La Niña traerá heladas tardías, un verano muy caluroso y sequías

Esta primavera observará el riesgo de heladas tardías, el verano experimentará fuertes calores y el otoño 2018 se verá expuesto a heladas tempranas. El progresivo enfriamiento del Océano Pacífico lleva al desarrollo de un episodio de La Niña, que podría causar sequía severa a partir del otoño de 2018 en adelante.

Durante el invierno y lo que va de la primavera, el Océano Pacífico Ecuatorial se enfrió considerablemente y abandonó el estado de "El Niño" para pasar al estado de "La Niña".
12 OCT 2017 - 20:14 | Actualizado

Durante el invierno y lo que va de la primavera, el Océano Pacífico Ecuatorial se enfrió considerablemente y abandonó el estado de "El Niño" que mantuvo durante las dos temporadas precedentes, para pasar a un neutral frío que, de continuar, podría convertirse en "La Niña".

Así lo consignó el especialista Eduardo Sierra en el último informe estacional de clima para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

"En el corto y el mediano plazo, esta evolución será favorable, ya que producirá una progresiva moderación en las precipitaciones, aliviando la presión sobre los extensos anegamientos e inundaciones que afectan a los campos bajos de varias provincias argentinas", indicó el analista.

Sin embargo, señaló que, "desafortunadamente, el escurrimiento superficial y profundo desde los campos altos hacia los bajos, hará que la reducción de los excesos hídricos sea lenta".

"Asimismo, se prevé que el Océano Atlántico permanezca caliente, compensando en parte los efectos del enfriamiento del Océano Pacífico", señaló.

Explicó que la circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activada, lo que producirá una alternancia entre lapsos cálidos y marcados descensos de la temperatura.

"Por esta causa, la primavera observará el riesgo de heladas tardías, el verano experimentará fuertes calores y el otoño se verá expuesto a heladas tempranas", sostuvo Sierra.

Puntualizó que "en el largo plazo, el progresivo enfriamiento del Océano Pacífico podría llevar al desarrollo de un episodio de La Niña, que podría causar sequía severa en gran parte del área agrícola a partir del otoño de 2018 en adelante".

"Dado que esta tendencia es incipiente, será prudente continuar vigilando la evolución del clima hasta tanto pueda arribarse a un diagnóstico certero", adelantó.

Según el autor del reporte, la primavera comenzará a observar algunos signos moderados del cambio en la circulación atmosférica asociado al enfriamiento del Océano Pacífico.

Como consecuencia aumentará el flujo de calor y humedad sobre Perú, Bolivia, el norte de Chile, el NOA, la Región Occidental del Paraguay, el norte y el centro del área agrícola del Brasil, el oeste de la Región del Chaco, el este de Cuyo y el noroeste de la Región Pampeana.

"Provocando precipitaciones levemente superiores al promedio, con riesgo de tormentas severas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales", afirmó.

Por su parte, el centro y el sur de Chile, el oeste y el centro de Cuyo, el sur del área agrícola del Brasil, la Región Oriental del Paraguay, el centro y el este de la Región Pampeana, la Mesopotamia y el Uruguay recibirán un aporte de humedad algo inferior al promedio.

"No obstante, el calentamiento del Océano Atlántico y la evaporación proveniente de las áreas anegadas e inundadas compensarán en buena medida este efecto negativo, dando un régimen hídrico alterado pero cercano a la media en sus valores acumulados", precisó.

En tanto, la circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activada, mientras en la Argentina se realiza la siembra de granos gruesos, maíz y soja principalmente.

"Por un lado, se producirán largos períodos cálidos, con riesgo de tormentas severas con granizo, vientos y aguaceros torrenciales. Además tendrán lugar cortos pero muy intensos descensos térmicos, con riesgo de heladas primaverales en gran parte de La Argentina y el Uruguay, aunque sin llegar a Bolivia y el Paraguay", determinó Sierra.

Durante el invierno y lo que va de la primavera, el Océano Pacífico Ecuatorial se enfrió considerablemente y abandonó el estado de "El Niño" para pasar al estado de "La Niña".
12 OCT 2017 - 20:14

Durante el invierno y lo que va de la primavera, el Océano Pacífico Ecuatorial se enfrió considerablemente y abandonó el estado de "El Niño" que mantuvo durante las dos temporadas precedentes, para pasar a un neutral frío que, de continuar, podría convertirse en "La Niña".

Así lo consignó el especialista Eduardo Sierra en el último informe estacional de clima para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

"En el corto y el mediano plazo, esta evolución será favorable, ya que producirá una progresiva moderación en las precipitaciones, aliviando la presión sobre los extensos anegamientos e inundaciones que afectan a los campos bajos de varias provincias argentinas", indicó el analista.

Sin embargo, señaló que, "desafortunadamente, el escurrimiento superficial y profundo desde los campos altos hacia los bajos, hará que la reducción de los excesos hídricos sea lenta".

"Asimismo, se prevé que el Océano Atlántico permanezca caliente, compensando en parte los efectos del enfriamiento del Océano Pacífico", señaló.

Explicó que la circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activada, lo que producirá una alternancia entre lapsos cálidos y marcados descensos de la temperatura.

"Por esta causa, la primavera observará el riesgo de heladas tardías, el verano experimentará fuertes calores y el otoño se verá expuesto a heladas tempranas", sostuvo Sierra.

Puntualizó que "en el largo plazo, el progresivo enfriamiento del Océano Pacífico podría llevar al desarrollo de un episodio de La Niña, que podría causar sequía severa en gran parte del área agrícola a partir del otoño de 2018 en adelante".

"Dado que esta tendencia es incipiente, será prudente continuar vigilando la evolución del clima hasta tanto pueda arribarse a un diagnóstico certero", adelantó.

Según el autor del reporte, la primavera comenzará a observar algunos signos moderados del cambio en la circulación atmosférica asociado al enfriamiento del Océano Pacífico.

Como consecuencia aumentará el flujo de calor y humedad sobre Perú, Bolivia, el norte de Chile, el NOA, la Región Occidental del Paraguay, el norte y el centro del área agrícola del Brasil, el oeste de la Región del Chaco, el este de Cuyo y el noroeste de la Región Pampeana.

"Provocando precipitaciones levemente superiores al promedio, con riesgo de tormentas severas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales", afirmó.

Por su parte, el centro y el sur de Chile, el oeste y el centro de Cuyo, el sur del área agrícola del Brasil, la Región Oriental del Paraguay, el centro y el este de la Región Pampeana, la Mesopotamia y el Uruguay recibirán un aporte de humedad algo inferior al promedio.

"No obstante, el calentamiento del Océano Atlántico y la evaporación proveniente de las áreas anegadas e inundadas compensarán en buena medida este efecto negativo, dando un régimen hídrico alterado pero cercano a la media en sus valores acumulados", precisó.

En tanto, la circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activada, mientras en la Argentina se realiza la siembra de granos gruesos, maíz y soja principalmente.

"Por un lado, se producirán largos períodos cálidos, con riesgo de tormentas severas con granizo, vientos y aguaceros torrenciales. Además tendrán lugar cortos pero muy intensos descensos térmicos, con riesgo de heladas primaverales en gran parte de La Argentina y el Uruguay, aunque sin llegar a Bolivia y el Paraguay", determinó Sierra.


NOTICIAS RELACIONADAS