Nueva ronda de negociaciones por Siria tras la tregua pactada en Hamburgo

La séptima ronda de negociación política sobre el conflicto sirio se inició hoy en la ciudad suiza de Ginebra con la llegada al Palacio de la ONU del jefe de la delegación gubernamental, Bashar Jaafari, mientras en el sur del país árabe la calma prevalece, en el marco de la tregua acordada entre EEUU, Rusia y Jordania, que hoy cumple su segundo día.

10 JUL 2017 - 11:39 | Actualizado


El enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, que comenzó su ronda de contactos con el representante de Damasco, tiene previsto encontrarse también con los representantes de la principal alianza opositora, la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN).

De Mistura no confirmó si también se entrevistará con los otros dos grupos opositores, la Plataforma de Moscú y la Plataforma de El Cairo.

El gobierno de Bashar Al Assad admite a estos dos últimos grupos, por lo que la CSN recela de su independencia y no quiere que se integren en sus filas, pese a los repetidos llamamientos del mediador, que insiste en que su trabajo sería mucho más fácil si solo tuviera que lidiar con dos delegaciones.

Esta previsto que esta tarde De Mistura ofrezca una rueda de prensa en la que delineará los pasos que pretende dar en esta séptima ronda de negociaciones en las que está mediando, informó la agencia de noticias EFE.
Los anteriores intentos de dos otros enviados especiales de la ONU no surgieron los frutos deseados.

El proceso se inicia con bajas expectativas, ya que si bien la ONU ensalza el diálogo técnico que mantiene con las partes enfrentadas, el proceso puede verse lastrado por el hecho de que los países garantes del alto el fuego no hayan logrado concretar la implementación de las zonas de distensión.

Tal y como vino ocurriendo en los últimos seis meses, el enviado especial de la ONU para Siria convocó la nueva ronda de negociación política justo después del encuentro de Astaná (Kazajistán), donde se lleva a cabo el proceso de profundización del alto el fuego que -en los papeles- está en vigor en Siria desde el 30 de diciembre de 2016.

Ese encuentro fue interpretado por muchos como un fracaso porque los países garantes -Irán y Rusia, valedores del gobierno sirio, y Turquía, adalid de la oposición- no lograron concretar cómo implementar las llamadas "zonas de distensión", cuatro regiones donde se esperaba que tuviera lugar un total cese de las hostilidades.

El acuerdo de los tres garantes prevé la creación de cuatro zonas de distensión que se ubicarán en la provincia de Idleb, al norte de la ciudad de Homs, en Ghouta Oriental (provincia de Damasco) y en el sur del país.

El pasado viernes, en el marco de la cumbre del G20 que se celebró en la ciudad alemana de Hamburgo, los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y Rusia, Vladimir Putin, acordaron establecer, con independencia de los acuerdos de Astaná, un alto el fuego en el suroeste de Siria.

El alto el fuego entró en vigor al mediodía de ayer.

Los garantes esperan que la creación de esta última "zona de reducción de la tensión" en el suroeste de Siria facilite la entrada de ayuda humanitaria y haga posible la instauración de una tregua duradera en su área de influencia.

Sin embargo, en la reunión de Astaná los garantes no lograron concretar la delimitación geográfica y los mecanismos para garantizar el funcionamiento de las otras cuatro zonas.

Estos mecanismos incluyen el despliegue de fuerzas para supervisar el cumplimiento del alto el fuego, algo que debía haber sido establecido el pasado 4 de junio.

El Observatorio Sirio de los derechos Humanos (OSDH) informó que la calma prevalece en el sur del país árabe, pese a algunas violaciones en las últimas horas en las provincias meridionales de Deraa, Al Quneitra y Sueida.

La ONG pro-rebeldes, con sede en Londres, informó de varias infracciones al cese de las hostilidades, como la caída de tres cohetes durante la madrugada en el barrio de Tariq al Sad, en la ciudad de Deraa, así como el intercambio de disparos en el distrito de Deraa al Balad, en la misma urbe, sin que se registraran víctimas.

Asimismo, el Ejército lanzó dos cohetes contra el pueblo de Saida, en el este de la provincia de Deraa, según el Observatorio, mientras incidentes aislados se registraron en el sector central de la vecina provincia de Al Quneitra, en las localidades de Jan Arnaba y Al Samadania.

El Ejército avanzó en las últimas horas frente a las facciones en la región de Ghouta Oriental, el principal bastión opositor de las afueras de Damasco, informó la ONG.

