"Estamos en el peor momento desde que terminó la Segunda Guerra"

"Sin Patricio", la obra que en Italia fue récord de ventas y que Walter Veltroni (Roma, 1955) escribió inspirado en un graffitti que observó en una pared de Buenos Aires, reúne cinco relatos arraigados en suelo argentino, que hacen eje en vínculos atravesados por el desencuentro, las pérdidas, el amor y la amistad y rozan la figura del padre.

28 ABR 2017 - 15:31 | Actualizado


Cuando Veltroni vino a Buenos Aires en 2003 una frase sobre la pared ("Patricio, te amo. Papá") lo conmovió y al dejar el país escribió cinco cuentos, marcadamente poéticos, donde la relación padre-hijo aparece desde lo negado o perdido, y algunas veces, restaurado desde la esperanza y la imaginación.

La política, que cruza la vida de Veltroni, quien en 1996 llegó al cargo de vicepresidente de Italia y ministro de Bienes Culturales liderando una coalición de centro izquierda, y fue alcalde de Roma entre 2001 y 2008, también sobrevuela estos relatos independientes uno del otro, en los que ese graffitti aparecerá como una muestra de amor y entrega hacia Patricio, como protagonista.

En el primer cuento, Patricio es piloto de la empresa Aeropostal Argentina dirigida por Saint Exupery; en el segundo, el protagonista es hijo de una mujer embarazada que durante la dictadura argentina es arrojada al Río de la Plata desde un avión por los militares. En el tercero Patricio, un joven de 18 años, deja la casa familiar y se va a recorrer el mundo, decepcionado con el rol ausente que sus padres tuvieron durante la dictadura. 

La cuarta historia cuenta la relación entre un padre y su hijo, excelente en el dominio de la pelota e hincha de Boca Juniors, que se enfrentará al patear un penal con un arquero que encarna la figura de Osvaldo Soriano. El último relato, donde un joven busca reconstruir el vínculo con su padre ausente, quizás sea el más autobiográfico de Veltroni, cuyo padre murió cuando tenía un año.

Veltroni dialogó con Télam sobre el libro que ahora publica el sello Del Zorzal y se presentará mañana a las 18 en la Feria del Libro, en un diálogo que el autor y ex alcalde tendrá con el ministro de Cultura Pablo Avelluto, en la sala Javier Villafañe.

-De la lectura del libro se desprende que usted forjó una relación muy estrecha con Buenos Aires, ¿qué lo unió tanto a esta ciudad? 
Vine por primera vez a la Argentina en 1997 y volví en 2003. Siempre tuve una sensación de fuerte de sintonía con Buenos Aires y los argentinos. Como italiano, es más fácil entablar una relación. Otra sintonía especial percibí con Chile, porque los años 70 representaron las primeras experiencias de desempeño civil y cultural en mi vida, en cuanto al golpe en Chile y luego con la dictadura en la Argentina, ya que éramos jóvenes europeos de izquierda y organizamos muchas manifestaciones en contra de lo que pasaba aquí.

¿Por qué cree usted que ese graffitti lo inspiró a escribir estas historias?
Me pareció increíble que un padre tuviera un gesto propio de un chico, como es el de pintar una pared, y que lo haya hecho para su hijo. En mi caso la relación padre-hijo tiene una particularidad porque mi padre falleció cuando yo tenía un año, y prácticamente no lo conocí, por eso después de verlo empecé a imaginar historias que llevaran a explicar por qué alguien escribiría una frase así.

En el primer relato aparece la figura de Saint Exupery, ¿por qué lo inspiró el autor de 'El Principito'?
Porque es un autor del que siempre me ha gustado su dimensión soñadora y poética, y me parecía que era un personaje casi ideal para tenerlo y ubicarlo en esta tierra que sueña poesía, porque yo amo la literatura argentina, a Borges, a Cortázar. Después descubrí que Saint Exupery había viajado a la Argentina y me parece que todo lo que hizo es poético, hasta su muerte, porque nunca se encontraron sus restos, es como si las nubes se lo hubiesen tragado.

