El intendente de Trenque Lauquen, Miguel Fernández sostuvo que la decisión adoptada por las autoridades provinciales "se tomó para aliviar a General Villegas, que está muy complicada, pero esa masa de agua ahora es una amenaza para nuestros partidos, ya que va a ir drenando hacia nuestra zona".
Por su parte, el intendente de Rivadavia, Javier Reynoso, manifestó que "lamentablemente se procedió al corte de las rutas, lo que provocará que más tarde o mas temprano, el agua llegue a nuestro partido", tras lo cual destacó su sorpresa por la decisión de la autoridades de la de romper las rutas 188, 226 y 33 para drenar las aguas.
"Nosotros queremos que se cierren esos cortes, porque nos van a perjudicar", aseveró.
En tanto, el intendente de General Villegas, Eduardo Campana, aseguró que ante una situación crítica se realizaron cortes en las últimas horas en rutas del partido, aunque el tránsito “se restableció el mismo día”, y justificó que las defensas al norte de la ciudad cabecera “son muy precarias” y de romperse afectaría a los barrios donde viven entre dos mil y tres mil personas.
El intendente de Trenque Lauquen, Miguel Fernández sostuvo que la decisión adoptada por las autoridades provinciales "se tomó para aliviar a General Villegas, que está muy complicada, pero esa masa de agua ahora es una amenaza para nuestros partidos, ya que va a ir drenando hacia nuestra zona".
Por su parte, el intendente de Rivadavia, Javier Reynoso, manifestó que "lamentablemente se procedió al corte de las rutas, lo que provocará que más tarde o mas temprano, el agua llegue a nuestro partido", tras lo cual destacó su sorpresa por la decisión de la autoridades de la de romper las rutas 188, 226 y 33 para drenar las aguas.
"Nosotros queremos que se cierren esos cortes, porque nos van a perjudicar", aseveró.
En tanto, el intendente de General Villegas, Eduardo Campana, aseguró que ante una situación crítica se realizaron cortes en las últimas horas en rutas del partido, aunque el tránsito “se restableció el mismo día”, y justificó que las defensas al norte de la ciudad cabecera “son muy precarias” y de romperse afectaría a los barrios donde viven entre dos mil y tres mil personas.