Netanyahu endurece su postura con los palestinos en huelga de hambre

En represalia por el inicio de una masiva huelga de hambre de prisioneros políticos palestinos, el gobierno israelí suspendió hoy todas las visitas familiares en las cárceles y ordenó aislar al líder de Al Fatah, Marwan Barghouti, a quien consignan como promotor y cara visible de la protesta.

18 ABR 2017 - 14:15 | Actualizado

El vocero de la Comisión de Asuntos de los Prisioneros y Ex prisioneros de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Akram Atalah Alayasa, confirmó la medida adoptada por el Servicio de Prisiones de Israel, que incluye, además de la suspensión de visitas familiares, la relocalización de varios dirigentes palestinos detenidos.
 
En este sentido, la agencia de noticia EFE precisó que Barghouti fue trasladado anoche de la prisión de Haradim, donde cumple una condena de cinco cadenas perpetuas por otros tantos asesinatos durante la Segunda Intifada (2000-2005) a una celda aislada en Jamala, en el norte de Israel.

Otros líderes de la misma organización nacionalista han sido también reubicados en esta prisión, entre ellos, Karem Younis y Hamud Abu Soroor, mientras que Naser Ewees, Mahamad Zawahra y Anas Jardat fueron trasladados a la cárcel de Ayala, cerca de Beer Sheva.

Israel anunció este martes que "no negociará" con los más de 1.000 presos palestinos en huelga de hambre que exigen condiciones "dignas" de detención.

El ministro de Seguridad Pública israelí, Gilad Erdan, ha declarado que no llevará a cabo ninguna negociación con los detenidos, posición que apoya el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el titular de Defensa, Avigdor Lieberman, informó hoy el periódico israelí Haaretz.

"Los prisioneros palestinos no son presos políticos. Son terroristas y asesinos sentenciados. Fueron llevados a la Justicia y son tratados de acuerdo al derecho internacional", valoró ayer el portavoz de Exteriores, Emanuel Nahson.

"La convocatoria de huelga de hambre es contraria al reglamento" de la prisión, afirmó el ministro israelí de Seguridad Interior, Gilad Erdan, que además consideró que los detenidos "son terroristas y asesinos encerrados que reciben lo que merecen y no tenemos razones para negociar con ellos", añadió a la radio militar.

Desde ayer, más de 1.500 prisioneros palestinos, según la ANP, están en huelga de hambre indefinida para demandar la mejora de sus condiciones, entre ellas, la ampliación del régimen de visitas, el acceso a tratamientos sanitarios y el fin del aislamiento y la detención administrativa que permite a Israel encarcelar sin cargos ni juicios.

El hecho que la convocatoria de la huelga proceda del carismático Barghouti, al que muchos ven como sucesor del presidente palestino, hace prever que pueda ser más firme y duradera que otras anteriores.
Pese a estar en prisión, este dirigente palestino es miembro del Consejo Legislativo palestino (Parlamento) desde 1996, reelegido en 2006, y recientemente renovó su puesto en el Comité Central de Al Fatah, máximo órgano del partido.

Considerado uno de los herederos políticos de Yasser Arafat, fue encarcelado en 2002 y condenado dos años después a cinco cadenas perpetuas por su supuesta participación en el asesinato de cinco israelíes -de los veintiuno que se le imputaban-, y a 40 años de prisión por intento de asesinato durante la Segunda Intifada (2000-2005).

Desde prisión, Barghouti medió en una tregua entre grupos armados e Israel en 2003, anunció la creación del nuevo partido político Mustakbal en 2005 y marcó líneas políticas en distintas direcciones.

La última huelga masiva en las prisiones israelíes se remonta a febrero de 2013, cuando 3.000 palestinos se negaron a alimentarse, durante un día, para protestar contra la muerte en prisión de un preso palestino.

