Fito Páez fue el momento culminante en la tercera noche del BA Rock

El músico rosarino Fito Páez fue el número central de la tercera y última noche de la 5° edición del B.A.Rock 2017, en el estadio Malvinas Argentinas, en una noche en la que también destacaron el legendario David Lebón, los demoledores shows de Eruca Sativa y Carajo, y el espíritu festivo de Bersuit Vergarabat y Las Pastillas del Abuelo.

17 OCT 2017 - 9:51 | Actualizado


De esta manera, culminó el regreso del festival, a 25 años de su última entrega, que se caracterizó por las polémicas que despertaron sus abruptos cambios en la grilla, producto de diferencias contractuales con los artistas; la eliminación sin explicación a último momento de uno de sus escenarios, con la consecuente cancelación de varios números; y la censura previa que sufrió el metalero Ricardo Iorio, eliminado del programa por su foto con el líder nacionalista Alejandro Biondini.

Más allá de estas cuestiones que abrieron interrogantes en torno al festival, cabe destacar que el encuentro, que duró tres días, también tuvo su brillo, gracias a la alta calidad de la mayoría de los shows que pudieron verse; a la variedad estilística; al equilibrio entre viejas glorias del rock, grandes figuras y bandas emergente; y a la buena organización dentro del predio, que albergó en su totalidad a unas 26.000 personas a lo largo del evento.

Repartidos en tres escenarios, alrededor de 20 artistas en cada jornada, de cerca de 12 horas, desplegaron shows de entre media hora y 50 minutos, con la posibilidad de montar puesta de luces y gráficos.

En el plano meramente artístico, podría decirse que la última jornada tuvo a Fito Páez como gran protagonista quien, a lo largo de casi una hora, en el principal escenario “La Balsa”, repasó grandes éxitos de su carrera, en un set que osciló entre la furia descarnada de temas como “El diablo de tu corazón” y “Ciudad de pobres corazones”, la dulzura de “Un vestido y un amor” y
“Brillante sobre el mic”, y la algarabía de “Mariposa tecnicolor” y “A rodar mi vida”, entre otros clásicos.

Antes había sido el turno de David Lebón, que celebró sus 65 años con una excelente presentación basada fundamentalmente en clásicos de Serú Girán, con la que dejó en claro que las viejas glorias del rock argentino todavía saben como hacer vibrar a una multitud.

Este virtuoso de la guitarra hizo cantar a los presentes con “Seminare”, “Cuanto tiempo más llevará” y “En la vereda del sol”, entre otros, pero también se puso incendiario con joyas como “Copado por el diablo”, de su primer disco solista, y “Sueltate Rock and Roll”, de Polifemo. 

En tanto, en el estadio techado, en donde se montó el escenario “Artaud”, el trío Eruca Sativa ofreció una memorable actuación, en donde primaron las virtuosas interpretaciones, el carisma y la potencia de una de las mejores propuestas que ofrece en la actualidad el rock argentino.

El toque de color de este set fue dado cuando subió al escenario como invitado Adrián Bar, ex líder de Orion's Beethoven, para una versión de “Toda la noche hasta que salga el sol”, el tema leimotiv del B.A.Rock 1982.

La energía del lugar se mantuvo gracias a otra destacada actuación de Carajo, una vertiente más extrema y menos melódica que sus antecesores, pero con una potencia superlativa y una precisión inusitada para el género.

Como prueba de la variedad estilística mencionada, la tercera jornada también contó con la interesante propuesta de “Militantes del Clímax”, en el escenario alternativo “Signos”, con su mezcla de hip-hop y funk; y con las festivas presentaciones de Bersuit Vergarabat y Las Pastillas del Abuelo.

Más temprano habían pasado por distintos escenarios, propuesta tan variadas como Dancing Mood, La Misissippi, Gran Martell, Pampa Yakuza, Carca, De la Gran Piñata y Zona Ganjah, entre otros.

En la jornada previa, habían desfilado Babasónicos, Los Pericos, Guasones, Massacre, Willy Quiroga, Fabiana Cantilo y Boom Boom Kid, entre otros; mientras que el inicio del festival había tenido como principal atracción a La Vela Puerca, Las Pelotas, Litto Nebbia y Pez, Catupecu Machu y Ricardo Soulé.

