Algo "huele mal" en la campaña electoral francesa, afirma Hollande

El presidente francés, Francois Hollande, rompió hoy su silencio sobre la campaña electoral del país, en la que no opta a la reelección, para alertar del ascenso de los extremismos y considerar que hay demasiados casos de corrupción.

12 ABR 2017 - 16:44 | Actualizado

"Esta campaña huele mal", aseguró el presidente en privado, según revelan varios medios franceses, que consideran que el jefe del Estado socialista está preocupado por el ascenso de los candidatos más radicales ante las elecciones del próximo 23 de abril.

En las últimas semanas, señaló el vespertino Le Monde, Hollande está preocupado en especial por la subida en la intención de voto del izquierdista Jean-Luc Mélenchon y cree que en la campaña hay "más emoción" que "razón".

"Existe el peligro frente a las simplificaciones y las falsificaciones de que veamos el espectáculo tribunero más que el contenido de los proyectos", indicó el mandatario socialista en una entrevista que mañana publicará el semanario Le Point.

Hollande reconoció que los franceses muestran voluntad de ir en contra de los favoritos, como se demostró en las internas de la izquierda y de la centroderecha, lo que puede explicar "la moda Mélenchon", en su opinión.

Hasta el momento Hollande evita pedir el voto para ningún candidato, incluido el de su partido, el socialista Benoit Hamon, quien cayó estrepitosamente en las encentas en las últimas semanas y con un (% de intención de voto podría protagonizar la peor elección en la historia del PS.

El mandatario aseguró que confía "en la inteligencia de los franceses" a la hora de la verdad, pero dejo ciertas señales en favor del liberal Emmanuel Macron cuya apuesta consideró "al menos audaz", consignó la agencia de noticias EFE.

Y agregó: "la vida política (francesa) necesita renovación", una declaración en linea con la figura de Macron, quien fuera su ministro de Economía entre 2014 y 2016, es el más joven de los candidato y el que menos trayectoria política tiene.

Entretanto, a 11 días de la primera vuelta el candidato conservador Francois Fillon, uno de los aludidos por Hollande por sus problemas judiciales, alertó hoy de que el país se arriesga a "balcanizarse" por culpa del sectarismo y propuso que los inmigrantes tengan que esperar dos años para obtener beneficios sociales.

Durante un discurso en Lyon, en el este de Francia, el aspirante de Los Republicanos, imputado por malversación de fondos públicos, advirtió de que "los sectarismos dañan" el país y lamentó que "Francia no sea ya Francia".

"Dejamos que los sectarismos se desarrollen y pongan a nuestra nación en riesgo de acabar como los Balcanes", donde se produjeron guerras religiosas y étnicas en los años 90, denunció Fillon en alusión los sectarismos musulmanes.

Para Fillon, que en las encuestas aparece con cerca de un 18% de intención de voto, un punto porcentual por debajo del izquierdista Mélenchon y por detrás de la ultraderechista Marine Le Pen (24%) y el liberal Macron (23%), la política de tolerancia no resultó efectiva porque "sirvió de pretexto" para crear guetos.

Las encuestas coinciden que estos cuatro candidatos cuentan con posibilidades de alcanzar el balotaje del 7 de mayo debido a que los indecisos se encuentran entre el 22 y el 27%, según el sondeo.

El duro discurso sobre inmigración, que también sigue Le Pen, fue el tono general del acto.
"Nuestra política de inmigración deberá establecerse por cotas, cada año, en función de nuestra capacidad de acogida, como se hace en Canadá", abogó.

En su opinión, los extranjeros que llegan a Francia deben "respetar los deberes antes de reclamar sus derechos".
Por ello, propuso que haya que esperar dos años para poder beneficiarse de ayudas sociales.

Fillon también se refirió a la investigación judicial de la que es objeto por supuestamente haber atribuido empleos ficticios en el Parlamento a su mujer y a dos de sus cinco hijos.
"Se pisoteó toda presunción de inocencia. Fue una campaña orquestada por un sistema aterrorizado por la revolución del sentido común que quiero poner en marcha", consideró.

