Editorial / Discursos, hechos, gestos y la imperiosa necesidad de empezar a definir

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03 MAR 2018 - 21:49 | Actualizado

El discurso del gobernador Mariano Arcioni en la Apertura de Sesiones Ordinarias de la Legislatura Provincial dejó en claro todo el esfuerzo que el mandatario viene haciendo y promete seguir haciendo para sostener a su gobierno contra viento y marea.

Sin embargo, muchas de las frases contundentes que fueron escritas con precisión para que su alocución se asemejara en algo a aquellos discursos fuertes del extinto Mario Das Neves, se chocan con la realidad. A Arcioni le cuesta mucho más hacer que decir. Y no por su culpa, claro está, sino porque le sigue tocando bailar en la cubierta de un barco que navega en aguas turbulentas desde mucho antes que tuviera que asumir el cargo de la máxima magistratura provincial.

A esta altura del partido, las zancadillas de la oposición ya no afectan tanto como la propia impericia de algunos de sus más altos funcionarios, que le sugieren decir cosas que después ellos mismos contradicen. O lo embarcan en discusiones con los diputados provinciales que a esta altura le restan más de lo que le suman.

Continuidad

Arcioni volvió a reafirmar ante la Legislatura la continuidad de la gestión que inició Mario Das Neves el 10 de diciembre de 2015. Remarcarlo cada tanto no le ha rendido mucho, convengamos. El bloque de ocho diputados que el dasnevismo sigue teniendo en la Cámara ni siquiera se ha alineado para sacar leyes que el Gobierno necesita como el agua, ni mucho menos para adherir de una vez por todas al Pacto Fiscal que Chubut firmó con Nación.

Por supuesto que los gestos de lealtad que Arcioni hace con el dasnevismo es lo menos que se podría esperar para respetar la memoria del fallecido exgobernador. Pero en los tiempos que corren, más que lealtades inquebrantables lo que la Provincia necesita es consensos políticos básicos para avanzar hacia algún lado. Porque seguir estancados como hace cuatro meses no le conviene a nadie.

Tensión con diputados

El gobernador utilizó buena parte de su discurso del viernes para pasarle facturas a los diputados que no apoyan sus propuestas legislativas: “No gana un gobernador cuando se aprueban leyes propias en este recinto. Ni nada se lleva un diputado cuando impulsa una votación y el resultado le es favorable. Los que ganan o los que pierden son los 500 mil ciudadanos a los que representamos”, dijo con tono firme Arcioni.

Y les habló, además, de la crisis por la que atraviesa la provincia y sobre la gobernabilidad. Y les pidió no poner de “rehén” a la gente por las discusiones por la aprobación del Pacto Fiscal y la Emergencia Económica.

Tras el discurso, muchos de los diputados que se sintieron aludidos cuestionaron los dichos del gobernador y le recordaron que la crisis a la que hizo referencia se profundizó durante los dos primeros años de gestión de Das Neves, de la cual él era su vicegobernador.

“Sé cómo salir”

Arcioni fue contundente cuando dijo saber “cómo abordar y salir de esta crisis para sacar la provincia adelante”. Fue un gesto de alguien que no pierde el temple para seguir adelante a pesar de las dificultades. Pero no son pocos los que creen que aunque el gobernador conozca el camino hacia la salida, el problema es quiénes serán los bastoneros que los acompañarán.

Por ahora, su ministro coordinador, Sergio Mammarelli, no parece ser el más indicado. Goza de la confianza absoluta de Arcioni pero ha chocado contra todo lo que se puede chocar: ministros, sindicatos, diputados propios y opositores, etcétera.

Arcioni es el único que pude ponerle un freno al ímpetu de un funcionario clave que tiene que allanarle al camino al gobernador. Y no al revés.

Un gesto peronista

La importante reunión de influyentes dirigentes del peronismo chubutense realizada el viernes en el amplio quincho de la casa del exvicegobernador César Gustavo Mac Karthy en Trelew, marcó el estado de situación en el que está la Provincia.

