Un comodorense busca en el programa Bake Off Argentina convertirse en el gran pastelero

Con 20 años, Gastón Salas forma parte de Bake Off, 2º reality televisivo que se realiza en la materia en Sudamérica. Es repostero desde su infancia y sueña con publicar un libro y crear una Escuela. Ya tiene su propio emprendimiento gastronómico y tuvo su debut en la pantalla de Telefé.

Gastón Salas es de Comodoro y participa del programa de Telefé.
15 ABR 2018 - 19:59 | Actualizado

El arte de la pastelería parece estar lleno de técnicas y secretos. Y hasta vincularse en alguna parte con las recetas de la abuela y las tradiciones. Por ahí, giró el debut de Gastón Salas en el nuevo programa producido por Telefé, Bake Off Argentina. Su original presentación de una “torta-cartera” de café y crema moka de cinco kilos generó elogios en el jurado y lo mantiene en el reality recientemente estrenado que busca premiar al Mejor Repostero no profesional del país. “Estoy feliz de contar la experiencia que estoy viviendo. La torta cartera era todo un desafío, quizás muy arriesgado por el tiempo ya que demanda alrededor de dos horas y media. Sabía que si me salía bien era un golazo y que podía conquistar al jurado con eso” adelantó el jóven, residente en el barrio Ceferino Namuncurá.

Reconoce que prácticamente “nació” entre ollas y sartenes y que su vocación es innata, al punto de contar actualmente con una extensa clientela en el proyecto que denominó “Flor de Torta” junto a parte de su familia. “Mis abuelas siempre hacían tortas y yo a los 5 años ya las acompañaba. Mi bisabuela me contó que su padre había sido chef en un crucero. Quizás de ahí allá nacido todo. Empecé con lo salado y después me dediqué a la repostería. Hago tortas; decoro mesas dulces y también hago modelaje de muñecos de porcelana”. Vende sus tortas, se promociona en las redes sociales y hasta elaboró con sus propias manos, el gran pastel con el que homenajeó el aniversario de su colegio secundario.

Al parecer, todo parte en los sabores pero debe llegar al más profundo de los sentidos mediante un dulce equilibrio; punto exacto entre inspiración y los mejores ingredientes. “Una cosa es que la prueba mi familia y les guste y otra muy distinta es que lo haga el jurado del programa, que tienen tantos años de experiencia”. Los encargados de juzgar en Bake Off son el conocido chef francés Christophe Krywonis y los pasteleros Damián Betular y Pamela Villar. La conducción del espacio, que se emite por Telefé, los domingos por la noche es Paula Cháves quien interactúa y acompaña las sensaciones de los participantes durante la elaboración de sus productos.

El único chubutense en competencia fue seleccionado entre casi 2.500 aspirantes de todo el país. “Cuando ví la propaganda fue como un flash. Me inscribí por internet y aunque todavía había tiempo para presentar la solicitud, creí que me quedaba afuera. La mandé y no sabía si iba a entrar por la cantidad de gente que éstos programas convocan. Hicimos 4 cástings, 2 presenciales y otros por internet. Quedamos 32 en el último. Se evaluaba lo televisivo pero sobre todo, lo que cada uno sabía hacer”.

Gastón reconoce “nervios y ansiedad” a la hora de participar pero a la vez, asume que ser pastelero y llegar a la televisión equivale “a cumplir un sueño” sobre todo por las oportunidades a futuro para trabajar y darse a conocer. “Mis compañeros son buenísimos, nos llevamos muy bien, somos muy amigos y si a uno le falta algo, otro trata de ayudarlo. Estando ahí te desespera, todos tenemos el mismo sueño. Quizás no nos conocemos muy bien pero todos vamos por lo mismo y te sale naturalmente ayudar” cuenta Salas quien compone el grupo original de esta versión argentina, segunda hecha en Sudamérica. Hay un sacerdote, una abuela cordobesa, una oficial de la Fuerza Aérea; una actriz y jóvenes vocacionales que por alguna razón, no pudieron capacitarse. “Me hice muy amigo de Julia, es la que lloró en el primer programa. Es de Buenos Aires. Inclusive me va a venir a visitar a Comodoro”. Gastón agrega que la formación técnica es una materia pendiente para los jóvenes con alguna inquietud como él. “Sería bueno poder avanzar con una Escuela de Repostería porque conozco casos de chicos que tienen la capacidad y el interés y no tienen dónde capacitarse. Podemos demostrar que en la Patagonia hacemos buenas cosas. Mi experiencia no fue buena, hice un curso solamente para tener el título pero ya conociendo todo lo que me iban tratando de enseñar”.

“Voy a estar subiendo videos, enseñando y explicando algunas tortas. Estaría muy bueno hacer un libro con recetas, sería un cierre ideal para el Bake Off. Aspiro a llegar a la final, esperemos que así sea con todo el apoyo de los medios de Comodoro y de toda la gente que me da su afecto a través de los mensajes. Prometo responderles a todos. Me siento realmente muy feliz”. Para grabar cada programa, debe viajar una vez por semana a Buenos Aires. “Nos llevan en una Traffic a un campo que queda bastante alejado. No sé exactamente dónde queda pero sí es cierto que en los momentos de presión cuando uno siente que no llega a tiempo con una torta, ver el paisaje y sentir a los pájaros es como que te ayuda”.

