Tras un solo un bis, "Takin' Back My Love", los miles de fans reunidos en la capital alemana para ver a la estrella hispana, descendiente del sempiterno Julio Iglesias, no podían creer lo que estaba sucediendo hasta que los operarios empezaron a desmontar el escenario.
"Uno no se puede ir sencillamente del escenario sin despedirse. ¿Qué artista se va además sin cantar su nueva canción?", se preguntaba una tal Steffi horas después en la red social Facebook.
Sin embargo, los fans del famoso artista esperan que tras el abrupto final de su único concierto en Alemania, el cantante no vuelva a esperar otros 15 años para volver a deleitarlos con su presencia.
Hasta el inesperado final, los cerca de 17.000 seguidores del cantante español reunidos en una gran sala de conciertos a orillas del río Spree pudieron bailar durante cien minutos grandes éxitos como "Duele el corazón", "Bailamos" o "I Like It".
"¿La última vez que estuve aquí fue en 2002? What the Fuck!", clamó Iglesias sin apenas creer que ya hubieran pasado cinco lustros desde la última vez que enfrentó al público tedesco.
Banderas españolas, camisetas de la selección española o con mensajes de amor como "My Heart Belongs to Enrique Iglesias" (Mi corazón pertenece a Enrique Iglesias) se podían ver entre los asistentes.
"Enrique es el mejor de los mejores. Blues, ritmo, lo tenemos en la sangre", comentaba un padre de familia español que vive en Hamburgo y que acudió acompañado de su novia Verónica, originaria de Ecuador.
En vaqueros, camiseta color lila y gorra de baseball, Iglesias corrió de un lado a otro del escenario como un veintañero, mientras desde el público se podían escuchar gritos de "¡Guapo!" de sus fans, algunas de las cuales no dudaron en lanzarle algunos corpiños.
Tras un solo un bis, "Takin' Back My Love", los miles de fans reunidos en la capital alemana para ver a la estrella hispana, descendiente del sempiterno Julio Iglesias, no podían creer lo que estaba sucediendo hasta que los operarios empezaron a desmontar el escenario.
"Uno no se puede ir sencillamente del escenario sin despedirse. ¿Qué artista se va además sin cantar su nueva canción?", se preguntaba una tal Steffi horas después en la red social Facebook.
Sin embargo, los fans del famoso artista esperan que tras el abrupto final de su único concierto en Alemania, el cantante no vuelva a esperar otros 15 años para volver a deleitarlos con su presencia.
Hasta el inesperado final, los cerca de 17.000 seguidores del cantante español reunidos en una gran sala de conciertos a orillas del río Spree pudieron bailar durante cien minutos grandes éxitos como "Duele el corazón", "Bailamos" o "I Like It".
"¿La última vez que estuve aquí fue en 2002? What the Fuck!", clamó Iglesias sin apenas creer que ya hubieran pasado cinco lustros desde la última vez que enfrentó al público tedesco.
Banderas españolas, camisetas de la selección española o con mensajes de amor como "My Heart Belongs to Enrique Iglesias" (Mi corazón pertenece a Enrique Iglesias) se podían ver entre los asistentes.
"Enrique es el mejor de los mejores. Blues, ritmo, lo tenemos en la sangre", comentaba un padre de familia español que vive en Hamburgo y que acudió acompañado de su novia Verónica, originaria de Ecuador.
En vaqueros, camiseta color lila y gorra de baseball, Iglesias corrió de un lado a otro del escenario como un veintañero, mientras desde el público se podían escuchar gritos de "¡Guapo!" de sus fans, algunas de las cuales no dudaron en lanzarle algunos corpiños.