Educadores sociales, mediación y murallas romanas

Opinión/Los supuestos básicos.

12 AGO 2017 - 19:41 | Actualizado 25 SEP 2022 - 3:12

Por Daniela Patricia Almirón*

¡Vamos a dar una capacitación en Mataró, me he apuntado para que la demos juntos! Así me anunciaba Óscar lo que ya estaba decidido porque como me conoce, sabe que no me negaría por nada.
La capacitación estaba destinada al equipo de Educadores Sociales de la Escuela Salesiana de Mataró, Col·legi Salesià Sant Antoni de Pàdua, como iniciativa del equipo y de la institución educativa.
Mataró era un lugar desconocido para mí y trabajar conjuntamente en mediación con Educadores Sociales, como co equipers con Óscar, era más que un buen plan.
La ciudad de Mataró es un municipio español. Se encuentra al noreste de la península ibérica, sobre la costa del Mediterráneo y forma parte de la provincia de Barcelona en Cataluña.  Es la capital del Maresme y se encuentra a unos 30 km al norte de la ciudad de Barcelona.
Es una localidad particular con una rica historia, que remonta a la época romana, contando así con una villa de finales del siglo I a. C. El nombre romano de Mataró es Iluro. En el siglo XVI era una villa amurallada, de la que aún hay restos. Es destacable que Mataró tuvo la primera línea de ferrocarril de España en la península ibérica en 1848.
La fiesta local de Mataró es la fiesta de Les Santes, por las santas Juliana y Semproniana, mártires del cristianismo y quienes fueron nombradas por el papa Pío IX en 1852 patronas de Mataró.
En plenas fiestas y terminando el curso de acuerdo al calendario europeo, les brindaríamos al equipo de Educadores Sociales del Colegio salesiano un curso sobre herramientas de comunicación no violenta.
Convengamos que quizás no era la mejor época. El cansancio de todo un curso, la participación en las fiestas de las santas y con un pie en las vacaciones, implicaba un gran desafío para nosotros.
La primera Educadora Social que conocí hace ya siete años es mi amiga Marta, catalana ella y responsable de que conociese a los demás amigos Mediadores y Educadores sociales por estos lares.
La carrera universitaria de Educador Social como tal no existe en nuestro país, aunque hay otras profesiones en las que pueden coincidir. Es una muy interesante profesión, con una currícula en su formación que incluye Políticas sociales y educativas, Antropología cultural, Pedagogía social, Educación de personas adultas, Dinámica de grupos, Inserción social de las personas con discapacidad, Educación para la salud, Trabajo social y discriminación, sólo por nombrar algunas y mostrar la orientación de esta profesión. Los Educadores Sociales conforman equipos en las instituciones escolares por ejemplo, y en este caso en particular. Pueden desarrollarse en ámbitos de justicia, bienestar social, centros educativos y juveniles.
Su intervención puede darse en problemáticas socio-educativas en diferentes terrenos, con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas.
En este colegio salesiano, con actitud cercana, amigable, inquieta y curiosa compartimos dos jornadas con veinte Educadores Sociales comprometidos, apasionados y conmovidos por su profesión y por los abordajes a los que son convocados.
Nuestro objetivo fue brindar más herramientas de negociación y comunicación que potenciara su rol y esencialmente para las situaciones cada vez más particulares y complejas que presenta el mundo en el que vivimos.
Nos centramos en trabajar sobre un modelo que es el de Comunicación no violenta de Marshall Rosenberg. Este modelo entre otras características implica la profundización de la empatía y autoempatía, la habilidad para expresar sentimientos propios, comprender los del otro y el ejercicio de no etiquetar o juzgar las actitudes de los demás. Sí, todo esto es muy difícil, nos cuesta muchísimo a los mortales. El espacio de capacitación en equipo con generación de confianza, trabajando con la modalidad de Círculos Restaurativos, que propicias este ambiente, tuvo como resultado dos jornadas emocionantes y verdaderamente enriquecedoras.
Trabajar en comunicación, mediación, negociación es siempre un espacio de sorpresas. Porque trabajamos con lo que las personas que nos convocan traen de sí mismas, y eso no está escrito en ningún lugar.
En este espacio se compartieron vivencias, dudas, aciertos, genuinidad, para volcarlo luego al ámbito laboral de manera fortalecida.
Gracias Mataró, su colegio salesiano y su equipo de Educadores Sociales, por mostrarme que hay esperanza, siempre.#

