Editorial / Patagonia, de tierra prometida a patio trasero de la pobreza y el desempleo

Lee la Columna del Domingo, el tradicional análisis de la edición impresa de Jornada.

La pobreza bajó levemente en el país, pero es preocupante en Chubut.
30 SEP 2017 - 20:07 | Actualizado

La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que divulgó el jueves el INDEC volvió a traer malas noticias para Chubut. Es que mensurar la realidad socio-económica de la provincia ha venido siendo en estos últimos dos años un ejercicio desgastante, luego de más de una década en donde la mayoría de las variables se habían acomodado en niveles siempre favorables a la sociedad.

Es insoslayable el esfuerzo que viene haciendo el Gobierno provincial, con el gobernador Mario Das Neves a la cabeza, por reducir localmente el impacto negativo que vienen generando las políticas nacionales. No es necesario ponerse a hilar fino ni ser un experto para entender que en estos dos años de gobierno de Cambiemos se ha resentido la base social y económica de toda la Patagonia, y en especial la de Chubut.

Cuando Das Neves habla de consensuar ciertas políticas pero también de ponerle un freno a Cambiemos, habla con las cifras de desempleo y pobreza en la mano. Nadie en su sano juicio puede pensar que la degradación de estas variables es responsabilidad de la gestión provincial, pero la gente afectada les pide soluciones a los funcionarios provinciales que tiene a tiro.

El gobernador es el que más claro lo entiende, por eso mandó a su Gabinete y hasta el último funcionario político a la calle, no sólo a llevar la propuesta de su candidato para las elecciones del 22 de octubre sino a decirle a la gente que necesita su voto para ponerle un freno a Cambiemos. Y un freno, se entiende, no equivale a poner piedras en el camino sino a exigir que no se siga perjudicando a los chubutenses.

Más pobres

El último informe de la EPH sobre las cifras de pobreza en el primer semestre del año, mostró una leve baja en el promedio nacional, que fue destacada por el Gobierno como un logro de la gestión del presidente Mauricio Macri. Pero también mostró cifras preocupantes para Chubut.

Aunque la tasa de pobres bajó en Trelew y Rawson, subió de manera peligrosa en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly (replicando la tendencia que marcó el último informe sobre desempleo). El balance, sin embargo, es negativo porque las cifras totales de la pobreza marcaron una suba en términos absolutos durante los últimos seis meses.

Para que se entienda “técnicamente” lo que significa ser pobre o no en la Argentina, el INDEC aclara que la “línea de pobreza” consiste en establecer a partir de los ingresos de los hogares si estos tienen capacidad de satisfacer un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales.

Según el INDEC, en Chubut había a finales del año pasado 68.119 personas por debajo de la línea de pobreza. En junio de este año, esa cifra subió a 73.495. Es decir, en apenas seis meses, 5.376 chubutenses empezaron a ser considerados “pobres”.

Medido en hogares, las cifras también son duras: en diciembre pasado había 16.147 bajo la línea de la pobreza, contra 18.184 registrados en el primer semestre de 2017. Es decir, 2.037 hogares chubutenses ingresaron en la pobreza entre diciembre y junio.

Las cifras tampoco son halagüeñas en cuanto a la indigencia, el concepto que engloba a los hogares y personas que no cuentan con ingresos suficientes como para cubrir una canasta de alimentos capaz de satisfacer el mínimo de necesidades energéticas y proteicas.

Según el INDEC, en los dos aglomerados urbanos más grandes de Chubut (el Valle y la zona sur) hay 2.723 hogares indigentes y 9.415 personas afectadas por la indigencia. Esto significa que entre diciembre pasado y junio de este año ingresaron a la condición de “indigentes” 446 hogares y 950 personas.

Patagónicos olvidados

Las últimas cifras oficiales indican que la pobreza a nivel país cayó hasta el 28,6% en el primer semestre, lo que representó una baja de 1,7 punto porcentual ante el 30,3% del período julio-diciembre de 2016. Esto quiere decir que todavía hay 7.838.005 personas pobres y 1.704.883 indigentes, conformando un universo de más de 9,5 millones de argentinos afectados seriamente por este flagelo.

En este contexto, la situación actual de la Patagonia es un poco mejor –o menos mala, para ser más precisos- que la que había hace seis meses: la pobreza bajó de 23,7% a 21%. Pero las cifras de personas afectadas siguen golpeando en el estómago: en las cinco provincias patagónicas hay 211.639 pobres y 31.148 indigentes. Desde la crisis del 2001 que no había niveles de pobreza tan preocupantes.

Desagregado por ciudades, hay que decir que Comodoro Rivadavia-Rada Tilly y Trelew-Rawson se suben al podio de la pobreza, pero en el segundo y tercer escalón. El lugar con mayor cantidad de pobres de la Patagonia es el aglomerado Neuquén-Plottier, en donde 80.470 personas están bajo la línea de pobreza y 10.388 son indigentes.

No es un dato menor, ya que Neuquén viene siendo la “niña mimada” del Gobierno nacional en la Patagonia. Es una provincia alineada políticamente, en donde Cambiemos ha tenido un gran éxito electoral en las últimas PASO y el yacimiento de Vaca Muerta es una especie de “El Dorado” macrista.

Sin embargo, a pesar de tener la mayor cantidad de pobres en términos absolutos, su tasa de 27,3% de pobreza no es la tasa más alta de la Patagonia: este sayo se lo pone Viedma-Carmen de Patagones, en donde el nivel de pobreza llegó en el primer semestre del año a 34%.

Son todas cifras que duelen en una región de la Argentina que siempre estuvo identificada con sueños y promesas de prosperidad. Aunque los últimos resultados electorales no le fueron para nada esquivos a los candidatos de Cambiemos, no se puede ocultar que en la Patagonia hubo un cambio pero para peor. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.

