Hasta 7 años de cárcel para grupo que vendía drogas en Comodoro y Rada Tilly
Se trata de cinco sujetos que comerciaban por teléfono y usando delivery. Decomisaron varios vehículos que usaban para operar. Algunos son adictos pero los jueces consideraron que la cantidad de droga excedía el consumo personal. Los detalles de la sentencia.
Por Rolando Tobarez / Twitter: @rtobarez
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a cinco sujetos por comercio de cocaína y marihuana en esa ciudad petrolera y en Rada Tilly. Luciano Nicolás Barrojo fue sentenciado a cuatro años de prisión y $ 4.000 de multa; Ángel Andrés Perrone y Luciano Alberto Farías, a cinco años de prisión y $ 4.000 de multa; Jonatan Gustavo Ledesma a 7 años de prisión y multa de $4.500, y Daniel Alejandro Agüero, a cuatro años de cárcel y $.3000 de multa.
Los jueces Enrique Guanziroli, Nora Cabrera de Monella y Luis Giménez dispusieron el decomiso de dos camionetas Toyota Hilux, un VW Bora, un Fiat Punto, un Toyota Corolla, una Ecosport, un Gol y una VW Fox. Son los vehículos que el grupo usó para repartir estupefaciente o bien compró con la plata que ganó.
La madrugada del 13 de junio de 2014, en Rada Tilly, la Guardia Urbana detuvo una camioneta Toyota Hilux por circular en actitud sospechosa en un paraje aislado. Iba Barrojo. En el respaldo del asiento del acompañante hallaron marihuana, un cilindro con cocaína y un frasco de vidrio con flores de cannabis.
De la pericia a su celular surgió el comercio de droga con dos proveedores. El dato fue confirmado por vigilancias, seguimientos e informes.
Barrojo vendía al modo delivery, desde su casa o desde un VW Vento. Llegaba al encuentro de otro vehículo, subía por el lado del acompañante, hacía un rápido contacto con el conductor y volvía a su auto. También llegaban autos a su domicilio en Rada Tilly o a un galpón. En esa casa se halló un tupper con semillas de cannabis y efectivo. También cocaína pura para 32 mil dosis.
Se abastecía con Perrone, del barrio “de los bolivianos”, quien junto con Farías vendían tóxicos. Le compraban a Ledesma. Agüero colaboraban en la venta y la recolección del dinero.
La madrugada del 31 de diciembre de 2014, un allanamiento secuestró 12 ladrillos de marihuana de un kilo cada uno, suficiente para casi 180 mil dosis, y 1.275 tizas de cocaína (más de 12 kilos) en un departamento de pasaje Los Patos del barrio Jorge Newbery, además de balanza, rallador y más de $800.000. También anotaciones de personas, créditos y pagos.
Barrojo dijo que la droga en su camioneta era para consumo personal y la había comprado adentro del Precio Ferial en el recital de Divididos, del que venía, donde le hicieron precio. Dijo que no vendía droga y que con sus amigos la conseguían haciendo “vaquitas” para consumir en común.
“Mínimo consumía 10 gramos de marihuana por día; cocaína día por medio o los fines de semana se tomaba 1 o 2 gramos y el fin de semana 5 gramos”, declaró. Vivía con su familia pero consumía en casas deamigos.
Hizo tratamiento con un psiquiatra y un psicólogo y ya no consume. Su adicción empezó a los 15 años con cocaína: la conoció en el secundario en Rada Tilly. Se atendió en el Centro Catamarqueño 6 meses. Lo medicaron. Sobre los pasamanos en los coches, explicó que a veces tenía encuentros cortos con alguien que lo invitaba un porro o a la inversa. El LSD lo conoció un año después de la cocaína y lo consumía todos los fines de semana.
“Está arrepentido, nunca pensó que su adicción lo iba a llevar a esto”, declaró. Su pena se agravó porque usó bienes de sus padres para el tráfico.
Por su parte, Perrone se hizo cargo de su secuestro. “Le costó mucho porque perdió su familia y quiere reincorporarse a la sociedad”. Por día fumaba 3 o 4 porros. En su casa se vieron vehículos y personas que bajaban por 2 o 3 minutos a toda hora de la tarde. La Policía verificó pasamanos. Le secuestraron un picador, marihuana, municiones de todo calibre, un arma 9 mm. y $ 1250.000. Al ser detenido llevaba un kilo de cocaína, marihuana, una libreta con iniciales y números y dos pen drive. Era un albañil desocupado pero tenía varias propiedades y vehículos. En las escuchas ante un simple “cómo andas” contestaba “pasá por mi casa”, “venite” o “ya llegué”.
Farías dijo ser adicto y que consumía en su casa. “Estuvo en tratamiento y lo ayudó mucho, aunque tiene recaídas; la cocaína la inhala fin de semana por medio y a la marihuana casi todos los días”. Es chofer de camión.
Según su pericia psicológica, Farías “requiere en forma inevitable a la brevedad posible tratamiento desintoxicante, rehabilitador y educativo”.
Ledesma se hizo responsable de la droga hallada en Pasaje Los Patos y de lo encontrado en Valle Hermoso 115 barrio Km. 5: marihuana, anotaciones, fajos por $218.900, balas 9 mm. y una balanza. Visitó varias veces la casa de Perrone y acordaron pagos de 200 mil y 40 mil pesos. Fue detenido tras una balacera para fugarse.
A su turno, Agüero aseguró que la marihuana de su casa era para su consumo. “Fumaba solo y desde que está detenido no consume”.
Era albañil y vivía solo en zona de chacras de Km 8. Le secuestraron un arma 9 mm. cargada, cartuchos y marihuana en bochas listas para vender.
El TOF consideró probados los mensajes con pedidos de droga, traslados, precios, stock, fechas, lugares y pactos de pago.
