Puerto Madryn: día de recuerdo y dolor

Arrancó el juicio contra el taxista Dante Donnini, acusado de asesinar a la estudiante de abogacía Diana Rojas. Declaró su hermana y un policía que encontró el cuerpo.

05 FEB 2018 - 21:18 | Actualizado

Ayer comenzó en los Tribunales de Puerto Madryn el juicio oral y público contra el taxista Dante Donnini por el crimen de la joven Diana Rojas, ocurrido el 16 de mayo de 2016 en esa ciudad.
El debate está a cargo del Tribunal integrado por Patricia Asaro, Patricia Reyes y Marcela Pérez, quienes juzgarán al taxista, actualmente detenido en la comisaría Segunda de Puerto Madryn.
La acusación está en manos de dos fiscales, Daniel Báez y Jorge Bugueño, en tanto que los familiares de la ví­ctima son representados por el abogado Carlos Villada. La fiscalí­­a acusa a Donnini de “homicidio criminis causae” y la querella por “homicidio triplemente agravado”. En ambos casos, la pena que prevé el Código Penal ante una eventual condena es la de prisión perpetua. Por su parte, la estrategia de Castro, según adelantó al comienzo del juicio, será demostrar que su patrocinado es “inocente”.
Los padres de Diana, acompañados de otros familiares y amigos de la víctima, estuvieron presentes en la audiencia, al igual que la familia del acusado.
La audiencia comenzó con la lectura de los hechos que se le imputan al taxista por el crimen. La etapa de testimoniales continuará todos los días desde las 8 horas hasta el jueves, donde están previstos que declaren 72 testigos citados, mientras que el día jueves 14 se prevé que las partes realicen los alegatos.
Adriana Rojas, hermana de la víctima, fue la primera en declarar. “Todavía no caigo de lo que le pasó a mi hermana. Mucha impotencia, mucho dolor. No lo puedo explicar en palabras lo que sentimos como familia”, afirmó ante los jueces.
Diana Rojas (26) desapareció el 16 de mayo de 2016 cuando iba en taxi a buscar un depósito al Correo, y esa tarde su cadáver fue hallado en la vera de un camino cerca de la Ruta 1. La autopsia determinó que la chica fue golpeada y sufrió varias puñaladas que le ocasionaron la muerte.
Uno de los ejes del debate serán las pericias científicas, entre ellas, los estudios genéticos que determinaron que habí­a ADN de Donnini debajo de las uñas Diana Rojas, lo que –según los acusadores- indica que la joven llegó a rasguñarlo en un intento de defensa. También el ADN, tanto de Donnini como de Rojas, estaba en una soga.

La hermana

La primera testigo que se presentó ante el tribunal fue Delfina Rojas, hermana de la víctima. En su testimonio comentó detalles de la relación que mantenía con su hermana revelando que le depositaba dinero todas las semanas y que en el último contacto mantenido a través de whatsapp, a las 11 horas del 17 de mayo de 2016, le había transmitido algunas indicaciones por el envío de 2 mil pesos. También sostuvo que fue un policía quien le transmitió la noticia de la muerte de Diana, a través de una llamada telefónica.
En otro tramo de su alocución, destacó el apego que su hermana tenía con la carrera de Abogacía destacando que “en el último año se había puesto las pilas y estaba muy metida con el estudio”.
“Todavía no podemos creer lo que le sucedió a Diana y el dolor que sentimos no se puede explicar con palabras”, indicó Delfina Rojas, agregando que “este dolor lo hemos vivido como podemos, porque todavía no podemos caer”.
Luego, prestaron testimonio los hermanos Yanina y Christian Navarro, quienes encontraron el cadáver de Diana Rojas en un descampado, en cercanías del barrio Solanas. Christian Navarro relató los momentos vividos cuando hallaron el cadáver de Diana Rojas. El joven indicó que el hallazgo se produjo a las 15.30 aproximadamente y que “al principio pensábamos que se trataba de un maniquí pero al acercarnos nos dimos cuenta que se trataba de una mujer”.
Indicó que la Policía tardó media hora en llegar al lugar porque era de difícil acceso y reveló que se quedaron en el lugar hasta las 18 horas, cuando ya era de noche.
Con posterioridad, hizo uso de la palabra el vecino Pedro Martínez, presidente de la Empresa Nueva Patagonia, para la cual prestaba servicios Dante Donnini, como chofer de un vehículo que pertenecía a un propietario de apellido Barboza.
Martínez detalló que a pedido de la Fiscalía, entregó el DVR, el sistema de cámaras de seguridad que pertenecen a la empresa y las hojas donde constan los horarios de salida y horarios de los viajes realizados, aunque señaló que “para no sobrecargar al operador, los destinos no se registran y tampoco los viajes de calle”.