Entre los 6.500 palestinos actualmente encarcelados en Israel figuran 62 mujeres y 300 menores de edad.
Cerca de 500 de ellos se encuentran bajo el régimen extrajudicial de la detención administrativa que permite una encarcelación sin proceso ni acusación. Además, hay también 13 diputados palestinos presos.

18 ABR 2017 - 14:15

El vocero de la Comisión de Asuntos de los Prisioneros y Ex prisioneros de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Akram Atalah Alayasa, confirmó la medida adoptada por el Servicio de Prisiones de Israel, que incluye, además de la suspensión de visitas familiares, la relocalización de varios dirigentes palestinos detenidos.
 
En este sentido, la agencia de noticia EFE precisó que Barghouti fue trasladado anoche de la prisión de Haradim, donde cumple una condena de cinco cadenas perpetuas por otros tantos asesinatos durante la Segunda Intifada (2000-2005) a una celda aislada en Jamala, en el norte de Israel.

Otros líderes de la misma organización nacionalista han sido también reubicados en esta prisión, entre ellos, Karem Younis y Hamud Abu Soroor, mientras que Naser Ewees, Mahamad Zawahra y Anas Jardat fueron trasladados a la cárcel de Ayala, cerca de Beer Sheva.

Israel anunció este martes que "no negociará" con los más de 1.000 presos palestinos en huelga de hambre que exigen condiciones "dignas" de detención.

El ministro de Seguridad Pública israelí, Gilad Erdan, ha declarado que no llevará a cabo ninguna negociación con los detenidos, posición que apoya el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el titular de Defensa, Avigdor Lieberman, informó hoy el periódico israelí Haaretz.

"Los prisioneros palestinos no son presos políticos. Son terroristas y asesinos sentenciados. Fueron llevados a la Justicia y son tratados de acuerdo al derecho internacional", valoró ayer el portavoz de Exteriores, Emanuel Nahson.

"La convocatoria de huelga de hambre es contraria al reglamento" de la prisión, afirmó el ministro israelí de Seguridad Interior, Gilad Erdan, que además consideró que los detenidos "son terroristas y asesinos encerrados que reciben lo que merecen y no tenemos razones para negociar con ellos", añadió a la radio militar.

Desde ayer, más de 1.500 prisioneros palestinos, según la ANP, están en huelga de hambre indefinida para demandar la mejora de sus condiciones, entre ellas, la ampliación del régimen de visitas, el acceso a tratamientos sanitarios y el fin del aislamiento y la detención administrativa que permite a Israel encarcelar sin cargos ni juicios.

El hecho que la convocatoria de la huelga proceda del carismático Barghouti, al que muchos ven como sucesor del presidente palestino, hace prever que pueda ser más firme y duradera que otras anteriores.
Pese a estar en prisión, este dirigente palestino es miembro del Consejo Legislativo palestino (Parlamento) desde 1996, reelegido en 2006, y recientemente renovó su puesto en el Comité Central de Al Fatah, máximo órgano del partido.

Considerado uno de los herederos políticos de Yasser Arafat, fue encarcelado en 2002 y condenado dos años después a cinco cadenas perpetuas por su supuesta participación en el asesinato de cinco israelíes -de los veintiuno que se le imputaban-, y a 40 años de prisión por intento de asesinato durante la Segunda Intifada (2000-2005).

Desde prisión, Barghouti medió en una tregua entre grupos armados e Israel en 2003, anunció la creación del nuevo partido político Mustakbal en 2005 y marcó líneas políticas en distintas direcciones.

La última huelga masiva en las prisiones israelíes se remonta a febrero de 2013, cuando 3.000 palestinos se negaron a alimentarse, durante un día, para protestar contra la muerte en prisión de un preso palestino.

Entre los 6.500 palestinos actualmente encarcelados en Israel figuran 62 mujeres y 300 menores de edad.
Cerca de 500 de ellos se encuentran bajo el régimen extrajudicial de la detención administrativa que permite una encarcelación sin proceso ni acusación. Además, hay también 13 diputados palestinos presos.


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