Enterate de las noticias de PROVINCIA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.

Las más leídas

La pobreza bajó levemente en el país, pero es preocupante en Chubut.
30 SEP 2017 - 20:07

La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que divulgó el jueves el INDEC volvió a traer malas noticias para Chubut. Es que mensurar la realidad socio-económica de la provincia ha venido siendo en estos últimos dos años un ejercicio desgastante, luego de más de una década en donde la mayoría de las variables se habían acomodado en niveles siempre favorables a la sociedad.

Es insoslayable el esfuerzo que viene haciendo el Gobierno provincial, con el gobernador Mario Das Neves a la cabeza, por reducir localmente el impacto negativo que vienen generando las políticas nacionales. No es necesario ponerse a hilar fino ni ser un experto para entender que en estos dos años de gobierno de Cambiemos se ha resentido la base social y económica de toda la Patagonia, y en especial la de Chubut.

Cuando Das Neves habla de consensuar ciertas políticas pero también de ponerle un freno a Cambiemos, habla con las cifras de desempleo y pobreza en la mano. Nadie en su sano juicio puede pensar que la degradación de estas variables es responsabilidad de la gestión provincial, pero la gente afectada les pide soluciones a los funcionarios provinciales que tiene a tiro.

El gobernador es el que más claro lo entiende, por eso mandó a su Gabinete y hasta el último funcionario político a la calle, no sólo a llevar la propuesta de su candidato para las elecciones del 22 de octubre sino a decirle a la gente que necesita su voto para ponerle un freno a Cambiemos. Y un freno, se entiende, no equivale a poner piedras en el camino sino a exigir que no se siga perjudicando a los chubutenses.

Más pobres

El último informe de la EPH sobre las cifras de pobreza en el primer semestre del año, mostró una leve baja en el promedio nacional, que fue destacada por el Gobierno como un logro de la gestión del presidente Mauricio Macri. Pero también mostró cifras preocupantes para Chubut.

Aunque la tasa de pobres bajó en Trelew y Rawson, subió de manera peligrosa en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly (replicando la tendencia que marcó el último informe sobre desempleo). El balance, sin embargo, es negativo porque las cifras totales de la pobreza marcaron una suba en términos absolutos durante los últimos seis meses.

Para que se entienda “técnicamente” lo que significa ser pobre o no en la Argentina, el INDEC aclara que la “línea de pobreza” consiste en establecer a partir de los ingresos de los hogares si estos tienen capacidad de satisfacer un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales.

Según el INDEC, en Chubut había a finales del año pasado 68.119 personas por debajo de la línea de pobreza. En junio de este año, esa cifra subió a 73.495. Es decir, en apenas seis meses, 5.376 chubutenses empezaron a ser considerados “pobres”.

Medido en hogares, las cifras también son duras: en diciembre pasado había 16.147 bajo la línea de la pobreza, contra 18.184 registrados en el primer semestre de 2017. Es decir, 2.037 hogares chubutenses ingresaron en la pobreza entre diciembre y junio.

Las cifras tampoco son halagüeñas en cuanto a la indigencia, el concepto que engloba a los hogares y personas que no cuentan con ingresos suficientes como para cubrir una canasta de alimentos capaz de satisfacer el mínimo de necesidades energéticas y proteicas.

Según el INDEC, en los dos aglomerados urbanos más grandes de Chubut (el Valle y la zona sur) hay 2.723 hogares indigentes y 9.415 personas afectadas por la indigencia. Esto significa que entre diciembre pasado y junio de este año ingresaron a la condición de “indigentes” 446 hogares y 950 personas.

Patagónicos olvidados

Las últimas cifras oficiales indican que la pobreza a nivel país cayó hasta el 28,6% en el primer semestre, lo que representó una baja de 1,7 punto porcentual ante el 30,3% del período julio-diciembre de 2016. Esto quiere decir que todavía hay 7.838.005 personas pobres y 1.704.883 indigentes, conformando un universo de más de 9,5 millones de argentinos afectados seriamente por este flagelo.

En este contexto, la situación actual de la Patagonia es un poco mejor –o menos mala, para ser más precisos- que la que había hace seis meses: la pobreza bajó de 23,7% a 21%. Pero las cifras de personas afectadas siguen golpeando en el estómago: en las cinco provincias patagónicas hay 211.639 pobres y 31.148 indigentes. Desde la crisis del 2001 que no había niveles de pobreza tan preocupantes.

Desagregado por ciudades, hay que decir que Comodoro Rivadavia-Rada Tilly y Trelew-Rawson se suben al podio de la pobreza, pero en el segundo y tercer escalón. El lugar con mayor cantidad de pobres de la Patagonia es el aglomerado Neuquén-Plottier, en donde 80.470 personas están bajo la línea de pobreza y 10.388 son indigentes.

No es un dato menor, ya que Neuquén viene siendo la “niña mimada” del Gobierno nacional en la Patagonia. Es una provincia alineada políticamente, en donde Cambiemos ha tenido un gran éxito electoral en las últimas PASO y el yacimiento de Vaca Muerta es una especie de “El Dorado” macrista.

Sin embargo, a pesar de tener la mayor cantidad de pobres en términos absolutos, su tasa de 27,3% de pobreza no es la tasa más alta de la Patagonia: este sayo se lo pone Viedma-Carmen de Patagones, en donde el nivel de pobreza llegó en el primer semestre del año a 34%.

Son todas cifras que duelen en una región de la Argentina que siempre estuvo identificada con sueños y promesas de prosperidad. Aunque los últimos resultados electorales no le fueron para nada esquivos a los candidatos de Cambiemos, no se puede ocultar que en la Patagonia hubo un cambio pero para peor. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


NOTICIAS RELACIONADAS