Washington y Ankara buscan mejorar su bilateral

El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, consiguió hoy en su paso por Turquía conseguir un compromiso del gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan, para normalizar las relaciones diplomáticas, después de meses de rispideces por la guerra en Siria y un conflicto en territorio estadounidense.

Tillerson sigue de gira por el mundo y ahora le tocó el delicado caso de su aliado de la OTAN.
16 FEB 2018 - 9:35 | Actualizado


"Nuestra relación está en un momento crítico. O las finalizamos o las ponemos en orden", sentenció el canciller turco, Mevlut Cavusoglu, tras reunirse a solas con su par estadounidense y en una conferencia de prensa conjunta en Ankara. 

El acuerdo es un resultado del acuerdo que selló ayer Tillerson con el presidente Erdogan en un encuentro a puertas cerradas de tres horas y que era el objetivo principal de su parada en Turquía en su primera gira solo en Medio Oriente. 

Tillerson y Cavusoglu anunciaron hoy también que consensuaron mecanismos para restaurar la confianza mutua, como comisiones binacionales para discutir los temas más sensibles. 

El funcionario estadounidense también destacó que se mejorará la coordinación de las operaciones militares de ambos gobiernos en Siria, según la agencia de noticias EFE.

Uno de los temas que más tensa la relación bilateral es la guerra en ese país árabe. 


Uno a favor y otros en contra de las milicias kurdas

Mientras Estados Unidos apoya militarmente hace tiempo a las milicias sirio-kurdas que lograron recuperar gran parte del norte sirio de mano del grupo radical Estado Islámico (EI), Turquía, un aliado de la OTAN de Washington, combate contra esas milicias sirio-kurdas por considerarlas aliadas de la guerrilla independentista kurda en su país, el Partido de los Trabajadores (PKK). 

Ante el avance constante de estas milicias sirio-kurdas y pese a las advertencias de Estados Unidos, Turquía lanzó hace unos meses una nueva invasión al país vecino y actualmente bombardea y combate sin cuartel contra los aliados de Washington. 

Cavusoglu acusó hoy de nuevo a Estados Unidos de no haber cumplido su promesa de expulsar a las milicias sirio-kurdas YPG de la ciudad de Manbech, en el norte de Siria y en la zona fronteriza con Turquía.

"Vamos a trabajar sobre esto. Después de que las YPG abandonen Manbech, podemos avanzar con Estados Unidos basados en la confianza", condicionó el ministro.

Por su parte, Tillerson insistió en que el apoyo de Estados Unidos a las milicias sirio-kurdas tiene como objetivo derrotar a EI y no crear una zona kurda autónoma cerca de la frontera con Turquía.

"Manbech es un tema en el que tenemos que colaborar. Es una ciudad estratégica. Era importante expulsar al EI. Estados Unidosquiere estar seguro de que está bajo el control de nuestras fuerzas", explicó Tillerson en una conferencia de prensa que por momentos fue tensa. 

Los dos cancilleres también tocaron otros puntos de fricción, como la exigencia turca de que se extradite a Fetullah Gülen, el predicador autoexiliado en Estados Unidos al que Ankara acusa de organizar el fallido golpe de Estado de julio de 2016. 

Tillerson simplemente ratificó la posición de Washington: la Justicia debe analizar las pruebas que presente Turquía. 

El estadounidense, por su parte, también se mostró preocupado por los ciudadanos estadounidenses detenidos en Turquía y pidió su liberación.

En pos de mejorar las relaciones bilaterales, Tillerson evitó mencionar durante su visita de dos días el escándalo diplomático que provocó la seguridad privada del presidente Erdogan en Washington el año pasado, cuando ignoraron los pedidos de la Policía local y golpearon en plena luz del día a manifestantes que rechazaban la visita del mandatario.

Tillerson sigue de gira por el mundo y ahora le tocó el delicado caso de su aliado de la OTAN.
16 FEB 2018 - 9:35


"Nuestra relación está en un momento crítico. O las finalizamos o las ponemos en orden", sentenció el canciller turco, Mevlut Cavusoglu, tras reunirse a solas con su par estadounidense y en una conferencia de prensa conjunta en Ankara. 

El acuerdo es un resultado del acuerdo que selló ayer Tillerson con el presidente Erdogan en un encuentro a puertas cerradas de tres horas y que era el objetivo principal de su parada en Turquía en su primera gira solo en Medio Oriente. 

Tillerson y Cavusoglu anunciaron hoy también que consensuaron mecanismos para restaurar la confianza mutua, como comisiones binacionales para discutir los temas más sensibles. 

El funcionario estadounidense también destacó que se mejorará la coordinación de las operaciones militares de ambos gobiernos en Siria, según la agencia de noticias EFE.

Uno de los temas que más tensa la relación bilateral es la guerra en ese país árabe. 


Uno a favor y otros en contra de las milicias kurdas

Mientras Estados Unidos apoya militarmente hace tiempo a las milicias sirio-kurdas que lograron recuperar gran parte del norte sirio de mano del grupo radical Estado Islámico (EI), Turquía, un aliado de la OTAN de Washington, combate contra esas milicias sirio-kurdas por considerarlas aliadas de la guerrilla independentista kurda en su país, el Partido de los Trabajadores (PKK). 

Ante el avance constante de estas milicias sirio-kurdas y pese a las advertencias de Estados Unidos, Turquía lanzó hace unos meses una nueva invasión al país vecino y actualmente bombardea y combate sin cuartel contra los aliados de Washington. 

Cavusoglu acusó hoy de nuevo a Estados Unidos de no haber cumplido su promesa de expulsar a las milicias sirio-kurdas YPG de la ciudad de Manbech, en el norte de Siria y en la zona fronteriza con Turquía.

"Vamos a trabajar sobre esto. Después de que las YPG abandonen Manbech, podemos avanzar con Estados Unidos basados en la confianza", condicionó el ministro.

Por su parte, Tillerson insistió en que el apoyo de Estados Unidos a las milicias sirio-kurdas tiene como objetivo derrotar a EI y no crear una zona kurda autónoma cerca de la frontera con Turquía.

"Manbech es un tema en el que tenemos que colaborar. Es una ciudad estratégica. Era importante expulsar al EI. Estados Unidosquiere estar seguro de que está bajo el control de nuestras fuerzas", explicó Tillerson en una conferencia de prensa que por momentos fue tensa. 

Los dos cancilleres también tocaron otros puntos de fricción, como la exigencia turca de que se extradite a Fetullah Gülen, el predicador autoexiliado en Estados Unidos al que Ankara acusa de organizar el fallido golpe de Estado de julio de 2016. 

Tillerson simplemente ratificó la posición de Washington: la Justicia debe analizar las pruebas que presente Turquía. 

El estadounidense, por su parte, también se mostró preocupado por los ciudadanos estadounidenses detenidos en Turquía y pidió su liberación.

En pos de mejorar las relaciones bilaterales, Tillerson evitó mencionar durante su visita de dos días el escándalo diplomático que provocó la seguridad privada del presidente Erdogan en Washington el año pasado, cuando ignoraron los pedidos de la Policía local y golpearon en plena luz del día a manifestantes que rechazaban la visita del mandatario.


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