Brasil paralizada por una huelga general contra las reformas laborales de Temer

En protesta por cambios propuestos por el presidente, los manifestantes bloquearon calles y chocaron con la policía.

28 ABR 2017 - 19:32 | Actualizado

Una huelga general de Brasil, en protesta por cambios propuestos a las leyes laborales, paralizó el viernes los transportes en buena parte del país mientras manifestantes bloquearon calles y chocaron con la policía.

El gobierno del presidente Michel Temer dice que la flexibilización de las leyes laborales reactivará una economía moribunda y advierte que sin los cambios el sistema jubilatorio caerá en bancarrota. Los sindicatos y otras organizaciones convocaron a la huelga, señalando que las nuevas leyes despojan a los trabajadores de muchos de sus derechos.

En Sao Paulo, la ciudad más grande del país, funcionaba una sola de las seis líneas del metro en la hora pico y ninguna de las de autobuses. Más tarde, otras dos empezaron a funcionar parcialmente. En Río de Janeiro, todas las líneas de buses mantenían servicios parciales y en Brasilia, la capital, el metro estuvo paralizado.

Se erigieron barricadas para cortar las calles y encendieron fogatas en las calles. En Sao Paulo, manifestantes con carteles que llamaban a derribar a Temer bloquearon una ruta principal, dejando abierto un solo carril.

La policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que bloqueaban la ruta al aeropuerto de Congonhas, el menor de los dos de la ciudad. Indigentes y activistas bloquearon la ruta al aeropuerto de Guarulhos, pero ambos aeródromos funcionaban con normalidad. "No paralizaron el aeropuerto, pero espero que paralicen el resto del país", añadió.

En el aeropuerto Santos Dumont de Río de Janeiro, los manifestantes generaron confusión al correr por las terminales y derribar los divisores de colas en las zonas de registro. En Río hubo un enfrentamiento entre manifestantes que bloqueaban una arteria principal y la policía.

La economía brasileña está sumida en la recesión y muchos están furiosos con el gobierno. Temer sostiene que las reformas propuestas traerán beneficios en el largo plazo, pero habiendo tanto desempleo, muchos piensan que no pueden aceptar los recortes a sus beneficios sociales.

Aquí en Brasil (los políticos) roban los derechos de los trabajadores con estas reformas jubilatorias y laborales", dijo el dirigente sindical Reginal de Souza. "Venimos a decir basta, que nos oponemos a estas cosas insensatas que hace el gobierno... a los trabajadores y todo el pueblo brasileño".

La central sindical CUT dijo que unos 35 millones de brasileños faltaron al trabajo, más de un tercio de la población trabajadora, pero el gobierno restó importancia a la medida de fuerza.

"No tenemos una huelga, tenemos disturbios en todas partes", dijo el ministro de Justicia, Osmar Serraglio, a radio Joven Pam. "No es una huelga nacional porque el comercio funciona, las industrias funcionan".

Cerraron muchos bancos y oficinas de correos y los mineros y petroleros se plegaron a la medida. Muchos no acudieron al trabajo por falta de transporte.
 

28 ABR 2017 - 19:32

Una huelga general de Brasil, en protesta por cambios propuestos a las leyes laborales, paralizó el viernes los transportes en buena parte del país mientras manifestantes bloquearon calles y chocaron con la policía.

El gobierno del presidente Michel Temer dice que la flexibilización de las leyes laborales reactivará una economía moribunda y advierte que sin los cambios el sistema jubilatorio caerá en bancarrota. Los sindicatos y otras organizaciones convocaron a la huelga, señalando que las nuevas leyes despojan a los trabajadores de muchos de sus derechos.

En Sao Paulo, la ciudad más grande del país, funcionaba una sola de las seis líneas del metro en la hora pico y ninguna de las de autobuses. Más tarde, otras dos empezaron a funcionar parcialmente. En Río de Janeiro, todas las líneas de buses mantenían servicios parciales y en Brasilia, la capital, el metro estuvo paralizado.

Se erigieron barricadas para cortar las calles y encendieron fogatas en las calles. En Sao Paulo, manifestantes con carteles que llamaban a derribar a Temer bloquearon una ruta principal, dejando abierto un solo carril.

La policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que bloqueaban la ruta al aeropuerto de Congonhas, el menor de los dos de la ciudad. Indigentes y activistas bloquearon la ruta al aeropuerto de Guarulhos, pero ambos aeródromos funcionaban con normalidad. "No paralizaron el aeropuerto, pero espero que paralicen el resto del país", añadió.

En el aeropuerto Santos Dumont de Río de Janeiro, los manifestantes generaron confusión al correr por las terminales y derribar los divisores de colas en las zonas de registro. En Río hubo un enfrentamiento entre manifestantes que bloqueaban una arteria principal y la policía.

La economía brasileña está sumida en la recesión y muchos están furiosos con el gobierno. Temer sostiene que las reformas propuestas traerán beneficios en el largo plazo, pero habiendo tanto desempleo, muchos piensan que no pueden aceptar los recortes a sus beneficios sociales.

Aquí en Brasil (los políticos) roban los derechos de los trabajadores con estas reformas jubilatorias y laborales", dijo el dirigente sindical Reginal de Souza. "Venimos a decir basta, que nos oponemos a estas cosas insensatas que hace el gobierno... a los trabajadores y todo el pueblo brasileño".

La central sindical CUT dijo que unos 35 millones de brasileños faltaron al trabajo, más de un tercio de la población trabajadora, pero el gobierno restó importancia a la medida de fuerza.

"No tenemos una huelga, tenemos disturbios en todas partes", dijo el ministro de Justicia, Osmar Serraglio, a radio Joven Pam. "No es una huelga nacional porque el comercio funciona, las industrias funcionan".

Cerraron muchos bancos y oficinas de correos y los mineros y petroleros se plegaron a la medida. Muchos no acudieron al trabajo por falta de transporte.
 


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