Aunque se habló del peronismo, hubo algún pase de facturas y se limaron viejas asperezas, la mayor preocupación de este grupo de dirigentes es la gobernabilidad.

El encuentro mezcló a viejos militantes y adversarios, que bajaron por un rato sus posicionamientos para analizar un plan de acción para ayudar al gobernador Arcioni. “Nosotros podemos juntarnos, pensar ideas y expresar nuestro deseo de apoyarlo, pero Mariano tiene que expresar también su deseo de dejarse ayudar. Y eso hasta ahora no está tan claro”, le dijo uno de los presentes en la cumbre peronista a este diario.

La reunión juntó a pesos pesados del peronismo. Algunos con poder electoral y gestiones en marcha, como los intendentes Adrián Maderna y Carlos Linares (Ricardo Sastre no pudo llegar a tiempo al encuentro). Otros con el poder de la experiencia, esa que se consigue por haber ocupado durante años lugares claves en donde las decisiones, más que pronunciarse, se toman: es el caso del anfitrión; del director de YPF y exintendente de Comodoro, Néstor Di Pierro; del histórico líder de Luz y Fuerza, Héctor González; y dirigentes de la talla de Jorge Aidar Bestene, Carlos Eliceche y Norberto Yauhar; además de dos dasnevistas de lealtad comprobada como Gonzalo Carpintero y Máximo Pérez Catán.

Todos coincidieron en que hay que ayudarlo a salir del vado al Gobierno provincial “porque si le va mal a Arcioni nos va mal a todos, y no es una frase hecha, es la pura verdad”, afirmó otros de los presentes.

De esa reunión surgió un grupo más chico integrado por Di Pierro, Maderna, Linares y Pérez Catán, que en el anochecer del viernes se sentó con Arcioni a expresarle el balance del encuentro en lo de Mac Karthy. El gobernador escuchó atento pero no recogió el guante de inmediato. Agradeció el gesto, repitió que sabe cómo salir de la crisis en la que está inmersa Chubut y prometió seguir en contacto con todos ellos.

Hace cuatro meses que Chubut vive una etapa de definiciones. Es hora de empezar a definir de una vez por todas.

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03 MAR 2018 - 21:49

El discurso del gobernador Mariano Arcioni en la Apertura de Sesiones Ordinarias de la Legislatura Provincial dejó en claro todo el esfuerzo que el mandatario viene haciendo y promete seguir haciendo para sostener a su gobierno contra viento y marea.

Sin embargo, muchas de las frases contundentes que fueron escritas con precisión para que su alocución se asemejara en algo a aquellos discursos fuertes del extinto Mario Das Neves, se chocan con la realidad. A Arcioni le cuesta mucho más hacer que decir. Y no por su culpa, claro está, sino porque le sigue tocando bailar en la cubierta de un barco que navega en aguas turbulentas desde mucho antes que tuviera que asumir el cargo de la máxima magistratura provincial.

A esta altura del partido, las zancadillas de la oposición ya no afectan tanto como la propia impericia de algunos de sus más altos funcionarios, que le sugieren decir cosas que después ellos mismos contradicen. O lo embarcan en discusiones con los diputados provinciales que a esta altura le restan más de lo que le suman.

Continuidad

Arcioni volvió a reafirmar ante la Legislatura la continuidad de la gestión que inició Mario Das Neves el 10 de diciembre de 2015. Remarcarlo cada tanto no le ha rendido mucho, convengamos. El bloque de ocho diputados que el dasnevismo sigue teniendo en la Cámara ni siquiera se ha alineado para sacar leyes que el Gobierno necesita como el agua, ni mucho menos para adherir de una vez por todas al Pacto Fiscal que Chubut firmó con Nación.

Por supuesto que los gestos de lealtad que Arcioni hace con el dasnevismo es lo menos que se podría esperar para respetar la memoria del fallecido exgobernador. Pero en los tiempos que corren, más que lealtades inquebrantables lo que la Provincia necesita es consensos políticos básicos para avanzar hacia algún lado. Porque seguir estancados como hace cuatro meses no le conviene a nadie.

