Declararon gendarmes y hubo incidentes en medio de un fuerte operativo policial

Manifestantes que estaban fuera del Juzgado Federal de Esquel protagonizaron disturbios ante policías federales. Hubo muchos efectivos de civil en las calles. Entre insultos y pedradas, el juez Otranto y la fiscal Ávila salieron como pudieron.

Ojo de la tormenta. El juez Otranto debió recurrir a un fuerte cordón policial ante el enojo de los manifestantes y entre insultos y empujones.
12 SEP 2017 - 22:52 | Actualizado

Más de seis horas de tensión se vivieron en las afueras del Juzgado Federal de Esquel, mientras declaraban tres gendarmes citados por el juez Guido Otranto en el marco de la investigación de la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
Un grupo de manifestantes que esperaba en la calle la salida de los uniformados, fueron reprimidos cuando un cordón de policías federales y de la Provincia sacaron del edificio al juez Otranto pasadas las 15. Antes también hubo una escaramuza cuando efectivos de la fuerza federal retiraron a la fiscal Silvina Ávila.

A las 9 ingresaron al Juzgado los tres gendarmes, y un grupo de activistas llegados de El Bolsón y Bariloche, se apostó en la esquina de 25 de Mayo y San Martín, con pegatinas en los ventanales del edificio y telas pintadas, pidiendo por la aparición con vida de Maldonado. También se exhibieron carteles reclamando por la libertad de Facundo Jones Huala.

Hasta el mediodía no se conocían datos precisos de cómo se estaba dando la citación de los gendarmes. Con el correr de los minutos y las horas, el ánimo de los manifestantes subió con cánticos e insultos hacia la Justicia y el Gobierno nacional, reclamando a grito de “devuelvan a Santiago con vida, como se lo llevaron.” También armaron con cartones pancartas con distintas leyendas de protesta.

Mientras los gendarmes comparecían, en el Escuadrón 36 de Gendarmería había un cordón de efectivos pertrechados con cascos, escudos y armas largas, más un camión hidrante antidisturbios. Según algunas fuentes, esa custodia con varias decenas de hombres en todo el contorno del predio se dispuso de manera preventiva, ante la hipótesis de conflicto con los activistas.

Los enfrentamientos en la zona aledaña al Juzgado federal incluyeron pedradas, golpes y amenazas entre militantes mapuches y jóvenes no identificados, que según muchas fuentes consultadas eran policías federales de civil que habrían llegado a Esquel especialmente para este operativo. Dos de ellos fueron echados por los activistas a los gritos gritándoles que eran policías.

Para reforzar a la Policía Federal en los accesos al edificio del Juzgado se requirió la participación de la Policía Provincial.
Coordinaron a los efectivos el jefe de la Unidad Regional Esquel, comisario mayor Rodolfo Harris, junto a su segundo, comisario mayor José Arias.

Ayer se conoció que las muestras de ADN dieron negativo respecto a Maldonado


Tras los desmanes a la salida de Otranto del Tribunal, Harris comentó que “sacamos al juez del edificio, y terminó nuestra actuación”. Ningún policía fue herido pese a los piedrazos. De la URE participaron 30 efectivos, y un número similar de federales.

La primera en salir del Juzgado fue la fiscal Ávila, a las 13.30, flanqueada por federales y efectivos de la Provincia. Los manifestantes se abalanzaban hacia la camioneta para insultarla. El rodado partió raudo por 25 de Mayo. A esa hora los vidrios de la fachada del edificio tenían pegatinas por doquier.

Creció el malestar de los manifestantes, que subían de tono los insultos y gritos pidiendo que entreguen a Maldonado. Se organizó un cordón policial en los dos accesos al edificioy la tensión era mayor. Minutos después de las 15 se sumaron hombres y mujeres de seguridad, y varios policías de la Subdelegación Esquel de la Policía Federal, lo que hizo presagiar que era inminente la salida de los gendarmes interrogados.

Entre un tumulto de manifestantes, cámaras, fotógrafos y periodistas nacionales, regionales y locales, se armó un pasillo por el que fue sacado Otranto por la puerta secundaria de calle San Martín. Los 15 metros hasta la camioneta fueron de insultos, golpes, pedradas y una rápida entrada a la cabina del rodado, mientras la policía arremetió contra los activistas para dispersarlos. Luego de empujones y mujeres caídas sobre ventanas de negocios, el enfrentamiento siguió en la calle, con insultos de los activistas, algunos con pasamontañas.