Según el fallo, hasta diciembre de 2014 el grupo negoció estupefacientes al menudeo entre sus conocidos, por teléfono. #
Por Rolando Tobarez / Twitter: @rtobarez
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a cinco sujetos por comercio de cocaína y marihuana en esa ciudad petrolera y en Rada Tilly. Luciano Nicolás Barrojo fue sentenciado a cuatro años de prisión y $ 4.000 de multa; Ángel Andrés Perrone y Luciano Alberto Farías, a cinco años de prisión y $ 4.000 de multa; Jonatan Gustavo Ledesma a 7 años de prisión y multa de $4.500, y Daniel Alejandro Agüero, a cuatro años de cárcel y $.3000 de multa.
Los jueces Enrique Guanziroli, Nora Cabrera de Monella y Luis Giménez dispusieron el decomiso de dos camionetas Toyota Hilux, un VW Bora, un Fiat Punto, un Toyota Corolla, una Ecosport, un Gol y una VW Fox. Son los vehículos que el grupo usó para repartir estupefaciente o bien compró con la plata que ganó.
La madrugada del 13 de junio de 2014, en Rada Tilly, la Guardia Urbana detuvo una camioneta Toyota Hilux por circular en actitud sospechosa en un paraje aislado. Iba Barrojo. En el respaldo del asiento del acompañante hallaron marihuana, un cilindro con cocaína y un frasco de vidrio con flores de cannabis.
De la pericia a su celular surgió el comercio de droga con dos proveedores. El dato fue confirmado por vigilancias, seguimientos e informes.
Barrojo vendía al modo delivery, desde su casa o desde un VW Vento. Llegaba al encuentro de otro vehículo, subía por el lado del acompañante, hacía un rápido contacto con el conductor y volvía a su auto. También llegaban autos a su domicilio en Rada Tilly o a un galpón. En esa casa se halló un tupper con semillas de cannabis y efectivo. También cocaína pura para 32 mil dosis.
Se abastecía con Perrone, del barrio “de los bolivianos”, quien junto con Farías vendían tóxicos. Le compraban a Ledesma. Agüero colaboraban en la venta y la recolección del dinero.
La madrugada del 31 de diciembre de 2014, un allanamiento secuestró 12 ladrillos de marihuana de un kilo cada uno, suficiente para casi 180 mil dosis, y 1.275 tizas de cocaína (más de 12 kilos) en un departamento de pasaje Los Patos del barrio Jorge Newbery, además de balanza, rallador y más de $800.000. También anotaciones de personas, créditos y pagos.
Barrojo dijo que la droga en su camioneta era para consumo personal y la había comprado adentro del Precio Ferial en el recital de Divididos, del que venía, donde le hicieron precio. Dijo que no vendía droga y que con sus amigos la conseguían haciendo “vaquitas” para consumir en común.
“Mínimo consumía 10 gramos de marihuana por día; cocaína día por medio o los fines de semana se tomaba 1 o 2 gramos y el fin de semana 5 gramos”, declaró. Vivía con su familia pero consumía en casas deamigos.
Hizo tratamiento con un psiquiatra y un psicólogo y ya no consume. Su adicción empezó a los 15 años con cocaína: la conoció en el secundario en Rada Tilly. Se atendió en el Centro Catamarqueño 6 meses. Lo medicaron. Sobre los pasamanos en los coches, explicó que a veces tenía encuentros cortos con alguien que lo invitaba un porro o a la inversa. El LSD lo conoció un año después de la cocaína y lo consumía todos los fines de semana.
“Está arrepentido, nunca pensó que su adicción lo iba a llevar a esto”, declaró. Su pena se agravó porque usó bienes de sus padres para el tráfico.
Por su parte, Perrone se hizo cargo de su secuestro. “Le costó mucho porque perdió su familia y quiere reincorporarse a la sociedad”. Por día fumaba 3 o 4 porros. En su casa se vieron vehículos y personas que bajaban por 2 o 3 minutos a toda hora de la tarde. La Policía verificó pasamanos. Le secuestraron un picador, marihuana, municiones de todo calibre, un arma 9 mm. y $ 1250.000. Al ser detenido llevaba un kilo de cocaína, marihuana, una libreta con iniciales y números y dos pen drive. Era un albañil desocupado pero tenía varias propiedades y vehículos. En las escuchas ante un simple “cómo andas” contestaba “pasá por mi casa”, “venite” o “ya llegué”.
Farías dijo ser adicto y que consumía en su casa. “Estuvo en tratamiento y lo ayudó mucho, aunque tiene recaídas; la cocaína la inhala fin de semana por medio y a la marihuana casi todos los días”. Es chofer de camión.
Según su pericia psicológica, Farías “requiere en forma inevitable a la brevedad posible tratamiento desintoxicante, rehabilitador y educativo”.
Ledesma se hizo responsable de la droga hallada en Pasaje Los Patos y de lo encontrado en Valle Hermoso 115 barrio Km. 5: marihuana, anotaciones, fajos por $218.900, balas 9 mm. y una balanza. Visitó varias veces la casa de Perrone y acordaron pagos de 200 mil y 40 mil pesos. Fue detenido tras una balacera para fugarse.
A su turno, Agüero aseguró que la marihuana de su casa era para su consumo. “Fumaba solo y desde que está detenido no consume”.
Era albañil y vivía solo en zona de chacras de Km 8. Le secuestraron un arma 9 mm. cargada, cartuchos y marihuana en bochas listas para vender.
El TOF consideró probados los mensajes con pedidos de droga, traslados, precios, stock, fechas, lugares y pactos de pago.
Según el fallo, hasta diciembre de 2014 el grupo negoció estupefacientes al menudeo entre sus conocidos, por teléfono. #