La AFA sigue en deuda con el Interior profundo

La semana pasada, la AFA anunció un superávit de 100 millones de pesos. En contrapartida, los clubes del Federal B, los más modestos en la escala nacional, continúan brindando millones y millones de pesos a Viamonte 1366. Por aranceles por jugar y por pago de arbitrajes, los clubes habrán pagado al final de la fase inicial del TFB, más de 23 millones de pesos.

23 OCT 2017 - 21:40 | Actualizado

El jueves pasado, la Asociación del Fútbol Argentino, en la voz de su presidente Claudio "Chiqui" Tapia, anunció que la casa madre del fútbol argentino tenía superávit de cien millones de pesos. En síntesis, son los ingresos de AFA comparados con los egresos y las deudas de la entidad.

La AFA no es una sociedad anónima. Es una entidad civil sin fines de lucro. Si se tratase de una empresa, podría decirse que son ganancias. Pero como entidad civil sin fines de lucro, la AFA no persigue la ganancia. Su fin último es el desarrollo del deporte

Como contrapartida, se observa como los clubes del Federal B, uno de los escalones más vulnerables del fútbol argentino, continúan aportando sumas millonarias a las arcas afistas a través del Consejo Federal.

Se aprecia como las instituciones del Interior profundo, claves para la elección de Tapia como presidente, continúan sosteniendo la estructura del balompié, a costa de sangre, sudor, lágrimas y muchos billetes.

Mar de millones

Por citar ejemplos, esos cien millones de pesos pueden aliviar las tesorerías de los clubes que compiten en el Federal B. En concepto de aranceles por participar e importes por arbitrajes, los 160 clubes del TFB habrán aportado la suma de $23.265190, tras el final de la primera fase. De esa suma, $7.130.000 es el canon por jugar el Federal B. El resto son los importes arbitrales. Esto no incluye los viáticos ni las estadías de los referís en la zona donde dirijan, dado que es un aporte que varía fecha a fecha.

Si la AFA absorbiese este dinero, los 160 clubes del TFB estarían más aliviados a nivel económico. Podrían destinar el dinero a sueldos, obras o a costear los gastos de seguridad y ambulancia que demandan los partidos afistas.

Los clubes de Primera División y Primera B Nacional, vale remarcarlo, no hacen estos aportes a la AFA. La entidad de Viamonte 1366 corre con estos gastos. Inclusive, según se desprende de una reciente nota en La Nación, hasta las pelotas cubre la AFA.

Aquí, en el Interior profundo, tal como indicó Jornada el 5 de octubre, los clubes compran los balones. De hecho, el CF emitió una circular que los obliga a cambiar de balón a mediados de torneo, en un movimiento de dinero que rondará los $6.400.000

Gastos médicos

Un uso complementario de los $100 millones de superavit es la contratación de un servicio médico que permita realizar estudios a cada futbolista que compita en la órbita del Consejo Federal. Hay un antecedente muy cercano en el tiempo que justifica este destino para el dinero sobrante.

El 17 de septiembre, Georgina Gálvez, jugadora del seleccionado de Las Flores, falleció tras haberse descompensado en pleno precalentamiento del partido ante La Plata, válido por la eliminatoria del Nacional femenino.

Un chequeo médico exhaustivo a cada jugador, tal como impone la Unión Argentina de Rugby, es la meta que debe lograrse.

Estudios tales como electrocardiogamas y ergometrías, no deben ser un imposible. El apto médico es un mero cumplimiento burocático. Con 100 millones de superavit, que implica en la práctica un flujo superior de dinero, no debe ser un problema para la AFA, que evidentemente atraviesa épocas de vacas gordas.

Claudio Tapia arribó a la presidencia de la AFA por el impulso brindado desde el Interior. Los 12 asambleístas que el Interior profundo tenía en ese momento, apoyaron en bloque la candidatura de Tapia. Esos apoyos fueron determinantes en el posterior ascenso de "Chiqui" al sillón presidencial. Ese respaldo forzó incluso a Daniel Angelici, presidente de Boca y hombre de confianza del presidente de la República, a avalar a Tapia.

El Interior hizo una enorme apuesta al proyecto de Tapia. Es momento de que dicha confianza, sin la cual hoy no sería presidente, sea recompensada como corresponde.