Momento de dolor

A continuación se escuchó el testimonio de la oficial inspector, Anahí Llancafil, quien cumplía tareas de Oficial de Servicio de la Seccional Tercera cuando ocurrió el suceso. La  policía reveló que cuando llegaron al lugar donde se encontraba el cuerpo, observó manchas hemáticas en el mismo y por ese motivo llamó inmediatamente a Criminalística para que tome cartas en el asunto. Además de la presencia del titular del área, subcomisario Cantariño, se apersonaron en el lugar el fiscal y el forense.
Llancafil relató que se encontraron huellas de un vehículo y que Diana Rojas llevaba botas bucaneras negras, calzas y blusa del mismo color, señaló que al costado del cadáver se hallaba una pulsera y que campo adentro, se observaba un chalequito de lana, una soga, una franela, unas latitas de cerveza, un cartón de jugo Baggio y documentación que acreditaba la identidad de la víctima.
Uno de los momentos más dramáticos de la jornada se vivió cuando le fueron presentadas las prendas de la víctima a la oficial Llancafil para su reconocimiento. En ese instante, la madre de Diana Rojas no pudo contener el dolor, comenzó a llorar y debió ser retirada de la sala entre sollozos.
Otros testimonios importantes fueron aportados por los amigos de Diana Rojas, quienes comentaron detalles sobre la personalidad de la joven y respondieron preguntas con respecto a la vinculación de la misma con personas del ámbito universitario. Cecilia Hansen, su compañera de facultad y su mejor amiga en Madryn, señaló que “cuando le avisaron lo que había ocurrido no lo podía creer, pensé que se trataba de un chiste, porque todo era normal, no había nada raro que nos hiciera pensar que una cosa así podía ocurrir. Todavía me pregunto ¿Por qué?”, reflexionó.#

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05 FEB 2018 - 21:18

Ayer comenzó en los Tribunales de Puerto Madryn el juicio oral y público contra el taxista Dante Donnini por el crimen de la joven Diana Rojas, ocurrido el 16 de mayo de 2016 en esa ciudad.
El debate está a cargo del Tribunal integrado por Patricia Asaro, Patricia Reyes y Marcela Pérez, quienes juzgarán al taxista, actualmente detenido en la comisaría Segunda de Puerto Madryn.
La acusación está en manos de dos fiscales, Daniel Báez y Jorge Bugueño, en tanto que los familiares de la ví­ctima son representados por el abogado Carlos Villada. La fiscalí­­a acusa a Donnini de “homicidio criminis causae” y la querella por “homicidio triplemente agravado”. En ambos casos, la pena que prevé el Código Penal ante una eventual condena es la de prisión perpetua. Por su parte, la estrategia de Castro, según adelantó al comienzo del juicio, será demostrar que su patrocinado es “inocente”.
Los padres de Diana, acompañados de otros familiares y amigos de la víctima, estuvieron presentes en la audiencia, al igual que la familia del acusado.
La audiencia comenzó con la lectura de los hechos que se le imputan al taxista por el crimen. La etapa de testimoniales continuará todos los días desde las 8 horas hasta el jueves, donde están previstos que declaren 72 testigos citados, mientras que el día jueves 14 se prevé que las partes realicen los alegatos.
Adriana Rojas, hermana de la víctima, fue la primera en declarar. “Todavía no caigo de lo que le pasó a mi hermana. Mucha impotencia, mucho dolor. No lo puedo explicar en palabras lo que sentimos como familia”, afirmó ante los jueces.
Diana Rojas (26) desapareció el 16 de mayo de 2016 cuando iba en taxi a buscar un depósito al Correo, y esa tarde su cadáver fue hallado en la vera de un camino cerca de la Ruta 1. La autopsia determinó que la chica fue golpeada y sufrió varias puñaladas que le ocasionaron la muerte.
Uno de los ejes del debate serán las pericias científicas, entre ellas, los estudios genéticos que determinaron que habí­a ADN de Donnini debajo de las uñas Diana Rojas, lo que –según los acusadores- indica que la joven llegó a rasguñarlo en un intento de defensa. También el ADN, tanto de Donnini como de Rojas, estaba en una soga.

