Atacó a un policía pero fue “por emoción violenta”

Un tribunal integrado por los jueces de Trelew, Alejandro Defranco, Adrián Barrios y Florencio Minatta, imputó a Rubén Darío Castaño por tentativa de homicidio en estado de emoción violenta en perjuicio del policía Javier Acosta Farías Díaz, en un hecho ocurrido el 17 de febrero de 2017 en el barrio Inta de esa ciudad.

17 ABR 2018 - 21:08 | Actualizado

La decisión de los magistrados conlleva una pena que va de los seis meses a los dos años de prisión en suspenso.

Los jueces también rechazaron -por mayoría- el agravante del uso de arma. El Ministerio Público Fiscal deberá determinar en la cesura de pena si pide que la prisión sea de cumplimiento efectivo, aunque se computan el año y medio que lleva con arresto domiciliario. La pena será debatida hoy a las 9.

Cobraron valor las deposiciones de la víctima y en contraposición los argumentos vertidos por Castaño, y también por su hija, que estaba junto a él en el episodio.

Farías Díaz señaló que aquel día salía de trabajar en la Unidad Regional y se dirigía a casa de su hija en barrio Inta.

En la calle Daleoso observa el paso de una camioneta Ford Ranger sin parabrisas, pero no le prestó mayor atención hasta que minutos después la ve nuevamente y ahí se percata que quien conducía era Rubén Darío Castaño, a quien acompañaba su hija.

Más adelante la ve estacionada y el imputado estaba apoyado sobre el capot, y tratando de evitar un cruce, decide ir por la otra vereda. Es en ese momento que siente a alguien por detrás que le expresa: “Decime quién fue” y al ponerse de frente, estaba Castaño con un arma calibre 22 tipo revólver con tambor, con el cual efectúa unos cuatro disparos, abalanzándose sobre su persona y trabándose en un forcejeo sin poder evitar que realice dos nuevos disparos sobre su humanidad, los que le provocaron heridas graves, de las cuales hasta el día de hoy tiene secuelas.

En otra de las jornadas la hija de Castaño prestó su testimonio indicando que aquel día se cumplían dos años de la muerte de su hermano Mauro, tras el incendio producido en la celda de contraventores ubicada en la seccional Primera, por el que Acosta fue acusado y absuelto.

Contó que acompañó a su padre sabiendo cómo lo afectaba esa fecha, con algunos inconvenientes generados en su trabajo, y también con la camioneta, por lo que decidieron regresar a la casa.

En el camino se cruzan a la víctima, que los miraba y se reía, y que el padre se da cuenta y vuelve hacia donde se encontraba expresando que tenía que hablar con él y preguntarle quién había sido.

Según el parte de prensa de Fiscalía, de nada sirvió tratar de controlarlo, puso el vehículo frente a esta persona y se bajó con el afán de encararlo, pero ella no ve cuando saca una pistola y sí mira que se ponen a charlar, y Acosta le pide que vayan hacia la esquina.

“Veo que se trenzan como a golpes y el tipo mete la mano en una bolsa, después ya no puedo ver y en segundos mi padre viene agitado y corriendo a la camioneta diciendo que debían irse de allí”.

A su turno, Rubén Castaño aludió a lo que representaba su hijo Mauro en su vida. “Vivía conmigo, teníamos planes, proyectos, todo desmoronado porque se encontró con unos chacales vestidos de uniforme y le quitaron la vida”, señaló.

Luego puso énfasis en la salud psiquiátrica de Acosta, al expresar que tres veces le fue negado el ingreso a la Policía por ese motivo y acercó una documentación donde se certifica maltrato familiar, llegando a meter la mano de un hijo menor en un horno para castigarlo, según el parte fiscal.

Consideró que se trata de una persona enferma. No negó que tenía el arma sin registrar que llevaba bajo el asiento de la camioneta y la tomó en aquel momento, pero dijo que trató de defenderse ya que, tal como lo testimonió su hija, metió la mano en la bolsa donde llevaba el arma reglamentaria policial.

“Era él o yo, porque yo sé que ese tipo está loco y me mataba”. Más adelante comentó que “estoy arrepentido, pero si te matan un hijo y se te burlan en la cara no es normal. Yo creo en la Justicia, y no se trata de confundir a jueces y fiscales, cuando lo vimos con mi hija se nos reía en la cara”.

