El primero de los ataques, con un saldo de 30 muertos según la policía y 39 según activistas, se produjo contra el Palacio de Justicia cuando un sujeto con uniforme militar que portaba una ametralladora y una granada desobedeció una orden de alto, comenzó a correr y detonó la carga explosiva que llevaba adherida a su cuerpo, según relató el jefe del Departamento de Policía de la capital, teniente general Mohamed Jeir Ismail.
El oficial de la Policía agregó que el inmueble, cerca del famoso mercado de Hamidiye, el bazar del centro damasceno, estaba "abarrotado de civiles inocentes" en ese momento.
La televisión oficial siria mostró imágenes del interior del lugar, donde hubo grandes destrozos y se apreciaban manchas de sangre en el suelo y las paredes. La agencia oficial Sana, en tanto, reportaba que "varios civiles" fueron muertos y heridos en el ataque.
El canal estatal habló también de una segunda explosión en la zona de Al Rabwah, en el noroeste de la capital, sin informar de víctimas hasta ahora.
Estos ataques se producen después de que el sábado pasado al menos 74 personas murieran, la mayoría peregrinos procedentes de Irak, según el Observatorio de Derechos Humanos, en un atentado en el centro de la capital que fue reivindicado por Fateh al Sham, filial siria de Al Qaeda. Medios de comunicación oficiales posteriormente rebajaron la cifra de víctimas mortales del ataque a 40, y a 120 los heridos.
Los atentados de hoy coinciden con el sexto aniversario del inicio de las protestas contra Al Assad, cuya represión desató el conflicto en la que está sumido actualmente el país árabe que muestra un balance desgarrador: entre 320.000 y 450.000 personas muertas, 1,5 millones heridos, el 50% de las infraestructuras del país hecha añicos y cinco millones de sirios obligados a huir de su país mientras que entre seis y ocho millones de ciudadanos abandonado sus hogares.
El primero de los ataques, con un saldo de 30 muertos según la policía y 39 según activistas, se produjo contra el Palacio de Justicia cuando un sujeto con uniforme militar que portaba una ametralladora y una granada desobedeció una orden de alto, comenzó a correr y detonó la carga explosiva que llevaba adherida a su cuerpo, según relató el jefe del Departamento de Policía de la capital, teniente general Mohamed Jeir Ismail.
El oficial de la Policía agregó que el inmueble, cerca del famoso mercado de Hamidiye, el bazar del centro damasceno, estaba "abarrotado de civiles inocentes" en ese momento.
La televisión oficial siria mostró imágenes del interior del lugar, donde hubo grandes destrozos y se apreciaban manchas de sangre en el suelo y las paredes. La agencia oficial Sana, en tanto, reportaba que "varios civiles" fueron muertos y heridos en el ataque.
El canal estatal habló también de una segunda explosión en la zona de Al Rabwah, en el noroeste de la capital, sin informar de víctimas hasta ahora.
Estos ataques se producen después de que el sábado pasado al menos 74 personas murieran, la mayoría peregrinos procedentes de Irak, según el Observatorio de Derechos Humanos, en un atentado en el centro de la capital que fue reivindicado por Fateh al Sham, filial siria de Al Qaeda. Medios de comunicación oficiales posteriormente rebajaron la cifra de víctimas mortales del ataque a 40, y a 120 los heridos.
Los atentados de hoy coinciden con el sexto aniversario del inicio de las protestas contra Al Assad, cuya represión desató el conflicto en la que está sumido actualmente el país árabe que muestra un balance desgarrador: entre 320.000 y 450.000 personas muertas, 1,5 millones heridos, el 50% de las infraestructuras del país hecha añicos y cinco millones de sirios obligados a huir de su país mientras que entre seis y ocho millones de ciudadanos abandonado sus hogares.