Expertos extranjeros avalan la teoría cubana sobre ataque sonoro

Especialistas de varias naciones, incluyendo a Estados Unidos, avalaron anoche la teoría sostenida por expertos cubanos de que no hay evidencias probadas de los supuestos "ataques acústicos" que afectaron a 24 diplomáticos norteamericanos en Cuba, lo cual puso en incómoda posición al gobierno del presidente Donald Trump.

17 NOV 2017 - 9:14 | Actualizado


Los especialistas participaron en un foro online convocado por un comité de expertos cubanos que ha investigado los presuntos ataques para "intercambiar información y opiniones con la comunidad científica internacional u otros actores interesados".

Uno de los participantes en el encuentro, el psicólogo del Laboratorio de Percepción y Cognición Auditiva de la Universidad de Minnesota, Andrew Oxenham, dijo que no puede explicarse que la enfermedad y la pérdida de audición estén relacionadas con un sonido.

Según Estados Unidos, los "ataques" tuvieron lugar entre noviembre de 2016 y agosto de 2017 y provocaron pérdida auditiva, náuseas, mareos, dolor facial, dolor abdominal, problemas cognitivos y daños cerebrales a una veintena de su personal en la embajada de La Habana.

"No hay forma de que un dispositivo acústico cause daño usando sonidos inaudibles" opinó Oxenham y afirmó que resulta "imposible estimular al oído interno de una manera que ocasione lesiones, cuando la única forma sería a través de la distorsión".

"Eso provocaría que el sonido fuera claramente audible y también visible el tamaño de los altavoces necesarios para generar un infrasonido como ese", señaló ese especialista, citado por la agencia de noticias EFE.

Desde la perspectiva del sociólogo neozelandés Robert Bartholomew, autor de "¡Brote! La enciclopedia del comportamiento social extraordinario", la posibilidad de una "histeria masiva ciertamente está en juego".

"Es muy posible que todo haya sido naturaleza psicogénica, ya que la mayoría de los síntomas son dolores de cabeza y mareos", apuntó.

Por su parte, la directora del programa de audiología en la Universidad de Texas, Collen Le Prell, consideró que la aparición repentina de pérdida de audición sin que exista una fuente audible es "muy inusual".

El sitio web de la Red Cubana de la Ciencia, que promovió el debate, reprodujo la opinión del profesor en la Universidad de Oxford, Robin O. Cleveland, quien aseguró que el sonido tendría que llegar directamente al tejido cerebral, siguiendo el mismo principio de los equipos de ultrasonido para causar daños, ya que si existe aire entre el cuerpo y el sonido, este no puede atravesarlo.

Expertos cubanos expusieron recientemente resultados preliminares de una investigación -todavía en curso- sobre los supuestos "ataques acústicos", según los cuales no han encontrado evidencias que corroboren esos hechos, ni se han identificado posibles autores.

El extraño episodio tensó aún más la relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que se vieron afectadas desde la asunción de Trump, contrario al deshielo que impulsó su antecesor Barack Obama.

El hecho hizo que Estados Unidos considerara a la isla como un lugar inseguro para sus diplomáticos por lo que a finales de septiembre ordenó la salida del 60 % de sus funcionarios en la embajada de La Habana, además de expulsar a 17 diplomáticos cubanos de Washington para nivelar las legaciones.

17 NOV 2017 - 9:14


Los especialistas participaron en un foro online convocado por un comité de expertos cubanos que ha investigado los presuntos ataques para "intercambiar información y opiniones con la comunidad científica internacional u otros actores interesados".

Uno de los participantes en el encuentro, el psicólogo del Laboratorio de Percepción y Cognición Auditiva de la Universidad de Minnesota, Andrew Oxenham, dijo que no puede explicarse que la enfermedad y la pérdida de audición estén relacionadas con un sonido.

Según Estados Unidos, los "ataques" tuvieron lugar entre noviembre de 2016 y agosto de 2017 y provocaron pérdida auditiva, náuseas, mareos, dolor facial, dolor abdominal, problemas cognitivos y daños cerebrales a una veintena de su personal en la embajada de La Habana.

"No hay forma de que un dispositivo acústico cause daño usando sonidos inaudibles" opinó Oxenham y afirmó que resulta "imposible estimular al oído interno de una manera que ocasione lesiones, cuando la única forma sería a través de la distorsión".

"Eso provocaría que el sonido fuera claramente audible y también visible el tamaño de los altavoces necesarios para generar un infrasonido como ese", señaló ese especialista, citado por la agencia de noticias EFE.

Desde la perspectiva del sociólogo neozelandés Robert Bartholomew, autor de "¡Brote! La enciclopedia del comportamiento social extraordinario", la posibilidad de una "histeria masiva ciertamente está en juego".

"Es muy posible que todo haya sido naturaleza psicogénica, ya que la mayoría de los síntomas son dolores de cabeza y mareos", apuntó.

Por su parte, la directora del programa de audiología en la Universidad de Texas, Collen Le Prell, consideró que la aparición repentina de pérdida de audición sin que exista una fuente audible es "muy inusual".

El sitio web de la Red Cubana de la Ciencia, que promovió el debate, reprodujo la opinión del profesor en la Universidad de Oxford, Robin O. Cleveland, quien aseguró que el sonido tendría que llegar directamente al tejido cerebral, siguiendo el mismo principio de los equipos de ultrasonido para causar daños, ya que si existe aire entre el cuerpo y el sonido, este no puede atravesarlo.

Expertos cubanos expusieron recientemente resultados preliminares de una investigación -todavía en curso- sobre los supuestos "ataques acústicos", según los cuales no han encontrado evidencias que corroboren esos hechos, ni se han identificado posibles autores.

El extraño episodio tensó aún más la relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que se vieron afectadas desde la asunción de Trump, contrario al deshielo que impulsó su antecesor Barack Obama.

El hecho hizo que Estados Unidos considerara a la isla como un lugar inseguro para sus diplomáticos por lo que a finales de septiembre ordenó la salida del 60 % de sus funcionarios en la embajada de La Habana, además de expulsar a 17 diplomáticos cubanos de Washington para nivelar las legaciones.


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