Editorial / Un ojo en el petróleo, otro en la política

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14 OCT 2017 - 22:20 | Actualizado

La crisis petrolera que viene afectando a Chubut no es una novedad. Y aunque no está ni cerca de ser controlada, si hay algo que no se puede hacer es abandonar el partido antes de que termine.

Sin alternativas productivas del volumen petrolero a la vista, con crisis sectoriales similares en otras industrias (pesca, textil, ganadería, etc.) y con la minería en stand-by, el Gobierno provincial se ha propuesto pelear en el terreno para recuperar algo de lo que viene perdiendo el motor económico de la provincia.

La reunión de la semana pasada en Rawson con autoridades de la petrolera estatal YPF transitó por esos carriles. Es la segunda petrolera de Chubut, detrás de PAE, y la que más ha retraído su nivel de inversiones desde que el precio del barril de petróleo se desbarrancó por debajo de los 45 dólares.

Hay que decirlo: no fue una responsabilidad de YPF sino de las autoridades provinciales anteriores, con Martín Buzzi a la cabeza, que en 2014 ratificaron un convenio del año anterior que permitía a las petroleras que actuaban en Chubut diferir su plan de inversiones cuando los ingresos netos por la venta de su crudo se ubicaban por debajo de los 45 dólares por barril.

En la reunión con YPF, el ministro Coordinador, Jerónimo García, les pidió a los cuatro ejecutivos de la compañía, a los que se sumó Néstor Di Pierro, director de la empresa en representación de Chubut, que haya inversiones, que sostengan los puestos de trabajo -que es lo que más le preocupa al gobernador Mario Das Neves- y que se avance en nuevos proyectos que permitan generar empleos y más ingresos para la Provincia. En este caso, ya no en la industria petrolera convencional sino en el negocio de las arenas silíceas de la zona del Valle.
 
Positiva
 
La reunión con YPF fue calificada como “positiva” por todas las partes pero hay detalles de las discusiones que no se pueden soslayar. No fue todo color de rosa, ni mucho menos. Por ejemplo, a García y Sergio Bohe, el ministro de Hidrocarburos, les interesaba avanzar en el tema de las “inversiones diferidas” que firmó Buzzi en 2013 y ratificó en 2014.

Según los números del Gobierno, hay 74 millones de dólares que YPF dejó de invertir amparándose en ese diferimiento concedido por el Gobierno anterior. “No fue una sabia decisión y hay que corregirlo”, dijo Bohe cuando le preguntaron por la reunión con los directivos de petrolera de bandera.

La empresa presentó una propuesta el 30 de junio pasado pero no satisfizo a las autoridades del Gobierno. A esos 74 millones de dólares hay que sumarles otros 225 millones de dólares que YPF había comprometido para el próximo trieño, más los 1.000 millones anunciado para el período 2018-2027.

Lo que el Gobierno quiere es adelantar en el tiempo ese nivel de inversiones para que se garanticen puestos de trabajo y también se refuerce el cobro de las regalías, que viene siendo un problema mayúsculo para las cuentas públicas.

Ese aspecto en particular tiene preocupados y atentos a los funcionarios de Economía e Hidrocarburos. A pesar de la caída acumulada, son levemente optimistas porque se proyecta terminar el año con una caída global de la producción de hidrocarburos del orden del 5,5%, mientras la tendencia para el resto de las provincias productoras indica que la baja rondará el 9%.

En la industria petrolera el “mal de muchos no es consuelo de tontos”, sino una manera de ver dónde se está parado para tratar moverse hacia adelante. Según el ministro Bohe, aunque la crisis golpeó duro a Chubut, la industria petrolera todavía tiene un valor determinante. Entre todas las operadoras –con PAE e YPF a la cabeza-, en la Cuenca del Golfo San Jorge del lado de Chubut todavía hay sesenta equipos de perforación, terminación y reparación de pozos en funcionamiento, lo que significa más de los que tienen Neuquén y Santa Cruz en conjunto en la actividad convencional. “No es color rosa, pero evitamos que el panorama sea rojo punzó o negro oscuro”, graficó Bohe durante una entrevista con FM Tiempo Trelew (91.5).
 
