Donación de médula ósea: “Es más factible que vos necesites sangre a que tengas que ir a donar”

Entrevista mano a mano con la referente de “Chubutenses hasta la médula”. Analía García habló en primera persona sobre la leucemia. La fortaleza con la que afrontó la enfermedad. Hoy ayuda a otros. Pide que tomen conciencia y se registren como donantes de médula ósea. “No cuesta nada y salva vidas”. Basta con donar una unidad de sangre para tomar una muestra.

Analía García y una gran actitud ante la vida. “No es imposible, se puede”.
23 ABR 2017 - 21:41 | Actualizado 15 NOV 2022 - 16:09

Tiene una sonrisa radiante. Se emociona con las grandes historias de solidaridad. Es incansable al momento de contar una y otra vez desde su propia piel lo que vivió, lo que vive, para que la gente tome conciencia y se predisponga a salvar vidas. A Analía García le diagnosticaron leucemia hace 8 años. Hoy en día su estado de salud es muy bueno. Está en remisión completa.

Es referente de “Chubutenses hasta la Medula”. Reitera una y otra vez que el trasplante de médula ósea salva a muchas personas. “Es más factible que vos necesites sangre a que tengas que ir a donar”, sintetiza.

Analía relató en la entrevista con Jornada lo que vivió en lo personal. Denota la fortaleza interna en todo momento de sobrellevar cada paso de la enfermedad desde el momento de su diagnóstico hasta la actualidad pero también, el optimismo y la necesidad imperiosa de pensar en el “otro” en forma permanente.

Si bien el eje de su vida es su hijo de 13 años, deslizó que ni bien le dijeron que tenía leucemia lo primero que se le pasó por la cabeza fue: “¿No puedo donar más sangre”?. Una utopía de estar pasando por uno de los trances más dolorosos de su vida y aun así, indeleble en su postura de hacer algo por “el otro”.

Mientras acaricia a sus perros, fieles compañeros, Ciro y Princesa, recuerda que “lo mío empezó es desde hace 8 años. Ahora estoy perfecta. En remisión completa desde hace 6 años pero tengo diagnóstico hace 8. Te involucrás, te asesorás cuando estás en contacto. Me involucré más por festivales. Me enganché en páginas como por ejemplo de la Fundación Carreras de España. También con Correntinos hasta la Médula”.

Habló de la importancia de la donación de sangre. “Quien manifiesta ser donante voluntario de sangre, va antes de la emergencia. Los hombres pueden donar 4 veces con un intervalo de 2 meses entre una y otra. Mujeres 3 veces por temas hormonales, cada dos meses también. Tenemos que educar para que la gente se convierta en donante regular. Fiable, confiable. A mi nadie me lo enseñó. Lo aprendí. No vale ir sólo en la emergencia. Hay que hacerlo antes que pase. Los bancos estarían llenos y no habría emergencias. Acompañados de la donación de sangre, debería ir la donación de médula”.

“Para registrarte como donante de médula donás la unidad de sangre de 450 centímetros cúbicos. De ahí toman una muestra que va al INCUCAI. De ahí analizan el código genético HLA, la huella digital de la medula ósea”.

Banco Internacional

La muestra extraída entra en un Banco de Datos Internacional. “No queda guardada la médula. Si alguien necesita, se busca compatibilidad. Se trata de una Red Mundial. La compatibilidad para la persona que lo necesita tiene que ser de un100%. Un 98% no sirve”. En Trelew el lugar de donación es en Marconi 374. “Es conveniente llamar primero. Es un consultorio oncológico y hematológico. Te hacen un cuestionario que es de 3 hojas. Extenso sobre tu estado de salud y antecedentes familiares”, subrayó.

Recalcó en este punto, que la “etnia” tiene que mucho que ver. En Argentina lo ideal, es que los pacientes argentinos, reciban trasplante de medula de paciente argentino. “Nuestros chicos reciben mucho de España y de EE.UU. Pero tenemos pueblos originarios, somos un crisol de razas. Donde hay pueblos originarios no vamos a encontrar un donante en el extranjero. En pueblitos chiquitos como en el Noroeste Argentino, se encuentra ahí, donde no se mezclaron. Si no, no se encuentra. Es genético y étnico”.

