Google, Facebook y Twitter se justifican por cómo manejan los contenidos extremistas

Google, Facebook y Twitter defendieron la forma en la que manejan los contenidos extremistas en sus plataformas -desde inversiones millonarias a sistemas mixtos de control de mensajes-, después de que la primera ministra británica, Theresa May, las acusara de proporcionar a los terroristas espacios seguros para que su ideología se propague.

05 JUN 2017 - 15:40 | Actualizado


Las respuestas a los comentarios de la mandataria provinieron de Google -dueño también de Youtube-, de Facebook -propietaria de WhatsApp- y de Twitter, que señalaron que ya vienen trabajando desde hace tiempo para enfrentar este problema, según informó hoy la BBC.

Google, según la cadena televisiva, sostuvo que ya invirtió "cientos de millones de libras" para combatir el abuso en sus distintas plataformas, y señaló que ya estaba trabajando en un "foro internacional para acelerar y fortalecer nuestro trabajo existente en esta área".

La empresa agregó que comparte "el compromiso del Gobierno de asegurar que los terroristas no tengan voz online".
Desde Facebook, en tanto, afirmaron que emplean una combinación de tecnología y revisiones humanas para eliminar los contenidos extremistas de la red social "tan pronto como nos entramos de que está" publicado.

"Y si somos advertidos de que una emergencia que implica un daño inminente a la seguridad de alguien, notificamos a las fuerzas del orden", agregaron. En tanto, Twitter comunicó que "el contenido terrorista no tiene lugar" en su plataforma.

Las empresas respondieron las declaraciones de May, quien ayer, tras los atentados del sábado en Londres, acusó a las "grandes compañías" (sin identificarlas) de facilitar la propagación del mensaje terrorista.

"No podemos permitir a esta ideología el espacio seguro que necesita para reproducirse. Y eso es precisamente lo que Internet y las grandes compañías que proporcionan servicios en Internet están haciendo", sostuvo la mandataria. 

"Derrotar a esa ideología es uno de los grandes retos de nuestro tiempo, pero no se puede hacer tan solo con intervenciones militares", afirmó la líder conservadora, que fijó como una prioridad "regular el ciberespacio", un lugar que "ofrece a los terroristas un refugio para sus planes y hay que impedirlo". 

"Debemos hacernos más robustos a la hora de identificar y señalar (al extremismo), tanto en el sector público como en el sector privado", afirmó May, para quien es necesario "trabajar con los gobiernos democráticos de nuestros aliados para alcanzar acuerdos internacionales que regulen el ciberespacio y que eviten la propagación del extremismo y la planificación terrorista".

De esta manera, la jefa de Gobierno del Reino Unido volvió a traer al centro del debate la discusión en torno a la privacidad de las comunicaciones y a la encriptación que la garantiza, después de que en marzo la ministra del Interior, Amber Rudd, declarara tras un atentado en Londres que los agentes de inteligencia deben poder acceder a información relevante de los servicios de chats.

La afirmación de Rudd había reiniciado un debate de larga data en torno al uso de criptografía para resguardar la privacidad de los mensajes, algo que tras el atentado en Francia a la revista Charlie Hebdo, a comienzos de 2015, enfrentó a funcionarios vinculados a la seguridad y el espionaje de diversos países con organizaciones de defensa de los derechos humanos.

En este sentido, el ex premier británico David Cameron había propuesto en 2015 un proyecto para prohibir por ley la encriptación extremo a extremo, que finalmente naufragó.

Sin embargo, la posición de las plataformas de comunicación suele ser excéptica respecto de este tipo de medidas que favorecen el control ciudadano. 

Una de estas voces es la del servicio de chat Telegram, que considera que prohibir la encriptación en las aplicaciones "no va a funcionar" por sí solo para evitar que los terroristas envíen mensajes codificados y organicen ataques, ya que pueden recurrir a otras tácticas, como fabricar sus propias apps o dialogar con palabras clave.

05 JUN 2017 - 15:40


Las respuestas a los comentarios de la mandataria provinieron de Google -dueño también de Youtube-, de Facebook -propietaria de WhatsApp- y de Twitter, que señalaron que ya vienen trabajando desde hace tiempo para enfrentar este problema, según informó hoy la BBC.

Google, según la cadena televisiva, sostuvo que ya invirtió "cientos de millones de libras" para combatir el abuso en sus distintas plataformas, y señaló que ya estaba trabajando en un "foro internacional para acelerar y fortalecer nuestro trabajo existente en esta área".

La empresa agregó que comparte "el compromiso del Gobierno de asegurar que los terroristas no tengan voz online".
Desde Facebook, en tanto, afirmaron que emplean una combinación de tecnología y revisiones humanas para eliminar los contenidos extremistas de la red social "tan pronto como nos entramos de que está" publicado.

"Y si somos advertidos de que una emergencia que implica un daño inminente a la seguridad de alguien, notificamos a las fuerzas del orden", agregaron. En tanto, Twitter comunicó que "el contenido terrorista no tiene lugar" en su plataforma.

Las empresas respondieron las declaraciones de May, quien ayer, tras los atentados del sábado en Londres, acusó a las "grandes compañías" (sin identificarlas) de facilitar la propagación del mensaje terrorista.

"No podemos permitir a esta ideología el espacio seguro que necesita para reproducirse. Y eso es precisamente lo que Internet y las grandes compañías que proporcionan servicios en Internet están haciendo", sostuvo la mandataria. 

"Derrotar a esa ideología es uno de los grandes retos de nuestro tiempo, pero no se puede hacer tan solo con intervenciones militares", afirmó la líder conservadora, que fijó como una prioridad "regular el ciberespacio", un lugar que "ofrece a los terroristas un refugio para sus planes y hay que impedirlo". 

"Debemos hacernos más robustos a la hora de identificar y señalar (al extremismo), tanto en el sector público como en el sector privado", afirmó May, para quien es necesario "trabajar con los gobiernos democráticos de nuestros aliados para alcanzar acuerdos internacionales que regulen el ciberespacio y que eviten la propagación del extremismo y la planificación terrorista".

De esta manera, la jefa de Gobierno del Reino Unido volvió a traer al centro del debate la discusión en torno a la privacidad de las comunicaciones y a la encriptación que la garantiza, después de que en marzo la ministra del Interior, Amber Rudd, declarara tras un atentado en Londres que los agentes de inteligencia deben poder acceder a información relevante de los servicios de chats.

La afirmación de Rudd había reiniciado un debate de larga data en torno al uso de criptografía para resguardar la privacidad de los mensajes, algo que tras el atentado en Francia a la revista Charlie Hebdo, a comienzos de 2015, enfrentó a funcionarios vinculados a la seguridad y el espionaje de diversos países con organizaciones de defensa de los derechos humanos.

En este sentido, el ex premier británico David Cameron había propuesto en 2015 un proyecto para prohibir por ley la encriptación extremo a extremo, que finalmente naufragó.

Sin embargo, la posición de las plataformas de comunicación suele ser excéptica respecto de este tipo de medidas que favorecen el control ciudadano. 

Una de estas voces es la del servicio de chat Telegram, que considera que prohibir la encriptación en las aplicaciones "no va a funcionar" por sí solo para evitar que los terroristas envíen mensajes codificados y organicen ataques, ya que pueden recurrir a otras tácticas, como fabricar sus propias apps o dialogar con palabras clave.


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