Crece la tensión entre Washington y Ankara por los kurdos de Siria

La escalada verbal entre Estados Unidos y Turquía volvió a trepar hoy después que Ankara renovara sus criticas a Washington por apoyar a una milicia kurda en el norte de Siria, un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, urgiera al país euroasiático a limitar la ofensiva lanzada el sábado último contra ese grupo.

Milicias kurdas armadas en territorio sirio, un ingrediente urticante dentro de un complejo conflicto.
25 ENE 2018 - 9:50 | Actualizado


"Un país con el que llevamos muchos años colaborando en la OTAN abraza a un grupo terrorista. Es muy deprimente que Estados Unidos colabore con una organización terrorista", dijo el primer ministro turco, Binali Yildirim, en un discurso en Ankara, transmitido en directo por la cadena CNNTürk.

Yildrim aludió a las Unidades de Protección Popular (YPG), aliadas de Washington en la lucha contra el Estado Islámico (EI), pero que Ankara considera un "grupo terrorista" por sus vínculos con el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en el sureste de Turquía.

"Nosotros no permitiremos ninguna formación armada en los 1.350 kilómetros de nuestra frontera meridional, de Irán al Mediterráneo, pasando por Irak y Siria, sea al este o al oeste del río Éufrates", sentenció Yildirim.

Las declaraciones del premier se producen un día después de que Trump urgiera al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a limitar la ofensiva y a evitar acciones que puedan desatar un conflicto entre el Ejército turco y las tropas estadounidenses aliadas de las YPG.


Una conversación telefónica bastante intensa

Trump lanzó su advertencia a Erdogan durante una conversación telefónica horas después de que el líder turco prometiera extender la operación militar más allá del enclave de Afrín, hacia la ciudad de Manbech, cerca de la que están estacionados cientos de soldados norteamericanos. 

Según la Casa Blanca, Trump manifestó su alarma por la creciente violencia en el norte de Siria y por el riesgo de que la operación turca ponga en riesgo las "metas compartidas" de Turquía y Estados Unidos en el país árabe, al tiempo que expresó preocupación por la "destructiva y falsa retórica proveniente de Siria".

Si bien la Casa Blanca no especificó a qué retórica se refería, la comunicación entre los líderes tuvo lugar horas después de que Erdogan acusara a Estados Unidos de impulsar la creación de un "Estado terrorista" kurdo en el norte de Siria y de haber incumplido una promesa de alejar a las milicias kurdo sirias de la frontera turca.

Hoy, el diario Hurriyet Daily News citó a una fuente gubernamental turca que aseguró que que la declaración publicada por la Casa Blanca "difiere de lo que se discutió realmente en la charla telefónica entre los presidentes".

Según el matutino "el presidente Trump no compartió ninguna 'preocupación escalada de violencia' con respecto a la operación militar en curso en Afrin y la discusión de los dos líderes sobre la operación Ramo de Olivo se limitó a un intercambio de puntos de vista".

En ella, según la fuente citada por Hurriyet, "Trump solicitó restringir la operación en Afrín a un cierto límite de tiempo y evitar cualquier combate cuerpo a cuerpo en Manbech, debido a la presencia de soldados estadounidenses".

Hasta ayer, Ankara había insistido en que expulsará al YPG únicamente de los dos territorios que controla al oeste del Éufrates: la ciudad de Manbech, a una veintena de kilómetros del citado río, tomada por las milicias kurdosirias en verano de 2016, y el enclave de Afrín, un centenar de kilómetros más al Oeste.

Las Fuerzas Armadas turcas lanzaron el sábado pasado la operación en esta región nororiental siria donde se suceden desde entonces intensos combates.

Desde el inicio de la operación, el YPG lanzó en represalia obuses contra la ciudad turca de Kilis, a escasos seis kilómetros de la frontera norteña de Afrín, y contra pueblos en la provincia de Hatay, al oeste.

La ONU dijo esta semana que unas 5.000 personas tuvieron que dejar sus hogares y se convirtieron en desplazados dentro del enclave, ya que las fuerzas kurdas les impiden abandonarlo.

Erdogan señaló ayer que las tropas turcas y grupos rebeldes sirios aliados han matado ya a 268 combatientes kurdos desde el inicio de la operación y que el Ejército turco sufrió "siete u ocho bajas".