La maniobra de distracción por la salida de Otranto, permitió que los tres gendarmes que declararon dejaran el edificio por 25 de Mayo, saliendo por la puerta principal del Juzgado. Nadie lo notó.

Entre los manifestantes, algunos tenían tapada la cara con pasamontañas, y otros según distintas fuentes, eran policías infiltrados. En el tumulto se mezclaba todo.

Andrea Millañanco, vocera de la comunidad en resistencia en Vuelta del Río, señaló que a tres integrantes del Pu Lof les postergaron varias veces las declaraciones ante el juez. El lunes les comunicaron que debían presentarse ayer. Pero luego les rectificaron que no lo harían por la citación a gendarmes. Al menos uno sería del Escuadrón 35 El Bolsón. Al mediodía de ayer no tenían nueva fecha de citación para miembros de la comunidad.

La vocera cuestionó al Juzgado por “falta de compromiso”, y advirtió que “no quieren escuchar, cuando un primer testigo testimonió sobre Maldonado, y las nuevas declaraciones van a confirmar la hipótesis de lo que sostenemos se vivió el 1º de agosto”.

Tres gendarmes hablaron pero otros tres declararon por escrito. “Acepta que declaren por escrito; no entienden las pautas culturales mapuches y cuestionan tanto las declaraciones de la comunidad”, afirmó.  

Repasó Millañanco que la mañana del 1º de agosto en Vuelta del Río la Gendarmería tiró con balas de goma y de plomo. “Los gendarmes llegaron hasta la orilla del río”. Subrayó que “es un indicio que a Santiago se lo llevaron gendarmes del Escuadrón 35 El Bolsón”. Cuestionó los resultados negativos de ADN de los materiales retirados de camionetas de Gendarmería, porque antes la fuerza las lavó.

La integrante de la comunidad del Lof en Resistencia Cushamen sostuvo que los perros en el lugar hicieron el mismo recorrido relatado tras la represión. Hubo una corrida de mapuches hacia el río y Maldonado se quedó.

Comentó que hay un rastrillaje que falta: la Subcomisaría de Leleque. “Desde allí se realizaron varias operaciones, y es allí donde fueron detenidas tres personas de la comunidad que se dirigían a Esquel. En ese dependencia policial estuvo Nocetti, y depositaron cosas de la comunidad que secuestró Gendarmería”.#

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Ojo de la tormenta. El juez Otranto debió recurrir a un fuerte cordón policial ante el enojo de los manifestantes y entre insultos y empujones.
12 SEP 2017 - 22:52

Más de seis horas de tensión se vivieron en las afueras del Juzgado Federal de Esquel, mientras declaraban tres gendarmes citados por el juez Guido Otranto en el marco de la investigación de la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
Un grupo de manifestantes que esperaba en la calle la salida de los uniformados, fueron reprimidos cuando un cordón de policías federales y de la Provincia sacaron del edificio al juez Otranto pasadas las 15. Antes también hubo una escaramuza cuando efectivos de la fuerza federal retiraron a la fiscal Silvina Ávila.

A las 9 ingresaron al Juzgado los tres gendarmes, y un grupo de activistas llegados de El Bolsón y Bariloche, se apostó en la esquina de 25 de Mayo y San Martín, con pegatinas en los ventanales del edificio y telas pintadas, pidiendo por la aparición con vida de Maldonado. También se exhibieron carteles reclamando por la libertad de Facundo Jones Huala.

Hasta el mediodía no se conocían datos precisos de cómo se estaba dando la citación de los gendarmes. Con el correr de los minutos y las horas, el ánimo de los manifestantes subió con cánticos e insultos hacia la Justicia y el Gobierno nacional, reclamando a grito de “devuelvan a Santiago con vida, como se lo llevaron.” También armaron con cartones pancartas con distintas leyendas de protesta.

Mientras los gendarmes comparecían, en el Escuadrón 36 de Gendarmería había un cordón de efectivos pertrechados con cascos, escudos y armas largas, más un camión hidrante antidisturbios. Según algunas fuentes, esa custodia con varias decenas de hombres en todo el contorno del predio se dispuso de manera preventiva, ante la hipótesis de conflicto con los activistas.

Los enfrentamientos en la zona aledaña al Juzgado federal incluyeron pedradas, golpes y amenazas entre militantes mapuches y jóvenes no identificados, que según muchas fuentes consultadas eran policías federales de civil que habrían llegado a Esquel especialmente para este operativo. Dos de ellos fueron echados por los activistas a los gritos gritándoles que eran policías.