Entre uno de los puntos oscuros del festival podría mencionarse la actitud de Sig Ragga que abandonó el escenario de manera abrupta la tarde del domingo al aludir problemas de sonido, acaso los mismos acusados por Fabi Cantilo horas más tarde, quien sin embargo siguió adelante y ofreció un muy buen show.

“Lo lamentamos, no podemos seguir así. Esto es antimusical”, se disculpó el particular grupo santafesino, tras explicar que estaba tocando sin retorno.

Pero en el plano extramusical hubo algunas cuestiones a destacar: los mencionados cambios permanentes en la grilla, lo cual se agravó por la falta de claridad y de información al respecto por parte de los organizadores, y cierta incongruencia entre el hecho de censura sufrido por Iorio y las expresiones públicas de Daniel Ripoll, responsable máximo del encuentro.

En medio del anuncio del domingo de la digitalización de los archivos de la revista Pelo, Ripoll ponderó al rock argentino al destacar que había nacido “bajo la bota de la dictadura” como canal de expresión para quienes buscaban vivir en libertad.
Incluso, la imagen del joven artesano Santiago Maldonado fue proyectada en los escenarios entre cada uno de los shows, junto al reclamo de su aparición con vida; acaso como símbolo de la resistencia que supone el rock ante todo tipo de autoritarismos.

Sin embargo, el organizador no tuvo reparos en bajar de la grilla al prócer metalero, una actitud repudiada por varios músicos, tal el caso de Claudio Marciello y Horcas, que desistieron de actuar en el festival en señal de solidaridad. En tanto, aún se espera el comunicado de León Gieco, quien se sospecha que decidió no tocar por los mismos motivos.

Desde el escenario, la cantante y guitarrista de Eruca Sativa, Lula Bertoldi, también rechazó el gesto de los organizadores al decir que “no hay nada más importante que poder decir lo que uno piensa desde arriba y desde abajo del escenario”.
“Repudiamos todo acto de censura contra cualquier artista”, culminó Bertoldi, en tanto que Fito Páez fue un poco menos explícito al llamar a defender la democracia “con uñas y dientes”.

Más allá de las polémicas, los músicos también celebraron el regreso de este emblemático festival que, al parecer por las afirmaciones de Ripoll, tendrá una nueva edición el año próximo.

17 OCT 2017 - 9:51


De esta manera, culminó el regreso del festival, a 25 años de su última entrega, que se caracterizó por las polémicas que despertaron sus abruptos cambios en la grilla, producto de diferencias contractuales con los artistas; la eliminación sin explicación a último momento de uno de sus escenarios, con la consecuente cancelación de varios números; y la censura previa que sufrió el metalero Ricardo Iorio, eliminado del programa por su foto con el líder nacionalista Alejandro Biondini.

Más allá de estas cuestiones que abrieron interrogantes en torno al festival, cabe destacar que el encuentro, que duró tres días, también tuvo su brillo, gracias a la alta calidad de la mayoría de los shows que pudieron verse; a la variedad estilística; al equilibrio entre viejas glorias del rock, grandes figuras y bandas emergente; y a la buena organización dentro del predio, que albergó en su totalidad a unas 26.000 personas a lo largo del evento.

Repartidos en tres escenarios, alrededor de 20 artistas en cada jornada, de cerca de 12 horas, desplegaron shows de entre media hora y 50 minutos, con la posibilidad de montar puesta de luces y gráficos.

En el plano meramente artístico, podría decirse que la última jornada tuvo a Fito Páez como gran protagonista quien, a lo largo de casi una hora, en el principal escenario “La Balsa”, repasó grandes éxitos de su carrera, en un set que osciló entre la furia descarnada de temas como “El diablo de tu corazón” y “Ciudad de pobres corazones”, la dulzura de “Un vestido y un amor” y
“Brillante sobre el mic”, y la algarabía de “Mariposa tecnicolor” y “A rodar mi vida”, entre otros clásicos.

Antes había sido el turno de David Lebón, que celebró sus 65 años con una excelente presentación basada fundamentalmente en clásicos de Serú Girán, con la que dejó en claro que las viejas glorias del rock argentino todavía saben como hacer vibrar a una multitud.