En épocas de propsperidad, el Interior no puede seguir desangrándose en aras de jugar al fútbol. #

Enterate de las noticias de DEPORTES a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
23 OCT 2017 - 21:40

El jueves pasado, la Asociación del Fútbol Argentino, en la voz de su presidente Claudio "Chiqui" Tapia, anunció que la casa madre del fútbol argentino tenía superávit de cien millones de pesos. En síntesis, son los ingresos de AFA comparados con los egresos y las deudas de la entidad.

La AFA no es una sociedad anónima. Es una entidad civil sin fines de lucro. Si se tratase de una empresa, podría decirse que son ganancias. Pero como entidad civil sin fines de lucro, la AFA no persigue la ganancia. Su fin último es el desarrollo del deporte

Como contrapartida, se observa como los clubes del Federal B, uno de los escalones más vulnerables del fútbol argentino, continúan aportando sumas millonarias a las arcas afistas a través del Consejo Federal.

Se aprecia como las instituciones del Interior profundo, claves para la elección de Tapia como presidente, continúan sosteniendo la estructura del balompié, a costa de sangre, sudor, lágrimas y muchos billetes.

Mar de millones

Por citar ejemplos, esos cien millones de pesos pueden aliviar las tesorerías de los clubes que compiten en el Federal B. En concepto de aranceles por participar e importes por arbitrajes, los 160 clubes del TFB habrán aportado la suma de $23.265190, tras el final de la primera fase. De esa suma, $7.130.000 es el canon por jugar el Federal B. El resto son los importes arbitrales. Esto no incluye los viáticos ni las estadías de los referís en la zona donde dirijan, dado que es un aporte que varía fecha a fecha.

Si la AFA absorbiese este dinero, los 160 clubes del TFB estarían más aliviados a nivel económico. Podrían destinar el dinero a sueldos, obras o a costear los gastos de seguridad y ambulancia que demandan los partidos afistas.

Los clubes de Primera División y Primera B Nacional, vale remarcarlo, no hacen estos aportes a la AFA. La entidad de Viamonte 1366 corre con estos gastos. Inclusive, según se desprende de una reciente nota en La Nación, hasta las pelotas cubre la AFA.

Aquí, en el Interior profundo, tal como indicó Jornada el 5 de octubre, los clubes compran los balones. De hecho, el CF emitió una circular que los obliga a cambiar de balón a mediados de torneo, en un movimiento de dinero que rondará los $6.400.000

Gastos médicos

Un uso complementario de los $100 millones de superavit es la contratación de un servicio médico que permita realizar estudios a cada futbolista que compita en la órbita del Consejo Federal. Hay un antecedente muy cercano en el tiempo que justifica este destino para el dinero sobrante.

El 17 de septiembre, Georgina Gálvez, jugadora del seleccionado de Las Flores, falleció tras haberse descompensado en pleno precalentamiento del partido ante La Plata, válido por la eliminatoria del Nacional femenino.

Un chequeo médico exhaustivo a cada jugador, tal como impone la Unión Argentina de Rugby, es la meta que debe lograrse.

Estudios tales como electrocardiogamas y ergometrías, no deben ser un imposible. El apto médico es un mero cumplimiento burocático. Con 100 millones de superavit, que implica en la práctica un flujo superior de dinero, no debe ser un problema para la AFA, que evidentemente atraviesa épocas de vacas gordas.

Claudio Tapia arribó a la presidencia de la AFA por el impulso brindado desde el Interior. Los 12 asambleístas que el Interior profundo tenía en ese momento, apoyaron en bloque la candidatura de Tapia. Esos apoyos fueron determinantes en el posterior ascenso de "Chiqui" al sillón presidencial. Ese respaldo forzó incluso a Daniel Angelici, presidente de Boca y hombre de confianza del presidente de la República, a avalar a Tapia.

El Interior hizo una enorme apuesta al proyecto de Tapia. Es momento de que dicha confianza, sin la cual hoy no sería presidente, sea recompensada como corresponde.

En épocas de propsperidad, el Interior no puede seguir desangrándose en aras de jugar al fútbol. #


NOTICIAS RELACIONADAS