La hermana

La primera testigo que se presentó ante el tribunal fue Delfina Rojas, hermana de la víctima. En su testimonio comentó detalles de la relación que mantenía con su hermana revelando que le depositaba dinero todas las semanas y que en el último contacto mantenido a través de whatsapp, a las 11 horas del 17 de mayo de 2016, le había transmitido algunas indicaciones por el envío de 2 mil pesos. También sostuvo que fue un policía quien le transmitió la noticia de la muerte de Diana, a través de una llamada telefónica.
En otro tramo de su alocución, destacó el apego que su hermana tenía con la carrera de Abogacía destacando que “en el último año se había puesto las pilas y estaba muy metida con el estudio”.
“Todavía no podemos creer lo que le sucedió a Diana y el dolor que sentimos no se puede explicar con palabras”, indicó Delfina Rojas, agregando que “este dolor lo hemos vivido como podemos, porque todavía no podemos caer”.
Luego, prestaron testimonio los hermanos Yanina y Christian Navarro, quienes encontraron el cadáver de Diana Rojas en un descampado, en cercanías del barrio Solanas. Christian Navarro relató los momentos vividos cuando hallaron el cadáver de Diana Rojas. El joven indicó que el hallazgo se produjo a las 15.30 aproximadamente y que “al principio pensábamos que se trataba de un maniquí pero al acercarnos nos dimos cuenta que se trataba de una mujer”.
Indicó que la Policía tardó media hora en llegar al lugar porque era de difícil acceso y reveló que se quedaron en el lugar hasta las 18 horas, cuando ya era de noche.
Con posterioridad, hizo uso de la palabra el vecino Pedro Martínez, presidente de la Empresa Nueva Patagonia, para la cual prestaba servicios Dante Donnini, como chofer de un vehículo que pertenecía a un propietario de apellido Barboza.
Martínez detalló que a pedido de la Fiscalía, entregó el DVR, el sistema de cámaras de seguridad que pertenecen a la empresa y las hojas donde constan los horarios de salida y horarios de los viajes realizados, aunque señaló que “para no sobrecargar al operador, los destinos no se registran y tampoco los viajes de calle”.

Momento de dolor

A continuación se escuchó el testimonio de la oficial inspector, Anahí Llancafil, quien cumplía tareas de Oficial de Servicio de la Seccional Tercera cuando ocurrió el suceso. La  policía reveló que cuando llegaron al lugar donde se encontraba el cuerpo, observó manchas hemáticas en el mismo y por ese motivo llamó inmediatamente a Criminalística para que tome cartas en el asunto. Además de la presencia del titular del área, subcomisario Cantariño, se apersonaron en el lugar el fiscal y el forense.
Llancafil relató que se encontraron huellas de un vehículo y que Diana Rojas llevaba botas bucaneras negras, calzas y blusa del mismo color, señaló que al costado del cadáver se hallaba una pulsera y que campo adentro, se observaba un chalequito de lana, una soga, una franela, unas latitas de cerveza, un cartón de jugo Baggio y documentación que acreditaba la identidad de la víctima.
Uno de los momentos más dramáticos de la jornada se vivió cuando le fueron presentadas las prendas de la víctima a la oficial Llancafil para su reconocimiento. En ese instante, la madre de Diana Rojas no pudo contener el dolor, comenzó a llorar y debió ser retirada de la sala entre sollozos.
Otros testimonios importantes fueron aportados por los amigos de Diana Rojas, quienes comentaron detalles sobre la personalidad de la joven y respondieron preguntas con respecto a la vinculación de la misma con personas del ámbito universitario. Cecilia Hansen, su compañera de facultad y su mejor amiga en Madryn, señaló que “cuando le avisaron lo que había ocurrido no lo podía creer, pensé que se trataba de un chiste, porque todo era normal, no había nada raro que nos hiciera pensar que una cosa así podía ocurrir. Todavía me pregunto ¿Por qué?”, reflexionó.#


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