“1 en 40 mil “

La posibilidad de encontrar un donante dentro del núcleo familiar (hermanos u hermanas) es de 1 en 22 mil. “En el mundo, es de 1 en 40 mil”. Por esa razón es tan importante que la gente se registre. Para que las personas que lo necesiten tengan más posibilidades de tener una medula sana, compatible y oportuna. “A veces la médula aparece cuando el paciente está muy deteriorado y ya no funciona”.

Admitió Analía con un dejo de tristeza que aún falta en la gente tomar conciencia. “Cuesta mucho. Falta empatía. Es más factible que vos necesites sangre que que tengas que ir a donar. No pasa nada cuando vas a registrarte. Te vas entero. Podés tener síntomas gripales pero con paracetamol se te van, listo. Nada. hay gente dice que tiene miedo que lo pinchen pero están rodeados de profesionales de la salud”.

Su entereza es admirable. Analía nunca bajó los brazos. A pesar de los tratamientos de quimioterapia y de cada obstáculo que se le interpuso en su camino. Salió adelante teniendo a su hijo pequeño. Y situada desde un lugar ahora que le permite transmitir paz y experiencia a quien lo necesita, revela: “Intento ayudar porque alguien tiene que hacerlo. Hay que seguir luchando”.

“Tuve personas que me ayudaron. Un chico de España me iba diciendo todo lo que me iba a pasar. Le habían pasado las mismas drogas y miligramos. Me pasó todo lo que me dijo. Estaba ahí, me escribía para ver cómo estaba. Gente de la fundación Carreras también me contuvo. Aprendí mucho de ellos. Empecé a conectarme. En “Argentinos hasta la Medula” somos 17 provincias trabajando juntos. INCUCAI nos invita siempre a capacitaciones y reuniones”.

“Sin miedos”

Mientras toma su infaltable jugo de limones, hace una pausa y afirma: “No hay que tenerle miedo a la enfermedad”. Y esbozando una sonrisa recuerda: “Había una publicidad de China Zorrilla que decía al teléfono con su voz tan especial: ah, era cáncer nomás”.

Mira el piso y reflexiona: “Sí, muchos se van en el camino. Es difícil, para nosotros también lo es. Una chica que trabajaba con nosotros falleció de su quinta leucemia y nunca consiguió donante. Hay que sacar fuerzas y empezar de nuevo. Murió ella pero también otro nenito. En otro lugar, pasó algo parecido. Siempre hay uno que está más fuerte que otro. Es durísimo. Pero tengo el contacto con pacientes. Trato de ponerme una coraza pero te involucrás. No podés evitarlo”.

Remarca Analía que “como hay dolor hay alegrías”. Y se refiere a un caso en particular. “Un año pedí donantes para Franco Mera. Está inmunosuprimido aún. Tiene que cuidarse de nosotros. A veces la gente no lo entiende. Ellos se protegen de nosotros. Da satisfacciones”.

La voz de optimismo es constante. No baja los brazos jamás. Y la palabra de aliento para quienes pasan un trance difícil es permanente. “No es imposible salir. Hay mucha gente trasplantada que hace vida normal, que es deportista. O gente que pasó por leucemia, linfomas, que se curan sin llegar al trasplante”.

Hoy la vida de Analía es normal. “Trabajo, me hago cargo de un adolescente. El ya vivió la parte difícil cuando tenía 7 años con su mamá que no estaba bien, con quimioterapia. Aprendió, le hablé de todo. Le dije: mamá tiene leucemia y vomita por los remedios. Pero mamá se está curando. Pedro no permite burlas con respecto a la enfermedad. Mi leucemia es crónica. Me ayudó mucho en la difusión cuando era chiquito”.

Se puede

El mensaje de Ana para cada persona que hoy necesite contención o simplemente una palabra de aliento es decirles que “se puede. Hay que ponerla garra. Hay que tomarlo con optimismo. Es lo que nos tocó. No sabemos los orígenes de la enfermedad pero hay que ponerse en positivo”.

