Irene Guerrero: “Por la ambición del langostino llevan vidas a morir al mar”

Una semana transcurrió desde que el barco pesquero “Repunte” dio el alerta de emergencia y su tripulación se arrojó a las aguas del mar Argentino para intentar salvaguardar sus vidas.

Los familiares bregan porque lo sucedido con el Repunte sirva para cambiar en la industria pesquera.
24 JUN 2017 - 21:44 | Actualizado

Siete días después de la tragedia que enlutó a la familia marítima, continúan desaparecidas siete personas, cuyos familiares bregan por recuperar sus cuerpos.
La tragedia del buque marplatense evidenció falencias en los controles y una serie de situaciones que fueron encadenándose para concluir en la fatídica mañana del sábado 17 de junio.
Irene Guerrero, esposa de José Arias, comentó que lo sucedido con el “Repunte” tiene que ser un quiebre en la política de las empresas y de los organismos de control para que “no haya más muertes en el mar” porque “hay muchas familias desamparadas, hijos sin padres, nietos sin abuelos y madres sin hijos. No merecían morir así”, expresó entre llantos esta mujer que recalcó: “Nuestras familias están partidas en mil pedazos. Esto lo hacemos para que no le pase a otras familias y no suceda más”.
Las familias que reclaman justicia son conscientes que los dirigentes estamentos que debieron velar por la seguridad del barco pesquero y de los tripulantes “se cubren con que los papeles estaban bien”, dijo la esposa de Arias. No obstante, aclaró que “como esposa de José Arias solo pido que se cumplan las leyes en la provincia y el país” porque “sé que el casco de ese barco estaba podrido”.
Desde allí, la mujer reflexionó que los empresarios y toda la cadena de control “juegan con el hambre y la necesidad de la gente. Eso hace que suban”, agregando que su marido “tenía la ilusión de venir a festejar el día del Padre rodeado de sus hijos”.
En sus palabras, recordó que antes de zarpar le había pedido a sus hijos que “le compren un par de zapatillas. Él no volvió a causa de la corrupción de este país”. En el caso específico de Arias era la segunda marea que realizaba como tripulante en el Repunte, que fue adaptado para pescar langostino dado que originalmente era merluzero.
“Hicieron un viaje, se fueron al segundo y no volvió”, dijo Irene Guerrero, quien recordó que “tenía un mensaje donde decía que se rompió y gracias a Dios estamos en puerto porque estaba haciendo agua el barco”.
En paralelo, la esposa del tripulante desaparecido puntualizó en el rol de los empresarios sobre quienes afirmó: “Solo les interesa llenarse el bolsillo porque por la ambición del langostino llevan vidas a morir al mar. Ellos hacen una carnicería humana porque estos barcos no tienen que salir cuando hay tormenta porque son chiquitos”.
El rol del empresario Caputto así como de la Prefectura Naval fue puesto en el ojo de la tormenta tanto por las inspecciones realizadas al barco como el rol que tuvieron con los familiares de las víctimas y desaparecidos.
Esto fue ratificado por Guerrero, quien describió que “a mí desde Mar del Plata me dejaron tirada, abandonada. La empresa no se dignó en llamarme” porque “me enteré por las redes sociales del hundimiento del barco. La empresa no fue capaz de decirme el barco tuvo un accidente. Me dejaron sola”.  
Los familiares de la tripulación del barco pesquero “Repunte” piden que lo sucedido con sus esposos, padres e hijos no sea en vano y que algo cambie en la actividad, particularmente el estado de los barcos para que sean seguros y se encuentren en condiciones adecuadas de navegación.
“Nosotros como familiares, que ya no los tenemos, y quienes están en la vereda de enfrente se pongan la mano en el corazón para que esto no suceda más. Que estos mártires que quedaron en el mar sean un ejemplo. Por eso pedimos que esto cambie y que se haga justicia por todos”, dijo Irene Guerrero.#


 

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Los familiares bregan porque lo sucedido con el Repunte sirva para cambiar en la industria pesquera.
24 JUN 2017 - 21:44

Siete días después de la tragedia que enlutó a la familia marítima, continúan desaparecidas siete personas, cuyos familiares bregan por recuperar sus cuerpos.
La tragedia del buque marplatense evidenció falencias en los controles y una serie de situaciones que fueron encadenándose para concluir en la fatídica mañana del sábado 17 de junio.
Irene Guerrero, esposa de José Arias, comentó que lo sucedido con el “Repunte” tiene que ser un quiebre en la política de las empresas y de los organismos de control para que “no haya más muertes en el mar” porque “hay muchas familias desamparadas, hijos sin padres, nietos sin abuelos y madres sin hijos. No merecían morir así”, expresó entre llantos esta mujer que recalcó: “Nuestras familias están partidas en mil pedazos. Esto lo hacemos para que no le pase a otras familias y no suceda más”.
Las familias que reclaman justicia son conscientes que los dirigentes estamentos que debieron velar por la seguridad del barco pesquero y de los tripulantes “se cubren con que los papeles estaban bien”, dijo la esposa de Arias. No obstante, aclaró que “como esposa de José Arias solo pido que se cumplan las leyes en la provincia y el país” porque “sé que el casco de ese barco estaba podrido”.
Desde allí, la mujer reflexionó que los empresarios y toda la cadena de control “juegan con el hambre y la necesidad de la gente. Eso hace que suban”, agregando que su marido “tenía la ilusión de venir a festejar el día del Padre rodeado de sus hijos”.
En sus palabras, recordó que antes de zarpar le había pedido a sus hijos que “le compren un par de zapatillas. Él no volvió a causa de la corrupción de este país”. En el caso específico de Arias era la segunda marea que realizaba como tripulante en el Repunte, que fue adaptado para pescar langostino dado que originalmente era merluzero.
“Hicieron un viaje, se fueron al segundo y no volvió”, dijo Irene Guerrero, quien recordó que “tenía un mensaje donde decía que se rompió y gracias a Dios estamos en puerto porque estaba haciendo agua el barco”.
En paralelo, la esposa del tripulante desaparecido puntualizó en el rol de los empresarios sobre quienes afirmó: “Solo les interesa llenarse el bolsillo porque por la ambición del langostino llevan vidas a morir al mar. Ellos hacen una carnicería humana porque estos barcos no tienen que salir cuando hay tormenta porque son chiquitos”.
El rol del empresario Caputto así como de la Prefectura Naval fue puesto en el ojo de la tormenta tanto por las inspecciones realizadas al barco como el rol que tuvieron con los familiares de las víctimas y desaparecidos.
Esto fue ratificado por Guerrero, quien describió que “a mí desde Mar del Plata me dejaron tirada, abandonada. La empresa no se dignó en llamarme” porque “me enteré por las redes sociales del hundimiento del barco. La empresa no fue capaz de decirme el barco tuvo un accidente. Me dejaron sola”.  
Los familiares de la tripulación del barco pesquero “Repunte” piden que lo sucedido con sus esposos, padres e hijos no sea en vano y que algo cambie en la actividad, particularmente el estado de los barcos para que sean seguros y se encuentren en condiciones adecuadas de navegación.
“Nosotros como familiares, que ya no los tenemos, y quienes están en la vereda de enfrente se pongan la mano en el corazón para que esto no suceda más. Que estos mártires que quedaron en el mar sean un ejemplo. Por eso pedimos que esto cambie y que se haga justicia por todos”, dijo Irene Guerrero.#


 


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