Al final, reconoce como clave el acompañamiento familiar (“Mis padres, mis tres hermanos, mis tres abuelos, tíos, primos y demás”) y la necesidad de crecer en una profesión sólo para mentes creativas. “Caminando por la calle ya la gente empezó a saludarme y también me pidieron fotos. Y todavía sigo recibiendo todo tipo de mensajes de apoyo. Ojalá sirva para mostrar mi trabajo y las cosas buenas que podemos hacer los jóvenes”.#

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15 ABR 2018 - 19:59

El arte de la pastelería parece estar lleno de técnicas y secretos. Y hasta vincularse en alguna parte con las recetas de la abuela y las tradiciones. Por ahí, giró el debut de Gastón Salas en el nuevo programa producido por Telefé, Bake Off Argentina. Su original presentación de una “torta-cartera” de café y crema moka de cinco kilos generó elogios en el jurado y lo mantiene en el reality recientemente estrenado que busca premiar al Mejor Repostero no profesional del país. “Estoy feliz de contar la experiencia que estoy viviendo. La torta cartera era todo un desafío, quizás muy arriesgado por el tiempo ya que demanda alrededor de dos horas y media. Sabía que si me salía bien era un golazo y que podía conquistar al jurado con eso” adelantó el jóven, residente en el barrio Ceferino Namuncurá.

Reconoce que prácticamente “nació” entre ollas y sartenes y que su vocación es innata, al punto de contar actualmente con una extensa clientela en el proyecto que denominó “Flor de Torta” junto a parte de su familia. “Mis abuelas siempre hacían tortas y yo a los 5 años ya las acompañaba. Mi bisabuela me contó que su padre había sido chef en un crucero. Quizás de ahí allá nacido todo. Empecé con lo salado y después me dediqué a la repostería. Hago tortas; decoro mesas dulces y también hago modelaje de muñecos de porcelana”. Vende sus tortas, se promociona en las redes sociales y hasta elaboró con sus propias manos, el gran pastel con el que homenajeó el aniversario de su colegio secundario.

Al parecer, todo parte en los sabores pero debe llegar al más profundo de los sentidos mediante un dulce equilibrio; punto exacto entre inspiración y los mejores ingredientes. “Una cosa es que la prueba mi familia y les guste y otra muy distinta es que lo haga el jurado del programa, que tienen tantos años de experiencia”. Los encargados de juzgar en Bake Off son el conocido chef francés Christophe Krywonis y los pasteleros Damián Betular y Pamela Villar. La conducción del espacio, que se emite por Telefé, los domingos por la noche es Paula Cháves quien interactúa y acompaña las sensaciones de los participantes durante la elaboración de sus productos.

El único chubutense en competencia fue seleccionado entre casi 2.500 aspirantes de todo el país. “Cuando ví la propaganda fue como un flash. Me inscribí por internet y aunque todavía había tiempo para presentar la solicitud, creí que me quedaba afuera. La mandé y no sabía si iba a entrar por la cantidad de gente que éstos programas convocan. Hicimos 4 cástings, 2 presenciales y otros por internet. Quedamos 32 en el último. Se evaluaba lo televisivo pero sobre todo, lo que cada uno sabía hacer”.

Gastón reconoce “nervios y ansiedad” a la hora de participar pero a la vez, asume que ser pastelero y llegar a la televisión equivale “a cumplir un sueño” sobre todo por las oportunidades a futuro para trabajar y darse a conocer. “Mis compañeros son buenísimos, nos llevamos muy bien, somos muy amigos y si a uno le falta algo, otro trata de ayudarlo. Estando ahí te desespera, todos tenemos el mismo sueño. Quizás no nos conocemos muy bien pero todos vamos por lo mismo y te sale naturalmente ayudar” cuenta Salas quien compone el grupo original de esta versión argentina, segunda hecha en Sudamérica. Hay un sacerdote, una abuela cordobesa, una oficial de la Fuerza Aérea; una actriz y jóvenes vocacionales que por alguna razón, no pudieron capacitarse. “Me hice muy amigo de Julia, es la que lloró en el primer programa. Es de Buenos Aires. Inclusive me va a venir a visitar a Comodoro”. Gastón agrega que la formación técnica es una materia pendiente para los jóvenes con alguna inquietud como él. “Sería bueno poder avanzar con una Escuela de Repostería porque conozco casos de chicos que tienen la capacidad y el interés y no tienen dónde capacitarse. Podemos demostrar que en la Patagonia hacemos buenas cosas. Mi experiencia no fue buena, hice un curso solamente para tener el título pero ya conociendo todo lo que me iban tratando de enseñar”.

“Voy a estar subiendo videos, enseñando y explicando algunas tortas. Estaría muy bueno hacer un libro con recetas, sería un cierre ideal para el Bake Off. Aspiro a llegar a la final, esperemos que así sea con todo el apoyo de los medios de Comodoro y de toda la gente que me da su afecto a través de los mensajes. Prometo responderles a todos. Me siento realmente muy feliz”. Para grabar cada programa, debe viajar una vez por semana a Buenos Aires. “Nos llevan en una Traffic a un campo que queda bastante alejado. No sé exactamente dónde queda pero sí es cierto que en los momentos de presión cuando uno siente que no llega a tiempo con una torta, ver el paisaje y sentir a los pájaros es como que te ayuda”.

Al final, reconoce como clave el acompañamiento familiar (“Mis padres, mis tres hermanos, mis tres abuelos, tíos, primos y demás”) y la necesidad de crecer en una profesión sólo para mentes creativas. “Caminando por la calle ya la gente empezó a saludarme y también me pidieron fotos. Y todavía sigo recibiendo todo tipo de mensajes de apoyo. Ojalá sirva para mostrar mi trabajo y las cosas buenas que podemos hacer los jóvenes”.#


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