Atención con lo que sueñas, porque puede cumplirse

Opinión/Supuestos básicos.

11 NOV 2017 - 20:28 | Actualizado

Por Daniela Patricia Almirón*

Las historias que se narran, exponen y se deconstruyen y construyen en las mesas de mediación están llenas de vida, amor, dolor, sorpresa, aciertos, éxitos, frustraciones. Son en carne viva para los mediadores y los mediados. En el espacio profesional necesitamos compartirlas, intercambiar ideas en la confidencialidad, para poder crecer en nuestro trabajo profesional y así ayudar mejor a los que buscan un mediador para construir nuevos relatos del conflicto y que ahora incluyan soluciones. En los ámbitos académicos se trabaja en casos reales y en revistas especializadas se abordan desde diferentes ópticas. Trabajar con casos reales resguardando la confidencialidad y centrándonos en la naturaleza de los conflictos analizados, ayuda a los mediadores en su capacitación continua. Es una manera de reflexionar y reflexionarnos en el uso de las herramientas y recursos. En cómo impactó en nosotros.
Los mediadores argentinos contamos con la posibilidad desde hace más de veinte años de trabajar en mediación, porque se ha desarrollado a lo largo y ancho del país. Ese vivir en mediación deseaba compartirlo y así se gestó con la ayuda de colegas y nació: “Mediación en el mundo: Relatos circulares de casos de mediación en distintas latitudes”, editado por la Fundación Editora Notarial.
Este libro es un recorrido por diferentes lugares en el mundo a través de sus autores: Patricia y María Teresa desde Málaga; Yamila desde La Habana; Oscar con su equipo y Aidá desde Catalunya; Paola, Hilvia y Sofía desde México; Graciela desde Buenos Aires; Ulf desde Neuquén; Gladys, Silvia, Ángeles, Carla Lucía y quien escribe desde Puerto Madryn. Todos ellos mediadores amigos, comprometidos con su trabajo y vocación en los diversos ámbitos en los que desarrollan su profesión. Compartir entre mediadores y hacia afuera lo que sucede en el espacio de mediación, es una forma de hacer saber los beneficios no sólo de la mediación, sino de los métodos dialogales conducidos y acompañados por un tercero neutral. Un proceso que es un puente de acercamiento en la distancia de las individuales y saludables diferencias.
Es alentador advertir que, en todo el mundo, en nuestro planeta Tierra al mismo tiempo, en simultáneo, cientos de mediadores están conduciendo mediaciones, facilitaciones, están ayudando efectiva y concretamente para la Paz.
El propósito del libro es mostrar este trabajo en las diferentes latitudes. Fueron invitados a escribir desde sus propias idiosincrasias y contextos institucionales, cambiando nombres y datos en vista de la confidencialidad, por ello el colorido del lenguaje que se encontrará en cada relato. Así han resultado narraciones sensibles, variadas en los temas y muy vitales. Son historias humanas tal como propone Jacqueline Marineau, pensar la mediación de manera humanista y humanitaria. Ella Invita a trabajar con nuestro interior, con nuestras propias emociones y energía. Se trata de un profesional ocupado en su yo interior, no un súper humano, sino un responsable humano con sí mismo. El mediador tiene un trabajo con sí mismo, con la palabra y la reflexión sobre la tarea. Humberto Maturana lo describe muy bien al decir “Todo acto humano tiene lugar en el lenguaje. Todo acto en el lenguaje trae a la mano el mundo que se crea con otros en el acto de convivencia queda origen a lo humano; por esto, todo acto humano tiene sentido ético. Este amarre de lo humano a lo humano es, en último término, el fundamento de toda ética como reflexión sobre la legitimidad de la presencia de otro.” …La reflexión es un proceso de conocer cómo conocemos, un acto de volvernos sobre nosotros mismos, la única oportunidad que tenemos de descubrir nuestras cegueras, y de reconocer que las certidumbres y los conocimientos de los otros son, respectivamente, tan abrumadoras y tan tenues como los nuestros.”
La doctrina no ha sido el objetivo principal. Cada caso relatado es un aporte doctrinario en sí mismo. Se respetan en todos los casos las reglas básicas de un proceso dialogal de solución de conflictos: Voluntariedad como conformidad con el espacio, con el proceso y con los mediadores. Confidencialidad. Protagonismo de las partes mediadas. Fortalecimiento de sus decisiones y autonomía. Consideración por su dolor. Por ese dolor que cada mediado lleva a mediación por el malestar que lo atraviesa. Paciencia. Buen trato. Aprecio por la expresión de cada uno. Respeto por sus decisiones. Respeto por su lengua y cultura.
El corolario es un recorrido intenso, profundo, amoroso, respetuoso y de gran profesionalismo, de casos reales trabajados en mediación por mediadores en el mundo. Este que habitamos y tenemos la oportunidad de cuidar, en los vínculos, para que sean más saludables y así aportar desde nuestro valioso lugar, salud y paz al mundo. #

(*) Daniela Patricia Almirón es abogada y mediadora.