12 ABR 2017 - 16:44

"Esta campaña huele mal", aseguró el presidente en privado, según revelan varios medios franceses, que consideran que el jefe del Estado socialista está preocupado por el ascenso de los candidatos más radicales ante las elecciones del próximo 23 de abril.

En las últimas semanas, señaló el vespertino Le Monde, Hollande está preocupado en especial por la subida en la intención de voto del izquierdista Jean-Luc Mélenchon y cree que en la campaña hay "más emoción" que "razón".

"Existe el peligro frente a las simplificaciones y las falsificaciones de que veamos el espectáculo tribunero más que el contenido de los proyectos", indicó el mandatario socialista en una entrevista que mañana publicará el semanario Le Point.

Hollande reconoció que los franceses muestran voluntad de ir en contra de los favoritos, como se demostró en las internas de la izquierda y de la centroderecha, lo que puede explicar "la moda Mélenchon", en su opinión.

Hasta el momento Hollande evita pedir el voto para ningún candidato, incluido el de su partido, el socialista Benoit Hamon, quien cayó estrepitosamente en las encentas en las últimas semanas y con un (% de intención de voto podría protagonizar la peor elección en la historia del PS.

El mandatario aseguró que confía "en la inteligencia de los franceses" a la hora de la verdad, pero dejo ciertas señales en favor del liberal Emmanuel Macron cuya apuesta consideró "al menos audaz", consignó la agencia de noticias EFE.

Y agregó: "la vida política (francesa) necesita renovación", una declaración en linea con la figura de Macron, quien fuera su ministro de Economía entre 2014 y 2016, es el más joven de los candidato y el que menos trayectoria política tiene.

Entretanto, a 11 días de la primera vuelta el candidato conservador Francois Fillon, uno de los aludidos por Hollande por sus problemas judiciales, alertó hoy de que el país se arriesga a "balcanizarse" por culpa del sectarismo y propuso que los inmigrantes tengan que esperar dos años para obtener beneficios sociales.

Durante un discurso en Lyon, en el este de Francia, el aspirante de Los Republicanos, imputado por malversación de fondos públicos, advirtió de que "los sectarismos dañan" el país y lamentó que "Francia no sea ya Francia".

"Dejamos que los sectarismos se desarrollen y pongan a nuestra nación en riesgo de acabar como los Balcanes", donde se produjeron guerras religiosas y étnicas en los años 90, denunció Fillon en alusión los sectarismos musulmanes.

Para Fillon, que en las encuestas aparece con cerca de un 18% de intención de voto, un punto porcentual por debajo del izquierdista Mélenchon y por detrás de la ultraderechista Marine Le Pen (24%) y el liberal Macron (23%), la política de tolerancia no resultó efectiva porque "sirvió de pretexto" para crear guetos.

Las encuestas coinciden que estos cuatro candidatos cuentan con posibilidades de alcanzar el balotaje del 7 de mayo debido a que los indecisos se encuentran entre el 22 y el 27%, según el sondeo.

El duro discurso sobre inmigración, que también sigue Le Pen, fue el tono general del acto.
"Nuestra política de inmigración deberá establecerse por cotas, cada año, en función de nuestra capacidad de acogida, como se hace en Canadá", abogó.

En su opinión, los extranjeros que llegan a Francia deben "respetar los deberes antes de reclamar sus derechos".
Por ello, propuso que haya que esperar dos años para poder beneficiarse de ayudas sociales.

Fillon también se refirió a la investigación judicial de la que es objeto por supuestamente haber atribuido empleos ficticios en el Parlamento a su mujer y a dos de sus cinco hijos.
"Se pisoteó toda presunción de inocencia. Fue una campaña orquestada por un sistema aterrorizado por la revolución del sentido común que quiero poner en marcha", consideró.


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