El pasado domingo ocurrió un hecho tan inusual como necesario. En Esquel, Deportivo Río Pico y Belgrano debutaban en la presente edición del Federal C.
La cuestión sobresaliente fue que los públicos de los dos equipos compartieron las tribunas del estadio “Xeneize”, sede del encuentro ganado por el equipo esquelense.
En una época donde suele estimularse que el enemigo debe ser aniquilado, hubo una convivencia pacífica que contrasta con algunos hechos virulentos registrados en estadios de otras ciudades de la provincia.
“Conversamos el tema antes del partido con Soledad Martínez y Martín Poblete, dirigentes de Río Pico. Les dije que la convivencia entre ambas hinchadas podía ser algo lindo para mostrar. Salió todo bien”, dijo Milton Reyes, presidente de Belgrano.
“Fue una propuesta de Belgrano que nos gustó. El lugar para los visitantes es algo pequeño en esa cancha. Aceptamos. No hubo ningún tipo de problema. Las dos parcialidades vieron juntas el partido sin problemas”, agregó Soledad Martínez, secretaria general del club riopiquense.
En otras ciudades
Esta convivencia no es el denominador mayoritario en otros puntos del país. Con enumerar los casos en Chubut, será suficiente.
En Puerto Madryn, realizar un clásico entre Guillermo Brown y Deportivo Madryn dista de ser una tarea sencilla. Hay que remitirse a los antecedentes. La única vez que compartieron categoría, en 2014, los clásicos del Federal A se jugaron con público local.
En Comodoro Rivadavia, los derbys entre Huracán y Jorge Newbery suelen ser escenarios de complicaciones. El año pasado, por Copa Argentina, el cotejo de vuelta no tuvo un final feliz. Una vez finalizada la etapa inicial en el César Muñoz, Rodrigo Cárcamo, referente del “Lobo”, sufrió un impacto de un objeto contudente. Fue hospitalizado y el partido fue suspendido.
La historia prosiguió en los despachos del Consejo Federal. Raúl Paganí, árbitro del partido, intentó probar que Cárcamo había simulado la lesión. Pero el referó fue sancionado por el Tribunal de Disciplina por tergiversar los hechos del partidos en su informe. Recibió una pena de dos años para dirigir a nivel afista. Posteriormente, el encuentro continuó a puertas cerradas.
En el Valle, la situación no difiere en demasía. La última ocasión donde el clásico entre Racing Club de Trelew y Germinal de Rawson se disputó con ambos públicos, hubo incidentes.
Con el marcador 3-0 para la “Academia” en el segundo tiempo en el Cayetano Castro en el Apertura 2016, se desataron disturbios y el partido fue suspendido por el referí Hugo Jaramillo”.
El buen ejemplo
Un fútbol donde reine la paz y la deportividad es posible en Argentina. Hay que aprender de los buenos ejemplos. No hay que ir a Japón para encontrarlos. #
El pasado domingo ocurrió un hecho tan inusual como necesario. En Esquel, Deportivo Río Pico y Belgrano debutaban en la presente edición del Federal C.
La cuestión sobresaliente fue que los públicos de los dos equipos compartieron las tribunas del estadio “Xeneize”, sede del encuentro ganado por el equipo esquelense.
En una época donde suele estimularse que el enemigo debe ser aniquilado, hubo una convivencia pacífica que contrasta con algunos hechos virulentos registrados en estadios de otras ciudades de la provincia.
“Conversamos el tema antes del partido con Soledad Martínez y Martín Poblete, dirigentes de Río Pico. Les dije que la convivencia entre ambas hinchadas podía ser algo lindo para mostrar. Salió todo bien”, dijo Milton Reyes, presidente de Belgrano.
“Fue una propuesta de Belgrano que nos gustó. El lugar para los visitantes es algo pequeño en esa cancha. Aceptamos. No hubo ningún tipo de problema. Las dos parcialidades vieron juntas el partido sin problemas”, agregó Soledad Martínez, secretaria general del club riopiquense.
En otras ciudades
Esta convivencia no es el denominador mayoritario en otros puntos del país. Con enumerar los casos en Chubut, será suficiente.
En Puerto Madryn, realizar un clásico entre Guillermo Brown y Deportivo Madryn dista de ser una tarea sencilla. Hay que remitirse a los antecedentes. La única vez que compartieron categoría, en 2014, los clásicos del Federal A se jugaron con público local.
En Comodoro Rivadavia, los derbys entre Huracán y Jorge Newbery suelen ser escenarios de complicaciones. El año pasado, por Copa Argentina, el cotejo de vuelta no tuvo un final feliz. Una vez finalizada la etapa inicial en el César Muñoz, Rodrigo Cárcamo, referente del “Lobo”, sufrió un impacto de un objeto contudente. Fue hospitalizado y el partido fue suspendido.
La historia prosiguió en los despachos del Consejo Federal. Raúl Paganí, árbitro del partido, intentó probar que Cárcamo había simulado la lesión. Pero el referó fue sancionado por el Tribunal de Disciplina por tergiversar los hechos del partidos en su informe. Recibió una pena de dos años para dirigir a nivel afista. Posteriormente, el encuentro continuó a puertas cerradas.
En el Valle, la situación no difiere en demasía. La última ocasión donde el clásico entre Racing Club de Trelew y Germinal de Rawson se disputó con ambos públicos, hubo incidentes.
Con el marcador 3-0 para la “Academia” en el segundo tiempo en el Cayetano Castro en el Apertura 2016, se desataron disturbios y el partido fue suspendido por el referí Hugo Jaramillo”.
El buen ejemplo
Un fútbol donde reine la paz y la deportividad es posible en Argentina. Hay que aprender de los buenos ejemplos. No hay que ir a Japón para encontrarlos. #