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11 NOV 2017 - 20:28

Por Daniela Patricia Almirón*

Las historias que se narran, exponen y se deconstruyen y construyen en las mesas de mediación están llenas de vida, amor, dolor, sorpresa, aciertos, éxitos, frustraciones. Son en carne viva para los mediadores y los mediados. En el espacio profesional necesitamos compartirlas, intercambiar ideas en la confidencialidad, para poder crecer en nuestro trabajo profesional y así ayudar mejor a los que buscan un mediador para construir nuevos relatos del conflicto y que ahora incluyan soluciones. En los ámbitos académicos se trabaja en casos reales y en revistas especializadas se abordan desde diferentes ópticas. Trabajar con casos reales resguardando la confidencialidad y centrándonos en la naturaleza de los conflictos analizados, ayuda a los mediadores en su capacitación continua. Es una manera de reflexionar y reflexionarnos en el uso de las herramientas y recursos. En cómo impactó en nosotros.
Los mediadores argentinos contamos con la posibilidad desde hace más de veinte años de trabajar en mediación, porque se ha desarrollado a lo largo y ancho del país. Ese vivir en mediación deseaba compartirlo y así se gestó con la ayuda de colegas y nació: “Mediación en el mundo: Relatos circulares de casos de mediación en distintas latitudes”, editado por la Fundación Editora Notarial.
Este libro es un recorrido por diferentes lugares en el mundo a través de sus autores: Patricia y María Teresa desde Málaga; Yamila desde La Habana; Oscar con su equipo y Aidá desde Catalunya; Paola, Hilvia y Sofía desde México; Graciela desde Buenos Aires; Ulf desde Neuquén; Gladys, Silvia, Ángeles, Carla Lucía y quien escribe desde Puerto Madryn. Todos ellos mediadores amigos, comprometidos con su trabajo y vocación en los diversos ámbitos en los que desarrollan su profesión. Compartir entre mediadores y hacia afuera lo que sucede en el espacio de mediación, es una forma de hacer saber los beneficios no sólo de la mediación, sino de los métodos dialogales conducidos y acompañados por un tercero neutral. Un proceso que es un puente de acercamiento en la distancia de las individuales y saludables diferencias.
Es alentador advertir que, en todo el mundo, en nuestro planeta Tierra al mismo tiempo, en simultáneo, cientos de mediadores están conduciendo mediaciones, facilitaciones, están ayudando efectiva y concretamente para la Paz.
El propósito del libro es mostrar este trabajo en las diferentes latitudes. Fueron invitados a escribir desde sus propias idiosincrasias y contextos institucionales, cambiando nombres y datos en vista de la confidencialidad, por ello el colorido del lenguaje que se encontrará en cada relato. Así han resultado narraciones sensibles, variadas en los temas y muy vitales. Son historias humanas tal como propone Jacqueline Marineau, pensar la mediación de manera humanista y humanitaria. Ella Invita a trabajar con nuestro interior, con nuestras propias emociones y energía. Se trata de un profesional ocupado en su yo interior, no un súper humano, sino un responsable humano con sí mismo. El mediador tiene un trabajo con sí mismo, con la palabra y la reflexión sobre la tarea. Humberto Maturana lo describe muy bien al decir “Todo acto humano tiene lugar en el lenguaje. Todo acto en el lenguaje trae a la mano el mundo que se crea con otros en el acto de convivencia queda origen a lo humano; por esto, todo acto humano tiene sentido ético. Este amarre de lo humano a lo humano es, en último término, el fundamento de toda ética como reflexión sobre la legitimidad de la presencia de otro.” …La reflexión es un proceso de conocer cómo conocemos, un acto de volvernos sobre nosotros mismos, la única oportunidad que tenemos de descubrir nuestras cegueras, y de reconocer que las certidumbres y los conocimientos de los otros son, respectivamente, tan abrumadoras y tan tenues como los nuestros.”
La doctrina no ha sido el objetivo principal. Cada caso relatado es un aporte doctrinario en sí mismo. Se respetan en todos los casos las reglas básicas de un proceso dialogal de solución de conflictos: Voluntariedad como conformidad con el espacio, con el proceso y con los mediadores. Confidencialidad. Protagonismo de las partes mediadas. Fortalecimiento de sus decisiones y autonomía. Consideración por su dolor. Por ese dolor que cada mediado lleva a mediación por el malestar que lo atraviesa. Paciencia. Buen trato. Aprecio por la expresión de cada uno. Respeto por sus decisiones. Respeto por su lengua y cultura.
El corolario es un recorrido intenso, profundo, amoroso, respetuoso y de gran profesionalismo, de casos reales trabajados en mediación por mediadores en el mundo. Este que habitamos y tenemos la oportunidad de cuidar, en los vínculos, para que sean más saludables y así aportar desde nuestro valioso lugar, salud y paz al mundo. #

(*) Daniela Patricia Almirón es abogada y mediadora.


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