Más de seis horas de tensión se vivieron en las afueras del Juzgado Federal de Esquel, mientras declaraban tres gendarmes citados por el juez Guido Otranto en el marco de la investigación de la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
Un grupo de manifestantes que esperaba en la calle la salida de los uniformados, fueron reprimidos cuando un cordón de policías federales y de la Provincia sacaron del edificio al juez Otranto pasadas las 15. Antes también hubo una escaramuza cuando efectivos de la fuerza federal retiraron a la fiscal Silvina Ávila.
A las 9 ingresaron al Juzgado los tres gendarmes, y un grupo de activistas llegados de El Bolsón y Bariloche, se apostó en la esquina de 25 de Mayo y San Martín, con pegatinas en los ventanales del edificio y telas pintadas, pidiendo por la aparición con vida de Maldonado. También se exhibieron carteles reclamando por la libertad de Facundo Jones Huala.
Hasta el mediodía no se conocían datos precisos de cómo se estaba dando la citación de los gendarmes. Con el correr de los minutos y las horas, el ánimo de los manifestantes subió con cánticos e insultos hacia la Justicia y el Gobierno nacional, reclamando a grito de “devuelvan a Santiago con vida, como se lo llevaron.” También armaron con cartones pancartas con distintas leyendas de protesta.
Mientras los gendarmes comparecían, en el Escuadrón 36 de Gendarmería había un cordón de efectivos pertrechados con cascos, escudos y armas largas, más un camión hidrante antidisturbios. Según algunas fuentes, esa custodia con varias decenas de hombres en todo el contorno del predio se dispuso de manera preventiva, ante la hipótesis de conflicto con los activistas.
Los enfrentamientos en la zona aledaña al Juzgado federal incluyeron pedradas, golpes y amenazas entre militantes mapuches y jóvenes no identificados, que según muchas fuentes consultadas eran policías federales de civil que habrían llegado a Esquel especialmente para este operativo. Dos de ellos fueron echados por los activistas a los gritos gritándoles que eran policías.
Para reforzar a la Policía Federal en los accesos al edificio del Juzgado se requirió la participación de la Policía Provincial.
Coordinaron a los efectivos el jefe de la Unidad Regional Esquel, comisario mayor Rodolfo Harris, junto a su segundo, comisario mayor José Arias.
Más de seis horas de tensión se vivieron en las afueras del Juzgado Federal de Esquel, mientras declaraban tres gendarmes citados por el juez Guido Otranto en el marco de la investigación de la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
Un grupo de manifestantes que esperaba en la calle la salida de los uniformados, fueron reprimidos cuando un cordón de policías federales y de la Provincia sacaron del edificio al juez Otranto pasadas las 15. Antes también hubo una escaramuza cuando efectivos de la fuerza federal retiraron a la fiscal Silvina Ávila.
A las 9 ingresaron al Juzgado los tres gendarmes, y un grupo de activistas llegados de El Bolsón y Bariloche, se apostó en la esquina de 25 de Mayo y San Martín, con pegatinas en los ventanales del edificio y telas pintadas, pidiendo por la aparición con vida de Maldonado. También se exhibieron carteles reclamando por la libertad de Facundo Jones Huala.
Hasta el mediodía no se conocían datos precisos de cómo se estaba dando la citación de los gendarmes. Con el correr de los minutos y las horas, el ánimo de los manifestantes subió con cánticos e insultos hacia la Justicia y el Gobierno nacional, reclamando a grito de “devuelvan a Santiago con vida, como se lo llevaron.” También armaron con cartones pancartas con distintas leyendas de protesta.
Mientras los gendarmes comparecían, en el Escuadrón 36 de Gendarmería había un cordón de efectivos pertrechados con cascos, escudos y armas largas, más un camión hidrante antidisturbios. Según algunas fuentes, esa custodia con varias decenas de hombres en todo el contorno del predio se dispuso de manera preventiva, ante la hipótesis de conflicto con los activistas.
Los enfrentamientos en la zona aledaña al Juzgado federal incluyeron pedradas, golpes y amenazas entre militantes mapuches y jóvenes no identificados, que según muchas fuentes consultadas eran policías federales de civil que habrían llegado a Esquel especialmente para este operativo. Dos de ellos fueron echados por los activistas a los gritos gritándoles que eran policías.
Para reforzar a la Policía Federal en los accesos al edificio del Juzgado se requirió la participación de la Policía Provincial.
Coordinaron a los efectivos el jefe de la Unidad Regional Esquel, comisario mayor Rodolfo Harris, junto a su segundo, comisario mayor José Arias.