(*) Daniela Patricia Almirón es abogada-mediadora

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12 AGO 2017 - 19:41

Por Daniela Patricia Almirón*

¡Vamos a dar una capacitación en Mataró, me he apuntado para que la demos juntos! Así me anunciaba Óscar lo que ya estaba decidido porque como me conoce, sabe que no me negaría por nada.
La capacitación estaba destinada al equipo de Educadores Sociales de la Escuela Salesiana de Mataró, Col·legi Salesià Sant Antoni de Pàdua, como iniciativa del equipo y de la institución educativa.
Mataró era un lugar desconocido para mí y trabajar conjuntamente en mediación con Educadores Sociales, como co equipers con Óscar, era más que un buen plan.
La ciudad de Mataró es un municipio español. Se encuentra al noreste de la península ibérica, sobre la costa del Mediterráneo y forma parte de la provincia de Barcelona en Cataluña.  Es la capital del Maresme y se encuentra a unos 30 km al norte de la ciudad de Barcelona.
Es una localidad particular con una rica historia, que remonta a la época romana, contando así con una villa de finales del siglo I a. C. El nombre romano de Mataró es Iluro. En el siglo XVI era una villa amurallada, de la que aún hay restos. Es destacable que Mataró tuvo la primera línea de ferrocarril de España en la península ibérica en 1848.
La fiesta local de Mataró es la fiesta de Les Santes, por las santas Juliana y Semproniana, mártires del cristianismo y quienes fueron nombradas por el papa Pío IX en 1852 patronas de Mataró.
En plenas fiestas y terminando el curso de acuerdo al calendario europeo, les brindaríamos al equipo de Educadores Sociales del Colegio salesiano un curso sobre herramientas de comunicación no violenta.
Convengamos que quizás no era la mejor época. El cansancio de todo un curso, la participación en las fiestas de las santas y con un pie en las vacaciones, implicaba un gran desafío para nosotros.
La primera Educadora Social que conocí hace ya siete años es mi amiga Marta, catalana ella y responsable de que conociese a los demás amigos Mediadores y Educadores sociales por estos lares.
La carrera universitaria de Educador Social como tal no existe en nuestro país, aunque hay otras profesiones en las que pueden coincidir. Es una muy interesante profesión, con una currícula en su formación que incluye Políticas sociales y educativas, Antropología cultural, Pedagogía social, Educación de personas adultas, Dinámica de grupos, Inserción social de las personas con discapacidad, Educación para la salud, Trabajo social y discriminación, sólo por nombrar algunas y mostrar la orientación de esta profesión. Los Educadores Sociales conforman equipos en las instituciones escolares por ejemplo, y en este caso en particular. Pueden desarrollarse en ámbitos de justicia, bienestar social, centros educativos y juveniles.
Su intervención puede darse en problemáticas socio-educativas en diferentes terrenos, con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas.
En este colegio salesiano, con actitud cercana, amigable, inquieta y curiosa compartimos dos jornadas con veinte Educadores Sociales comprometidos, apasionados y conmovidos por su profesión y por los abordajes a los que son convocados.
Nuestro objetivo fue brindar más herramientas de negociación y comunicación que potenciara su rol y esencialmente para las situaciones cada vez más particulares y complejas que presenta el mundo en el que vivimos.
Nos centramos en trabajar sobre un modelo que es el de Comunicación no violenta de Marshall Rosenberg. Este modelo entre otras características implica la profundización de la empatía y autoempatía, la habilidad para expresar sentimientos propios, comprender los del otro y el ejercicio de no etiquetar o juzgar las actitudes de los demás. Sí, todo esto es muy difícil, nos cuesta muchísimo a los mortales. El espacio de capacitación en equipo con generación de confianza, trabajando con la modalidad de Círculos Restaurativos, que propicias este ambiente, tuvo como resultado dos jornadas emocionantes y verdaderamente enriquecedoras.
Trabajar en comunicación, mediación, negociación es siempre un espacio de sorpresas. Porque trabajamos con lo que las personas que nos convocan traen de sí mismas, y eso no está escrito en ningún lugar.
En este espacio se compartieron vivencias, dudas, aciertos, genuinidad, para volcarlo luego al ámbito laboral de manera fortalecida.
Gracias Mataró, su colegio salesiano y su equipo de Educadores Sociales, por mostrarme que hay esperanza, siempre.#

(*) Daniela Patricia Almirón es abogada-mediadora


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