Historias Mínimas/ Una huelga, un incendio y un gallego alborotador

13 ENE 2018 - 21:26 | Actualizado

Por Dario Roberts / @darioroberts

Hace 100 años Trelew tenía alrededor de tres mil habitantes y empezaba  su expansión como  centro comercial de la zona, pese a no contar con un puerto como sí lo hacían Madryn y Rawson.

Por aquellos años las poblaciones de la zona empezaban a sentir la influencia de la inmigración europea de ultramar, que si bien en nuestro medio habían iniciado las familias galesas, ahora se nutría mayoritariamente de españoles e italianos.

En ese contexto fue como a mediados de enero de 1918 surgió la que sería la primera huelga obrera en la ciudad y que tendría su correlato en los años posteriores con los episodios que marcaron a fuego y sangre la Patagonia.

Si bien existía un antecedente en la comarca de una medida similar, la misma había tenido como protagonistas a los obreros que construían el ferrocarril a fines  del siglo XIX  y especialmente al grupo que lo hacía desde Madryn, el más castigado por las condiciones del terreno y la falta de agua potable.

Pocos meses antes  de aquella primera medida de fuerza se había conformado en la zona el Centro Obrero Tierra y Libertad (COTyL), una de las primeras organizaciones obreras donde  pueden observarse los primeros datos de actividad sindical, y también anarquista, en la zona.

Por aquellos días, aquel centro obrero que reunía a ferroviarios, artesanos, albañiles y empleados de comercio, en su mayoría, elevaron a las autoridades del pueblo un petitorio en el que hacían notar su malestar por el escaso valor del jornal que se abonaba y también por las condiciones laborales.

El petitorio  fue elevado a las autoridades del Consejo Municipal pero tras un par de días  sin  respuestas, el 14 de enero de 1918 se inició la primera huelga obrera en Trelew, tras una asamblea a la que asistieron alrededor de 200 personas, según las crónicas de la época.

Los obreros habían solicitado una jornada laboral de 8 horas y un pago mínimo de $5 moneda nacional por jornada. Con la huelga declarada por COTyL  la parte patronal se reunió por iniciativa de Martín Fennen, quien fuera presidente  del Consejo Municipal de Trelew y del comerciante  José María Poch.

El encuentro fue en la casa de Fennen y allí confluyeron representantes y propietarios de los establecimientos comerciales de la localidad. Tras la deliberación, decidieron aceptar los planteos realizados y establecer un sueldo mensual mínimo de $ 110 moneda nacional, por una jornada de 8 horas.

Aquel primer conflicto tiene un relato exento de episodios violentos, donde pese a que algunos huelguistas fueron detenidos según los  datos que llegan desde esas épocas, primó la prudencia y el buen trato.

Sin embargo un episodio dantesco iba a unir días después a la primera huelga de Trelew con la historia sindical de la Patagonia y uno de los personajes emblemáticos de las huelgas santacruceñas de la década de 1920.

La semana siguiente al conflicto laboral se disponía a actuar en Trelew la compañía teatral Mendoza-Serrano, que solía recorrer con sus espectáculos la región. La función nunca llegó a realizarse, pues un incendio destruyó por completo el primer salón que la Sociedad Española de Trelew había levantado en el año 1912.

Aquel episodio del 20 de enero de 1918 no frenó a la comunidad española de Trelew y poco después se colocó la piedra fundamental del nuevo edificio, en otro solar de la ciudad. Pasaron poco más de dos años para que se inaugurara el nuevo teatro y fue justamente el mismo elenco el que estuvo sobre el escenario, pero ya en 1920 los movimientos sindicales eran una constante en la región y en los días previos a aquella actuación se vivió en la ciudad una revuelta popular más virulenta que aquel primer paro.

Aquel conflicto se había iniciado con una huelga de empleados de comercio pero se fueron sumando otros sectores y en ese escenario de conflicto aparecía la figura de Antonio  Soto Canalejo, popularmente conocido como “el gallego” Soto,  aquel histórico dirigente anarcosindicalista que supo destacarse en las huelgas rurales santacruceñas que terminaron con más de mil quinientos obreros fusilados en distintos campos de la vecina provincia.

Soto –interpretado en la película La Patagonia Rebelde por Luis Brandoni- había llegado a Trelew como integrante de la compañía teatral Serrano-Mendoza que hacía el recorrido de las principales ciudades costeras de la Patagonia y culminaba en el sur de Chile.

En Trelew, el dirigente  rápidamente se unió a la protesta y arengó a los huelguistas, lo que le valió su detención y expulsión de Chubut, en lo que las crónicas marcan como su primera aparición dentro de las protestas sindicales en la región.

Tras dejar la provincia recalaría en Río Gallegos, donde entre función y función participa de las asambleas de la Sociedad Obrera. Cuando la compañía teatral dejó la capital santacruceña, Antonio “gallego” Soto se quedó en esa ciudad y pocos meses después fue ungido Secretario General de la Sociedad Obrera de Río  Gallegos, para luego impulsar las huelgas obreras que marcarían a fuego y sangre las primeras décadas del siglo XX en la Patagonia.#

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13 ENE 2018 - 21:26

Por Dario Roberts / @darioroberts

Hace 100 años Trelew tenía alrededor de tres mil habitantes y empezaba  su expansión como  centro comercial de la zona, pese a no contar con un puerto como sí lo hacían Madryn y Rawson.

