Los Aromos le empató un partido increíble a Guillermo Brown en el arranque del Torneo Apertura de la Liga del Valle. La “Banda” ganaba cómodo por 2 a 0 en el primer tiempo, con dos goles de Fabián Hernández. Pero en el complemento la historia fue otra.
Brown dejó de ser el equipo asfixiante que fue en la primera mitad y Los Aromos, tomando el control de su localía, recuperó su lugar en la cancha.
Sobre el primer cuarto de hora, Federico Muñoz señaló el descuento con un gol de emboquillada que dejó sin respuesta a Jonatan Estrada bajo los tres postes.
Los azules inclinaban la cancha, hasta que la doble amonestación y posterior expulsión de Alejandro Castro hizo pensar que los planes de Los Aromos estaban arruinados. No fue así, porque el entrenador Javier Sosa se traía un as bajo la manga.
La lesión de Federico Brunskole le dejó la chance al grandote Germán Burgos de ingresar y enderezar el rumbo del partido. Entonces todas las pelotas se transformaron en centros a fin de buscar el cabezazo salvador de Burgos. Pero fue después de una pelota parada, tras una salida dubitativa del arquero Estrada, que Burgos capitalizó la pelota clave del partido.
El centrodelantero desplazó al arquero con su robusto cuerpo, ganó la posición sobre la línea de meta, y prácticamente de espaldas al arco, sin visibilidad, giró sobre su propio eje para rematar. La fortuna quiso que la pelota recorriera la línea e ingresara inapelablemente al fondo de la red, desatando los festejos del equipo local. Todos abrazaron a Burgos, el héroe de Los Aromos.
Los Aromos le empató un partido increíble a Guillermo Brown en el arranque del Torneo Apertura de la Liga del Valle. La “Banda” ganaba cómodo por 2 a 0 en el primer tiempo, con dos goles de Fabián Hernández. Pero en el complemento la historia fue otra.
Brown dejó de ser el equipo asfixiante que fue en la primera mitad y Los Aromos, tomando el control de su localía, recuperó su lugar en la cancha.
Sobre el primer cuarto de hora, Federico Muñoz señaló el descuento con un gol de emboquillada que dejó sin respuesta a Jonatan Estrada bajo los tres postes.
Los azules inclinaban la cancha, hasta que la doble amonestación y posterior expulsión de Alejandro Castro hizo pensar que los planes de Los Aromos estaban arruinados. No fue así, porque el entrenador Javier Sosa se traía un as bajo la manga.
La lesión de Federico Brunskole le dejó la chance al grandote Germán Burgos de ingresar y enderezar el rumbo del partido. Entonces todas las pelotas se transformaron en centros a fin de buscar el cabezazo salvador de Burgos. Pero fue después de una pelota parada, tras una salida dubitativa del arquero Estrada, que Burgos capitalizó la pelota clave del partido.
El centrodelantero desplazó al arquero con su robusto cuerpo, ganó la posición sobre la línea de meta, y prácticamente de espaldas al arco, sin visibilidad, giró sobre su propio eje para rematar. La fortuna quiso que la pelota recorriera la línea e ingresara inapelablemente al fondo de la red, desatando los festejos del equipo local. Todos abrazaron a Burgos, el héroe de Los Aromos.