“El mejor remedio es el buen humor, los afectos -remarcó- . Acá hay excelentes médicos. Que confíen en ellos. Hay que tener fe. Se sale. Se puede salir. De esto sí, se habla. Se informa. Mi mejor cura fue la detección a tiempo. De no haber sabido qué leucemia tenía hubiese sido peor”. #

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Analía García y una gran actitud ante la vida. “No es imposible, se puede”.
23 ABR 2017 - 21:41

Tiene una sonrisa radiante. Se emociona con las grandes historias de solidaridad. Es incansable al momento de contar una y otra vez desde su propia piel lo que vivió, lo que vive, para que la gente tome conciencia y se predisponga a salvar vidas. A Analía García le diagnosticaron leucemia hace 8 años. Hoy en día su estado de salud es muy bueno. Está en remisión completa.

Es referente de “Chubutenses hasta la Medula”. Reitera una y otra vez que el trasplante de médula ósea salva a muchas personas. “Es más factible que vos necesites sangre a que tengas que ir a donar”, sintetiza.

Analía relató en la entrevista con Jornada lo que vivió en lo personal. Denota la fortaleza interna en todo momento de sobrellevar cada paso de la enfermedad desde el momento de su diagnóstico hasta la actualidad pero también, el optimismo y la necesidad imperiosa de pensar en el “otro” en forma permanente.

Si bien el eje de su vida es su hijo de 13 años, deslizó que ni bien le dijeron que tenía leucemia lo primero que se le pasó por la cabeza fue: “¿No puedo donar más sangre”?. Una utopía de estar pasando por uno de los trances más dolorosos de su vida y aun así, indeleble en su postura de hacer algo por “el otro”.

Mientras acaricia a sus perros, fieles compañeros, Ciro y Princesa, recuerda que “lo mío empezó es desde hace 8 años. Ahora estoy perfecta. En remisión completa desde hace 6 años pero tengo diagnóstico hace 8. Te involucrás, te asesorás cuando estás en contacto. Me involucré más por festivales. Me enganché en páginas como por ejemplo de la Fundación Carreras de España. También con Correntinos hasta la Médula”.

Habló de la importancia de la donación de sangre. “Quien manifiesta ser donante voluntario de sangre, va antes de la emergencia. Los hombres pueden donar 4 veces con un intervalo de 2 meses entre una y otra. Mujeres 3 veces por temas hormonales, cada dos meses también. Tenemos que educar para que la gente se convierta en donante regular. Fiable, confiable. A mi nadie me lo enseñó. Lo aprendí. No vale ir sólo en la emergencia. Hay que hacerlo antes que pase. Los bancos estarían llenos y no habría emergencias. Acompañados de la donación de sangre, debería ir la donación de médula”.

“Para registrarte como donante de médula donás la unidad de sangre de 450 centímetros cúbicos. De ahí toman una muestra que va al INCUCAI. De ahí analizan el código genético HLA, la huella digital de la medula ósea”.

Banco Internacional

La muestra extraída entra en un Banco de Datos Internacional. “No queda guardada la médula. Si alguien necesita, se busca compatibilidad. Se trata de una Red Mundial. La compatibilidad para la persona que lo necesita tiene que ser de un100%. Un 98% no sirve”. En Trelew el lugar de donación es en Marconi 374. “Es conveniente llamar primero. Es un consultorio oncológico y hematológico. Te hacen un cuestionario que es de 3 hojas. Extenso sobre tu estado de salud y antecedentes familiares”, subrayó.

Recalcó en este punto, que la “etnia” tiene que mucho que ver. En Argentina lo ideal, es que los pacientes argentinos, reciban trasplante de medula de paciente argentino. “Nuestros chicos reciben mucho de España y de EE.UU. Pero tenemos pueblos originarios, somos un crisol de razas. Donde hay pueblos originarios no vamos a encontrar un donante en el extranjero. En pueblitos chiquitos como en el Noroeste Argentino, se encuentra ahí, donde no se mezclaron. Si no, no se encuentra. Es genético y étnico”.

