 será “duro” y será una transición. Esperan que hacia fines de año las cuentas comiencen a equilbrarse.


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