Este virtuoso de la guitarra hizo cantar a los presentes con “Seminare”, “Cuanto tiempo más llevará” y “En la vereda del sol”, entre otros, pero también se puso incendiario con joyas como “Copado por el diablo”, de su primer disco solista, y “Sueltate Rock and Roll”, de Polifemo. 

En tanto, en el estadio techado, en donde se montó el escenario “Artaud”, el trío Eruca Sativa ofreció una memorable actuación, en donde primaron las virtuosas interpretaciones, el carisma y la potencia de una de las mejores propuestas que ofrece en la actualidad el rock argentino.

El toque de color de este set fue dado cuando subió al escenario como invitado Adrián Bar, ex líder de Orion's Beethoven, para una versión de “Toda la noche hasta que salga el sol”, el tema leimotiv del B.A.Rock 1982.

La energía del lugar se mantuvo gracias a otra destacada actuación de Carajo, una vertiente más extrema y menos melódica que sus antecesores, pero con una potencia superlativa y una precisión inusitada para el género.

Como prueba de la variedad estilística mencionada, la tercera jornada también contó con la interesante propuesta de “Militantes del Clímax”, en el escenario alternativo “Signos”, con su mezcla de hip-hop y funk; y con las festivas presentaciones de Bersuit Vergarabat y Las Pastillas del Abuelo.

Más temprano habían pasado por distintos escenarios, propuesta tan variadas como Dancing Mood, La Misissippi, Gran Martell, Pampa Yakuza, Carca, De la Gran Piñata y Zona Ganjah, entre otros.

En la jornada previa, habían desfilado Babasónicos, Los Pericos, Guasones, Massacre, Willy Quiroga, Fabiana Cantilo y Boom Boom Kid, entre otros; mientras que el inicio del festival había tenido como principal atracción a La Vela Puerca, Las Pelotas, Litto Nebbia y Pez, Catupecu Machu y Ricardo Soulé.

Entre uno de los puntos oscuros del festival podría mencionarse la actitud de Sig Ragga que abandonó el escenario de manera abrupta la tarde del domingo al aludir problemas de sonido, acaso los mismos acusados por Fabi Cantilo horas más tarde, quien sin embargo siguió adelante y ofreció un muy buen show.

“Lo lamentamos, no podemos seguir así. Esto es antimusical”, se disculpó el particular grupo santafesino, tras explicar que estaba tocando sin retorno.

Pero en el plano extramusical hubo algunas cuestiones a destacar: los mencionados cambios permanentes en la grilla, lo cual se agravó por la falta de claridad y de información al respecto por parte de los organizadores, y cierta incongruencia entre el hecho de censura sufrido por Iorio y las expresiones públicas de Daniel Ripoll, responsable máximo del encuentro.

En medio del anuncio del domingo de la digitalización de los archivos de la revista Pelo, Ripoll ponderó al rock argentino al destacar que había nacido “bajo la bota de la dictadura” como canal de expresión para quienes buscaban vivir en libertad.
Incluso, la imagen del joven artesano Santiago Maldonado fue proyectada en los escenarios entre cada uno de los shows, junto al reclamo de su aparición con vida; acaso como símbolo de la resistencia que supone el rock ante todo tipo de autoritarismos.

Sin embargo, el organizador no tuvo reparos en bajar de la grilla al prócer metalero, una actitud repudiada por varios músicos, tal el caso de Claudio Marciello y Horcas, que desistieron de actuar en el festival en señal de solidaridad. En tanto, aún se espera el comunicado de León Gieco, quien se sospecha que decidió no tocar por los mismos motivos.

Desde el escenario, la cantante y guitarrista de Eruca Sativa, Lula Bertoldi, también rechazó el gesto de los organizadores al decir que “no hay nada más importante que poder decir lo que uno piensa desde arriba y desde abajo del escenario”.
“Repudiamos todo acto de censura contra cualquier artista”, culminó Bertoldi, en tanto que Fito Páez fue un poco menos explícito al llamar a defender la democracia “con uñas y dientes”.

Más allá de las polémicas, los músicos también celebraron el regreso de este emblemático festival que, al parecer por las afirmaciones de Ripoll, tendrá una nueva edición el año próximo.


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