Tribunales un mamarracho: las pintadas en Trelew y sus daños

El deterioro de los edificios tanto públicos como no públicos en Trelew es evidente.

24 FEB 2018 - 21:40 | Actualizado

El edificio de los Tribunales de la calle 9 de Julio es un verdadero mamarracho. Las constantes pintadas hacen ostensible una vista degradante toda vez que permanecen las manchas e inscripciones, no solo en las paredes. También en las escalinatas y hasta en las puertas del edificio. Nadie reprende esas actitudes y no se conoce sobre sanciones.
Trelew está bañado de pintadas con consignas políticas, escraches, pedidos de Justicia y en el mejor de los casos, con expresiones artísticas. En este último caso, nada puede decirse de las obras de grafiteros, que son reconocidas por su estilo. Aunque paradójicamente, el Estado permite que estas pintadas ya sucumban en la normalidad diaria por un lado, pero por el otro, todos recuerdan cuando el gobierno provincial, mandó a borrar un mural que el artista Román Cura, pintó en la Alcaidía. La obra de arte duró menos de 12 horas porque según las autoridades vigentes en septiembre de 2014, “daba mal aspecto”.
Nadie pone un freno a los escraches con pintura, ni en los edificios públicos ni en los privados. Este diario también fue víctima de esta actitud delincuencial que afecta muchas veces patrimonio de todos.
Nadie discute la legitimidad de reclamar y hacer sentir un posicionamiento público. Pero eso no significa que valga todo. Trelew está derruida por el mal aspecto y el vale todo. No ha quedado ya ni un solo símbolo histórico a salvo de los dañinos. El edificio San David, el teatro Verdi, el ex Distrito Militar, la Glorieta de la plaza Independencia, la Municipalidad, las comisarías, el hospital, son solo algunos de los ejemplos que reflejan el abandono y la victoria de las malas acciones por sobre el imperio del orden y el respeto común. #

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24 FEB 2018 - 21:40

El edificio de los Tribunales de la calle 9 de Julio es un verdadero mamarracho. Las constantes pintadas hacen ostensible una vista degradante toda vez que permanecen las manchas e inscripciones, no solo en las paredes. También en las escalinatas y hasta en las puertas del edificio. Nadie reprende esas actitudes y no se conoce sobre sanciones.
Trelew está bañado de pintadas con consignas políticas, escraches, pedidos de Justicia y en el mejor de los casos, con expresiones artísticas. En este último caso, nada puede decirse de las obras de grafiteros, que son reconocidas por su estilo. Aunque paradójicamente, el Estado permite que estas pintadas ya sucumban en la normalidad diaria por un lado, pero por el otro, todos recuerdan cuando el gobierno provincial, mandó a borrar un mural que el artista Román Cura, pintó en la Alcaidía. La obra de arte duró menos de 12 horas porque según las autoridades vigentes en septiembre de 2014, “daba mal aspecto”.
Nadie pone un freno a los escraches con pintura, ni en los edificios públicos ni en los privados. Este diario también fue víctima de esta actitud delincuencial que afecta muchas veces patrimonio de todos.
Nadie discute la legitimidad de reclamar y hacer sentir un posicionamiento público. Pero eso no significa que valga todo. Trelew está derruida por el mal aspecto y el vale todo. No ha quedado ya ni un solo símbolo histórico a salvo de los dañinos. El edificio San David, el teatro Verdi, el ex Distrito Militar, la Glorieta de la plaza Independencia, la Municipalidad, las comisarías, el hospital, son solo algunos de los ejemplos que reflejan el abandono y la victoria de las malas acciones por sobre el imperio del orden y el respeto común. #


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