Luego se explayó a partir de las preguntas de las partes, señalando que hace un año y dos meses está bajo arresto domiciliario y también particularizó en la leucemia crónica mieloide que padece y por la cual debe acceder a costosos medicamentos. Reiteró que no había tenido intención de llegar a esta situación.#

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17 ABR 2018 - 21:08

La decisión de los magistrados conlleva una pena que va de los seis meses a los dos años de prisión en suspenso.

Los jueces también rechazaron -por mayoría- el agravante del uso de arma. El Ministerio Público Fiscal deberá determinar en la cesura de pena si pide que la prisión sea de cumplimiento efectivo, aunque se computan el año y medio que lleva con arresto domiciliario. La pena será debatida hoy a las 9.

Cobraron valor las deposiciones de la víctima y en contraposición los argumentos vertidos por Castaño, y también por su hija, que estaba junto a él en el episodio.

Farías Díaz señaló que aquel día salía de trabajar en la Unidad Regional y se dirigía a casa de su hija en barrio Inta.

En la calle Daleoso observa el paso de una camioneta Ford Ranger sin parabrisas, pero no le prestó mayor atención hasta que minutos después la ve nuevamente y ahí se percata que quien conducía era Rubén Darío Castaño, a quien acompañaba su hija.

Más adelante la ve estacionada y el imputado estaba apoyado sobre el capot, y tratando de evitar un cruce, decide ir por la otra vereda. Es en ese momento que siente a alguien por detrás que le expresa: “Decime quién fue” y al ponerse de frente, estaba Castaño con un arma calibre 22 tipo revólver con tambor, con el cual efectúa unos cuatro disparos, abalanzándose sobre su persona y trabándose en un forcejeo sin poder evitar que realice dos nuevos disparos sobre su humanidad, los que le provocaron heridas graves, de las cuales hasta el día de hoy tiene secuelas.

En otra de las jornadas la hija de Castaño prestó su testimonio indicando que aquel día se cumplían dos años de la muerte de su hermano Mauro, tras el incendio producido en la celda de contraventores ubicada en la seccional Primera, por el que Acosta fue acusado y absuelto.

Contó que acompañó a su padre sabiendo cómo lo afectaba esa fecha, con algunos inconvenientes generados en su trabajo, y también con la camioneta, por lo que decidieron regresar a la casa.

En el camino se cruzan a la víctima, que los miraba y se reía, y que el padre se da cuenta y vuelve hacia donde se encontraba expresando que tenía que hablar con él y preguntarle quién había sido.

Según el parte de prensa de Fiscalía, de nada sirvió tratar de controlarlo, puso el vehículo frente a esta persona y se bajó con el afán de encararlo, pero ella no ve cuando saca una pistola y sí mira que se ponen a charlar, y Acosta le pide que vayan hacia la esquina.

“Veo que se trenzan como a golpes y el tipo mete la mano en una bolsa, después ya no puedo ver y en segundos mi padre viene agitado y corriendo a la camioneta diciendo que debían irse de allí”.

A su turno, Rubén Castaño aludió a lo que representaba su hijo Mauro en su vida. “Vivía conmigo, teníamos planes, proyectos, todo desmoronado porque se encontró con unos chacales vestidos de uniforme y le quitaron la vida”, señaló.

Luego puso énfasis en la salud psiquiátrica de Acosta, al expresar que tres veces le fue negado el ingreso a la Policía por ese motivo y acercó una documentación donde se certifica maltrato familiar, llegando a meter la mano de un hijo menor en un horno para castigarlo, según el parte fiscal.

Consideró que se trata de una persona enferma. No negó que tenía el arma sin registrar que llevaba bajo el asiento de la camioneta y la tomó en aquel momento, pero dijo que trató de defenderse ya que, tal como lo testimonió su hija, metió la mano en la bolsa donde llevaba el arma reglamentaria policial.

“Era él o yo, porque yo sé que ese tipo está loco y me mataba”. Más adelante comentó que “estoy arrepentido, pero si te matan un hijo y se te burlan en la cara no es normal. Yo creo en la Justicia, y no se trata de confundir a jueces y fiscales, cuando lo vimos con mi hija se nos reía en la cara”.

Luego se explayó a partir de las preguntas de las partes, señalando que hace un año y dos meses está bajo arresto domiciliario y también particularizó en la leucemia crónica mieloide que padece y por la cual debe acceder a costosos medicamentos. Reiteró que no había tenido intención de llegar a esta situación.#


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