Sin embargo, activistas afirman que al menos 42 milicianos kurdos y 48 rebeldes aliados del Ejército turco han muerto en la ofensiva, así como 27 civiles, sobre todo en ataques aéreos de Turquía.

Milicias kurdas armadas en territorio sirio, un ingrediente urticante dentro de un complejo conflicto.
25 ENE 2018 - 9:50


"Un país con el que llevamos muchos años colaborando en la OTAN abraza a un grupo terrorista. Es muy deprimente que Estados Unidos colabore con una organización terrorista", dijo el primer ministro turco, Binali Yildirim, en un discurso en Ankara, transmitido en directo por la cadena CNNTürk.

Yildrim aludió a las Unidades de Protección Popular (YPG), aliadas de Washington en la lucha contra el Estado Islámico (EI), pero que Ankara considera un "grupo terrorista" por sus vínculos con el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en el sureste de Turquía.

"Nosotros no permitiremos ninguna formación armada en los 1.350 kilómetros de nuestra frontera meridional, de Irán al Mediterráneo, pasando por Irak y Siria, sea al este o al oeste del río Éufrates", sentenció Yildirim.

Las declaraciones del premier se producen un día después de que Trump urgiera al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a limitar la ofensiva y a evitar acciones que puedan desatar un conflicto entre el Ejército turco y las tropas estadounidenses aliadas de las YPG.


Una conversación telefónica bastante intensa

Trump lanzó su advertencia a Erdogan durante una conversación telefónica horas después de que el líder turco prometiera extender la operación militar más allá del enclave de Afrín, hacia la ciudad de Manbech, cerca de la que están estacionados cientos de soldados norteamericanos. 

Según la Casa Blanca, Trump manifestó su alarma por la creciente violencia en el norte de Siria y por el riesgo de que la operación turca ponga en riesgo las "metas compartidas" de Turquía y Estados Unidos en el país árabe, al tiempo que expresó preocupación por la "destructiva y falsa retórica proveniente de Siria".

Si bien la Casa Blanca no especificó a qué retórica se refería, la comunicación entre los líderes tuvo lugar horas después de que Erdogan acusara a Estados Unidos de impulsar la creación de un "Estado terrorista" kurdo en el norte de Siria y de haber incumplido una promesa de alejar a las milicias kurdo sirias de la frontera turca.

Hoy, el diario Hurriyet Daily News citó a una fuente gubernamental turca que aseguró que que la declaración publicada por la Casa Blanca "difiere de lo que se discutió realmente en la charla telefónica entre los presidentes".

Según el matutino "el presidente Trump no compartió ninguna 'preocupación escalada de violencia' con respecto a la operación militar en curso en Afrin y la discusión de los dos líderes sobre la operación Ramo de Olivo se limitó a un intercambio de puntos de vista".

En ella, según la fuente citada por Hurriyet, "Trump solicitó restringir la operación en Afrín a un cierto límite de tiempo y evitar cualquier combate cuerpo a cuerpo en Manbech, debido a la presencia de soldados estadounidenses".

Hasta ayer, Ankara había insistido en que expulsará al YPG únicamente de los dos territorios que controla al oeste del Éufrates: la ciudad de Manbech, a una veintena de kilómetros del citado río, tomada por las milicias kurdosirias en verano de 2016, y el enclave de Afrín, un centenar de kilómetros más al Oeste.

Las Fuerzas Armadas turcas lanzaron el sábado pasado la operación en esta región nororiental siria donde se suceden desde entonces intensos combates.

Desde el inicio de la operación, el YPG lanzó en represalia obuses contra la ciudad turca de Kilis, a escasos seis kilómetros de la frontera norteña de Afrín, y contra pueblos en la provincia de Hatay, al oeste.

La ONU dijo esta semana que unas 5.000 personas tuvieron que dejar sus hogares y se convirtieron en desplazados dentro del enclave, ya que las fuerzas kurdas les impiden abandonarlo.

Erdogan señaló ayer que las tropas turcas y grupos rebeldes sirios aliados han matado ya a 268 combatientes kurdos desde el inicio de la operación y que el Ejército turco sufrió "siete u ocho bajas".

Sin embargo, activistas afirman que al menos 42 milicianos kurdos y 48 rebeldes aliados del Ejército turco han muerto en la ofensiva, así como 27 civiles, sobre todo en ataques aéreos de Turquía.


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