En esa zona, los efectivos gubernamentales han avanzado por el área de Wadi Ain Tarma, donde han tomado un almacén y cuatro edificios.
Durante los choques, al menos tres milicianos insurgentes perdieron la vida y 12 han resultado heridos.

10 JUL 2017 - 11:39


El enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, que comenzó su ronda de contactos con el representante de Damasco, tiene previsto encontrarse también con los representantes de la principal alianza opositora, la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN).

De Mistura no confirmó si también se entrevistará con los otros dos grupos opositores, la Plataforma de Moscú y la Plataforma de El Cairo.

El gobierno de Bashar Al Assad admite a estos dos últimos grupos, por lo que la CSN recela de su independencia y no quiere que se integren en sus filas, pese a los repetidos llamamientos del mediador, que insiste en que su trabajo sería mucho más fácil si solo tuviera que lidiar con dos delegaciones.

Esta previsto que esta tarde De Mistura ofrezca una rueda de prensa en la que delineará los pasos que pretende dar en esta séptima ronda de negociaciones en las que está mediando, informó la agencia de noticias EFE.
Los anteriores intentos de dos otros enviados especiales de la ONU no surgieron los frutos deseados.

El proceso se inicia con bajas expectativas, ya que si bien la ONU ensalza el diálogo técnico que mantiene con las partes enfrentadas, el proceso puede verse lastrado por el hecho de que los países garantes del alto el fuego no hayan logrado concretar la implementación de las zonas de distensión.

Tal y como vino ocurriendo en los últimos seis meses, el enviado especial de la ONU para Siria convocó la nueva ronda de negociación política justo después del encuentro de Astaná (Kazajistán), donde se lleva a cabo el proceso de profundización del alto el fuego que -en los papeles- está en vigor en Siria desde el 30 de diciembre de 2016.

Ese encuentro fue interpretado por muchos como un fracaso porque los países garantes -Irán y Rusia, valedores del gobierno sirio, y Turquía, adalid de la oposición- no lograron concretar cómo implementar las llamadas "zonas de distensión", cuatro regiones donde se esperaba que tuviera lugar un total cese de las hostilidades.

El acuerdo de los tres garantes prevé la creación de cuatro zonas de distensión que se ubicarán en la provincia de Idleb, al norte de la ciudad de Homs, en Ghouta Oriental (provincia de Damasco) y en el sur del país.

El pasado viernes, en el marco de la cumbre del G20 que se celebró en la ciudad alemana de Hamburgo, los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y Rusia, Vladimir Putin, acordaron establecer, con independencia de los acuerdos de Astaná, un alto el fuego en el suroeste de Siria.

El alto el fuego entró en vigor al mediodía de ayer.

Los garantes esperan que la creación de esta última "zona de reducción de la tensión" en el suroeste de Siria facilite la entrada de ayuda humanitaria y haga posible la instauración de una tregua duradera en su área de influencia.

Sin embargo, en la reunión de Astaná los garantes no lograron concretar la delimitación geográfica y los mecanismos para garantizar el funcionamiento de las otras cuatro zonas.

Estos mecanismos incluyen el despliegue de fuerzas para supervisar el cumplimiento del alto el fuego, algo que debía haber sido establecido el pasado 4 de junio.

El Observatorio Sirio de los derechos Humanos (OSDH) informó que la calma prevalece en el sur del país árabe, pese a algunas violaciones en las últimas horas en las provincias meridionales de Deraa, Al Quneitra y Sueida.

La ONG pro-rebeldes, con sede en Londres, informó de varias infracciones al cese de las hostilidades, como la caída de tres cohetes durante la madrugada en el barrio de Tariq al Sad, en la ciudad de Deraa, así como el intercambio de disparos en el distrito de Deraa al Balad, en la misma urbe, sin que se registraran víctimas.

Asimismo, el Ejército lanzó dos cohetes contra el pueblo de Saida, en el este de la provincia de Deraa, según el Observatorio, mientras incidentes aislados se registraron en el sector central de la vecina provincia de Al Quneitra, en las localidades de Jan Arnaba y Al Samadania.

El Ejército avanzó en las últimas horas frente a las facciones en la región de Ghouta Oriental, el principal bastión opositor de las afueras de Damasco, informó la ONG.

En esa zona, los efectivos gubernamentales han avanzado por el área de Wadi Ain Tarma, donde han tomado un almacén y cuatro edificios.
Durante los choques, al menos tres milicianos insurgentes perdieron la vida y 12 han resultado heridos.


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