Por aquellos años las poblaciones de la zona empezaban a sentir la influencia de la inmigración europea de ultramar, que si bien en nuestro medio habían iniciado las familias galesas, ahora se nutría mayoritariamente de españoles e italianos.

En ese contexto fue como a mediados de enero de 1918 surgió la que sería la primera huelga obrera en la ciudad y que tendría su correlato en los años posteriores con los episodios que marcaron a fuego y sangre la Patagonia.

Si bien existía un antecedente en la comarca de una medida similar, la misma había tenido como protagonistas a los obreros que construían el ferrocarril a fines  del siglo XIX  y especialmente al grupo que lo hacía desde Madryn, el más castigado por las condiciones del terreno y la falta de agua potable.

Pocos meses antes  de aquella primera medida de fuerza se había conformado en la zona el Centro Obrero Tierra y Libertad (COTyL), una de las primeras organizaciones obreras donde  pueden observarse los primeros datos de actividad sindical, y también anarquista, en la zona.

Por aquellos días, aquel centro obrero que reunía a ferroviarios, artesanos, albañiles y empleados de comercio, en su mayoría, elevaron a las autoridades del pueblo un petitorio en el que hacían notar su malestar por el escaso valor del jornal que se abonaba y también por las condiciones laborales.

El petitorio  fue elevado a las autoridades del Consejo Municipal pero tras un par de días  sin  respuestas, el 14 de enero de 1918 se inició la primera huelga obrera en Trelew, tras una asamblea a la que asistieron alrededor de 200 personas, según las crónicas de la época.

Los obreros habían solicitado una jornada laboral de 8 horas y un pago mínimo de $5 moneda nacional por jornada. Con la huelga declarada por COTyL  la parte patronal se reunió por iniciativa de Martín Fennen, quien fuera presidente  del Consejo Municipal de Trelew y del comerciante  José María Poch.

El encuentro fue en la casa de Fennen y allí confluyeron representantes y propietarios de los establecimientos comerciales de la localidad. Tras la deliberación, decidieron aceptar los planteos realizados y establecer un sueldo mensual mínimo de $ 110 moneda nacional, por una jornada de 8 horas.

Aquel primer conflicto tiene un relato exento de episodios violentos, donde pese a que algunos huelguistas fueron detenidos según los  datos que llegan desde esas épocas, primó la prudencia y el buen trato.

Sin embargo un episodio dantesco iba a unir días después a la primera huelga de Trelew con la historia sindical de la Patagonia y uno de los personajes emblemáticos de las huelgas santacruceñas de la década de 1920.

La semana siguiente al conflicto laboral se disponía a actuar en Trelew la compañía teatral Mendoza-Serrano, que solía recorrer con sus espectáculos la región. La función nunca llegó a realizarse, pues un incendio destruyó por completo el primer salón que la Sociedad Española de Trelew había levantado en el año 1912.

Aquel episodio del 20 de enero de 1918 no frenó a la comunidad española de Trelew y poco después se colocó la piedra fundamental del nuevo edificio, en otro solar de la ciudad. Pasaron poco más de dos años para que se inaugurara el nuevo teatro y fue justamente el mismo elenco el que estuvo sobre el escenario, pero ya en 1920 los movimientos sindicales eran una constante en la región y en los días previos a aquella actuación se vivió en la ciudad una revuelta popular más virulenta que aquel primer paro.

Aquel conflicto se había iniciado con una huelga de empleados de comercio pero se fueron sumando otros sectores y en ese escenario de conflicto aparecía la figura de Antonio  Soto Canalejo, popularmente conocido como “el gallego” Soto,  aquel histórico dirigente anarcosindicalista que supo destacarse en las huelgas rurales santacruceñas que terminaron con más de mil quinientos obreros fusilados en distintos campos de la vecina provincia.

Soto –interpretado en la película La Patagonia Rebelde por Luis Brandoni- había llegado a Trelew como integrante de la compañía teatral Serrano-Mendoza que hacía el recorrido de las principales ciudades costeras de la Patagonia y culminaba en el sur de Chile.

En Trelew, el dirigente  rápidamente se unió a la protesta y arengó a los huelguistas, lo que le valió su detención y expulsión de Chubut, en lo que las crónicas marcan como su primera aparición dentro de las protestas sindicales en la región.

Tras dejar la provincia recalaría en Río Gallegos, donde entre función y función participa de las asambleas de la Sociedad Obrera. Cuando la compañía teatral dejó la capital santacruceña, Antonio “gallego” Soto se quedó en esa ciudad y pocos meses después fue ungido Secretario General de la Sociedad Obrera de Río  Gallegos, para luego impulsar las huelgas obreras que marcarían a fuego y sangre las primeras décadas del siglo XX en la Patagonia.#


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