Caja de resonancia
 
Con sólo 20,5 millones de dólares liquidados en el mes de junio, las regalías petroleras reflejaron hasta qué punto la provincia puede seguir perdiendo ingresos, indicó un informe publicado estos días por el portal de noticias ADNSUR. Se trata del nivel más bajo de liquidación de regalías desde febrero de 2009, cuando la Provincia recibió 18 millones de dólares.

Según los datos del mercado, los ingresos del primer semestre en concepto de regalías hidrocarburíferas llegaron a 140,9 millones de dólares, pronunciando la caída acumulada en los últimos tres años.

La baja de regalías durante 2017 es más pronunciada, inclusive, comparada con la del año pasado, cuando el precio del barril promedió valores más bajos que los de este año. Esto se explica, claramente, en la menor producción por la crisis de precios. Pero también en fenómenos exógenos como el temporal de nieve de junio pasado o las lluvias de abril, que además causaron una catástrofe en Comodoro Rivadavia.

Mirar el frente petrolero con mayor atención en una etapa de definiciones políticas no es antojadizo. También de este tema les tocará ocuparse –y mucho- a quienes resulten elegidos diputados nacionales en exactamente una semana.
Chubut sigue siendo la principal productora de petróleo de la Argentina y es urgente y determinante que se defienda esa posición. Exigiendo lo que hay que exigir a las operadoras, sentando mejores bases para articular las inversiones que deben hacer, y defendiendo en el escenario nacional los intereses de la provincia.
 
Los ingresos por regalías siguen siendo la principal fuente de recaudación de las cuentas públicas. De ahí salen los fondos para sostener al Estado y pagar los salarios de los miles de empleados públicos. No es poca cosa.

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14 OCT 2017 - 22:20

La crisis petrolera que viene afectando a Chubut no es una novedad. Y aunque no está ni cerca de ser controlada, si hay algo que no se puede hacer es abandonar el partido antes de que termine.

Sin alternativas productivas del volumen petrolero a la vista, con crisis sectoriales similares en otras industrias (pesca, textil, ganadería, etc.) y con la minería en stand-by, el Gobierno provincial se ha propuesto pelear en el terreno para recuperar algo de lo que viene perdiendo el motor económico de la provincia.

La reunión de la semana pasada en Rawson con autoridades de la petrolera estatal YPF transitó por esos carriles. Es la segunda petrolera de Chubut, detrás de PAE, y la que más ha retraído su nivel de inversiones desde que el precio del barril de petróleo se desbarrancó por debajo de los 45 dólares.

Hay que decirlo: no fue una responsabilidad de YPF sino de las autoridades provinciales anteriores, con Martín Buzzi a la cabeza, que en 2014 ratificaron un convenio del año anterior que permitía a las petroleras que actuaban en Chubut diferir su plan de inversiones cuando los ingresos netos por la venta de su crudo se ubicaban por debajo de los 45 dólares por barril.

En la reunión con YPF, el ministro Coordinador, Jerónimo García, les pidió a los cuatro ejecutivos de la compañía, a los que se sumó Néstor Di Pierro, director de la empresa en representación de Chubut, que haya inversiones, que sostengan los puestos de trabajo -que es lo que más le preocupa al gobernador Mario Das Neves- y que se avance en nuevos proyectos que permitan generar empleos y más ingresos para la Provincia. En este caso, ya no en la industria petrolera convencional sino en el negocio de las arenas silíceas de la zona del Valle.
 
