Aromas y Sabores / Vinos para platos de invierno

Los expertos explican qué tomar con determinadas comidas para esta época del año.

10 JUN 2017 - 20:50 | Actualizado

En la presentación anterior de esta sección hablamos de los vinos de nuestra provincia. Ahora, otra vez un integrante de la Asociación Argentina de Sommeliers –junto a dos winemakers y un asesor- nos explican qué tipos de vinos podrían ir con determinados platos para esta época del año.  

Para un guiso clásico

Si pensamos en invierno, pensamos en guisos (que bien puede ir en un disco). Y si pensamos en guisos, Gabriel Dvoskin, de la Asociación Argentina de Sommeliers –quien ya nos habló de los vinos de Chubut- dice: “Para una comida alta en proteínas, jugos, variedad de texturas y grasas, un vino con cuerpo pero también con mucha frescura y acidez. Algo con aroma a frutas negras y especias, con alcohol moderado y taninos sedosos… Me gusta para este caso el A Lisa, de Bodega Noemía (de Río Negro, del Alto Valle).
 
Para carnes asadas
 
“¡Lindo día para hacer un asado!”, era el copy de una publicidad de los 90 cuyo mensaje rezaba que a los argentinos no les importa el clima a la hora hacer algo a la parrilla. Entonces, y como el frío no es una barrera, vamos a sugerir vinos para acompañar carnes asadas.
Para este caso, el enólogo Marcelo Miras, dueño de la bodega “Miras”, en el Alto Valle de la provincia de Río Negro.
Marcelo piensa en carnes a la llama o la brasa y señala vinos “con muy buen cuerpo, taninos maduros y sedosos. Sugiere entonces un buen merlot con aroma a frutos rojos, con acidez equilibrada y cierta complejidad en boca”. El enólogo propone uno de sus vinos: el Miras Merlot.

Para un rico salmón
 
Teniendo en que cuenta que por la zona hay muy buenos pescados, proponemos un salmón a la plancha o, ¿por qué no?, a la parrilla. Entonces hablamos con el Commercial Manager de Bodega Noemía: Eduardo Piccolo Antonini. Eduardo dice que cuestiona los estigmas del tipo “blanco para pescado” y se anima con un tinto para este plato.
Aclara que “eso sí, debe ser un vino delicado, elegante, que no te anestesie la boca”. Entonces Eduardo propone el J. Alberto de su bodega, un vino que según el prestigioso periodista especializado Juan Diego Wasilevsky –de Iprofesional Vino y Bodegas- “tiene una paleta profunda y compleja y ofrece frutos rojos, suaves cepas florales y toques especiados. Además, tiene la madera completamente integrada y deja un ahumado sugerente”.
 
Para un buen risotto

Una opción por si querés quedarte adentro y no encender el fuego: risotto, de hongos, vegetales o carne (de cordero va muy bien, por ejemplo). Mauro Villarejo es dueño de la bodega El Trapezio, de Agreglo Mendoza.
Mauro dice que “como hablamos de platos ciertamente grasos o cremosos, podemos acompañarlos con vinos cuya acidez no pase desapercibida. La citada cremosidad del risotto hará que los taninos se presenten amables, por lo que podremos seguir bebiendo vino durante la comida”.
El dueño de la bodega aclara que bien puede tratarse de un vino tinto de corte, “algún buen blend”, y –también- sugiere uno de su autoría: el Petit Bo Bó (50% Merlot, 30% Cabernet Franc y 30% Malbec).
 
Para una pasta deliciosa

 Cerramos con una pasta un tanto sofisticada aunque no muy difícil de preparar: una lasagna de morillas. Otra vez recomienda Dvoskin, de la Asociación Argentina de Sommeliers. Propone un sutil, elegante fresco con alcohol moderado, buena acidez y taninos más bien sedosos, todos elementos que maridan bien con el carácter terroso y textural de la morilla y la cremosidad de una lasagna.
Para este caso me viene a la mente un buen Pinot Noir y vuelvo a Río Negro: El Barda, de Bodega Chacra… Y si queremos ir un poco más lejos (también de la misma bodega), hablamos del Chacra 32 Pinot Noir: un vino menos accesible pero que además aporta la complejidad y la elegantísima persistencia.#

 

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10 JUN 2017 - 20:50

En la presentación anterior de esta sección hablamos de los vinos de nuestra provincia. Ahora, otra vez un integrante de la Asociación Argentina de Sommeliers –junto a dos winemakers y un asesor- nos explican qué tipos de vinos podrían ir con determinados platos para esta época del año.  

