Profesionalizar el Federal B es sinónimo de ajuste

El jueves, con la sidra y el pan dulce en la mano, se deslizó la posibilidad de profesionalizar el torneo. Una minoría de los 160 equipos puede sostener un régimen profesional, con contratos y aportes a la ANSES. Si hay baja de equipos, las finanzas del Consejo Federal se perjudicarán.

Germinal de Rawson y Racing Club de Trelew, dos de los 160 equipos que compiten en el Federal B.
30 DIC 2017 - 21:13 | Actualizado

El jueves en el Consejo Federal, se deslizó la posibilidad de profesionalizar el Federal B.

Sería un acto de estricta justicia, esencialmente para los jugadores que compiten en dicho torneo. Los igualaría con sus pares de la Primera C, que dio el salto al profesionalismo en 2013.

Sin embargo, tal como está planteada, es una idea contradictoria que hace agua.

Para aplicar un esquema profesional, sería necesario un ajuste que marginará del torneo a la inmensa mayoría de los clubes. Y ese ajuste perjudicaría a las finanzas del propio Consejo Federal.

El ajuste

Iniciar la era profesional en el Federal B implica más gastos para los clubes, que no aspiran a tener que desembolsar más dinero. Por lo bajo, los dirigentes lo afirmaron en el pasado y lo afirman ahora.

Las instituciones participantes hoy pagan por arbitrajes, servicios de ambulancia, pelotas y policías sin subsidio alguno. Eso, sin contar los aportes al Consejo Federal, que rozan los $5.000 por partido jugado en condición de local.

A eso habrá que sumar los giros a la ANSES. Profesionalizar la categoría implica que los jugadores firmen contratos. Es decir, se convertirían en trabajadores formales. Y como tales, recibirán aportes jubilatorios. ¿Quiénes deben aportar a la ANSES? Los clubes.

También deberán contratar para el cuidado de los estadios sí o sí a personal nucelado en la Utedyc, el sindicato de los trabajadores de cancha.

Las mismas instituciones que en su mayoría hacen malabares para pagar los ítems actuales, deberán abonar más dinero. Vale remarcar que el grueso de clubes ha sido intimado por el CF por las deudas que poseen, en materia de aranceles y arbitrajes.

Ejemplos concretos

Esto evidencia que una minoría de equipos posee la espalda financiera suficiente para soportar las cargas de un régimen profesional.

Ir a algunos ejemplos concretos en Patagonia es lo más conveniente. Los tres equipos fueguinos, Los Cuervos de Ushuaia, Victoria y Camioneros de Río Negro son esencialmente amateurs.

Un salto al profesionalismo implica la deserción del torneo para estos clubes. No pueden afrontarlo.

La misma circunstancia es aplicable a Estrella Norte de Caleta Olivia, que solamente ganó un partido en toda la campaña federal.

Independiente de Río Colorado o Deportivo Villalonga se las ingenian para subsistir con módicos presupuestos temporada a temporada.

Así ocurre con el grueso de conjuntos que participan en el Federal B a lo largo y ancho de la Argentina.

Consecuencias

Si hay deserciones de equipos, las distancias a recorrer, aumentarán para los participantes. Pero surge otra conclusión. Con menos clubes en competencia, el Consejo Federal recaudará menos dinero. Resignará cuantiosos ingresos de un torneo que es la base financiera de los números del CF.

Dado que el nuevo concepto reinante es que el Consejo Federal no reciba financiamiento de AFA, reducir la cantidad de equipos en el Federal B equivale hoy a resignar dinero.

La profesionalización del Federal B es un debate que debe darse en profundidad. Los futbolistas del Interior profundo merecen los mismos derechos que poseen sus pares metropolitanos.

Por esa misma circunstancia, es una idea que no puede ni debe debatirse con el pan dulce y la sidra en la mano.

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Germinal de Rawson y Racing Club de Trelew, dos de los 160 equipos que compiten en el Federal B.
30 DIC 2017 - 21:13

El jueves en el Consejo Federal, se deslizó la posibilidad de profesionalizar el Federal B.

Sería un acto de estricta justicia, esencialmente para los jugadores que compiten en dicho torneo. Los igualaría con sus pares de la Primera C, que dio el salto al profesionalismo en 2013.

Sin embargo, tal como está planteada, es una idea contradictoria que hace agua.

Para aplicar un esquema profesional, sería necesario un ajuste que marginará del torneo a la inmensa mayoría de los clubes. Y ese ajuste perjudicaría a las finanzas del propio Consejo Federal.

El ajuste

Iniciar la era profesional en el Federal B implica más gastos para los clubes, que no aspiran a tener que desembolsar más dinero. Por lo bajo, los dirigentes lo afirmaron en el pasado y lo afirman ahora.

Las instituciones participantes hoy pagan por arbitrajes, servicios de ambulancia, pelotas y policías sin subsidio alguno. Eso, sin contar los aportes al Consejo Federal, que rozan los $5.000 por partido jugado en condición de local.

A eso habrá que sumar los giros a la ANSES. Profesionalizar la categoría implica que los jugadores firmen contratos. Es decir, se convertirían en trabajadores formales. Y como tales, recibirán aportes jubilatorios. ¿Quiénes deben aportar a la ANSES? Los clubes.

También deberán contratar para el cuidado de los estadios sí o sí a personal nucelado en la Utedyc, el sindicato de los trabajadores de cancha.

Las mismas instituciones que en su mayoría hacen malabares para pagar los ítems actuales, deberán abonar más dinero. Vale remarcar que el grueso de clubes ha sido intimado por el CF por las deudas que poseen, en materia de aranceles y arbitrajes.

Ejemplos concretos

Esto evidencia que una minoría de equipos posee la espalda financiera suficiente para soportar las cargas de un régimen profesional.

Ir a algunos ejemplos concretos en Patagonia es lo más conveniente. Los tres equipos fueguinos, Los Cuervos de Ushuaia, Victoria y Camioneros de Río Negro son esencialmente amateurs.

Un salto al profesionalismo implica la deserción del torneo para estos clubes. No pueden afrontarlo.

La misma circunstancia es aplicable a Estrella Norte de Caleta Olivia, que solamente ganó un partido en toda la campaña federal.

Independiente de Río Colorado o Deportivo Villalonga se las ingenian para subsistir con módicos presupuestos temporada a temporada.

Así ocurre con el grueso de conjuntos que participan en el Federal B a lo largo y ancho de la Argentina.

Consecuencias

Si hay deserciones de equipos, las distancias a recorrer, aumentarán para los participantes. Pero surge otra conclusión. Con menos clubes en competencia, el Consejo Federal recaudará menos dinero. Resignará cuantiosos ingresos de un torneo que es la base financiera de los números del CF.

Dado que el nuevo concepto reinante es que el Consejo Federal no reciba financiamiento de AFA, reducir la cantidad de equipos en el Federal B equivale hoy a resignar dinero.

La profesionalización del Federal B es un debate que debe darse en profundidad. Los futbolistas del Interior profundo merecen los mismos derechos que poseen sus pares metropolitanos.

Por esa misma circunstancia, es una idea que no puede ni debe debatirse con el pan dulce y la sidra en la mano.


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