La segunda historia hace foco en una embarazada desaparecida durante la dictadura, ¿conoció a familiares de desaparecidos?
- W.V.: Conocí a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo, a algunas personas que fueron secuestradas y liberadas. Aquí hay una amplia literatura sobre el tema, como "A veinte años luz", de Elsa Osorio, una historia que tiene algo de épico, de trágico, de shakesperiano. Quise utilizar la literatura para resaltar algo que tiene que estar en un espacio de la memoria.

En otro de los relatos un hijo decide dejar su casa y viajar, luego de la dictadura, ¿quiso destacar la figura de los exiliados?
Es posible, todos somos un poco exiliados de nuestra existencia. El viaje es la dimensión más importante que tenemos en nuestra vida, no solo el viaje físico, sino a nivel de la fantasía. Es el poder más grande que podemos tener porque nos permite tener más vida. 

En el último cuento hay una búsqueda de un padre por parte de un hijo a través de fotografías ¿es el relato más autobiográfico del libro?
Sí, yo no tengo ninguna foto con mi papá porque murió de una manera muy rápida. En la actualidad, cualquier persona que se cruza por la calle en dos minutos se saca una foto y la publica en las redes sociales. Hoy somos como bulímicos de fotos e imágenes, como si las comiéramos rápidamente, y pienso que se debería cuidar la historia que está detrás de la foto. Esa es la idea que está detrás del cuento.

Usted que perteneció a un partido de izquierda, ¿cómo evalúa el avance de gobiernos de derecha a nivel mundial y sobre todo europeo?
Creo que estamos en el momento más peligroso a nivel internacional desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. En otras épocas hubo riesgo y conflicto, como en la década del 60, como sucedió entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, pero en esa época habia democracias fuertes que contrarrestaban esa situación. Hoy nos encontramos ante muchas guerras que después determinan una migración y provocan mucho dolor. Es un momento donde a la recesión mundial, que es la más larga de la historia moderna, se le agrega la crisis de la democracia y de los partidos, y el desarrollo de una tecnología que en vez de aumentar las posibilidades de trabajo las reduce. Todo eso lleva a una opinión pública muy emotiva, que elige más desde el enojo y del miedo que desde la razón. Y creo que la elección de Trump es un poco hija de este fenómeno.

Las más leídas

28 ABR 2017 - 15:31


Cuando Veltroni vino a Buenos Aires en 2003 una frase sobre la pared ("Patricio, te amo. Papá") lo conmovió y al dejar el país escribió cinco cuentos, marcadamente poéticos, donde la relación padre-hijo aparece desde lo negado o perdido, y algunas veces, restaurado desde la esperanza y la imaginación.

La política, que cruza la vida de Veltroni, quien en 1996 llegó al cargo de vicepresidente de Italia y ministro de Bienes Culturales liderando una coalición de centro izquierda, y fue alcalde de Roma entre 2001 y 2008, también sobrevuela estos relatos independientes uno del otro, en los que ese graffitti aparecerá como una muestra de amor y entrega hacia Patricio, como protagonista.

En el primer cuento, Patricio es piloto de la empresa Aeropostal Argentina dirigida por Saint Exupery; en el segundo, el protagonista es hijo de una mujer embarazada que durante la dictadura argentina es arrojada al Río de la Plata desde un avión por los militares. En el tercero Patricio, un joven de 18 años, deja la casa familiar y se va a recorrer el mundo, decepcionado con el rol ausente que sus padres tuvieron durante la dictadura. 

La cuarta historia cuenta la relación entre un padre y su hijo, excelente en el dominio de la pelota e hincha de Boca Juniors, que se enfrentará al patear un penal con un arquero que encarna la figura de Osvaldo Soriano. El último relato, donde un joven busca reconstruir el vínculo con su padre ausente, quizás sea el más autobiográfico de Veltroni, cuyo padre murió cuando tenía un año.

Veltroni dialogó con Télam sobre el libro que ahora publica el sello Del Zorzal y se presentará mañana a las 18 en la Feria del Libro, en un diálogo que el autor y ex alcalde tendrá con el ministro de Cultura Pablo Avelluto, en la sala Javier Villafañe.