Para reforzar a la Policía Federal en los accesos al edificio del Juzgado se requirió la participación de la Policía Provincial.
Coordinaron a los efectivos el jefe de la Unidad Regional Esquel, comisario mayor Rodolfo Harris, junto a su segundo, comisario mayor José Arias.

Ayer se conoció que las muestras de ADN dieron negativo respecto a Maldonado


Tras los desmanes a la salida de Otranto del Tribunal, Harris comentó que “sacamos al juez del edificio, y terminó nuestra actuación”. Ningún policía fue herido pese a los piedrazos. De la URE participaron 30 efectivos, y un número similar de federales.

La primera en salir del Juzgado fue la fiscal Ávila, a las 13.30, flanqueada por federales y efectivos de la Provincia. Los manifestantes se abalanzaban hacia la camioneta para insultarla. El rodado partió raudo por 25 de Mayo. A esa hora los vidrios de la fachada del edificio tenían pegatinas por doquier.

Creció el malestar de los manifestantes, que subían de tono los insultos y gritos pidiendo que entreguen a Maldonado. Se organizó un cordón policial en los dos accesos al edificioy la tensión era mayor. Minutos después de las 15 se sumaron hombres y mujeres de seguridad, y varios policías de la Subdelegación Esquel de la Policía Federal, lo que hizo presagiar que era inminente la salida de los gendarmes interrogados.

Entre un tumulto de manifestantes, cámaras, fotógrafos y periodistas nacionales, regionales y locales, se armó un pasillo por el que fue sacado Otranto por la puerta secundaria de calle San Martín. Los 15 metros hasta la camioneta fueron de insultos, golpes, pedradas y una rápida entrada a la cabina del rodado, mientras la policía arremetió contra los activistas para dispersarlos. Luego de empujones y mujeres caídas sobre ventanas de negocios, el enfrentamiento siguió en la calle, con insultos de los activistas, algunos con pasamontañas.

La maniobra de distracción por la salida de Otranto, permitió que los tres gendarmes que declararon dejaran el edificio por 25 de Mayo, saliendo por la puerta principal del Juzgado. Nadie lo notó.

Entre los manifestantes, algunos tenían tapada la cara con pasamontañas, y otros según distintas fuentes, eran policías infiltrados. En el tumulto se mezclaba todo.

Andrea Millañanco, vocera de la comunidad en resistencia en Vuelta del Río, señaló que a tres integrantes del Pu Lof les postergaron varias veces las declaraciones ante el juez. El lunes les comunicaron que debían presentarse ayer. Pero luego les rectificaron que no lo harían por la citación a gendarmes. Al menos uno sería del Escuadrón 35 El Bolsón. Al mediodía de ayer no tenían nueva fecha de citación para miembros de la comunidad.

La vocera cuestionó al Juzgado por “falta de compromiso”, y advirtió que “no quieren escuchar, cuando un primer testigo testimonió sobre Maldonado, y las nuevas declaraciones van a confirmar la hipótesis de lo que sostenemos se vivió el 1º de agosto”.

Tres gendarmes hablaron pero otros tres declararon por escrito. “Acepta que declaren por escrito; no entienden las pautas culturales mapuches y cuestionan tanto las declaraciones de la comunidad”, afirmó.  

Repasó Millañanco que la mañana del 1º de agosto en Vuelta del Río la Gendarmería tiró con balas de goma y de plomo. “Los gendarmes llegaron hasta la orilla del río”. Subrayó que “es un indicio que a Santiago se lo llevaron gendarmes del Escuadrón 35 El Bolsón”. Cuestionó los resultados negativos de ADN de los materiales retirados de camionetas de Gendarmería, porque antes la fuerza las lavó.

La integrante de la comunidad del Lof en Resistencia Cushamen sostuvo que los perros en el lugar hicieron el mismo recorrido relatado tras la represión. Hubo una corrida de mapuches hacia el río y Maldonado se quedó.

Comentó que hay un rastrillaje que falta: la Subcomisaría de Leleque. “Desde allí se realizaron varias operaciones, y es allí donde fueron detenidas tres personas de la comunidad que se dirigían a Esquel. En ese dependencia policial estuvo Nocetti, y depositaron cosas de la comunidad que secuestró Gendarmería”.#


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