Positiva
 
La reunión con YPF fue calificada como “positiva” por todas las partes pero hay detalles de las discusiones que no se pueden soslayar. No fue todo color de rosa, ni mucho menos. Por ejemplo, a García y Sergio Bohe, el ministro de Hidrocarburos, les interesaba avanzar en el tema de las “inversiones diferidas” que firmó Buzzi en 2013 y ratificó en 2014.

Según los números del Gobierno, hay 74 millones de dólares que YPF dejó de invertir amparándose en ese diferimiento concedido por el Gobierno anterior. “No fue una sabia decisión y hay que corregirlo”, dijo Bohe cuando le preguntaron por la reunión con los directivos de petrolera de bandera.

La empresa presentó una propuesta el 30 de junio pasado pero no satisfizo a las autoridades del Gobierno. A esos 74 millones de dólares hay que sumarles otros 225 millones de dólares que YPF había comprometido para el próximo trieño, más los 1.000 millones anunciado para el período 2018-2027.

Lo que el Gobierno quiere es adelantar en el tiempo ese nivel de inversiones para que se garanticen puestos de trabajo y también se refuerce el cobro de las regalías, que viene siendo un problema mayúsculo para las cuentas públicas.

Ese aspecto en particular tiene preocupados y atentos a los funcionarios de Economía e Hidrocarburos. A pesar de la caída acumulada, son levemente optimistas porque se proyecta terminar el año con una caída global de la producción de hidrocarburos del orden del 5,5%, mientras la tendencia para el resto de las provincias productoras indica que la baja rondará el 9%.

En la industria petrolera el “mal de muchos no es consuelo de tontos”, sino una manera de ver dónde se está parado para tratar moverse hacia adelante. Según el ministro Bohe, aunque la crisis golpeó duro a Chubut, la industria petrolera todavía tiene un valor determinante. Entre todas las operadoras –con PAE e YPF a la cabeza-, en la Cuenca del Golfo San Jorge del lado de Chubut todavía hay sesenta equipos de perforación, terminación y reparación de pozos en funcionamiento, lo que significa más de los que tienen Neuquén y Santa Cruz en conjunto en la actividad convencional. “No es color rosa, pero evitamos que el panorama sea rojo punzó o negro oscuro”, graficó Bohe durante una entrevista con FM Tiempo Trelew (91.5).
 
Caja de resonancia
 
Con sólo 20,5 millones de dólares liquidados en el mes de junio, las regalías petroleras reflejaron hasta qué punto la provincia puede seguir perdiendo ingresos, indicó un informe publicado estos días por el portal de noticias ADNSUR. Se trata del nivel más bajo de liquidación de regalías desde febrero de 2009, cuando la Provincia recibió 18 millones de dólares.

Según los datos del mercado, los ingresos del primer semestre en concepto de regalías hidrocarburíferas llegaron a 140,9 millones de dólares, pronunciando la caída acumulada en los últimos tres años.

La baja de regalías durante 2017 es más pronunciada, inclusive, comparada con la del año pasado, cuando el precio del barril promedió valores más bajos que los de este año. Esto se explica, claramente, en la menor producción por la crisis de precios. Pero también en fenómenos exógenos como el temporal de nieve de junio pasado o las lluvias de abril, que además causaron una catástrofe en Comodoro Rivadavia.

Mirar el frente petrolero con mayor atención en una etapa de definiciones políticas no es antojadizo. También de este tema les tocará ocuparse –y mucho- a quienes resulten elegidos diputados nacionales en exactamente una semana.
Chubut sigue siendo la principal productora de petróleo de la Argentina y es urgente y determinante que se defienda esa posición. Exigiendo lo que hay que exigir a las operadoras, sentando mejores bases para articular las inversiones que deben hacer, y defendiendo en el escenario nacional los intereses de la provincia.
 
Los ingresos por regalías siguen siendo la principal fuente de recaudación de las cuentas públicas. De ahí salen los fondos para sostener al Estado y pagar los salarios de los miles de empleados públicos. No es poca cosa.


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