-De la lectura del libro se desprende que usted forjó una relación muy estrecha con Buenos Aires, ¿qué lo unió tanto a esta ciudad? 
Vine por primera vez a la Argentina en 1997 y volví en 2003. Siempre tuve una sensación de fuerte de sintonía con Buenos Aires y los argentinos. Como italiano, es más fácil entablar una relación. Otra sintonía especial percibí con Chile, porque los años 70 representaron las primeras experiencias de desempeño civil y cultural en mi vida, en cuanto al golpe en Chile y luego con la dictadura en la Argentina, ya que éramos jóvenes europeos de izquierda y organizamos muchas manifestaciones en contra de lo que pasaba aquí.

¿Por qué cree usted que ese graffitti lo inspiró a escribir estas historias?
Me pareció increíble que un padre tuviera un gesto propio de un chico, como es el de pintar una pared, y que lo haya hecho para su hijo. En mi caso la relación padre-hijo tiene una particularidad porque mi padre falleció cuando yo tenía un año, y prácticamente no lo conocí, por eso después de verlo empecé a imaginar historias que llevaran a explicar por qué alguien escribiría una frase así.

En el primer relato aparece la figura de Saint Exupery, ¿por qué lo inspiró el autor de 'El Principito'?
Porque es un autor del que siempre me ha gustado su dimensión soñadora y poética, y me parecía que era un personaje casi ideal para tenerlo y ubicarlo en esta tierra que sueña poesía, porque yo amo la literatura argentina, a Borges, a Cortázar. Después descubrí que Saint Exupery había viajado a la Argentina y me parece que todo lo que hizo es poético, hasta su muerte, porque nunca se encontraron sus restos, es como si las nubes se lo hubiesen tragado.

La segunda historia hace foco en una embarazada desaparecida durante la dictadura, ¿conoció a familiares de desaparecidos?
- W.V.: Conocí a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo, a algunas personas que fueron secuestradas y liberadas. Aquí hay una amplia literatura sobre el tema, como "A veinte años luz", de Elsa Osorio, una historia que tiene algo de épico, de trágico, de shakesperiano. Quise utilizar la literatura para resaltar algo que tiene que estar en un espacio de la memoria.

En otro de los relatos un hijo decide dejar su casa y viajar, luego de la dictadura, ¿quiso destacar la figura de los exiliados?
Es posible, todos somos un poco exiliados de nuestra existencia. El viaje es la dimensión más importante que tenemos en nuestra vida, no solo el viaje físico, sino a nivel de la fantasía. Es el poder más grande que podemos tener porque nos permite tener más vida. 

En el último cuento hay una búsqueda de un padre por parte de un hijo a través de fotografías ¿es el relato más autobiográfico del libro?
Sí, yo no tengo ninguna foto con mi papá porque murió de una manera muy rápida. En la actualidad, cualquier persona que se cruza por la calle en dos minutos se saca una foto y la publica en las redes sociales. Hoy somos como bulímicos de fotos e imágenes, como si las comiéramos rápidamente, y pienso que se debería cuidar la historia que está detrás de la foto. Esa es la idea que está detrás del cuento.

Usted que perteneció a un partido de izquierda, ¿cómo evalúa el avance de gobiernos de derecha a nivel mundial y sobre todo europeo?
Creo que estamos en el momento más peligroso a nivel internacional desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. En otras épocas hubo riesgo y conflicto, como en la década del 60, como sucedió entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, pero en esa época habia democracias fuertes que contrarrestaban esa situación. Hoy nos encontramos ante muchas guerras que después determinan una migración y provocan mucho dolor. Es un momento donde a la recesión mundial, que es la más larga de la historia moderna, se le agrega la crisis de la democracia y de los partidos, y el desarrollo de una tecnología que en vez de aumentar las posibilidades de trabajo las reduce. Todo eso lleva a una opinión pública muy emotiva, que elige más desde el enojo y del miedo que desde la razón. Y creo que la elección de Trump es un poco hija de este fenómeno.


NOTICIAS RELACIONADAS