Tensión con diputados

El gobernador utilizó buena parte de su discurso del viernes para pasarle facturas a los diputados que no apoyan sus propuestas legislativas: “No gana un gobernador cuando se aprueban leyes propias en este recinto. Ni nada se lleva un diputado cuando impulsa una votación y el resultado le es favorable. Los que ganan o los que pierden son los 500 mil ciudadanos a los que representamos”, dijo con tono firme Arcioni.

Y les habló, además, de la crisis por la que atraviesa la provincia y sobre la gobernabilidad. Y les pidió no poner de “rehén” a la gente por las discusiones por la aprobación del Pacto Fiscal y la Emergencia Económica.

Tras el discurso, muchos de los diputados que se sintieron aludidos cuestionaron los dichos del gobernador y le recordaron que la crisis a la que hizo referencia se profundizó durante los dos primeros años de gestión de Das Neves, de la cual él era su vicegobernador.

“Sé cómo salir”

Arcioni fue contundente cuando dijo saber “cómo abordar y salir de esta crisis para sacar la provincia adelante”. Fue un gesto de alguien que no pierde el temple para seguir adelante a pesar de las dificultades. Pero no son pocos los que creen que aunque el gobernador conozca el camino hacia la salida, el problema es quiénes serán los bastoneros que los acompañarán.

Por ahora, su ministro coordinador, Sergio Mammarelli, no parece ser el más indicado. Goza de la confianza absoluta de Arcioni pero ha chocado contra todo lo que se puede chocar: ministros, sindicatos, diputados propios y opositores, etcétera.

Arcioni es el único que pude ponerle un freno al ímpetu de un funcionario clave que tiene que allanarle al camino al gobernador. Y no al revés.

Un gesto peronista

La importante reunión de influyentes dirigentes del peronismo chubutense realizada el viernes en el amplio quincho de la casa del exvicegobernador César Gustavo Mac Karthy en Trelew, marcó el estado de situación en el que está la Provincia.

Aunque se habló del peronismo, hubo algún pase de facturas y se limaron viejas asperezas, la mayor preocupación de este grupo de dirigentes es la gobernabilidad.

El encuentro mezcló a viejos militantes y adversarios, que bajaron por un rato sus posicionamientos para analizar un plan de acción para ayudar al gobernador Arcioni. “Nosotros podemos juntarnos, pensar ideas y expresar nuestro deseo de apoyarlo, pero Mariano tiene que expresar también su deseo de dejarse ayudar. Y eso hasta ahora no está tan claro”, le dijo uno de los presentes en la cumbre peronista a este diario.

La reunión juntó a pesos pesados del peronismo. Algunos con poder electoral y gestiones en marcha, como los intendentes Adrián Maderna y Carlos Linares (Ricardo Sastre no pudo llegar a tiempo al encuentro). Otros con el poder de la experiencia, esa que se consigue por haber ocupado durante años lugares claves en donde las decisiones, más que pronunciarse, se toman: es el caso del anfitrión; del director de YPF y exintendente de Comodoro, Néstor Di Pierro; del histórico líder de Luz y Fuerza, Héctor González; y dirigentes de la talla de Jorge Aidar Bestene, Carlos Eliceche y Norberto Yauhar; además de dos dasnevistas de lealtad comprobada como Gonzalo Carpintero y Máximo Pérez Catán.

Todos coincidieron en que hay que ayudarlo a salir del vado al Gobierno provincial “porque si le va mal a Arcioni nos va mal a todos, y no es una frase hecha, es la pura verdad”, afirmó otros de los presentes.

De esa reunión surgió un grupo más chico integrado por Di Pierro, Maderna, Linares y Pérez Catán, que en el anochecer del viernes se sentó con Arcioni a expresarle el balance del encuentro en lo de Mac Karthy. El gobernador escuchó atento pero no recogió el guante de inmediato. Agradeció el gesto, repitió que sabe cómo salir de la crisis en la que está inmersa Chubut y prometió seguir en contacto con todos ellos.

Hace cuatro meses que Chubut vive una etapa de definiciones. Es hora de empezar a definir de una vez por todas.


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