Comodoro: cien días sin Maite y Guadalupe

Son dos hermanas de 2 y 3 años que desaparecieron a fines del año pasado. Una tía tenía la guarda de las pequeñas por episodios de violencia entre los padres de las criaturas. Los días pasan y no hay ningún indicio firme sobre el paradero de las dos menores.

08 ABR 2017 - 20:46 | Actualizado

Por Dario Roberts

Hace cien días que Mariana  Llancamil busca a sus sobrinas Guadalupe y Maite. Las chicas desaparecieron el 30 de diciembre de 2016 y hasta el día de hoy no hay rastros de las pequeñas, quienes fueron llevadas por el padre para almorzar con la promesa de una inmediata restitución pero nunca aparecieron.
Desde ese momento la mujer ha transitado los despachos judiciales y de los servicios sociales buscando una respuesta y la aparición de las niñas, en una tarea que se ha extendido incluso fuera de la provincia de Chubut, pero que hasta ahora no ha logrado resultados positivos.
Maite y Guadalupe Llancamil tienen apenas 2 y 3 años. Son hijas de un hermano de Mariana y al momento de desaparecer hacía más de un año que vivían en la casa de su tía, quien tenía la guarda de ambas criaturas.


Ni comida ni vacunas

“Ellas vinieron a mi casa un año y medio antes, con el padre. Mi hermano se había separado de la madre de las chicas y las nenas estaban al borde de la desnutrición y sin vacunas”, contó Mariana a Jornada.
La mujer asegura que sus sobrinas se criaron en un ambiente de marginalidad: prostitución, drogas, alcohol y continuas peleas entre sus padres.  “Mi hermano estaba con su pareja en un tire y afloje , y cuando se arreglan yo les dije que no podían estar con ellos, que se estaban matando a palos”, dijo la mujer, quien inició un proceso judicial que derivó en la decisión de que las pequeñas estuvieran a su resguardo desde febrero del año 2016.
Durante ese lapso los padres solicitaron la restitución de las niñas, “pero la jueza de las denegó porque no venían cumpliendo con las visitas al servicio de protección de niñez, no cumplían los requisitos y pautas para lograr que la justicia les restituya a las nenas”.
Sobre fines del año pasado solicitaron a través de los abogados un permiso para pasar juntos un rato con motivo de las fiestas de fin de año. “Mi hermano quería llevarlas a comer y las devolvía. Él había pedido la baja en YPF en septiembre y tenía que hacer unos trámites para solicitar la asignación familiar y en las entrevistas en el servicio de protección de derechos había comentado eso, entonces yo le entrego los documentos; él ese día vino a buscarlas para comer y después volvían, pero desde entonces nunca más vi a mis sobrinas”.
Según cuenta Mariana las primeras horas fueron cruciales para iniciar la búsqueda. “Mi hermano encima me gastaba, me mandaba mensajitos gastándome, ya vamos, un rato más vamos. A las 22:30 recurro a su casa en el kilómetro 14 y estaba toda cerrada, con candado, entonces ahí voy a la policía”.
La tía de las niñas destacó sobre manera la actuación tanto la policía como también de los distintos organismos judiciales y de asistencia de la ciudad petrolera durante estos más de tres meses en los que se ha intentado averiguar qué pasó con las niñas.

Contexto marginal

Uno de los aspectos más delicados del caso tiene que ver con la vulnerabilidad de las niñas en “un entorno muy complicado, con drogas, con prostitución, con alcohol”, dijo Mariana. También aseguró que pese a su corta edad las pequeñas se criaron prácticamente juntas y “donde va una va la otra”, en referencia que se desconoce el ámbito que hoy las rodea y si pudieran permanecer alejadas del cuidado de alguien responsable.
Ante las autoridades la mujer denunció en más de una oportunidad que la madre de las criaturas ha atentado contra la integridad física y psicológica de las niñas en al menos tres oportunidades, antes de la desaparición de las menores.
En ese contexto es que la justicia le otorga a Mariana la tenencia provisoria de las niñas, primero por un lapso breve (90 días), que luego se fue prorrogando y ampliando en extensión de tiempo.

Missing Children

Desde hace tiempo la organización Missing Children difunde imágenes con los rostros de los niños que por alguna razón o motivo se encuentran desaparecidos de los hogares que habitaban, y para poder replicar esa búsqueda se utilizan distintas plataformas de difusión.
Por estos días, quienes residen en Trelew y el valle es posible que hayan encontrado las fotografías de los rostros de Maite y Guadalupe en el reverso de las facturas de algunos servicios públicos o bien de resúmenes de tarjetas de crédito.
Mariana Llancamil contó que Missing Children es una de las organizaciones que está comprometida con la búsqueda de sus sobrinas luego de que tomaran conocimiento del caso.