Para un guiso clásico

Si pensamos en invierno, pensamos en guisos (que bien puede ir en un disco). Y si pensamos en guisos, Gabriel Dvoskin, de la Asociación Argentina de Sommeliers –quien ya nos habló de los vinos de Chubut- dice: “Para una comida alta en proteínas, jugos, variedad de texturas y grasas, un vino con cuerpo pero también con mucha frescura y acidez. Algo con aroma a frutas negras y especias, con alcohol moderado y taninos sedosos… Me gusta para este caso el A Lisa, de Bodega Noemía (de Río Negro, del Alto Valle).
 
Para carnes asadas
 
“¡Lindo día para hacer un asado!”, era el copy de una publicidad de los 90 cuyo mensaje rezaba que a los argentinos no les importa el clima a la hora hacer algo a la parrilla. Entonces, y como el frío no es una barrera, vamos a sugerir vinos para acompañar carnes asadas.
Para este caso, el enólogo Marcelo Miras, dueño de la bodega “Miras”, en el Alto Valle de la provincia de Río Negro.
Marcelo piensa en carnes a la llama o la brasa y señala vinos “con muy buen cuerpo, taninos maduros y sedosos. Sugiere entonces un buen merlot con aroma a frutos rojos, con acidez equilibrada y cierta complejidad en boca”. El enólogo propone uno de sus vinos: el Miras Merlot.

Para un rico salmón
 
Teniendo en que cuenta que por la zona hay muy buenos pescados, proponemos un salmón a la plancha o, ¿por qué no?, a la parrilla. Entonces hablamos con el Commercial Manager de Bodega Noemía: Eduardo Piccolo Antonini. Eduardo dice que cuestiona los estigmas del tipo “blanco para pescado” y se anima con un tinto para este plato.
Aclara que “eso sí, debe ser un vino delicado, elegante, que no te anestesie la boca”. Entonces Eduardo propone el J. Alberto de su bodega, un vino que según el prestigioso periodista especializado Juan Diego Wasilevsky –de Iprofesional Vino y Bodegas- “tiene una paleta profunda y compleja y ofrece frutos rojos, suaves cepas florales y toques especiados. Además, tiene la madera completamente integrada y deja un ahumado sugerente”.
 
Para un buen risotto

Una opción por si querés quedarte adentro y no encender el fuego: risotto, de hongos, vegetales o carne (de cordero va muy bien, por ejemplo). Mauro Villarejo es dueño de la bodega El Trapezio, de Agreglo Mendoza.
Mauro dice que “como hablamos de platos ciertamente grasos o cremosos, podemos acompañarlos con vinos cuya acidez no pase desapercibida. La citada cremosidad del risotto hará que los taninos se presenten amables, por lo que podremos seguir bebiendo vino durante la comida”.
El dueño de la bodega aclara que bien puede tratarse de un vino tinto de corte, “algún buen blend”, y –también- sugiere uno de su autoría: el Petit Bo Bó (50% Merlot, 30% Cabernet Franc y 30% Malbec).
 
Para una pasta deliciosa

 Cerramos con una pasta un tanto sofisticada aunque no muy difícil de preparar: una lasagna de morillas. Otra vez recomienda Dvoskin, de la Asociación Argentina de Sommeliers. Propone un sutil, elegante fresco con alcohol moderado, buena acidez y taninos más bien sedosos, todos elementos que maridan bien con el carácter terroso y textural de la morilla y la cremosidad de una lasagna.
Para este caso me viene a la mente un buen Pinot Noir y vuelvo a Río Negro: El Barda, de Bodega Chacra… Y si queremos ir un poco más lejos (también de la misma bodega), hablamos del Chacra 32 Pinot Noir: un vino menos accesible pero que además aporta la complejidad y la elegantísima persistencia.#

 


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