“1 en 40 mil “

La posibilidad de encontrar un donante dentro del núcleo familiar (hermanos u hermanas) es de 1 en 22 mil. “En el mundo, es de 1 en 40 mil”. Por esa razón es tan importante que la gente se registre. Para que las personas que lo necesiten tengan más posibilidades de tener una medula sana, compatible y oportuna. “A veces la médula aparece cuando el paciente está muy deteriorado y ya no funciona”.

Admitió Analía con un dejo de tristeza que aún falta en la gente tomar conciencia. “Cuesta mucho. Falta empatía. Es más factible que vos necesites sangre que que tengas que ir a donar. No pasa nada cuando vas a registrarte. Te vas entero. Podés tener síntomas gripales pero con paracetamol se te van, listo. Nada. hay gente dice que tiene miedo que lo pinchen pero están rodeados de profesionales de la salud”.

Su entereza es admirable. Analía nunca bajó los brazos. A pesar de los tratamientos de quimioterapia y de cada obstáculo que se le interpuso en su camino. Salió adelante teniendo a su hijo pequeño. Y situada desde un lugar ahora que le permite transmitir paz y experiencia a quien lo necesita, revela: “Intento ayudar porque alguien tiene que hacerlo. Hay que seguir luchando”.

“Tuve personas que me ayudaron. Un chico de España me iba diciendo todo lo que me iba a pasar. Le habían pasado las mismas drogas y miligramos. Me pasó todo lo que me dijo. Estaba ahí, me escribía para ver cómo estaba. Gente de la fundación Carreras también me contuvo. Aprendí mucho de ellos. Empecé a conectarme. En “Argentinos hasta la Medula” somos 17 provincias trabajando juntos. INCUCAI nos invita siempre a capacitaciones y reuniones”.

“Sin miedos”

Mientras toma su infaltable jugo de limones, hace una pausa y afirma: “No hay que tenerle miedo a la enfermedad”. Y esbozando una sonrisa recuerda: “Había una publicidad de China Zorrilla que decía al teléfono con su voz tan especial: ah, era cáncer nomás”.

Mira el piso y reflexiona: “Sí, muchos se van en el camino. Es difícil, para nosotros también lo es. Una chica que trabajaba con nosotros falleció de su quinta leucemia y nunca consiguió donante. Hay que sacar fuerzas y empezar de nuevo. Murió ella pero también otro nenito. En otro lugar, pasó algo parecido. Siempre hay uno que está más fuerte que otro. Es durísimo. Pero tengo el contacto con pacientes. Trato de ponerme una coraza pero te involucrás. No podés evitarlo”.

Remarca Analía que “como hay dolor hay alegrías”. Y se refiere a un caso en particular. “Un año pedí donantes para Franco Mera. Está inmunosuprimido aún. Tiene que cuidarse de nosotros. A veces la gente no lo entiende. Ellos se protegen de nosotros. Da satisfacciones”.

La voz de optimismo es constante. No baja los brazos jamás. Y la palabra de aliento para quienes pasan un trance difícil es permanente. “No es imposible salir. Hay mucha gente trasplantada que hace vida normal, que es deportista. O gente que pasó por leucemia, linfomas, que se curan sin llegar al trasplante”.

Hoy la vida de Analía es normal. “Trabajo, me hago cargo de un adolescente. El ya vivió la parte difícil cuando tenía 7 años con su mamá que no estaba bien, con quimioterapia. Aprendió, le hablé de todo. Le dije: mamá tiene leucemia y vomita por los remedios. Pero mamá se está curando. Pedro no permite burlas con respecto a la enfermedad. Mi leucemia es crónica. Me ayudó mucho en la difusión cuando era chiquito”.

Se puede

El mensaje de Ana para cada persona que hoy necesite contención o simplemente una palabra de aliento es decirles que “se puede. Hay que ponerla garra. Hay que tomarlo con optimismo. Es lo que nos tocó. No sabemos los orígenes de la enfermedad pero hay que ponerse en positivo”.

“El mejor remedio es el buen humor, los afectos -remarcó- . Acá hay excelentes médicos. Que confíen en ellos. Hay que tener fe. Se sale. Se puede salir. De esto sí, se habla. Se informa. Mi mejor cura fue la detección a tiempo. De no haber sabido qué leucemia tenía hubiese sido peor”. #


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