El secretario Rex Tillerson llega a Moscú el 11 de abril

El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, realizará el 11 y 12 de abril su primera visita a Rusia en la que hablará con su colega, Serguei Lavrov, sobre la lucha contra el extremismo, el arreglo de conflictos en Medio Oriente y Ucrania y el restablecimiento de las relaciones bilaterales.

05 ABR 2017 - 12:39 | Actualizado

"La conversación será sobre la necesidad de eliminar los numerosos asuntos conflictivos en las relaciones bilaterales", informó hoy la Cancillería rusa en un comunicado.

Moscú quiere tratar "las detenciones de ciudadanos rusos por los servicios secretos estadounidenses en terceros países, la violación de los derechos de los niños rusos adoptados" por familias de ese país y "las trabas artificiales" que sufren los diplomáticos rusos en suelo estadounidense, según la Cancillería.

Durante las conversaciones, agregó la nota, "está previsto tratar asuntos actuales en el ámbito de la seguridad internacional", tales como "la lucha contra el terrorismo, en primer lugar contra el Estado Islámico y otros grupos terroristas; el arreglo de los conflictos sirio, palestino-israelí, yemení, libio, afgano y otros".

"Tampoco se quedará a un lado la situación en Ucrania", señaló la Cancillería rusa, que precisó que Lavrov "pondrá el acento en que Kiev debe cumplir con sus compromisos recogidos en los Acuerdos de Minsk" para el arreglo del conflicto en el este ucraniano, reportó la agencia de noticias EFE.

La situación en la península de Corea y el control sobre armamentos serán otros temas que se tratarán en un encuentro con el que Moscú espera poner en marcha la normalización de las relaciones entre los dos países, llevadas a su peor nivel desde tiempos de la Guerra Fría durante el mandato del anterior inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama.

La visita tendrá lugar al tiempo que el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es presionado por sus presuntos contactos con el Kremlin durante la pasada campaña electoral, en la que Rusia habría intervenido para contribuir a la victoria del magnate.

Pese a las grandes esperanzas puestas por el Kremlin en Trump y en su nueva Administración, miembros del gobierno estadounidense, incluido Tillerson, ya pusieron de manifiesto que Rusia es y seguirá siendo un rival para Washington, al menos en el ámbito de la seguridad.

Al reunirse el pasado viernes con sus homólogos de la OTAN en Bruselas, el secretario de Estado aseguró que la Alianza es "esencial" no sólo para hacer frente al extremismo, sino también ante la "agitación" y "agresión" de Rusia.

A mediados de febrero, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, declaró que Trump mantiene una "dura" posición sobre el conflicto ucraniano y "espera de Rusia su cooperación para rebajar la tensión en Ucrania y la devolución de Crimea".

05 ABR 2017 - 12:39

"La conversación será sobre la necesidad de eliminar los numerosos asuntos conflictivos en las relaciones bilaterales", informó hoy la Cancillería rusa en un comunicado.

Moscú quiere tratar "las detenciones de ciudadanos rusos por los servicios secretos estadounidenses en terceros países, la violación de los derechos de los niños rusos adoptados" por familias de ese país y "las trabas artificiales" que sufren los diplomáticos rusos en suelo estadounidense, según la Cancillería.

Durante las conversaciones, agregó la nota, "está previsto tratar asuntos actuales en el ámbito de la seguridad internacional", tales como "la lucha contra el terrorismo, en primer lugar contra el Estado Islámico y otros grupos terroristas; el arreglo de los conflictos sirio, palestino-israelí, yemení, libio, afgano y otros".

"Tampoco se quedará a un lado la situación en Ucrania", señaló la Cancillería rusa, que precisó que Lavrov "pondrá el acento en que Kiev debe cumplir con sus compromisos recogidos en los Acuerdos de Minsk" para el arreglo del conflicto en el este ucraniano, reportó la agencia de noticias EFE.

La situación en la península de Corea y el control sobre armamentos serán otros temas que se tratarán en un encuentro con el que Moscú espera poner en marcha la normalización de las relaciones entre los dos países, llevadas a su peor nivel desde tiempos de la Guerra Fría durante el mandato del anterior inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama.

La visita tendrá lugar al tiempo que el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es presionado por sus presuntos contactos con el Kremlin durante la pasada campaña electoral, en la que Rusia habría intervenido para contribuir a la victoria del magnate.

Pese a las grandes esperanzas puestas por el Kremlin en Trump y en su nueva Administración, miembros del gobierno estadounidense, incluido Tillerson, ya pusieron de manifiesto que Rusia es y seguirá siendo un rival para Washington, al menos en el ámbito de la seguridad.

Al reunirse el pasado viernes con sus homólogos de la OTAN en Bruselas, el secretario de Estado aseguró que la Alianza es "esencial" no sólo para hacer frente al extremismo, sino también ante la "agitación" y "agresión" de Rusia.

A mediados de febrero, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, declaró que Trump mantiene una "dura" posición sobre el conflicto ucraniano y "espera de Rusia su cooperación para rebajar la tensión en Ucrania y la devolución de Crimea".


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