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08 ABR 2017 - 20:46

Por Dario Roberts

Hace cien días que Mariana  Llancamil busca a sus sobrinas Guadalupe y Maite. Las chicas desaparecieron el 30 de diciembre de 2016 y hasta el día de hoy no hay rastros de las pequeñas, quienes fueron llevadas por el padre para almorzar con la promesa de una inmediata restitución pero nunca aparecieron.
Desde ese momento la mujer ha transitado los despachos judiciales y de los servicios sociales buscando una respuesta y la aparición de las niñas, en una tarea que se ha extendido incluso fuera de la provincia de Chubut, pero que hasta ahora no ha logrado resultados positivos.
Maite y Guadalupe Llancamil tienen apenas 2 y 3 años. Son hijas de un hermano de Mariana y al momento de desaparecer hacía más de un año que vivían en la casa de su tía, quien tenía la guarda de ambas criaturas.


Ni comida ni vacunas

“Ellas vinieron a mi casa un año y medio antes, con el padre. Mi hermano se había separado de la madre de las chicas y las nenas estaban al borde de la desnutrición y sin vacunas”, contó Mariana a Jornada.
La mujer asegura que sus sobrinas se criaron en un ambiente de marginalidad: prostitución, drogas, alcohol y continuas peleas entre sus padres.  “Mi hermano estaba con su pareja en un tire y afloje , y cuando se arreglan yo les dije que no podían estar con ellos, que se estaban matando a palos”, dijo la mujer, quien inició un proceso judicial que derivó en la decisión de que las pequeñas estuvieran a su resguardo desde febrero del año 2016.
Durante ese lapso los padres solicitaron la restitución de las niñas, “pero la jueza de las denegó porque no venían cumpliendo con las visitas al servicio de protección de niñez, no cumplían los requisitos y pautas para lograr que la justicia les restituya a las nenas”.
Sobre fines del año pasado solicitaron a través de los abogados un permiso para pasar juntos un rato con motivo de las fiestas de fin de año. “Mi hermano quería llevarlas a comer y las devolvía. Él había pedido la baja en YPF en septiembre y tenía que hacer unos trámites para solicitar la asignación familiar y en las entrevistas en el servicio de protección de derechos había comentado eso, entonces yo le entrego los documentos; él ese día vino a buscarlas para comer y después volvían, pero desde entonces nunca más vi a mis sobrinas”.
Según cuenta Mariana las primeras horas fueron cruciales para iniciar la búsqueda. “Mi hermano encima me gastaba, me mandaba mensajitos gastándome, ya vamos, un rato más vamos. A las 22:30 recurro a su casa en el kilómetro 14 y estaba toda cerrada, con candado, entonces ahí voy a la policía”.
La tía de las niñas destacó sobre manera la actuación tanto la policía como también de los distintos organismos judiciales y de asistencia de la ciudad petrolera durante estos más de tres meses en los que se ha intentado averiguar qué pasó con las niñas.

Contexto marginal

Uno de los aspectos más delicados del caso tiene que ver con la vulnerabilidad de las niñas en “un entorno muy complicado, con drogas, con prostitución, con alcohol”, dijo Mariana. También aseguró que pese a su corta edad las pequeñas se criaron prácticamente juntas y “donde va una va la otra”, en referencia que se desconoce el ámbito que hoy las rodea y si pudieran permanecer alejadas del cuidado de alguien responsable.
Ante las autoridades la mujer denunció en más de una oportunidad que la madre de las criaturas ha atentado contra la integridad física y psicológica de las niñas en al menos tres oportunidades, antes de la desaparición de las menores.
En ese contexto es que la justicia le otorga a Mariana la tenencia provisoria de las niñas, primero por un lapso breve (90 días), que luego se fue prorrogando y ampliando en extensión de tiempo.

Missing Children

Desde hace tiempo la organización Missing Children difunde imágenes con los rostros de los niños que por alguna razón o motivo se encuentran desaparecidos de los hogares que habitaban, y para poder replicar esa búsqueda se utilizan distintas plataformas de difusión.
Por estos días, quienes residen en Trelew y el valle es posible que hayan encontrado las fotografías de los rostros de Maite y Guadalupe en el reverso de las facturas de algunos servicios públicos o bien de resúmenes de tarjetas de crédito.
Mariana Llancamil contó que Missing Children es una de las organizaciones que está comprometida con la búsqueda de sus sobrinas luego de que tomaran conocimiento del caso.


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